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PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCESO

El concepto del debido proceso envuelve comprensivamente el desarrollo progresivo de


prácticamente todos los derechos fundamentales de carácter procesal o instrumental,
como conjuntos de garantías de los derechos de goce -cuyo disfrute satisface
inmediatamente las necesidades o intereses del ser humano-, es decir, de los medios
tendientes a asegurar su vigencia y eficacia. El principio del debido proceso, contenido en
el artículo 41 de nuestra Carta Fundamental, o como suele llamársele en doctrina,
principio de "bilateridad de la audiencia" del "debido proceso legal" o "principio de
contradicción" y que para una mayor comprensión se ha sintetizado así: a) Notificación al
interesado del carácter y fines del procedimiento; ,b) derecho de ser oído, y oportunidad
del interesado para presentar los argumentos y producir las pruebas que entienda
pertinentes; c) oportunidad para el administrado de preparar su alegación, lo que incluye
necesariamente el acceso a la información y a los antecedentes administrativos,
vinculados con la cuestión de que se trate; ch) derecho del administrado de hacerse
representar y asesorar por abogados, técnicos y otras personas calificadas; d) notificación
adecuada de la decisión que dicta la administración y de los motivos en que ella se funde
y e) derecho del interesado de recurrir la decisión dictada. Tomen en cuenta los recurridos
que el derecho de defensa resguardado en el artículo 39 ibídem, no sólo rige para los
procedimientos jurisdiccionales, sino también para cualquier procedimiento
administrativo llevado a cabo por la administración pública; y que necesariamente debe
dársele al accionante si a bien lo tiene, el derecho de ser asistido por un abogado, con el
fin de que ejercite su defensa. Sentencia: 15-90, 1734-92, 1739-92

“El derecho de defensa resguardado en el artículo 39 ibídem, no sólo rige para los
procedimientos jurisdiccionales, sino también para cualquier procedimiento
administrativo llevado a cabo por la administración pública; y que necesariamente debe
dársele al accionante si a bien lo tiene, el derecho de ser asistido por un abogado, con el
fin de que ejercite su defensa.” Sentencia 15-90
"Tampoco se ha violado el principio del debido proceso, por cuanto la Corte Plena, al
nombrar los jueces no ejercita una competencia de carácter sancionatorio. El principio
del debido proceso garantiza que ningún derecho subjetivo puede ser restringido ni
eliminado sin previa garantía de defensa del eventual perjudicado. En el presente caso,
por carecer los jueces de un derecho subjetivo a la reelección, es evidente que la Corte
Plena puede discrecionalmente no reelegirlos, ya que, (como se dijo), no se trata del
ejercicio de una potestad de carácter sancionatoria...Sentencia 634-94

“La simple discrepancia del recurrente con su defensor no es motivo para estimar que se
ha violado el debido proceso y el derecho de defensa, pues es precisamente a su
defensor, profesional en derecho, al que corresponde determinar la posibilidad y
oportunidad de presentar una incidencia y, de cualquier modo, el interesado tiene la
posibilidad de nombrar a otro abogado defensor.” Sentencia 568-95

"La Administración debe, en atención al derecho de defensa del administrado: a) Hacer


traslado de cargos al afectado, lo cual implica comunicar en forma individualizada,
concreta y oportuna, los hechos que se imputan; b) Permitirle el acceso irrestricto al
expediente administrativo; c) Concederle un plazo razonable para la preparación de su
defensa; d) Concederle la audiencia y permitirle aportar toda prueba que considere
oportuna para respaldar su defensa; e) Fundamentar las resoluciones que pongan fin al
procedimiento; f) Reconocer su derecho a recurrir contra la resolución sancionatoria."
Sentencia 5469-95

“Debe indicarse que esta Sala ha venido perfilando el contenido del debido proceso,
haciendo la distinción entre infracciones al proceso legal – o violaciones “in
procedendo” - que pueden ser corregidas a través del curso del procedimiento
administrativo o ante la jurisdicción ordinaria, y las infracciones sustanciales a ese
procedimiento, que inclusive pueden ir más allá del contenido de las normas
procesales y cuyo irrespeto provoca verdadera indefensión, siendo este un vicio que sí
debe ser analizado por la Sala Constitucional a través del recurso de amparo.”
Sentencia 10735-02
“La Sala únicamente está facultada para determinar los alcances del principio
constitucional del debido proceso y su derivado, el derecho de defensa, sin calificar, ni
valorar las circunstancias del caso concreto, aspecto que corresponde dilucidarlo a la
autoridad consultante.” Sentencia 7958-05

“dice el párrafo primero del artículo 39 de la Constitución Política, disposición -junto


con el artículo 41 ejúsdem- de la que deriva el principio constitucional del debido
proceso, entendido como el procedimiento judicial justo, que es aplicable no sólo a los
procesos penales, sino además, a todos los judiciales, y también administrativos.
Concretamente, del artículo 39 se reconoce el principio de inviolabilidad de la defensa,
ya que para ejercitarla es necesario un procedimiento reglado en la ley; en tanto la
sentencia firme a que la que se refiere la norma constitucional, tiene que ser
lógicamente el resultado de un juicio pendiente, en el que se hayan dado todas las
garantías del debido proceso y derecho de defensa. En virtud de ello, es que es
violatorio de este principio -y por ende de los artículos 39 y 41 constitucionales- el
pretender establecer efectos jurídicos de un proceso penal sin que haya mediado
procedimiento al efecto, como lo ha señalado en forma reiterada esta Jurisdicción.”
Sentencia 18352-09

“Si bien es cierto este Tribunal Constitucional, en anteriores oportunidades, ha


sostenido que cuando se da un despido sin responsabilidad patronal en perjuicio de un
funcionario de confianza por la supuesta comisión de alguna falta disciplinaria, se
deben respetar las reglas del debido proceso (por ejemplo, las sentencias Nos. 2005-
06758 de las 22:30 hrs. de 31 de mayo de 2005 y 2007-05650 de las 16:39 hrs. de 25 de
abril de 2007); bajo una mejor ponderación del caso, se cambia el criterio expuesto y
se considera que, dado que, los funcionarios nombrados en puestos de confianza son
de libre nombramiento, por consiguiente, son de libre remoción para el empleador.”
Sentencia 17928-10
En el caso concreto, el recurrente indica que por resolución 2777-09 de las ocho horas
treinta minutos del diecisiete de julio de dos mil nueve, dictada dentro de la causa
disciplinaria número 519-09, el Ministro de Educación Pública ordenó el cese de su
nombramiento como Profesor de Enseñanza Media, luego de constatar que se había
ausentado sin justificación, los días once y veinticinco de junio de dos mil nueve. Aduce
que previo al dictado de dicha resolución no se siguió el debido proceso, por lo que
estima lesionados sus derechos fundamentales. Con vista en lo anterior, debe indicarse
que luego de analizar los elementos aportados a los autos por la autoridad accionada,
la Sala considera que en el presente asunto no existe lesión alguna a los derechos
fundamentales del tutelado, pues la resolución 2777-09, fue dictada con fundamento
en la tesis que este Tribunal sostenía en ese momento, en el sentido de que no
resultaba necesario cumplir con los elementos del debido proceso, en los supuestos de
faltas de mera constatación, criterio que fue variado a partir del dictado del voto
número 2010-11495 de las dieciséis horas con cincuenta y dos minutos del treinta de
junio de dos mil diez. Ergo, el nuevo criterio de la Sala se aplica a partir de la fecha en
que se adoptó la resolución 2010-11495. Así, en virtud de lo anterior, lo procedente es
desestimar el recurso planteado, por estimar que la actuación recurrida no es contraria
a derecho…” Sentencia 16530-10, 11495-10

“De lo expuesto, y la jurisprudencia parcialmente transcrita esta Sala se ajusta nuevo


criterio jurisprudencial que considera violatorio del debido proceso la destitución del
funcionario respecto de las faltas denominadas “por mera constatación” sea sin
haberse instruido un procedimiento administrativo con observancia de las garantías del
debido proceso. Esta omisión, a la luz de los argumentos sostenidos en el considerando
que antecede, hace que el despido del recurrente sea arbitrario y contrario a los
derechos reconocidos en los artículos 39 y 41 constitucionales. Lo anterior no es óbice
para que si concluido el procedimiento administrativo y existe mérito suficiente, se
imponga la sanción que corresponda con arreglo a Derecho. En consecuencia, se
declara con lugar el recurso, restituyase al recurrente en el pleno goce de sus
derechos.” Sentencia 15659-10
“En aplicación de los principios de gratuidad (artículo 328 ibídem) e informalismo a
favor del administrado (artículo 224 ibídem) que rigen el procedimiento administrativo,
el legislador dispuso que el administrado podrá ejercer, optativamente, una defensa
material o técnica ante la administración pública (artículo 220 ibídem), lo que significa
que sólo en casos excepcionales o extremos -por su complejidad y repercusiones
socioeconómicas-, la administración pública puede exigirle patrocinio letrado (defensa
técnica). En consecuencia, cuando el administrado ejerce una defensa material, es
decir, cuando actúa sin representación o asistido por un abogado que no tiene alguna
especialidad académica o experiencia previa e idóneamente comprobada en el ámbito
del Derecho Administrativo, la omisión de los recaudos del artículo 245 de la Ley
General de la Administración Pública produce una grosera lesión al orden
constitucional. Si al administrado o al representante legal -sin formación académica o
experiencia previa e idóneamente comprobada en el campo del Derecho
Administrativo- simplemente se les notifica el acto administrativo, y se omite indicarles
los recursos procedentes, plazos para interponerlos y órganos competentes para
resolverlos, se produce una grosera indefensión al omitirse el cumplimiento de una
formalidad sustancial (artículo 223 de la Ley General de la Administración Pública), lo
adquiere relevancia constitucional. De acuerdo con lo que se ha venido expresando,
cuando el administrado ejerza una defensa material -sin representante- o técnica –con
patrocinio letrado- bajo las condiciones indicadas la omisión de los requisitos de la
comunicación indicados en el artículo 245 de la Ley General de la Administración
Pública produce una grosera lesión al derecho defensa como garantía integrante del
debido proceso y como el asunto adquiere relevancia constitucional, puede ser
analizada a través del recurso de amparo.” Sentencia 4632-03

“Este Tribunal ha señalado que la definición de las características generales de los


procesos judiciales constituye materia librada a la discrecionalidad del legislador
ordinario, de manera que las elecciones que éste haga en esa regulación no deberían
dar lugar a cuestionamientos de constitucionalidad mientras no supongan una
infracción a las garantías de tutela judicial efectiva previstas en la Carta Fundamental o
a los parámetros constitucionales de razonabilidad y proporcionalidad (sentencia Nº
2006-09571 de las 16:14 horas del 5 de julio del 2006). También se ha señalado: “La
constitucionalidad de la competencia del legislador para, discrecionalmente, diseñar
diversidad de caminos procesales es asunto harto reafirmado en las decisiones de esta
Sala: “Comparte esta Sala el criterio de la Procuraduría sobre la legítima facultad que
tiene el legislador de diseñar dentro de cada rama general del Derecho Procesal,
procesos específicos que permitan adecuar la actividad jurisdiccional a la especialidad
y a las particularidades de cada materia. Por ello, el legislador estableció en el Derecho
Procesal Civil distintos tipos de procesos (de conocimiento y ejecución), cada uno con
sus regulaciones especiales, según las necesidades del problema a resolver lo
requieran” Sentencia 8469-15

“(…) el derecho de defensa garantizado por el artículo 39 de la Constitución Política y


por consiguiente el principio del debido proceso, contenido en el artículo 41 de nuestra
Carta Fundamental, o como suele llamársele en doctrina, principio de "bilateridad de la
audiencia" del "debido proceso legal" o "principio de contradicción" y que para una
mayor comprensión se ha sintetizado así: a) Notificación al interesado del carácter y
fines del procedimiento; b) derecho de ser oído, y oportunidad del interesado para
presentar los argumentos y producir las pruebas que entienda pertinentes; c)
oportunidad para el administrado de preparar su alegación, lo que incluye
necesariamente el acceso a la información y a los antecedentes administrativos,
vinculados con la cuestión de que se trate; ch) derecho del administrado de hacerse
representar y asesorar por abogados, técnicos y otras personas calificadas; d)
notificación adecuada de la decisión que dicta la administración y de los motivos en
que ella se funde y e) derecho del interesado de recurrir la decisión dictada. Tomen en
cuenta los recurridos que el derecho de defensa resguardado en el artículo 39 ibídem,
no sólo rige para los procedimientos jurisdiccionales, sino también para cualquier
procedimiento administrativo llevado a cabo por la administración pública; y que
necesariamente debe dársele al accionante si a bien lo tiene, el derecho de ser asistido
por un abogado, con el fin de que ejercite su defensa (…).” Sentencia 8594-15

“Esta Sala no duda ni le corresponde analizar, por ser un extremo de legalidad


ordinaria, lo referente a cuál sería la sanción que debe imponerse a la sociedad
amparada a la luz de los hechos tenidos por demostrados, sino, únicamente, en cuanto
a la incongruencia de lo advertido en la intimación de los hechos y el resultado final. Ha
especificado este Tribunal como uno de los contenidos esenciales de un traslado de
cargos el requerimiento de advertir “las eventuales consecuencias jurídicas del acto
final”, que obviamente no se puede modificar a posteriori, pues devendría en una
deficiente intimación. Lo anterior en razón que, no hay duda, que la persona
investigada debe conocer de antemano a que sanción se expone y que constituye un
punto fundamental para ejercer su defensa, pues no es lo mismo, por ejemplo, como
en este caso, una sanción pecuniaria menor que la resolución del contrato. Se reitera
que no se prejuzga cuál debe ser la sanción a imponer, sino que, únicamente, la parte
investigada debe tener claro a que se expone con los hechos investigados, si que sea
posible una ulterior modificación en su perjuicio. Tal inobservancia se estima que ha
incidido no solo en el derecho de defensa en perjuicio de la empresa tutelada, sino
también en una infracción al derecho al debido proceso”. SENTENCIA 7225-17

“el amparado es un denunciante cualificado, pues ha experimentado los efectos


nocivos de la conducta o situación irregular que se le imputa al denunciado, por
supuestamente haberlo amenazado. De manera que el recurrente puede obtener,
aunque sea indirectamente, una situación ventajosa de dicho proceso o, incluso, un
derecho. Bajo esa condición, el amparado tiene un interés legítimo y como tal, debe
reputársele, para todo efecto, como parte interesada en el procedimiento
administrativo respectivo, pues le asisten todos los derechos al debido proceso, de
modo que debe contar con la posibilidad efectiva de presentar alegatos, ofrecer
prueba, participar en la producción de esta y de recurrir cualquier resolución de
trámite de efectos propios o final que se dicte. Ello implica la posibilidad de participar
en las audiencias y de preguntar a los testigos, aspectos que le fueron negados al
amparado por la autoridad recurrida. El haber negado al tutelado, como denunciante
cualificado, la condición de parte, vulneró su derecho de ejercer al debido proceso. Por
consiguiente, lo procedente es estimar el recurso y restablecerlo en el pleno goce de
sus derechos fundamentales, lo que implica que deba anularse todo lo actuado por el
recurrido en la audiencia del 3 de marzo de 2017 y los actos posteriores a esta, a
efectos de que tenga como parte al amparado y le permita ejercer sus derechos como
tal”. SENTENCIA 6344-17

“IV.- Sobre la afectación al derecho al debido proceso y el derecho a recurrir la


resolución que le impone la prisión preventiva. El recurrente acusa que el Tribunal
Penal de Liberia declaró inadmisible el recurso planteado contra la resolución del
Tribunal de Flagrancia de ese mismo circuito, que ordenó el encarcelamiento
preventivo por tres días de los amparados, en virtud del principio de taxatividad de los
recursos en materia penal y la imposibilidad de que un Tribunal conozca en alzada la
resolución de un Juez de igual rango, lo que lesiona sus derechos y garantías
constitucionales. Si bien es cierto esta Sala ha avalado en su jurisprudencia que la
inexistencia de recurso de apelación para las resoluciones de prisión preventiva
dictadas en flagrancia -aún en casos en los que luego se dicta la incompetencia- (ver
sentencia 2015-001917 de las 9:05 horas del 11 de febrero de 2015), bajo una mejor
ponderación, se rectifica ese criterio y se ordena admitir el recurso de apelación de la
prisión preventiva dictada por un juez de flagrancia, en aquellos casos en que esa
medida se adopta luego de que éste se declare incompetente y remita la causa al juez
ordinario. Lo anterior porque es lógico que si la causa se estima "ordinaria", tenga
acceso a la mismas reglas de esa instancia, incluido el recurso de apelación de la
prisión preventiva. Lo contrario sería dejar a los imputados en un limbo jurídico, con lo
peor de los dos sistemas, es decir, sin la celeridad de la flagrancia porque su causa ya
no se tramitará bajo esas reglas, y sin la amplitud de la vía recursiva de la vía ordinaria,
dónde sí se reconoce una vía recursiva más amplia para las causas tramitadas bajo ese
procedimiento. Al haber dictado un juez una medida de prisión preventiva
declarándose incompetente para conocer la causa en flagrancia, no es razonable
aplicar las restricciones que establece la ley para el trámite de flagrancias, si la causa no
pertenece a esa instancia. Lo contrario significaría que una causa que se tramita ante la
jurisdicción penal ordinaria, tiene reglas distintas para los imputados cuyas causas se
remiten por incompetencia, respecto a los que tienen el mismo procedimiento desde
el inicio; trato a todas luces irrazonable y desigual, contrario a lo establecido en nuestra
Constitución Política en su artículo 33 y en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en su artículo 24. Aplicar las limitaciones de acceso al recurso de apelación
de la prisión preventiva de la materia de flagrancias a un caso que se tramitará bajo el
procedimiento ordinario previsto en el Código Procesal Penal, únicamente porque el
juez que dictó la medida cautelar es un juez de flagrancias declarado incompetente, es
a todos luces un trato discriminatorio de los imputados frente a la ley. En consecuencia,
se ordena al Juzgado Penal de Liberia, que admita como en derecho corresponda, el
recurso contra la prisión preventiva interpuesto por la defensa de los imputados, en un
plazo no mayor a 72 horas -ver en similar sentido la sentencia 2016-009525 de las
nueve horas cuarenta y cinco minutos del ocho de julio de dos mil dieciséis-.
SENTENCIA 9520-17

“Pese a lo indicado por la recurrida, en el sentido de que el cese de la tutelada


se debió a su deficiente desempeño en el puesto y a las quejas en su contra
interpuestas por otros funcionarios del tribunal, la Sala tiene como demostrado que no
se le concedió audiencia previa alguna, para que ejerciera su derecho de defensa por
estas presuntas faltas, ni se le impusieron sanciones disciplinarias que consten en el
expediente personal de la amparada. De manera que, al no haberse concedido al
menos tal audiencia de previo al cese de la prórroga del nombramiento de la
recurrente, se le impidió ejercer su derecho de defensa por las faltas endilgadas, por lo
que este Tribunal estima que procede la estimatoria del recurso, por la violación al
derecho fundamental al debido proceso y el derecho defensa”. SENTENCIA 9574-17

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