Você está na página 1de 8

La Unión Soviética y el socialismo

democrático de George Orwell


Ingrid Tokun Haga

Cuando el socialismo, a inicios del siglo XX, abandonó el mundo de las ideas y se materializó en la
Unión Soviética, cambió la historia de la humanidad. Con una economía centralizada e
industrializada, un gobierno de partido único y extrema represión política, la URSS desafiaba la
democracia liberal, el laissez faire y el individualismo. En occidente, gran parte de la intelectualidad de
izquierda aplaudió al nuevo sistema. Desde Pablo Neruda hasta Sartre, pensadores de diferentes
corrientes filosóficas y posturas políticas manifestaron su apoyo a la Unión Soviética. Algunos
llegaron a justificar la Gran Purga y las persecuciones políticas, otros no fueron tan lejos y voltearon
el rostro ante esos sucesos.

La crítica a la U.R.S.S. se tornó cada vez más difícil, cuando –después de que Hitler rompiera
el Pacto de no agresión Germano-Soviético (1939) e iniciara su invasión a la Unión Soviética, en
junio de 1941-, entró a la Segunda Guerra Mundial en el bando aliado. No obstante, aún pese a los
riesgos, algunas personas rechazaron caer en la autocensura y el silencio. En 1936, André Gide
publicó Regreso a la URSS, libro en el que da cuenta de la injusticia y falta de libertad en el país.1
Seguirían el mismo sendero crítico Koestler, Camus y un escritor británico, George Orwell.2

Gran fumador, bebedor entusiasta de té3 y hombre honesto -algunas veces, inclusive hasta ser
hiriente-,4 Orwell vivió una multiplicidad de experiencias que moldearon su pensamiento. Ser
vagabundo en Londres, lavaplatos en Francia, locutor de la BBC y hasta miliciano en España, son
sólo algunas de ellas, cuya significancia personal dejó atestiguada en su obra. Testigo y protagonista
de una época de grandes cambios y poderosas inercias, creó una obra rica en matices y temas, entre
cuyas preocupaciones centrales se encontraba el combate al totalitarismo y la defensa del socialismo,

1 Gide había sido invitado por el gobierno soviético para contemplar sus avances sociales y culturales. Sus ojos
se encontraron con un panorama represivo, que conservaba viejos vicios zaristas. Pese a la presión de sus amigos
socialistas, decidió publicar el libro.
2 Fue “Eric Blair hasta 1933, año en que publicó Sin Blanca en París y Londres y adoptó el pseudónimo de George

Orwell”. Jeffrey Meyers, Orwell, conciencia de una generación, trad. Ma. Dulcinea Otero, Barcelona, Vergara, 2002, p. 12.
3 Llegó a escribir un ensayo con sus sugerencias para prepararlo. Véase George Orwell, “Una buena taza de té”,

en su libro Ensayos, trad. Manuel Cuesta et al., Barcelona, Debate, 2013, pp. 690-693.
4 “Tenía un rasgo de crueldad, podía ser muy hiriente. Muy hiriente. Podía dar alfilerazos crueles y decir también

cosas muy duras”. Testimonio de Ruth Pitter, poetisa y amiga de Marjorie Blair. “Como un Cristo con dos pistolas”, en
Audrey Cooppard y Bernard Crick (comps.), Memoria y evocación de George Orwell, trad. José A. Pérez, México, FCE, 1989,
p. 107.

1|
razón por la cual llegó a afirmar “cada línea en serio que he escrito desde 1936 ha sido escrita, directa
o indirectamente, contra el totalitarismo y a favor del socialismo democrático como yo lo entiendo”.5

En este ensayo revisaré la crítica del literato a la Unión Soviética, así como los eventos
biográficos que configuraron su opinión al respecto. Trataré de demostrar que consideraba al
régimen soviético una malinterpretación del socialismo, al que contrapone su propuesta política, el
socialismo democrático.

I. Primeros trazos, Wigan Pier

En enero de 1936, George Orwell aceptó una comisión de Victor Gollanz para escribir un estudio
sobre los desempleados del norte de Inglaterra.6 Para adentrarse, hasta donde le fuera posible,7 a la
piel de la clase trabajadora, vivió durante dos meses entre mineros, desempleados y otros
proletariados del norte industrial8 -llegó inclusive a bajar a una mina y vivir en una tienda de
despojos-, cuyas pésimas condiciones de existencia retrató en la primera parte de The Road to Wigan
Pier (1937).9 Aunque ignorantes y deorganizados, Orwell vio en el proletariado el futuro de la
humanidad. Los retrató con afecto en el no demasiado inteligente, pero fuerte, Boxer de Animal
Farm, en los proles de 1984.

En la segunda parte del libro, Orwell se centra en dos temas: su transformación de un


“odious little snob”10 a un socialista convencido y comprometido –esta parte es una autobiografía del
autor-; y criticar a los intelectuales de su tiempo por corromper la esencia del socialismo. 11 Juzga a
sus contemporáneos de izquierda por haber descuidado la libertad y fallado en comprender a la clase
trabajadora, opinión que mantendría el resto de su vida.

En esta etapa, se vislumbra otro rasgo de su pensamiento político, su falta de teoría. 12 Lejos
de esbozar principios programáticos o adscribirse al marxismo, postula un socialismo que se asemeja
más a una filosofía de vida, una adopción personal de valores humanistas -decencia, libertad, justicia
e igualdad. Utiliza la palabra socialismo de forma ambigua, por lo que solamente es posible inferir su
significado mediante algunas frases que escribe a lo largo del libro. Utiliza la palabra para designar

5 G. Orwell, op. cit., p. 785.


6 Recuérdese que durante el periodo de entreguerras, el desempleo fue un grave problema en Inglaterra. La crisis se
agravó con la caída de la bolsa de valores en 1929.
7 Orwell era consciente de la barrera de clase que lo separaba de la clase trabajadora. Se consideraba un upper-lower

middle class, es decir, un miembro de la clase media alta sin dinero. George Orwell, The Road to Wigan Pier,
http://www.limpidsoft.com/a5/wiganpier.pdf, consultado el 21 de octubre del 2015, p. 74 (En adelante Wigan).
8 No consideraba únicamente proletariados a los trabajadores manuales, ya que “In all western countries there now

exists a huge middle class whose interests are identical with those of the prolerariat but with is quite unaware of this fact and
ususally sides with its capitalism in moments of crisis”. George Orwell, Orwell and Politics, Peter Davison(ed.), Londres, Penguin
Books, 2001, p. 26 (En adelante Politics).
9 El libro era parte de una tradición de textos de denuncia social acerca de las condiciones de la clase trabajadora.

Véase J. Meyers, op. cit., p. 167.


10 Wigan Pier, p. 73.
11 “Socialism, at least in this island, does not smell any longer of revolution and the overthrow of tyrants; it smells of

crankiness, machine-worship, and the stupid cult of Russia”11, G. Orwell, op. cit., p. 115.
12 “he was quite un-theoretical, almost anti-theoretical”, Bernard Crick, “George Orwell: Voice of a Long

Generation”, http://www.bbc.co.uk/history/british/britain_wwtwo/orwell_01.shtml, consultado el 20 de septiembre del 2015.

2|
“the overthrow of tyranny”,13 la búsqueda de la justicia, libertad14 y decencia común,15 valores que en
su opinión “have to fot to ring like a bugle across the world”.16

Aunque todavía no conocía la represión soviética de primera mano, ni está era uno de los
temas centrales de su obra, ya critica la transformación del progreso mecánico en un fin en sí
mismo, “as a kind of religion”.17 Su libro recibió un juicio negativo por parte de la intelectualidad
europea. Al señalar los problemas soviéticos, comenzaba a remar contracorriente, aún entre la
izquierda de su patria.18

La periagoge española

Al tiempo que Neruda escribía Madrid, la guerra se esparcía en España. Tras el fracaso del golpe de
Estado contra la Segunda República Española–a mediados de julio de 1936-,19 comenzó una guerra
civil que duraría hasta 1939. Pugna de múltiples facetas, en ella se debatió una lucha de clases y de
diferentes proyectos de Estado. Fue el combate entre la dictadura militar y la república, entre el
fascismo y el comunismo. Una conflagración a la que, a finales de 1936, se unió George Orwell.20

En su camino a España pasó por París, donde contactó con Henry Miller –cuya hedonista y
honesta obra admiraba-,21 le impresionó su falta de interés sobre la guerra, lo cual reforzó su
convicción de escribir siempre con un compromiso político presente. Su participación en el frente,
macó una periagoge en su vida, como escribiría años después, en España entendió que es posible, que
inclusive dos desconocidos logren "salvar el abismo del lenguaje y de la tradición, y unirse en la
mayor de las intimidades",22 que la gente puede estar "contenta y esperanzada",23 pese al hambre y la
pobreza, si hay igualdad. Esa experiencia sería vital para conformar su ideal político, lo más cercano
que viviría en este mundo al socialismo democrático.24
En la tierra de Goya se uniría al POUM25 -"una combinación de comunistas antiestalinistas
disidentes y trotskistas"-26, no por convicción sino por las circunstancias. Al igual que otros

13 Wigan, p. 118.
14 “the essential aims of Socialism are justice and liberty”, Wigan, p. 114.
15 “Socialism means justice and common decency”, Wigan, p. 94.
16 Wigan, p. 114.
17 Ibid, p. 98.
18 Su editor, Gollancz, “se negaba en redondo a admitir que Stalin utilizaba métodos brutales para lograr la

industrialización y censuró a su propio autor”. J. Meyers, op. cit., p. 170.


19 “El levantamiento militar no logró tomar el poder en todo el país, y los republicanos, respaldados por una clase

trabajadora en armas, conservaron el control de dos tercios de España”. J. Meyers, op. cit., p. 173.
20 Orwell decía que había ido a España como corresponsal, con la vaga idea de combatir. El 23 de diciembre dejó

Inglaterra. Llegó a Barcelona el día 26. El 30 se unió al POUM. Su tiempo de duda fue corto.
21 En su ensayo En el vientre de la ballena, hace una crítica favorable de su obra Trópico de Cáncer.
22 George Orwell, Homenaje a Cataluña, trad. Carlos Puij,Barcelona, Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg, 2000, p.

107 (En adelante, Homenaje).


23 Ibid., p. 22.
24 “En aquella comunidad, en la que ningún interés guiaba nadie, en la que había escasez de todo, pero ningún

privilegio ni ninguna educación, quizá se tenía un pálido atisbo de lo que serían las fases iniciales del socialismo. Y, en definitiva,
en vez de desilusionarme, me no trajo profundamente. La consecuencia fue hacerme desear ver implantado el socialismo de un
modo mucho más efectivo de lo que había sido hasta entonces”.
25 Partido Obrero de Unificación Marxista

3|
extranjeros, ignoraba la lucha de facciones que había en el bando antifascista, él solamente había ido
a España para pelear contra Franco. Es por ello que, después de más de un centenar de días en el
frente y ser herido en el cuello, cuando el 20 de junio volvió a Barcelona, su esposa le comunicó una
terrible noticia: el 16 de junio, el gobierno había declarado al POUM ilegal. Tuvo que esconderse y
huir de España el 23 de junio de 1937.
Nunca olvidó esa experiencia, “le dejó una herida espiritual mucho mayor que la bala del
francotirador”.27 A su llegada a España se había topado con la aparente desaparición de las
diferencias de clase y valores burgueses,28 la igualdad como realidad.29 A partir de ese momento, la
persecución de esa brisa de compañerismo y libertad que sintió en España sería una constante en su
vida y obra.

España también le dejaría otra huella, y no por oscura menos honda, el recuerdo de sus últimos
meses en el país, cuando aquellos que como él, quienes habían luchado entre las filas del POUM,
eran asesinados y arrestados bajo la acusación de ser trotskistas y traidores, colaboradores de Franco.
Esas mentiras que se difundieron en la prensa, y con las que se topó al volver a Inglaterra, fueron el
motor de Homenaje a Cataluña, libro en que relata sus peripecias en España y crítica a la URSS, a la
que responsabilizó de la represión. Aunque los ejecutores de esta fueron los miembros del partido
comunista, Orwell creía que eran poco más que una filial soviética. No se alejaba de la realidad. En
diciembre de 1936, Stalin había ordenado, a los dirigentes comunistas de Cataluña, exterminar al
POUM.
En Homenaje a Cataluña se encuentran los elementos principales de sus posteriores críticas a la
URSS, y en particular al régimen de Stalin: la persecución y exterminio de sus enemigos, 30 así como
la tortura31 las redes de delatores y espías.32 Denuncia con mayor énfasis y claridad que el socialismo
no es el proyecto de estado industriado y centralizado, una propuesta económica, sino una filosofía
humanista.
También cambia la dirección de su producción literaria, su obra, que al comienzo “estaba más
centrada en hablar de las condiciones de vida de los obreros, fue evolucionando hasta convertirse en
un canto de libertad”,33 un ataque contra el totalitarismo, tema al que con el transcurso del tiempo
dedicaría cada vez más atención, hasta ser el tema principal de su última obra, 1984.

26 J. Meyers, op. cit, p. 176. El POUM era repudiado tanto por Trotsky como Stalin, carecía de realpolitik, quería hacer la

revolución social y después ganar la guerra.


27 Ibid., p. 197.
28 “Muchas de las motivaciones normales de la vida civilizada –la vanidad, el afán de lucro, el miedo a los amos, etc.-

simplemente habían dejado de existir. Las habituales diferencias de clase que hay en la sociedad habían desaparecido hasta un
punto que resulta inconcebible … en Inglaterra”. Homenaje, p. 20.
29 Valor predominante de su socialismo democrático, sin él, carecía de sentido todo lo demás.
30 Tema que desarrollaría en sus dos famosas novelas 1984 y Rebelión en la granja, pero también en otros textos como

Review of Assignment in Utopia y Recuerdos de la Guerra de España.


31 Algunas de las torturas que figuran en 1984, fueron vividas por su amigo Kopps durante la guerra civil española.

Véase, J. Meyers, op. cit., p. 192-193.


32 “Durante la purga del POUM los espías policiales acechan por todas partes y la gente teme ser delatada por

amistades”, Ibid., p. 202.


33 Óscar de la Parte Chana, “Lo novedoso del sentido común: la mirada crítica de Orwell”, Revista Internacional de

Pensamiento Político, 7 (2012), p. 340.

4|
La Unión Soviética y el socialismo democrático

A partir de 1944, George Orwell decidió recurrir a las palabras, para combatir un nuevo peligro -cuya
nociva influencia veía extenderse por Europa-, la Unión Soviética. Un país que, en su opinión, estaba
muy lejos de ser socialista. Para él, la esencia del socialismo distaba de ser una economía centralizada
e industrializada, esta no consistía en producir más al menor costo. Tampoco era tratar de alcanzar
el paraíso en este mundo -ya que el Edén es subjetivo, o cualquier otro objetivo político. En su
opinión, “El verdadero objetivo del socialismo es la fraternidad humana”.34
Afiló su lápiz, y con él creó una crítica mordaz, certera y desoladora, que dejó inmortalizada en
algunos de sus ensayos, así como en Rebelión en la Granja, “este triste cuentecito de hadas sobre un
experimento utópico fallido [donde] están toda la ternura y desencanto del autor”.35 El combate al
régimen soviético, le parecía fundamental. En él encontró “la supresión de las virtudes humanistas
que le parecían esenciales para una vida social saludable”,36 así como el terror –las redes de
informantes, detenciones sin cargos y asesinatos- que había padecido en España.
Su decisión de combatir a la URSS se debió a dos eventos: primero, con el fin de la Segunda
Guerra Mundial, la Unión Soviética se había transformado en una gran potencia, un país que negaba
todo aquello que Orwell valoraba,37 nación que después de la derrota de Alemania e Italia
representaba “la amenaza más seria a la realización de su esperanza de un mundo mejor”; 38 segundo,
el apoyo irrestricto de la élite europea a la URSS, como el mismo escribió, “la intelligentsia literaria y
científica, los mismos que deberían de ser guardianes de la libertad, están comenzando a pasar por
encima de ella”.39
Reticente a dejar que los cantos de sirena –esos que habían cautivado a gran parte de la
intelectualidad occidental- de la industrialización y la economía centralizada lo sedujeran, combatió
al socialismo soviético, ya que este debilitaba de la tradición liberal de occidente. Un flanqueamiento,
que lejos de conducir el mundo hacía la felicidad y bienestar, podía llevar a la dictadura y represión, al
final de la unidad familiar y la fraternidad.40
Para luchar contra él, escribió con “sinceridad y sentido común”41 acerca de los sapos y la
primavera, la felicidad y la lengua inglesa. Se pronunció contra el lenguaje ambiguo, la
grandilocuencia y los eufemismos, ya que llevan a “la defensa de lo indefendible…, las purgas y
deportaciones de Rusia o el lanzamiento de bombas atómicas en Japón”.42 Su crítica era un ejercicio

34 G. Orwell, op. cit., p. 452.


35 A. Coppard, op. cit., p. 412.
36 Ibid., p. 316.
37 “Nada ha contribuido más a la corrupción de la idea original del socialismo que la creencia de que Rusia es un país

socialista y de que todo lo que hagan su dirigentes debe ser disculpado, cuando no imitado. Así pues, durante los últimos diez
años he estado convencido de que la destrucción del mito soviético era esencial si queríamos resucitar el movimiento
socialista”. G. Orwell, op. cit., p. 849.
38 A. Coppard, op. cit., p. 319.
39 G. Orwell, op. cit., p. 622.
40 “There are periodical waves of terror, sometimes the liquidation' of kulaks" or Nepmen, sometimes some

monstrous state trial at which people who have been in prison for months or years are suddenly dragged forth to make
incredible confessions, while their children publish articles in the newspapers saying I repudiate my father as a Trotskyist
serpent'. Politics, p. 33.
41 O. de la Parte Chana, op. cit., p. 336.
42 G. Orwell, p. 667.

5|
de valentía intelectual, pues en esa época se consideraba “poco diplomático y un tanto antipatriótico
mostrar demasiada hostilidad hacia la Rusia comunista”.43
Disgustado por la represión política, el culto a la personalidad y la economía planificada, siguió en los
periódicos la Gran Purga y la hambruna ucraniana,44 reseño libros cuyo juicio era desfavorable a la
URSS –aunque con ello hiciera enojar a más de un intelectual de izquierdas-, porque “any liberal
criticism of a totalitarian system is really relevant”.45
Los elementos que crítica a la URSS son innumerables, y se encuentran dispersos a lo largo de su
obra. Se encuentran en la maquinaria del sistema comunista de 198446 para cambiar la historia,
siempre en favor de la gloria del líder, el gran hermano, ser que mediante el terror se perpetúa en el
poder. También está presente la falsedad del dogma del partido, mentiras como 2+2=5 y que
probablemente tiene su inspiración en “Lyon’s account of the Five Year Plan in Four Years”.47
En rebelión en la Granja plasmó la historia de la URSS. Desde los primeros años de libertad e
igualdad, la lucha por el poder entre Stalin y Trotsky, las purgas y el asesinato de oposicionistas, y el
progresivo abandono de la revolución, acompañado de promesas de un progreso que nunca llega, así
como la culpabilización de Trotsky por todos los errores del país. Ambos textos tienen elementos en
común, como la manipulación de la historia, la adoración al líder y el regreso, después de una
revolución infructuosa, al totalitarismo, tendencia que veía extenderse por toda Europa, ya en 1938
consideraba que “se acerca el día … en el que todo escritor deberá escoger entre ser silenciado por
completo o producir el material que exija una minoría privilegiada”.48
Pese a lo anterior, nunca creó una doctrina ni un manifiesto, su propuesta política fue el
socialismo democrático, que más que un conjunto de principios programáticos consistía en una
filosofía de vida. Una concepción que se fundamenta en la inalienable dignidad de las personas, y que
tiene como ejes rectores la búsqueda de la justicia, decencia y libertad. Principios que muestran el
corazón de un humanista, un hombre que consideraba que el socialismo era igualdad, pero también
libertad.
En una época en que los valores eran secundarios, decidió no hacerlos a un lado. Se opuso a todo
dogmatismo porque consideraba que “Tenemos que ser socialistas de un modo activo, no
meramente partidarios del socialismo, o les estaremos haciendo el juego a nuestros activísimos
enemigos”.49 Es por ello, que probablemente no haya mejor explicación de su pensamiento que su
biografía, si algo caracterizo a Orwell fue su integridad, su honestidad intelectual, esa incapacidad de
abandonar sus principios para llevar una vida cómoda y holgada. En 1938 escribiría “No es posible
para ninguna persona racional vivir en una sociedad como la nuestra sin tener deseos de cambiarla”,50
idea que lo llevo luchar en España, a vivir entre los más desfavorecidos y a escribir su magnífica obra.

43 A Coopard., op. cit., p. 304


44 “Cuando la URSS, debio al deshumanizado proceso de la industrialización estalinista, empezó a obtener éxitos, se
olvidó el lado malo del gobierno de Stalin y la opinión mundial no vio mal que la Rusia comunista intentara desarrollar la
Europa occidental”. E. Wiskemann, La Europa de los dictadores, trad. Mercedes Abad, Madrid, siglo XXI, 2.a ed., 1978, p. 306.
45 Politics, p. 57.
46 Originalmente Orwell iba llamar al libro El último hombre en Europa.
47
48 G. Orwell, op. cit., p. 103.
49
50 G. Orwell, op. cit., p. 104.

6|
En ella se funden idealismo y nostalgia, tradición e innovación. El placer de tomar una buena
taza de té y gozar de la primavera -pequeños placeres de antaño-, que muestran la nostalgia del autor
por tiempos pasados, la melancolía por un mundo menos violento y más justo, al tiempo que
reconoce el inevitable progreso industrial y tecnológico que está transformando el mundo.

Conclusión
Ensayista y periodista inglés, Orwell fue un escritor cuya obra se caracterizó por una prosa simple,
bella y depurada, transformando la escritura política en arte. Aunque jamás creó una teoría política ni
escribió un panfleto, a lo largo de su vida hizo un llamado a la justicia y libertad, con el fin de forjar
un mundo más decente. Su compromiso con la verdad y la justicia le impidieron aceptar "los campos
de concentración, las porras de caucho, Hitler, Stalin, las bombas, ... la censura de la prensa, las
cárceles secretas ... y los asesinatos políticos”, causa por la que siempre estuvo alejado de los
intelectuales de izquierda y derecha.51 Se negó a defender al capitalismo y al imperio inglés, así como
a considerar "que cualquier asomo de duda sobre la sabiduría de Stalin era blasfemia".52

Su obra estuvo marcada por el momento histórico en que vivió -una época de grandes
cambios e inercias poderosas, que va desde los finales de la era eduardiana hasta los inicios de la
Guerra Fría.-, por lo que giró en torno dos temas: la defensa de los más desfavorecidos y el
socialismo democrático, su propuesta política.53 Una iniciativa que no era una doctrina ni ideología,
sino una forma de vida, en la que estuviera "la dignidad del hombre por encima de todo lo demás", 54
la esperanza de que si las personas permanecieron fieles unas a las otras, si los valores de la clase
trabajadora sobrevivían, y la libertad e igualdad lograban abrirse paso en el mundo, entonces podría
vencerse al totalitarismo.

Orwell no vivió para ver su sueño cumplirse. Murió en 1950, tenía tan sólo 47 años. Pese a
que su obra fue utilizada para combatir a la URSS durante los años de la Guerra Fría, sería injusto
decir que era un escritor anticomunista, fue mucho más que eso. Buscó la mejora de las condiciones
del proletariado durante casi toda su vida, sin embargo, no creía que esta mejora debiese hacerse a
cualquier costo. Para un humanista, que fue ante todo un libertario, no había forma de justificar el
culto al líder, la represión política ni la existencia de un solo partido político. En su opinión, las
mejoras económicas, sin libertad, carecían de sentido. Es por ello que condenó a la URSS, país al que
no consideraba realmente socialista, sino totalitario.

51 G. Orwell, op. cit., p. 211.


52 Ibid., p. 61.
53 Roberto Breña, “George Orwell, idealista y crítico”, http://www.nexos.com.mx/?p=24772, consultado el 10 de

octubre del 2015.


54 Roberto Breña, sobre: George Orwell, Orwell and Politics, Peter Davison (ed.),Londres, Penguin Books, 2001; Jeffrey

Meyers, Orwell, conciencia de una generación, trad. Ma. Dulcinea Otero, Barcelona, Vergara, 2002; Christopher Hitchens, Orwell's
Victory, Alien Lane/The Penguin Press, 2002, y Gordon Bowker, George Orwell, Little Brown, 2003
Foro Internacional. México, D.F. : El Colegio de México, Centro de Estudios Internacionales. v. 43, no. 4 (174) (oct.-dic. 2003),
p. 988

7|
Al final, fue un idealista, alguien que creía que “si había esperanza, tenía que estar en los
proles”,55 un hombre que consideraba al socialismo democrático la única alternativa posible para
solucionar los problemas de la humanidad. Si “el epitafio es una inscripción que sintetiza una vida en
cuantas palabras”,56 la de Orwell se podría resumir con la frase con que su amigo Arthur Koestler lo
definió, un hombre que protestó "contra todo lo que apesta en la sociedad, contra todo lo que son
vísceras y repollos, decadencia y putrefacción, en sí mismo y en la sociedad, sin concesiones".57

55 George Orwell, 1984, trad.-------, México, Porrúa, 1999, p. 147.


56 Sergio Aguayo, “Dos epitafios”, XXXX, consultado el 11 de noviembre del 2015.
57 A. Cooppard, op. cit., p. 255.

8|

Você também pode gostar