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RESCATE

(Primera parte)

Experiencia relatada por el VGM Hector Hugo Diaz.

(Tripulante del Crucero General Belgrano)

Como dije la noche del lunes 3 fue terrible. Creí que no veríamos el amanecer. Pero si, en el
Sur amanece tarde y esa mañana no se diferenciaba mucho de la anterior: viento y frio y el
cielo gris.

Pero llegó el día y la esperanza de que nos encuentren toma otro color. Como conté antes
salíamos de a ratos para ver si alguien nos venía a rescatar. El frío ya no se soportaba y creo
que era lo peor. No recuerdo si tomamos agua o comimos algo. Al menos yo no recuerdo
haberlo hecho esa mañana.

Casi a las 10.00 horas el Cabo segundo Aquino abre el cierre de la capota y sale para ver si
divisa algún buque a la distancia. Estuvo mucho tiempo afuera y de pronto entra y queda
tirado. Cerramos la capota y tratamos de darle calor. Estar más de tres o cuatro minutos
afuera y en el estado en que estábamos era peligroso. Al rato escuchamos un ruido muy
conocido. El ruido típico de un helicóptero. Abrimos la capota y lo primero que vimos fue una
gran Cruz Roja en la parte de abajo de un helicóptero que está sobre la balsa a pocos metros. Y
una mano que nos señalaba que miremos en una dirección.

Miramos y vimos a lo lejos la silueta inconfundible del Bahía Paraíso transformado en buque
hospital. El helicóptero se fue y veíamos que el buque venía hacia nosotros pero todavía
estaba lejos. Nosotros estábamos sucios por orinarnos encima y quizás más de uno vomito por
el movimiento continuo de la balsa. En pocas palabras dábamos asco.
Lo miro al Nene Sevilla y le digo "Nene prestarme el peine " yo sabía que siempre tenía uno en
el bolsillo. Y me pregunta

- "¿Para qué queres el peine ahora?

Y le contesto:

- “En el buque hospital vienen enfermeras tenemos que estar bien…"

Me equivoque el Bahía Paraíso en ese momento al menos no traía enfermeras…

El buque se fue acercando de a poco y se escuchaban los gritos de sus tripulantes. Festejando
encontrar otra balsa con sobrevivientes. Nos acercamos a la banda de estribor del buque y
bajan la escala mecánica. Con tanta mala suerte que una gran una nos levanta y la escala casi
nos hunde la balsa. Como vieron que la maniobra se complicó se tiraron los buzos de rescate y
nos acercaron al costado del buque.

Desde la cubierta nos tiran unos cabos (sogas) para que podamos subir. Yo tenía las manos
agarrotadas y a los gritos pregunto si tenían guantes. De inmediato uno de los marinos me
arroja un par de guantes. Me ató como puedo la soga a la cintura y comienzo a subir.

Cuando estoy a poco a centímetros de la cubierta muchas manos me agarraron y me subieron


como si fuese una pluma. Estando ya en cubierta y pisando algo firme le pido que me suelten
que podía caminar. Me sueltan y de inmediato me caigo... No podía dar un paso...

Creí que estaba bien pero no. Estaba muy débil. Nos llevan a una cubierta baja y con tijeras
nos cortaban la ropa y nos ponían mantas. Y otros nos traían un jarro de aluminio hirviendo de
chocolate caliente. La traían con guantes para no quemarse y nosotros los agarrábamos como
si nada y lo tomábamos desesperados por algo caliente. Nos llevan abajo a una bodega que
estaba llena de colchones en el piso y ya había muchos compañeros que habían rescatado
antes. Nos llevan a las duchas y regulaban el agua. Nosotros nos metíamos debajo la ducha y
cerrábamos el agua fría y dejábamos sólo el agua caliente.

También era una forma de ver si estábamos bien o teníamos alguna parte del cuerpo
congelada. Sentí que me dolía mucho la mano derecha y veo que tengo uno de los dedos fuera
de lugar. Nos dan ropa. Unos enteritos frisados y unas botas sin suela y muy abrigadas. Nos
acostamos y enseguida nos traen un churrasco como de un kilo con puré. Creo que lo corté en
dos trozos y los como sin masticar. Después me quiero levantar y siento que todo me da
vueltas. Según dicen me caí al suelo casi desmayado. Pero nunca toque el suelo cuando estaba
cayendo dos marineros me agarran y me acuestan nuevamente.

Creo que se me había bajado la presión. Le digo que me dolía una mano y cuando me revisan
ven que tengo un dedo fuera de lugar. Yo no me había dado cuenta en la balsa por el frío.
Parece que me saque el dedo de lugar cuando después que impactará los torpedos me fui
hasta el tambucho de Popa donde teníamos nuestro taller a buscar los bolsos que teníamos
preparado por las dudas. Teníamos chocolate y Whisky para matar el frío y algún abrigo. Pero
el tambucho tenía candado y cadena y yo la llave no la tenía. Según parece tiré tan fuerte que
rompí la cadena y ahí fue cuando me saque el dedo de lugar.

Busco los bolsos y los voy sacando para dárselos a mis compañeros. Lo veo al Conscripto
Reartes le doy su bolso y el levanta un reloj de la cubierta y me pregunta si era mío. Le digo
que no y lo dejo en el lugar. Rehartes está vestido por completo y bien abrigado. Me dice
suerte Cabo y se va rumbo a su balsa que estaba en la banda de babor.
Fue la última vez que lo vi. Todavía hoy me pregunto qué le pasó. Pero el Conscripto Reartes
es uno de los 323 Héroes del Belgrano. Volviendo al Bahía Paraíso me llevan a la cubierta
donde tenían los quirófanos y parte de enfermería. Mientras un médico y un enfermero me
hablaban y trataban de distraerme con preguntas. El otro médico me revisaba la mano y con
un golpe seco me pone el dedo en su lugar. Lo insulte hasta en arameo. Pero el dedo ya estaba
en su lugar.

Bajo a la bodega donde estaban todos siempre con alguien al lado y me junto con mis camadas
para hablar. Cada uno contaba lo suyo éramos muchos no se bien cuantos pero éramos una
cantidad considerable. Contentos de ver que se habían salvado y esperando que rescate más
balsas. Yo siempre creí que fuimos los últimos. Pero el Gato Tejada me dice que ellos fueron
los últimos porque cuando llegó nos vio a nosotros. Después todas las balsas que rescataron
los tripulantes estaban muertos por el frío. Cada vez que sonaba la sirena y decían balsa a la
vista esperábamos que lleguen más camaradas. Pero sólo subían Marinos muertos y los
llevaban a una de la cámara frigoríficas y los metían con gran respeto y cuidado en una bolsa
negra. Bueno el escribir me dio sueño. Mañana voy a contar lo que falta del rescate y la llegada
a Puerto.

(Continuará)

Gracias VGM…Agradecemos comparta sus vivencias. Equipo de OM.

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