En la ciudad de Guatemala, cuatro de noviembre de dos mil dieciocho,

siendo las once horas en punto, Yo, HECTOR RODRIGO ARCHILA VILLEGAS,
Notario, soy requerido por la señora MARIA DE LOS ANGELES VALLADARES
OLIVA de noventa años, casada, jubilada, guatemalteca, de este
domicilio, quien se identifica con el Documento Personal de Identificación
(DPI) con Código Único de Identificación (CUI) numero un mil doscientos
espacio cuarenta y cinco mil trescientos veinte espacio cero ciento uno
(1200 45320 0101) extendido por el Registro Nacional de las Personas
(RENAP), con residencia en la décima avenida tres guión veintiocho de la
zona catorce (10 avenida y 3-28 de la zona 14) de esta ciudad, con el
objeto de hacer constar su SUPERVIVENCIA, y para lo cual procedo de la
siguiente manera: PRIMERO: Manifiesta la señora MARIA DE LOS ANGELES
VALLADARES OLIVA, bajo juramento de conformidad con la ley y enterada
de las penas relativas al delito de perjurio que: a) es de los datos de
identificación personal consignados; b) que mantiene la pensión otorgada
por parte del Estado a su favor consistente en la prestación civil de
jubilación, bajo el número de partida siento cuarenta guión tres (140-3); c)
no trabaja para el Estado o sus entidades descentralizadas, autónomas o
municipalidades y; d) que no ha perdido la nacionalidad guatemalteca.
SEGUNDO: Manifiesta la requirente que, acredita su supervivencia con el
objeto de seguir disfrutando del beneficio indicado. En virtud de lo
expuesto, yo el notario DOY FE: a) De la Supervivencia de la señora MARIA
DE LOS ANGELES VALLADARES OLIVA por haberla visto, oído y por haber
estado en mi presencia el día hoy, en mi oficina profesional ubicada en la
trece calle ocho guión setenta de zona diez de esta ciudad, lugar en el
cual se celebra la presente acta notarial. TERCERA No habiendo nada más
que hacer constar, se da por finalizada la presente treinta minutos en el
mismo lugar y fecha de su inicio, la cual se encuentra contenida en una
hoja de papel bond útil en su anverso y reverso, a la que se le adhiere un
timbre fiscal de cincuenta centavos y un timbre notarial de diez quetzales
para cubrir los impuestos correspondientes, y leyendo lo escrito al
requirente, quien bien enterada de su contenido, objeto, validez y demás
efectos legales, la acepta, ratifica y firma junto con el notario autorizante.

Ante mí: