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ESPECIALIZACIÓN EN PROBLEMÁTICAS DE LAS CIENCIAS SOCIALES Y SU ENSEÑANZA 

Las transformaciones sociales en el


 

mundo contemporáneo 

Clase 4. La verdad técnica y la mercantilización


de la vida.
Ya hemos transitado la mitad del camino propuesto y llegamos a la clase 4.

Como vimos en la clase anterior, los dispositivos técnicos componen una red que se
extiende más allá de su carácter instrumental; la máquina lo ocupa todo, sea el
reloj mecánico moderno o las tecnologías digitales actuales. Que lo ocupa todo
quiere decir que es la evidencia de un modo de funcionamiento colectivo. Vimos
que la regularidad de las agujas del reloj es también la regularidad aplicada a
nuestras vidas; vimos que los dispositivos digitales nos unifican a todos en una
misma forma, detrás de una pantalla, recibiendo o generando información. Ese es
el mundo que habitamos, surgido hace más de cuatrocientos años y ahora, en la
actualidad, expuesto en su versión más radical, más extrema. Por eso hablamos de
discontinuidad, de cambios, de transformaciones. Usamos estos conceptos para
decir que aquello que conocíamos y creíamos de un modo, ahora se presenta de
otro; otro: ni mejor ni peor (no es un problema de evaluación moral), sino más
complejo, con artefactos que se nos imponen, con cambios en las formas de vida.

Lo cierto es que esta época técnica, a la vez que nos fascina con sus máquinas y su
búsqueda de confort, a la vez que se obstina en extender la vida y en reducir lo
más posible el dolor humano; a la vez que todo esto, también nos inquieta o nos
decepciona, porque el vértigo de los cambios nos obliga a estar a tiempo, a ser
siempre en presente, condicionados por un ritmo al que necesariamente estamos
expuestos. Como nunca antes en la historia, la época en la que vivimos habita en
nosotros de un modo elocuente. “Nosotros los modernos”, decía el filósofo
Immanuel Kant a mediados del siglo XVIII; un gesto de apropiación de su presente,
una identidad colectiva trazada por las condiciones históricas. Pensar la propia
época, eso es lo que trae la modernidad.

Tomaremos en esta clase dos ejes relativos al despliegue del mundo técnico que
aún hoy delimitan nuestro hacer. Ambos fueron propuestos a lo largo del siglo XX
como una suerte de anuncio de las transformaciones que iban a llegar poco tiempo
después: uno vinculado al tipo de verdad que produce la técnica moderna, a la
forma que nos propone de concebir el sentido del mundo y el modo de pensarnos a
nosotros mismos; y el otro relativo a la necesidad de ser productivos, de ser
eficientes, de sostener nuestras prácticas, siempre y necesariamente, en torno a la
utilidad y el beneficio. Son dos senderos que se cruzan, que nos conducen a un
mismo lugar; dos ejes que aún permanecen en pie cada vez que nos preguntamos
qué puedo extraer de esta situación o de esta experiencia y qué beneficios tienen
para mí. Verdad y utilidad, sentido y provecho: una sola dirección para las cosas,
una única dirección posible; y a la vez, la condición de que ese único camino sea
útil.

 
 

La verdad técnica
Desde los comienzos del pensar en Occidente, la pregunta por la verdad ocupó un
lugar privilegiado. Las respuestas fueron diversas, en algunos casos fantasiosas, en
otras sesudas y casi inentendibles, en otras religiosas o místicas. Las distintas
épocas elaboraron diferentes enunciados para explicar el sentido del mundo tanto
como para comprender el fundamento de las acciones humanas. Incluso en una
misma sociedad convivían verdades diversas sin que esto signifique la necesaria
imposición de una sobre otra.

Sin embargo, en nuestra época moderna, algo cambió: la verdad quedó cercada
por el surgimiento de la ciencia, donde el cálculo racional y la experimentación
reemplazaron a cualquier otro procedimiento anterior. Ni los sueños anuncian la
verdad, ni el demonio es razón de las enfermedades, ni el espíritu de los planetas
gobierna nuestro carácter. El mundo técnico moderno surge como una única
explicación de la naturaleza y del hombre, un entramado que rechaza por falso
cualquier otro argumento. Por ello el descubrimiento científico es eso, un
descubrimiento; esto es, una concepción de la realidad en la cual las leyes de la
naturaleza están ocultas y sólo el conocimiento científico puede traerlas a la luz. Es
la confianza de nuestra época sobre su propio saber, una garantía de certeza sobre
el universo. El enunciado que sostiene esta concepción técnica del mundo afirma
que conocemos las cosas tal como son, sin deformaciones ideológicas ni principios
religiosos o metafísicos. Este saber, elaborado en Occidente a partir del siglo XVII,
adquiere las características de un saber universal que se propone como el mismo
para todas las culturas y para todos los tiempos históricos. Hacia atrás y hacia
adelante, cualquiera sea la región del mundo o del universo. Plenitud de un saber
sin límites, una verdad abrasiva, con certeza en sus enunciados y con absoluta
confianza en la razón y en el cálculo.

¿Qué nos autoriza a pensar que el conocimiento de la ciencia moderna es


más verdadero que aquél que tenían las civilizaciones previas?

¿Qué efectos tiene esta confianza y esta certeza en la elaboración de los


enunciados de las ciencias sociales? ¿Derivan de allí la infalibilidad de las
estadísticas, la evidencia de los mapas, la racionalidad de la historia o el cálculo de
la economía?

El filósofo Martín Heidegger en su texto La pregunta por la técnica afirma que el


mayor peligro de la técnica es justamente el de proponerse como el único modo
verdadero de revelar el sentido del mundo. Para llegar a esta conclusión diferencia
la concepción instrumental respecto de aquello que define la esencia de la técnica.

 
 

En la representación corriente, la técnica es


entendida como un medio para un fin, un
hacer instrumental que el hombre debe
manejar de manera adecuada; es decir,
como una herramienta cuyo uso depende de
las decisiones humanas. Frente a esta
concepción Heidegger afirma que la esencia
de la técnica nada tiene de instrumental; es
más bien un destino de la humanidad en el
que el hombre concibe a la naturaleza como
una fuente de recursos y despliega un hacer
provocante a través del cual la naturaleza
se ve obligada al suministro de energías
para ser explotadas y acumuladas. La
naturaleza pierde su dimensión de tal para
volverse un objeto manipulable en mano de
los hombres. Así, en la instalación de la
central hidroeléctrica en el río Rin,
Heidegger ve este modo provocante de ser
de la técnica: “La central hidroeléctrica no
está construida en la corriente del río Rin
como el viejo puente de madera que desde
hace siglos junta una orilla con la otra. Es
más bien la corriente la que está construida Río Juramento, Salta: pesca y
en la central”. Inversión en los conceptos Embalse El Tunal
que expresa una inversión en el orden de
las cosas. ¿Qué significa esto? Que la técnica es el sujeto del hacer y no un objeto
instrumental.

Martín Heidegger

Nacido en Friburgo, Alemania, en 1889, es uno de los más


importantes filósofos del siglo XX. Discípulo de Edmund
Husserl, su obra siguió los lineamientos del pensamiento
fenomenológico. La pregunta por el ser, desplegada en buena
parte de sus ensayos, atraviesa su pensamiento al que él
mismo considera como refractario a la metafísica filosófica y al
nihilismo imperante. Sus reflexiones sobre la técnica se
inscriben en una crítica a su época, en tanto contraria al
despliegue del hombre. Dentro de una obra muy prolífica,
podemos destacar: Ser y tiempo, Introducción a la metafísica,
La pregunta por la cosa o sus seminarios sobre la filosofía de
Nietzsche. Murió en su casa de la Selva Negra, en Alemania,
en 1976.

 
 

En la extensión del dominio técnico el


hombre también está emplazado por
este carácter provocante, a tal punto, que
se ve a sí mismo como una fuente de Provocante
energías que debe liberar. Por ello Heidegger
ve en esta esencia un peligro: la técnica se Así define Heidegger el carácter
propone como el único modo de vincularnos provocante de la técnica moderna:
con todo lo que es y cualquier otra forma de “El hacer salir de lo oculto que
comprensión de la realidad queda vedada en domina por completo a la técnica
nombre de este desocultar provocante de la moderna tiene el carácter del
técnica. emplazar, en el sentido de la
provocación. Éste acontece así: la
energía oculta en la Naturaleza es
Por eso, tenemos que decir: la realidad, en
sacada a la luz, a lo sacado a la luz
medio de la cual el hombre de hoy se mueve
se lo transforma, lo transformado es
y trata de mantenerse, está codeterminada,
almacenado, a lo almacenado a su
según sus rasgos fundamentales y en
vez se lo distribuye, y lo distribuido
medida creciente, por lo que se denomina
es nuevamente conmutado. Sacar a
ciencia europeo-occidental. Si meditamos
la luz, transformar, almacenar,
este proceso, entonces se muestra que la
distribuir, conmutar son maneras
ciencia […] ha desplegado un poder que no
del hacer salir lo oculto”.
se encuentra en ninguna otra parte de la
tierra y que, finalmente, está cerca de poner
ese poder por sobre el globo terráqueo1.

Ese poder que define aquí Martín Heidegger, es el poder de una única verdad que
se impone por encima de cualquier otra forma. Lo que años más tarde va a
sostener la epistemología, cuando traza una línea de demarcación entre la verdad
de la ciencia y el resto de las disciplinas como un puro relato.

“La ciencia torna preciso lo que el sentido común conoce de manera


nebulosa; pero, desde luego, la ciencia es mucho más que sentido común,
la ciencia constituye una rebelión contra su vaguedad y superficialidad. El
conocimiento científico procura la precisión; nunca está enteramente libre
de vaguedades, pero se las ingenia para mejorar la exactitud; nunca está del todo
libre de error, pero posee un técnica única para encontrar errores y para sacar
provecho de ellos.”

Bunge, Mario, (1979) La Ciencia, su Método y su Filosofía, Edit. Siglo Veinte,


Argentina. Pág. 20

 
 

La pretensión de cientificidad de la
sociología, de la economía, de la
geografía, de la filosofía, del
derecho o la política tiene este
mismo encuadre: un solo modo de Objetividad
concebir a las disciplinas, la
necesidad de una legitimación Objetivo es aquello que es relativo a los
radicada en el corazón de la objetos; subjetivo, en cambio, supone la
racionalidad tecno-científica; presencia del sujeto en la definición y con
conjura del azar, de la historia, de ello, una cierta relatividad. De acuerdo a las
la incertidumbre de las pasiones líneas más duras de la epistemología
humanas en nombre de un saber contemporánea, las verdaderas ciencias
con pretensiones de universalidad deben elaborar un saber positivo y
y objetividad. objetivo; esto es, que no debe ser
intercedido por ninguna ideología ni por
El carácter provocante de la técnica, aspectos culturales o históricos que lo
su condición extractiva de una deformen. Para las ciencias duras (como la
verdad, se sostiene en nuestra física o la biología), lo objetivo está definido
época contemporánea no sólo como en relación a la posibilidad de
un saber sobre la naturaleza o experimentación empírica. Por esta razón, y
sobre el hombre; es también una en virtud de sus contenidos, las ciencias
forma racional de liberar los deseos sociales son vistas por ellos como
de la población, para intervenir pseudociencias, es decir, que carecen de la
sobre ellos con fines objetividad necesaria para tener el estatuto
específicamente económicos y de ciencia.
productivos.

Economía y deseo en el mundo moderno


En cierta manera, el despliegue del deseo
humano es un invento moderno. Más
precisamente de la economía política surgida
en la modernidad. A diferencia de las épocas
anteriores donde, salvoescasas excepciones, el
querer humano era motivo de reproche moral
y de dominación, con el surgimiento del mundo
moderno el deseo va a ir contando una historia
de pausado reconocimiento y legitimación. La
austeridad, el ascetismo y el control de los
apetitos siguió siendo una consigna moral, incluso a lo largo del Siglo de la Luces,
época en la cual la libertad del hombre adquiría rango teórico y posteriormente, con
la Revolución Francesa, estatuto político. Todavía a comienzos del siglo XIX el
filósofo Arthur Schopenhauer escribía sobre el dolor que provoca la voluntad de
vivir (el deseo), sobre la exigencia de dejar de desear para conjurar el
padecimiento cotidiano y sobre la necesidad de refugiarse en una vida moderada y
de pura contemplación. Esto, en pleno desarrollo del capitalismo moderno,
bastante tiempo después de su surgimiento señalado por Max Weber en la vida

 
 

austera y la ética protestante del siglo XVII; a pesar, incluso, de los análisis de
Marx sobre la economía, aún se mantenían ideales ascéticos que cargaban con más
de dos mil años de historia.

Será a partir de fines del XIX y comienzos del XX que el despliegue del deseo
personal formará parte de la construcción de la subjetividad moderna. La cuestión
ya no será cómo controlarlo sino de qué manera desactivar aquellos obstáculos
que tienden a reprimirlo. El pragmatismo inglés, la obra filosófica de Nietzsche o el
psicoanálisis de Freud son escrituras teóricas que forman parte de este proceso de
autonomía del deseo. Como veremos en las últimas dos clases, la publicidad y el
consumo surgidas en este mismo período serán, por su parte, las expresiones más
acabadas de esta intervención sobre una nueva voluntad deseante.

En este contexto, el pensador


George Bataille
francés George Bataille va a encontrar
en el principio de utilidad el cimiento en
Pensador francés, nacido en Billón,
torno al cual se edifica la sociedad
en 1897. Fue escritor, poeta, filósofo,
moderna. La productividad, el deseo de
aunque no se encasilló en ninguna de
ganancia y la adquisición y conservación
estas profesiones. En 1949 publicó La
de bienes aparecen como el principio que
parte maldita. Ensayo sobre
gobierna las prácticas. Por fuera quedan
economía general. Fundó y escribió
el placer, el lujo o las distintas
en numerosas publicaciones y su
expresiones del arte como gastos
obra es variada en temas y en
improductivos que, si bien eran una
géneros: publicó la novela Historia
expresión de poder de los sectores altos
del ojo en 1928 sobre erotismo y
en tiempos pasados, la racionalidad
excesos sexuales, ensayos sobre arte
moderna tiende a restringirlos. Sin
(La literatura y el mal en 1957) o
embargo, a pesar de este énfasis por lo
sobre religión (La teoría de la religión
productivo y lo útil, los gastos
en 1948). Murió en Malmaison,
improductivos se mantienen como parte
Francia, en 1962.
del sistema capitalista. ¿Por qué razón?
Bataille explica que el motivo de este
comportamiento es debido a que la humanidad produce un excedente de energía
que es mayor a la energía necesaria para garantizar la continuación de la vida; es
decir, que producimos más de lo que necesitamos para poder sobrevivir. Esta es la
diferencia entre los humanos y el resto de los seres vivientes: las sociedades crean
más de lo que necesitan para su subsistencia. Por esta razón originamos una serie
de prácticas “inútiles”, como el arte, el uso de joyas deslumbrantes, el teatro o la
literatura.

Si bien ya no es posible seguir sosteniendo los conceptos elaborados por Bataille


para pensar una economía capitalista en la cual conviven lo productivo y lo
improductivo, su esquema de análisis nos permite reconocer una instancia del
presente: la sociedad de consumo contemporánea lleva a un grado exponencial la
experiencia de la utilidad. Así, con la nueva economía del poscapitalismo, el
entretenimiento o el arte, por ejemplo, ya no son vistos como espacios de ocio sino
que se han convertido en una verdadera industria con fines productivos; lo mismo
podemos decir del turismo, ordenado cada vez más en torno a los mercados y cada
vez menos a ser una experiencia original. En la tensión útil/inútil, productivo/no

 
 

productivo, la utilidad parece imponerse invirtiendo el signo de inutilidad que tenían


ciertas prácticas en la modernidad. La sociedad de la información va a reunir
entretenimiento y productividad, va a soldar estos dos elementos como nunca
antes había ocurrido. ¿Cómo hacer de la pasión personal un negocio? ¿Cómo no
perder el tiempo? ¿Debemos abandonar aquello que no es productivo? Estas son
algunas de las preguntas que organizan nuestra subjetividad contemporánea,
donde dinero, pasión y utilidad parecen imponerse sobre nuestras vidas.

Veamos este video que es muy gráfico en ese sentido:

Disponible en: www.youtube.com/watch?v=orRZwGsA4R4

El ocio se ha incorporado en las empresas como parte del incremento productivo de


sus empleados; los espacios de entretenimiento infantil o los patios de comidas de
los centros comerciales reproducen una maquinaria de diversión y regocijo
alimenticio con ganancias abundantes; la utilidad se ha extendido a ámbitos
insospechados, fundamentalmente a aquellos relacionados con el cuidado del
cuerpo: es útil para la salud hacer tales ejercicios, tomar tanto líquido, practicar
tales deportes, usar tales zapatillas. El dominio del consumo es la conjugación
plena del deseo: importa más el consumo que el objeto que se consume, importa
más el despliegue de la energía deseante que aquello que efectivamente se desea.
La ansiedad se impone por encima de la satisfacción y la excitación frente a la
variedad de productos, lejos de paralizar el deseo, lo hace todavía más potente.

A modo de cierre
A lo largo de las clases publicadas hasta aquí hemos analizado el pasaje de la
sociedad moderna a la sociedad contemporánea a partir de cuatro pares temáticos:
progreso/discontinuidad; sociedad disciplinaria/sociedad de control; el reloj
mecánico/la tecnología digital; la verdad técnica/la economía de los deseos.
Podemos trazar también un eje vertical que reúne el contenido de las cuatro
primeras clases: por un lado, progreso-sociedad disciplinaria-reloj mecánico-verdad
técnica; por otro, discontinuidad-sociedad de control-teconología digital-economía
de los deseos.

Este es el recorrido que hicimos hasta aquí, un camino de contraste entre el mundo
moderno y la sociedad actual. A partir de estos dos ejes, la propuesta para las
últimas dos clases de este módulo es mostrar los efectos de estas transformaciones
en dos prácticas específicas de la sociedad contemporánea: el consumo y la
publicidad. Hacia allá vamos.

 
 

Para seguir pensando:

¿La escuela contemporánea sigue siendo una escuela moderna? ¿Es posible la
educación sin la regularidad de las horas cátedra? ¿Cómo incorpora la escuela los
nuevos dispositivos tecnológicos?

Propuesta de Actividades
Para abordar lo trabajado en la clase sugerimos:

1) Leer los parágrafos seleccionados de Martín Heidegger.

Los aportes recuperados de estos materiales deberán usarse tanto para


fundamentar las intervenciones en los foros de debate como en la elaboración
del trabajo final.

2) Volver a intervenir en el foro sobre el “Entorno tecnológico” ampliando el


análisis a partir de las siguientes preguntas:

1. A partir de los contenidos del documental "Desde la nube" ¿es posible


seguir dividiendo entre el gasto productivo y el improductivo en la
sociedad actual?

2. ¿Cuáles son los peligros o las dificultades que pueden surgir a partir de
las nuevas formas del trabajo contemporáneo? ¿Trabajar en la casa no
convierte a la intimidad en una oficina?

 
 

Consignas de trabajo

- Lectura de los parágrafos seleccionados de Martín Heidegger.

Plazo para la realización de la actividad: diez días

- Ampliar la participación, a través de los nuevos interrogantes propuestos en


esta clase, en el foro abierto la semana pasada para debatir en torno a las
transformaciones en nuestro “Entorno tecnológico”.

Plazo para la realización de la actividad: una semana.

- Elaboración del trabajo final conforme a las orientaciones proporcionadas.

- Ante cualquier duda, cuentan con el foro de consultas que permanecerá


abierto a lo largo de todo el módulo.

Bibliografía obligatoria 
 

• Heidegger, M. Extractos sobre la técnica. 


 

 
 

Cómo citar este texto:

Instituto Nacional de Formación Docente. “Clase 4: La verdad técnica y la


mercantilización de la vida”. Las Transformaciones sociales en el mundo
contemporáneo. Especialización en Problemáticas de las Ciencias Sociales y su
Enseñanza Buenos Aires: Ministerio de Educación de la Nación.

 
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