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UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO I

DESARROLLO DEL APEGO

Autores:

- Xxxx, xxxx

- Xxxxx, xxx

- Ore Vilca, Micaela Adela

- Xxxx, xxx

Lima, Perú
2018
Dedicatoria

Este presente trabajo se lo dedicamos a


xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
xxxxxxxxxxxxxxxxxx.
Desarrollo del apego

Xxxx, x; Xxxx, Y; Ore, M & Xxxx, X.

Facultad de Psicología

Resumen

La presente investigación busca dar a conocer como se forma la relación de apego en las
primeras etapas del ser humano y el cómo se desarrolla, se abordaron también los tipos de
apego que puede presentar un

Palabras clave: Apego, etapa etapas del ser humano, xxxxxx


Abstract

Aggressive behavior is a problem of social relevance that requires our particular attention as
it is perceived the increase of the incidence of aggressive behaviors; that if they are not
detected since children in the adult stage will bring diverse and greater consequences. In
order to prevent and stop this increase in aggressive behavior of children in school, the main
thing to identify and describe the factors associated with the manifestation of such behavior;
For this reason, with this monograph we want to make known the aggressive behavior, its
characteristics, the factors that influence to initiate this type of behavior, the possible
treatment and prevention to take into account. Since it is very important to be alert to this, to
avoid generating some type of aggressive behavior that can affect any individual.

Keywords: Aggressiveness, school stage, children, predisposing factors.


ÍNDICE

Dedicatoria

Resumen

Abstract

CAPÍTULO I: GENERALIDADES

1.1. Desarrollo
1.2. Apego
1.2.1. Teorías
1.2.2. Tipos
1.2.2.1. Apego seguro
1.2.2.2. Apego inseguro – ambivalente
1.2.2.3. Apego inseguro – evitativo

CAPÍTULO II: DESARROLLO DEL APEGO

2.1 Concepto
2.2 Características
2.3 Etapas del desarrollo del apego
2.3.1. Fase de pre-apego.
2.3.2. Fase de formación del apego.
2.3.3. Fase de apego propiamente dicha.
2.3.4. Formación de relaciones reciprocas.
2.4. Factores que afectan al desarrollo del apego y sus trastornos.

CAPÍTULO I
GENERALIDADES

1.1.Desarrollo

Según Martínez, P. (2012) “La palabra desarrollo es entendida popularmente


en la actualidad como el cambio, transformación y evolución que sufre un sujeto,
objeto u organismo, para poder liberar sus potenciales máximos”.
Para la Real Academia de la Lengua Española “Desarrollo es el sinónimo de
incrementar, extender, ampliar o aumentar alguna característica de algo físico o
abstracto”.

En conclusión, podemos afirmar que el desarrollo hace referencia a cambio,


crecimiento, evolución o progreso de algo, éste pudiendo ser algo físico o abstracto.

1.2.Apego

El apego es un vínculo afectivo que se forma entre madre-infante o cuidador-


infante. Para varios autores es considerado que un apego seguro, facilitará al infante
en su futuro tener una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros,
mientras que un apego inseguro estará asociado con problemas emocionales y
conductuales a lo largo de la vida.

López (2009) define el apego como el vínculo afectivo, que establecen los
niños en el primer año de vida con la(s) persona(s) que lo(s) cuidan.
Para Bowlby (1989) plantea que estos vínculos de apego se establecen con
los padres o tutores en la infancia, a los que se recurre buscando protección, consuelo
y apoyo. Ya en la adolescencia y vida adulta, si bien estos lazos persisten, son
complementados por nuevos; en general de naturaleza heterosexual.
1.2.1. Teorías
1.2.1.1. Bowlby
1.2.1.2. Ainsworth
1.2.2. Tipos
Durante los años sesenta, Schaffer y Emerson (1964) realizaron en
Escocia una serie de observaciones sobre sesenta bebés y sus familias
durante los dos primeros años de vida. Este estudio puso de manifiesto que
el tipo de vínculo que los niños establecían con sus padres dependía
fundamentalmente de la sensibilidad y capacidad de respuesta del adulto con
respecto a las necesidades del bebé. Mary Ainsworth, en el análisis de los
datos que había recogido en sus observaciones de los Ganda en Uganda,
encontró una información muy rica para el estudio de las diferencias en la
calidad de la interacción madre-hijo y su influencia sobre la formación del
apego. Estos datos también revelaron la importancia de la sensibilidad de la
madre a las peticiones del niño. Ainsworth encontró tres patrones principales
de apego: niños de apego seguro que lloraban poco y se mostraban
contentos cuando exploraban en presencia de la madre; niños de apego
inseguro, que lloraban frecuentemente, incluso cuando estaban en brazos de
sus madres; y niños que parecían no mostrar apego ni conductas
diferenciales hacia sus madres. Otro trabajo realizado posteriormente en
Baltimore (Bell y Ainsworth, 1972) confirmó estos datos. Ainsworth diseñó una
situación experimental, la Situación del Extraño (Ainsworth y Bell, 1970), para
examinar el equilibrio entre las conductas de apego y de exploración, bajo
condiciones de alto estrés. La Situación del Extraño es una situación de
laboratorio de unos veinte minutos de duración con ocho episodios. La madre
y el niño son introducidos en una sala de juego en la que se incorpora una
desconocida. Mientras esta persona juega con el niño, la madre sale de la
habitación dejando al niño con la persona extraña. La madre regresa y vuelve
a salir, esta vez con la desconocida, dejando al niño completamente solo.
Finalmente regresan la madre y la extraña. Como esperaba, Ainsworth
encontró que los niños exploraban y jugaban más en presencia de su madre,
y que esta conducta disminuía cuando entraba la desconocida y, sobre todo,
cuando salía la madre. A partir, de estos datos, quedaba claro que el niño
utiliza a la madre como una base segura para la exploración, y que la
percepción de cualquier amenaza activaba las conductas de apego y hacía
desaparecer las conductas exploratorias. Ainsworth encontró claras
diferencias individuales en el comportamiento de los niños en esta situación.
Estas diferencias le permitieron describir tres patrones conductuales que eran
representativos de los distintos tipos de apego establecidos:

1.2.2.1. Apego seguro

Inmediatamente después de entrar en la sala de juego, estos niños


usaban a su madre como una base a partir de la que comenzaban a
explorar. Cuando la madre salía de la habitación, su conducta exploratoria
disminuía y se mostraban claramente afectados. Su regreso les alegraba
claramente y se acercaban a ella buscando el contacto físico durante
unos instantes para luego continuar su conducta exploratoria. Cuando
Ainsworth examinó las observaciones que había realizado en los hogares
de estos niños, encontró que sus madres habían sido calificadas como
muy sensibles y responsivas a las llamadas del bebé, mostrándose
disponibles cuando sus hijos las necesitaban. En cuanto a los niños,
lloraban poco en casa y usaban a su madre como una base segura para
explorar. Ainsworth creía que estos niños mostraban un patrón saludable
en sus conductas de apego. La responsividad diaria de sus madres les
había dado confianza en ellas como protección, por lo que su simple
presencia en la Situación del Extraño les animaba a explorar los
alrededores. Al mismo tiempo, sus respuestas a su partida y regreso
revelaban la fuerte necesidad que tenían de su proximidad. Este modelo
ha sido encontrado en un 65-70% de los niños observados en distintas
investigaciones realizadas en EE.UU.

1.2.2.2. Apego inseguro- ambivalente


Estos niños se mostraban tan preocupados por el paradero de sus
madres que apenas exploraban en la Situación del Extraño. Pasaban un
mal rato cuando ésta salía de la habitación, y ante su regreso se
mostraban ambivalentes. Estos niños vacilaban entre la irritación, la
resistencia al contacto, el acercamiento y las conductas de mantenimiento
de contacto. En el hogar, las madres de estos niños habían procedido de
forma inconsistente, se habían mostrado sensibles y cálidas en algunas
ocasiones y frías e insensibles en otras. Estas pautas de comportamiento
habían llevado al niño a la inseguridad sobre la disponibilidad de su madre
cuando la necesitasen. En los datos de Ainsworth, diversos estudios
realizados en distintas culturas han encontrado relación entre el apego
inseguro-ambivalente y la escasa disponibilidad de la madre. Frente a las
madres de los niños de apego seguro que se muestran disponibles y
responsivas, y las de apego inseguro-evitativo que se muestran
rechazantes, el rasgo que mejor define a estas madres es el no estar
siempre disponibles para atender las llamadas del niño. Son poco
sensibles y atienden menos al niño, iniciando menos interacciones. Sin
embargo, el hecho de que en algunos estudios (Isabella, 1993;
Stevenson-Hinde y Shouldice, 1995) se haya encontrado que en algunas
circunstancias estas madres se muestran responsivas y sensibles, podría
indicar que son capaces de interactuar positivamente con el niño cuando
se encuentran de buen humor y poco estresadas. Un aspecto muy
destacado del comportamiento de estas madres tiene que ver con su
actitud ante la conducta exploratoria del niño, ya que los estudios que han
considerado este aspecto han hallado que tienden a intervenir cuando el
niño explora, interfiriendo con esta conducta. Este aspecto, unido al
anterior, aumenta la dependencia y falta de autonomía del niño, y sirve
para explicar la percepción que el niño puede llegar a tener sobre el
comportamiento contradictorio de la madre.
1.2.2.3. Apego inseguro-evitativo

Se trataba de niños que se mostraban bastante independientes en


la Situación del Extraño. Desde el primer momento comenzaban a
explorar e inspeccionar los juguetes, aunque sin utilizar a su madre como
base segura, ya que no la miraban para comprobar su presencia, sino que
la ignoraban. Cuando la madre abandonaba la habitación no parecían
verse afectados y tampoco buscaban acercarse y contactar físicamente
con ella a su regreso. Incluso si su madre buscaba el contacto, ellos
rechazaban el acercamiento. Debido a su conducta independiente en la
Situación del Extraño en principio su conducta podría interpretarse como
saludable. Sin embargo, Ainsworth intuyó que se trataba de niños con
dificultades emocionales; su desapego era semejante al mostrado por los
niños que habían experimentado separaciones dolorosas. Las
observaciones en el hogar apoyaban esta interpretación, ya que las
madres de estos niños se habían mostrado relativamente insensibles a las
peticiones del niño y rechazantes. Los niños se mostraban inseguros, y en
algunos casos muy preocupados por la proximidad de la madre, llorando
intensamente cuando abandonaba la habitación. La interpretación global
de Ainsworth era que cuando estos niños entraban en la Situación del
Extraño comprendían que no podían contar con el apoyo de su madre y
reaccionaban de forma defensiva, adoptando una postura de indiferencia.
Habiendo sufrido muchos rechazos en el pasado, intentaban negar la
necesidad que tenían de su madre para evitar frustraciones. Así, cuando
la madre regresaba a la habitación, ellos renunciaban a mirarla, negando
cualquier tipo de sentimientos hacia ella. Estos niños suponen el 20% del
total de niños estudiados en EE.UU.
CAPITULO II

DFESARROLLO DEL APEGO

2.1Concepto
2.2Características
2.3Etapas del desarrollo del apego y sus trastornos

En los seres humanos el vínculo de apego tarda unos meses en aparecer, ya


que conlleva una compleja mezcla de conductas entre la madre y su hijo y adquiere
una gran variedad de formas. El establecimiento del lazo afectivo, según Bowlby,
evoluciona a través de cuatro etapas

2.3.1 Fase de pre-apego

Abarca desde el nacimiento hasta las seis primeras semanas


aproximadamente. Durante este periodo, la conducta del niño consiste en
reflejos determinados genéticamente que tienen un gran valor para la
supervivencia. A través de la sonrisa, el llanto y la mirada, el bebé atrae la
atención de otros seres humanos; y, al mismo tiempo, es capaz de responder a
los estímulos que vienen de otras personas. Tratan en muchas ocasiones de
provocar el contacto físico con el resto de los seres humanos. En esta fase
aparece un reconocimiento sensorial muy rudimentario hacia la madre. Prefieren
la voz de ésta a la de cualquier otro adulto a pesar de que todavía no muestran
un vínculo de apego propiamente dicho.

2.3.2 Fase de formación del apego

Seis semanas hasta los seis meses. En esta fase, el niño orienta su
conducta y responde a su madre de una manera más clara de cómo lo había
hecho hasta entonces. Sonríe, balbucea y sigue con la mirada a su madre de
forma más consistente que al resto de las personas. Sin embargo, todavía no
muestran ansiedad cuando se les separa de la madre a pesar de reconocerla
perfectamente. No es la privación de la madre lo que les provoca enfado, sino la
pérdida de contacto humano como cuando, por ejemplo, se les deja solos en
una habitación.

2.3.3 Fase de apego propiamente dicha


6-8 meses hasta los 18-24 meses. En esta fase, el vínculo afectivo hacia
la madre es tan claro y evidente que el niño suele mostrar gran ansiedad y
enfado cuando se le separa de ésta. A partir de los ocho meses el bebé puede
rechazar el contacto físico incluso con un familiar muy cercano ya que lo único
que desea y le calma es estar en los brazos de su madre. La mayor parte de las
acciones de los niños; por ejemplo, el gatear, tienen el objetivo de atraer la
atención de la madre y una mayor presencia de ésta.

2.3.4 Formación de relaciones reciprocas

18-24 meses en adelante. Una de las características más importantes a


estas edades es la aparición del lenguaje y la capacidad de representarse
mentalmente a la madre, lo que le permite predecir su retorno cuando ésta está
ausente. Por tanto, decrece la ansiedad porque el niño empieza a entender que
la ausencia de la madre no es definitiva y que en un momento dado, regresará a
casa. En esta fase, los niños a los que su madre les explica el porqué de su
salida y el tiempo aproximado que estará ausente suelen llorar mucho menos
que los niños a los que no se les da ningún tipo de información. A partir de los
tres años, el niño despliega una serie de estrategias con las que intenta
controlar la interacción con su madre “obligándola” en determinados momentos
a pactar las entradas y salidas del hogar.

2.4 Factores que afectan al desarrollo del apego y sus trastornos.

Los estudios nos muestran que los bebés que poseen apego seguro suelen
tener madres amables, receptivas, que no molestan ni maltratan a sus hijos. Sin
embargo, los niños inseguros son hijos de madres que carecen de todas o algunas
de estas cualidades.

En líneas generales podemos hablar de cuatro grandes factores que inciden en la


formación del apego

2.4.1 Privación materna e institucionalización

En una serie de estudios muy conocidos de Spitz se observó que los


niños institucionalizados que habían sido abandonados por sus madres entre
el tercer mes y el primer año de vida mostraban una extrema sensibilidad a las
infecciones así como un marcado retraso en el desarrollo. Estos niños se
criaban en una especie de cubículos sin ningún tipo de estimulación y tenían
una cuidadora para cada grupo de siete u ocho niños. En estas condiciones,
los bebés solían manifestar un apego inseguro cuando interactuaban con las
personas que les cuidaban.

Aquellos niños que sufrían una separación maternal muy prolongada en la


segunda mitad del primer año de vida mostraban un desorden depresivo muy
severo denominado depresión anaclíctica. Al poco tiempo de llegar a la
institución, los bebés empezaban a aislarse del entorno, perder peso, llorar
continuamente y sufrir insomnio. Si no recuperaban pronto a la madre o no se
establecía una adecuada relación con una cuidadora, la depresión era
prácticamente irreversible.

Sin embargo, el daño es muy importante, pero no irreversible. Bebés que han
vivido en condiciones penosas en las instituciones de su país de origen, vienen
a nuestra sociedad con un gran retraso en relación con los niños de su edad.
No obstante, si el nivel socio-afectivo-cultural de la familia que adopta es lo
suficientemente elevado como para ofrecer a estos niños los estímulos
afectivos y cognitivos de los que han carecido, es muy posible que el retraso
vaya desapareciendo y que se igualen con los niños de su edad.

2.4.2 Calidad de la crianza

La teoría etológica manifiesta que los bebés criados en familias cuyos


padres son insensibles a las demandas y necesidades del niño suelen
desarrollar un apego inseguro. Un cuidado maternal extremadamente
inadecuado puede suponer un potente predictor de desórdenes en el
establecimiento del apego. Ainsworth y colaboradores observaron que los
niños con apego seguro tenían madres que en los primeros meses de vida
respondían rápidamente al lloro del bebé e intentaban adaptar su conducta a la
de su hijo. Sin embargo, los niños con apego inseguro (evitante, resistente y
desorganizado/desorientado) solían tener madres que evitaban el contacto
físico con su hijo y se comportaban de manera rutinaria en las interacciones
cara a cara típicas del cuidado de todo bebé. Además, en las familias donde la
ansiedad es la característica predominante del entorno, las madres suelen ser
más insensibles y, por tanto, aumenta la frecuencia del apego inseguro.
2.4.3 Características del niño

Existen estudios que relacionan los partos complicados, niños


prematuros, enfermedades en los primeros meses e incluso el temperamento
del niño con problemas en el establecimiento del vínculo afectivo del niño. Los
niños extremadamente difíciles (lloran todo el día y se muestran irritables con
mucha frecuencia) suelen provocar ansiedad en la madre y esto hace que sea
más complicado el establecimiento del lazo afectivo. Sin embargo, si los
padres tienen recursos afectivos, sociales y cognitivos adecuados para
manejar el difícil temperamento del bebé o la enfermedad del mismo, puede no
haber excesivos problemas a la hora de desarrollar el apego.

2.4.4 Trastorno del apego reactivo

El RAD es una enfermedad psiquiátrica compleja que puede afectar


niños pequeños, es un problema en el cual el niño es incapaz de formar una
relación normal o amorosa con otros. Es considerado como el resultado de no
formar un vínculo con ningún cuidador cuando se es muy pequeño. Los
problemas físicos, emocionales y sociales asociados con RAD pueden persistir
a medida el niño crece más viejo La mayoría de los niños con trastorno de
apego reactivo han tenido problemas graves o interrupciones en sus relaciones
tempranas. Muchos han sido físicos o emocionalmente abusados o
descuidados. Algunos han experimentado una atención inadecuada en un
entorno institucional u otra colocación fuera del hogar, como un hospital,
programa residencial, cuidado de crianza u orfanato. Otros han tenido pérdidas
o cambios múltiples o traumáticos en su cuidador principal. La causa exacta
del trastorno de apego reactivo no se conoce aunque la investigación sugiere
que la atención inadecuada es una causa posible. Los niños que muestran
signos de trastorno de apego reactivo necesitan una evaluación psiquiátrica y
plan de tratamiento individualizado. Estos signos o síntomas pueden también
se puede encontrar en otros trastornos psiquiátricos. Un niño nunca debe
recibir esta etiqueta o diagnóstico sin una evaluación integral. (AACAP, 2011)
Se caracteriza por serios problemas en los afectos emocionales a otros. La
RAD generalmente se presenta antes de los 5 años, pero un padre, cuidador o
médico puede notar que un niño tiene problemas con el apego emocional en
su primer cumpleaños.

a. Causas
El RAD es causado por el maltrato o el descuido de las necesidades de un bebé con
relación a:

 Los lazos emocionales con un cuidador ya sea primario o secundario

 El alimento

 La seguridad física

 El contacto

Se puede descuidar a un bebé o a un niño cuando:

 El cuidador padece retardo mental.

 El cuidador carece de destrezas para la crianza.

 Los padres están separados.

 Los padres son adolescentes.

 Un cambio frecuente en los cuidadores (por ejemplo, en orfanatos u hogares


sustitutos) es otra causa de este trastorno.

b.Síntomas

En un niño, los síntomas pueden incluir:

 Rechazar al cuidador

 Evitar el contacto físico

 Dificultad para ser consolado

 No hacer distinciones al socializar con extraños


 Desear estar solo en lugar de interactuar con otros

 El cuidador con frecuencia descuida en el niño:

 Las necesidades de bienestar, estimulación y afecto

 Las necesidades como el alimento, el aseo y el juego


 Cólicos severos y / o dificultades de alimentación
 Falta de aumento de peso
 Comportamiento desapegado e insensible
 Dificultad para ser consolado
 Comportamiento preocupado y / o desafiante
 Inhibición o vacilación en las interacciones sociales
 Desinhibición o familiaridad inapropiada o cercanía con extraños.

c. Tratamiento

El tratamiento tiene dos partes. La primera meta es garantizar que el niño esté
en un ambiente seguro donde tenga satisfechas sus necesidades físicas y emocionales.

Una vez que se ha logrado esto, el siguiente paso es modificar la relación entre el
cuidador y el niño, en caso de que el primero haya causado el problema. Unas clases
sobre destrezas con respecto a la crianza pueden ayudar al cuidador a satisfacer las
necesidades del niño y establecer lazos afectivos con él.

Una asesoría puede ayudar al cuidador a solucionar los problemas, como drogadicción
o violencia familiar. Los servicios sociales de protección del menor deben hacer un
seguimiento a la familia para constatar que el niño esté en un ambiente seguro y
estable.

d.Posibles complicaciones
Sin tratamiento, esta afección puede afectar permanentemente la habilidad del niño
de interactuar con otros. Esta puede estar relacionada con:

 Ansiedad
 Depresión

 Otros problemas sicológicos

 Trastorno de estrés postraumático

BIBLIOGRAFIAS

1. Martínez, P. (2012). Evolución Histórica de la Palabra Desarrollo. Universidad Pública Colegio


Mayor De Cundinamarca, Bogotá.
2. López, F. (2009). Amores y desamores: Procesos de vinculación y desvinculación sexuales y
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3. Federación de enseñanza de CC.OO de Andalucía. (13 de Marzo del 2011). Temas para la
educación. Revista digital para profesionales de la enseñanza.
4. AINSWORTH, M.D. y BELL, S.M. (1970). Apego, exploración y separación,
ilustrados a través de la conducta de niños de un año en una situación extraña. En J.
Delval (Comp.), Lecturas de psicología del niño, Vol. 1, 1978. Madrid: Alianza.
5. BELL, S.M. y AINSWORTH, M.D. (1972). Infant crying and maternal
responisiveness. Child Development, 43, 1171-1190.
6. BOWLBY, J. (1980). La pérdida afectiva. Tristeza y depresión. Buenos Aires: Paidós,
1984.
7. ISABELLA, R.A. (1993). Origins of attachments: Maternal interactive behavior
across the first year. Child Development, 64, 605-621.
8. MAIN, M. y SOLOMON, J. (1986). Discovery of a new, isecure-
disorganized/disoriented attachment pattern. En T.B. Brazelton y M. Yogman (Eds.),
Affective development in infancy. Norwood, NJ: Ablex.
9. SCHAFFER, H.R. y EMERSON, P.E. (1964). The development of social attachments
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10. AMERICAN ACADEMY OF ADOLESCENT AND CHILD PSYCHIATRY (2011).
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11. NATIONAL LIBRARY OF MEDICINE (2016). Trastorno de vinculación reactiva de

la lactancia materna o la primera infancia

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