Você está na página 1de 7

¿Qué es la modernidad?

Por Osiris Israel Benítez Vasconcelos

Al indagar qué es la modernidad se puede ver que existen diferentes concepciones


sobre ésta. En este ensayo, se tratará de dar una idea de lo qué es la modernidad. Para ello se
revisará algunas definiciones y propuestas de diversos autores. En primer lugar, es necesario
entender el contexto, tanto histórico como epistémico, para poder llegar a la noción de la
modernidad.

Como muchos conceptos, el de la modernidad tiene su origen en Europa a finales del


siglo XV, en específico en 14921 con el “descubrimiento” de América por parte de Cristóbal
Colón2 ya que fue un preámbulo para las expansiones colonialistas europeas en América,
África y Asia.

Durante el siglo XVII, se dieron grandes acontecimientos históricos y cambios en la


manera de concebir el conocimiento. La principal fue el alejamiento de los escritos antiguos
para obtener conocimiento y empezar de nuevo en la adquisición del saber3. Aunque esta
manera de forjar el conocimiento se puede ver cuando menos desde Paracelso, una de las
primeras contribuciones fue la de Descartes.

A partir de su obra, El Discurso del Método, Descartes plantea que todo debe ponerse
en duda, ya que nuestros sentidos pueden ser engañados por un demonio maligno4. Con ello,
surge la corriente del racionalismo, el cual prioriza a la mente o el alma sobre el cuerpo o la
materia.

1
Hay autores que consideran otros puntos históricos como el inicio de la modernidad. Un ejemplo es
Bolívar Echeverría, quien considera que en el siglo XVI comenzó a prevalecer la modernidad debido a una
totalización civilizatoria en la sociedad europea (Echeverría, 2011, pág. 144).
2
Respecto a este hecho histórico, existe la observación de que al hablar del descubrimiento América
se preserva una idea eurocentrista. Aunque en este ensayo se incluirá algunas críticas a ciertas concepciones
europeas, se ha optado por seguir con la noción del “descubrimiento” meramente por cultura general y para no
alargar el debate.
3
Esta idea de arropar lo nuevo y desestimar lo viejo es una de las características de la modernidad. A
lo largo de este texto, se verá a varios autores poner parte de sus críticas en ese punto.
4
También menciona que lo único exento de duda es qué se está dudando.
A la par del surgimiento del racionalismo, brota la del empirismo. Ésta pone como
eje central del conocimiento a la experiencia, es decir, a todo lo que pueda ser observable.
Por lo mismo, discute con algunos supuestos del idealismo racionalista5. Esta dualidad entre
el racionalismo y el empirismo fue uno de los pilares del conocimiento científico y
filosófico6.

A mediados del siglo XX, con la publicación del libro La estructura de las
revoluciones científicas de Thomas Kuhn7, y el surgimiento de movimientos sociales se
abrieron debates contemporáneos que reformularon ciertas nociones, como el de la
modernidad, y formaron nuevas corrientes de pensamiento.

Una de las corrientes que se afianzaron en la mitad del siglo XX fue el


estructuralismo8, cuyo uno de sus mayores expositores fue Michael Foucault. En su obra,
Foucault plantea, como una crítica a la modernidad, que el poder no es algo que se tiene, sino
que se ejerce. Al establecer el poder de esta manera, se entiende que el poder es algo que
circula en los individuos, tanto los dominantes como los dominados, y crea relaciones de
poder y redes entre los sujetos. Por lo que el poder no sólo tiene un carácter represivo, sino
también productivo, ya que los sujetos interiorizan ciertas prácticas y moldean sus conductas
bajo esas prácticas.

Otro autor que crítica la modernidad es Bolívar Echeverría, para él “la modernidad
aparece como la expresión de una acumulación de transformaciones históricas, económicas,
políticas y sociales que en sí misma contienen no solo un cambio de percepción de la realidad,

5
Para una revisión más profunda sobre el racionalismo y el empirismo, consultar el libro La Revolución
científica. Una interpretación alternativa de Steven Shapin.
6
Hay que aclarar que esa dualidad no es del todo tajante, hubo pensadores como Kant que trataron de
crear una síntesis entre las dos corrientes.
7
Se entiende que el principal aporte de Kuhn fue ver que el desarrollo científico no se da de forma
lineal. Partiendo de la corriente Gestalt, la ciencia se ve como un todo. Con su concepto de paradigma, Kuhn
expone que la ciencia, durante un periodo de tiempo, tiene un paradigma principal. Cuando ese paradigma ya
no puede estudiar ni explicar ciertos fenómenos, la ciencia entra en una crisis por lo que inicia una disputa para
establecer un nuevo paradigma.
8
El estructuralismo toma como base al materialismo histórico, a la lingüística y al psicoanálisis; y
busca cuáles son las reglas que mantienen a las estructuras sociales.
sino aún más una modificación de la experiencia epocal y de la proyección misma de esa
experiencia.” (Herrera de la Fuente).

Echeverría expone que el encuentro o desencuentro entre la modernidad y el


capitalismo, ha dado a la vida social ciertas características que la describen: el racionalismo,
el humanismo, el individualismo, el urbanismo, el econocismo, el nacionalismo, entre otros
(Echeverría, 2011, págs. 149-150). Estas características, en conjunto, hablan de una sociedad
en donde el centro es el “Hombre”, donde lo novedoso implica un valor positivo absoluto, se
le da prioridad al individuo que logra “hacerse a sí mismo”. Por lo tanto, para Echeverría, la
modernidad se convierte en una promesa de abundancia y emancipación (Echeverría, 2011,
pág. 155).

Otro autor crítico de la modernidad es Bruno Latour. Demostró, a través de un trabajo


etnográfico, que los objetos de estudio son socialmente construidos por los instrumentos y
por las mentes que los interpretan. Con ello, pone en discusión la objetividad de la ciencia y
reconsidera que la ciencia debe estar entrelazada con la comunidad como un “nudo
gordiano”.

Asimismo Latour (1991) muestra que la modernidad habilita dos tipos de prácticas:
la traducción y la purificación. El primer conjunto se refiere a la mezcla entre géneros,
creando híbridos entre la naturaleza y la cultura. El segundo conjunto se refiere a dos grupos
ontológicos distintos; lo humano y lo no humano.

A partir de esos grupos de prácticas, Latour expone la paradoja de la modernidad:


“entre más se prohíbe la hibridación, más se multiplica”. En palabras del autor:

“Mientras consideremos por separado esas dos prácticas, somos modernos de veras, vale
decir, adherimos de buena gana al proyecto de la purificación crítica, aunque éste no se
desarrolle sino a través de la proliferación de los híbridos. En cuanto ponemos nuestra
atención a la vez sobre el trabajo de purificación y el de hibridación, de inmediato
dejamos de ser totalmente modernos…” (Latour, 1991, págs. 28-29)

Por lo tanto, no se puede ya asegurar la victoria de los modernos.

Siguiendo con las críticas a lo modernidad, el planteamiento de Sandra Harding


(1996) sobre la falta de visibilidad de las mujeres en la ciencia, plantea otras problemáticas
de fondo. Harding comprueba que debido a ciertos compromisos adquiridos, la ciencia tiende
a ser occidental, burgués y masculino. Por lo mismo, el dogma que prevalece en la ciencia
muestra al androcentrismo como algo natural, además de concebir a la ciencia como algo
progresivo.

Ante estos compromisos, Harding, desde una perspectiva feminista, deja ver que hay
sesgos en los aportes científicos. Entre ellos están:

 Reducción o eliminación de las emociones.


 El reconocimiento de los aportes de personajes célebres y oficiales.
 Tendencia a la generalización
 El hombre es tomado como un género neutral
 Las metodologías tienden a eliminar ciertas categorías.

Estos sesgos llevan a tener un conocimiento científico parcial que encaja con un
modelo moderno de ciencia.

Así como Harding recalca la invisibilidad de las mujeres en la ciencia, en América


Latina hay autores que señalan que los pueblos indígenas no han sido reconocidos en los
aportes de las academias, ya que éstas toman los conocimientos de los pueblos y los regresan
a su manera. Conjuntamente, se hace la apreciación del usar conceptos y metodologías no
acordes a las cualidades de los saberes indígenas. Entre estos autores están los ejemplos de
Silvia Rivera Cusicanqui y el de Sylvia Marcos.

Rivera Cusicanqui (2010) hace una crítica a la manera en que las academias
norteamericanas se apropian de los conocimientos de los pueblos. Es decir, que los
conocimientos de los pueblos tienen que pasar por un proceso de verificación por parte de
las academias para ser considerados como válidos. Al finalizar ese proceso, los
conocimientos llegan como si fueran propios de las academias y se extiende a otras
academias como las que están en el sur9.

9
Para demostrar su punto, Rivera Cusicanqui utiliza como ejemplo al Departamento de Estudios
Culturales de Duke, en especial al trabajo de Walter Mignolo. A quien acusa de apropiarse de aportes suyos
para después difundirlos de una manera menos radical en universidades latinoamericanas como en la
De la misma forma, la autora señala las lecturas esencialistas de los discursos del
multiculturalismo y de la hibridez, debido a que:

“…no tocan los temas de fondo de la descolonización; antes bien, encubren y renuevan
prácticas efectivas de colonización y subalternización. Su función es la de suplantar
a las poblaciones indígenas como sujetos de la historia, convertir sus luchas y
demandas en ingredientes de una re-ingeniería cultural y estatal capaz de someterlas a su
voluntad neutralizadora.” (Rivera Cusicanqui, 2010, pág. 62)

Para Rivera Cusicanqui lo importante es construir y fortalecer los lazos entre las
academias sur-sur, así como romper con las imposiciones del norte, ya que para tener tanto
un discurso como una teoría de la descolonización, es necesario tener prácticas
descolonizadoras.

Por una línea similar a la de Rivera Cusicanqui se encuentran los aportes de Sylvia
Marcos (2011). La autora, a través de sus estudios sobre las tradiciones religiosas indígenas,
se percató que son tradiciones orales, por lo que los métodos establecidos no podían ser de
gran ayuda debido a que están planteados para tradiciones textuales.

Debido a que las tradiciones orales son más fluidas, flexibles y maleables, éstas no
pueden tener un solo significado ya que “puede ser manejado, apropiado e interpretado por
los mismos actores sociales.” (Marcos, 2011, pág. 168). Por lo que es deber del investigador
“aprender a enfrentar su propia subjetividad alfabetizada y desarrollar una postura de
autocuestionamiento.” (Marcos, 2011, pág. 161).

A lo largo de este texto, se ha revisado los aportes de algunos autores sobre la


modernidad y sus respectivas críticas. Sin embargo, aún no se responde a cabalidad qué es la
modernidad. Se podría decir que es un periodo en donde las expansiones coloniales y los
avances en la ciencia y en la filosofía son características inherentes, los cuales buscan
privilegiar lo novedoso en vez de lo antiguo.

No obstante, pareciera que la modernidad solo contempla una visión de las cosas, una
donde las mujeres o los conocimientos de los pueblos no tienen cabida. Es por eso que lo

Universidad Andina Simón Bolívar de Quito, cuyo departamento de Estudios Poscoloniales era encabezado por
Catherine Welsh, discípula y amiga de Mignolo. (Rivera Cusicanqui, 2010, pág. 64)
planteado por estos autores nos debe poner en una situación donde se pueda tener una
perspectiva panorámica y evitar sólo mirar a nuestras sociedades con una lupa externa.

Fuentes consultadas

[Academia Play]. (2012, Octubre 12). Michel Foucault y la microfísica del poder -
Sociología – Educatina [Archivo de video]. Recuperado de
https://www.youtube.com/watch?v=j1cHZhpYw0I

Echeverría, Bolívar. “Modernidad y cultura” en La modernidad de lo barroco. Editorial Era.


México, 2011. pp.140-156

Foucault, Michel. “IV. El dispositivo de sexualidad”, “1. La apuesta”, “2. El Método” en


Historia de la sexualidad. 1. La voluntad de saber. Trad. Ulises Guiñazú. Editorial
Siglo XXI. Trad. Ulises Guiñazú. México, 2007. pp. 93-125.

Harding, Sandra. “Cap. 1. Del problema de la mujer en la ciencia al problema de la ciencia


en el feminismo.” y “Cap. 4. En androcentrismo en biología y en las ciencias
sociales.” en Ciencia y feminismo. Trad. Pablo Manzano. Ediciones Morata. España,
1996.

Herrera de la Fuente, C. (s.f.). El concepto de modernidad de Bolívar Echeverría.


Presentación y balance crítico. Obtenido de Bolívar Echeverría. Discurso crítico y
filosofía de la cultura: http://www.elarbol.cl/006/pdf/a=11.pdf

Kuhn, Thomas. “Introducción: Un papel para la historia” y “El camino hacia la ciencia
normal”, en La estructura de las revoluciones científicas. Trad. Agustín Contin.
Fondo de Cultura Económica. Argentina, 2004. pp. 20-50.

Latour, Bruno. Nunca fuimos modernos. Ensayo de antropología simétrica. Siglo XXI. pp.
13-30.

Marcos, Sylvia. “Más allá de Mesoamérica. Para una hermenéutica de la oralidad.” en


Tomado de los labios. Género y eros en Mesoamérica. Trad. Jean Robert-Sylvia
Marcos. Abya Yala. Ecuador, 2011. pp. 157-172.
Rivera Cusicanqui, Silvia. Ch’ixinakax utxiwa. Una reflexión sobre prácticas y discursos
descolonizadores. Retazos, Tinta Limón. Buenos Aires, 2010. pp. 53-76.

Shapin, Steven. “¿Cómo se adquiría el conocimiento?”, en La Revolución científica. Una


interpretación alternativa. Paidós, 2000. pp. 91-108.

Você também pode gostar