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REFLEXION Y DIFRACCION DE LA LUZ

Marco teórico

Para explicar el fenómeno de la reflexión de la luz es necesario suponer que la dirección de los
rayos luminosos cambia en algunas circunstancias. Una imagen en un espejo se ve como si el
objeto estuviera atrás, y no frente a éste. La óptica geométrica explica este familiar fenómeno
suponiendo que los rayos luminosos cambian de dirección al llegar al espejo. La forma precisa en
que ocurre este cambio se conoce como ley de la reflexión de la luz. Es una ley muy sencilla: los
rayos incidente y reflejado hacen ángulos iguales con el espejo; o con la perpendicular al espejo,
que es como suelen medirse estos ángulos. Esta ley, por cierto, también se puede deducir
aplicando la ley de variación del tamaño aparente con la distancia para explicar los tamaños
aparentes de un objeto y de su imagen en un espejo plano. O, dicho de otra forma, si vemos
nuestra imagen en un espejo plano del tamaño que la vemos es porque los rayos incidente y
reflejado forman ángulos iguales con el espejo.

La forma precisa en que cambia la dirección de los rayos en la refracción, esto es, la ley de la
refracción, no es tan simple como la ley de la reflexión. Tal vez por esto, aunque el fenómeno de la
refracción era conocido desde la antigüedad, la ley de la refracción no fue descubierta sino hasta
el siglo XV por el astrónomo holandés Willebrord Snell, quien, inexplicablemente, no la dio a
conocer, describiéndola solamente en sus notas personales de investigación. La ley de la
refracción fue divulgada por Descartes en 1627, pero se conoce universalmente como la ley de
Snell. No relaciona los ángulos de los rayos luminosos con la perpendicular a la superficie de
refracción, sino los senos de esos ángulos. En símbolos matemáticos se expresa así: sen (i) / sen (r')
= constante = n; esto es, el cociente de los senos de los ángulos de incidencia i y de refracción r'
toma el mismo valor para todos los valores posibles de estos ángulos. Por ejemplo, si los rayos
pasan del aire al agua la cantidad constante n, llamada índice de refracción, vale 4/ 3 y se tiene sen
(i) / sen (r') = 4/ 3.

La hipótesis de los rayos luminosos y las leyes de la reflexión y de la refracción de la luz son el
fundamento de la óptica geométrica. Con ellas es posible predecir el curso que tomarán los rayos
luminosos que lleguen a lentes o a espejos. Por ejemplo, en la figura 13, los rayos que llegan de un
punto luminoso a la lente de una lupa común son divergentes, pero se hacen convergentes al
atravesarla debido a las refracciones que ocurren en las dos superficies del vidrio. Después de
alcanzar el punto de convergencia los rayos vuelven a ser divergentes, de manera que si los vemos
desde un lugar más lejano aún, los percibimos como si se originaran en el punto de convergencia;
es decir, como si el objeto hubiera sido transportado a ese lugar. Se dice que en este punto se
forma una imagen real del objeto. Las leyes de la refracción permiten calcular el lugar preciso
donde se forma esa imagen. Mirando con otra lupa en ese lugar se observa la imagen amplificada
del objeto. Así es, esencialmente, como funciona un telescopio. Este instrumento utiliza dos lentes
del tipo llamado convergente, parecidas a la de una lupa en que son más gruesas en medio que en
la orilla. La primera de ellas —llamada objetivo— produce una imagen real de un objeto lejano,
como la Luna, en un punto atrás y cerca de la lente. La segunda lente del telescopio, llamada
ocular, se usa simplemente como una lente de aumento común para amplificar y observar esta
imagen.
http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx/sites/ciencia/volumen2/ciencia3/107/htm/sec_8.htm

Discusión

Luego de realizar el experimento

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