Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Desde un punto de vista global, el capital humano está relacionado con la cualificación
de los trabajadores de una empresa. En este sentido, el capital humano se refiere al
valor económico potencial de la mayor capacidad productiva de un individuo.
Sea cual sea su tamaño, toda empresa necesita tres tipos de recursos que son vitales
para su puesta en marcha y supervivencia:
Recursos financieros
Recursos materiales
Recursos humanos
Para lograr el éxito empresarial es vital que estos tres elementos estén bien equilibrados
y conjuntados.
Los recursos humanos son los que forman el capital humano. Por lo tanto, para crecer
la empresa necesita una selección y reclutamiento eficaces, así como el interés en la
formación continua de los trabajadores y directivos.
Es tan importante gestionar los recursos humanos como los económicos o materiales
de la empresa. De hecho, podemos considerar la inversión en capital humano tan
importante como otras inversiones.
En este sentido, podemos decir que los trabajadores son el recurso más valioso de una
empresa, puesto que su trabajo es crucial para que alcance el éxito. Es más, gestionar
adecuadamente el capital humano puede salvar a la empresa aun cuando los otros
recursos flaquean.
Para gestionar adecuadamente el capital humano es esencial tener un sistema de
contratación, formación y retención de los trabajadores que apueste por el talento y la
valoración de la productividad.
Es esencial que los empleados actualicen sus conocimientos y que cuenten con el
tiempo necesario para hacer frente a las situaciones cambiantes.
Por eso, una gestión correcta del capital humano ofrece formación a los trabajadores y
les apoya cuando quieren progresar y ampliar su formación. Esto redundará en beneficio
de la empresa y ayudará a retener el talento, puesto que los trabajadores se sienten
reconocidos y apoyados.
También es necesario motivar a los trabajadores para que sigan formándose. No solo
hay que proporcionarles los recursos necesarios, sino también ofrecerles incentivos que
amplíen su formación.
No se puede olvidar que una buena gestión del capital humano se encamina hacia el
rendimiento operativo, lo cual genera valor en toda la empresa.
Los financieros hemos pensado muchos años que las empresas eran casi sólo números.
Ebitda, roe, apalancamiento financiero, cotización, la realidad actual nos pone de
manifiesto que todo eso es importante y necesario, pero también nos dice que hay otras
cosas en lugar de números. Norton y Kaplan a través de su Cuadro de Mando Integral
(Balanced Scorecard) nos insistieron en la importancia que tenían otras perspectivas
(además de la financiera): clientes, procesos y recursos humanos.
Y a partir de ahí tenemos un extraordinario punto de partida para conocer a la gente (el
activo más valioso de la empresa). Hay que conseguir que la persona se involucre con
la estrategia de la empresa y que se crea parte de esa empresa. ¿Cómo? No es sólo
cuestión de dinero
La empresa no es sólo capital y activos fijos. Para poder administrar ese capital y poder
operar esos activos fijos, la empresa requiere de personal, y en la medida en que este
sea el más adecuado, el más competente, la eficiencia de la empresa será mayor.
Las empresas exitosas, competitivas, se esfuerzan por reclutar el mejor personal, el más
capacitado para desarrollar cada una de las tareas necesarios, pues de lo contrario la
empresa no tendrá oportunidad para sobrevivir a la competencia.
En nuestro medio, lamentablemente no son muchas las empresas que ven en sus
empleados un activo que hay que administrar y mantener como cualquier otro activo; lo
ven simplemente como algo necesario pero irrelevante, como un gasto nada más, y
además lo ven como algo que simplemente se reemplaza sino funciona, en lugar de
“hacerle mantenimiento”.
El personal al igual que un activo, entre mejor se le administre, mejor se le trate, mejor
será su rendimiento, será más productivo.
Es por eso que las políticas de personal deben ser adecuadas a las necesidades de la
empresa desde que se inicia el procedo de reclutamiento hasta que el empleado se
retira de la empresa. Un empleado competente, bien tratado y administrado, es un activo
muy productivo para la empresa.
Las empresas son lo que son sus personas, es un tópico, pero es una realidad. Siempre
ha sido complicado gestionar una empresa, pero en el entorno actual los que dirigen las
empresas más que ejecutivos debíamos de darles el calificativo de héroes.
Son profesionales con talento, es decir, aquellas personas que alcanzan resultados
superiores dentro de una organización. Talento es igual a resultados.
El talento requiere tres ingredientes básicos: capacidades, compromisos y acción. Un
profesional será capaz cuando posee conocimientos, habilidades y competencias. La
involucración total, el compromiso es el motor para que el profesional aporte lo máximo
posible y no se marche a otra compañía. Y por mucha capacidad y compromiso que
tenga el talento se manifiesta definitivamente con la acción.
Actualmente el talento es el gran patrimonio de las organizaciones y este talento lo
tienen las personas y que sólo lo aportan si quieren, si aprecian que se les trata como
tales; el talento es un recurso que sale todos los días de la empresa con cada trabajador
cuando termina su jornada de trabajo y que puede desaparecer de forma masiva si la
rotación de los profesionales es muy alta.
El talento no tiene por qué ser innato, todas las personas pueden desarrollarlo
potenciando sus capacidades que les permitirán convertirse en profesionales que
obtengan resultados. El desarrollo del talento requiere:
Motivación.
Conocimiento.
Generar nuevos hábitos.
Disponibilidad de recursos.
Hoy en día el talento se ha convertido en un concepto esencial en la creación de valor
estratégico para las empresas. El factor clave a la hora de determinar el éxito de
cualquier compañía es su capacidad para utilizar el talento humano, descubrirlo,
desarrollarlo, utilizarlo, motivarlo y reforzarlo. El talento humano es el recurso más
productivo que existe ya que se basa en la capacidad y la voluntad de las personas para
lograr los objetivos de una empresa.
Las empresas sólo podrán seguir compitiendo si adquieren, desarrollan y utilizan el
conocimiento de forma más rápida que sus competidores y gran parte de ese
conocimiento lo aportan las personas de talento.
En nuestros días gran parte del talento está fuera del mercado de trabajo debido al
problema del desempleo, esperemos que pronto todo ese talento se incorpore al mundo
de la empresa para posicionarnos como nos merecemos como país.
Son varios los aspectos en los que se refleja el valor del capital humano para la
organización. El primero de ellos es la cultura organizacional, el segundo es la
implementación de un modelo de gestión por competencias y el tercero es la
contribución del equipo a la gestión del cambio.
Cultura organizacional:
Cuando se contrata con rigurosidad y cuando las prácticas de las personas y los
equipos van enfocadas hacia una cultura organizacional orientada a
resultados, al trabajo en equipo, a la innovación y se centran en los principios y
valores de la compañía, mejora en conjunto la productividad y la competitividad
trabajando todos bajo los mismos códigos.
En este último punto, el capital humano genera valor ya que facilita los grandes
cambios organizacionales necesarios para que la compañía sobreviva al mundo
variable y de incertidumbre en el que vivimos hoy en día. Uno de los procesos
más difíciles para la gestión del cambio es el acompañamiento que requiere
para los colaboradores asumir las trasformaciones, entenderlas, bien venirlas,
manejarlas y ponerlas a favor de la organización.