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La Teogonía de Hesíodo.

Dulce Guadalupe Silva García

Desde el comienzo de las primeras sociedades humanas, y del ser humano como
especie, ha estado presente la necesidad de explicar los fenómenos y los orígenes de nuestro
entorno. Es gracias a esta necesidad que surge la figura del Mito dentro de todos los grupos
humanos de la antigüedad.

Desde las culturas que se asentaron cerca del cauce del Río Indo y hasta en la misma
Grecia se dio esta peculiar manera de darle un origen y una explicación, un por qué, a los
fenómenos y características pertenecientes al lugar donde se encontraban.

Es así como nacen los primeros grandes personajes dentro de la mitología, aquellas
personalidades portadoras de fuerza sobrehumana y de poderes sobrenaturales, que conforme
fue pasando el tiempo se fueron deformando (¿o tendríamos que usar “transformando”?) en
los Dioses particulares de cada una de las regiones en las que se asentaron las grandes
civilizaciones antiguas del mundo. Con ellos se empieza a conformar, poco a poco, una
religión que tiene sus bases en la creencia de estos primeros relatos orales que llegaron a
explicar el origen del universo particular creado por cada una de estas culturas.

Hesíodo, al escribir la Teogonía, nos permite tener un vistazo rápido, concreto y al


punto, del Universo creado por los griegos de esa época. Nos permite dar un recorrido por la
cosmogonía y la teología que concibieran los griegos, iniciando del caos llevándonos a lo
largo de la genealogía de todos sus Dioses, conociéndolos, desnudando sus orígenes.

Iniciando con una invocación hacía las musas, bellas mujeres eternas, pidiendo
humildemente por la inspiración divina para hacer uso del don sagrado que éstas le han
presentado, Hesíodo espera poder escribir de los Dioses Inmortales y en su obra logra
capturar no sólo a los Dioses de la Generación de Zeus, sino que logra inmortalizar los
orígenes mismos del Panteón Griego.

“En Primer lugar existió el Caos. Después Gea, la de ancho pecho […]”. Así comienza
con la descripción de cómo se empezó a formar el Universo y los diversos personajes que lo
conformaban (porque en el escrito todo parece ser un personaje). De ahí toma partida para
describir la genealogía de la Primera Generación de Dioses Titanes, los hijos de Gea y Urano,
explayándose con cada una de las “familias” y sus diferentes relatos (como la castración de
Urano), llegando hasta la generación de los Héroes de Grecia, los poderosos e inigualables
semidioses.

A mi punto de vista es importante destacar la presencia de los Mitos, como Prometeo,


la creación de la mujer y los trabajos de Hércules, dentro de la lectura.

La Teogonía como Literatura Mitológica me parece altamente rescatable tomando en


cuenta que para aquellas épocas la figura del Mito tenía una importancia bastante alta, nos
sólo en materia religiosa y/o formativa, sino también en materia de pertenencia a una cultura
y a un mismo origen. Estas ciudades se fueron construyendo a base de Mitos, el hecho de que
tengamos la oportunidad de conocerlas, por muy poco o por muy fantasiosas que parezcan,
es una verdadera exquisitez.

HESIODO, Teogonía, http://campus.usal.es/~licesio/L_M_V/Hesiodo_Teogonia.pdf


, Universidad de Salamanca, pp. 1-12

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