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Dentro de las cosas que nos alejan del camino espiritual y nos atan a lo
material están las 8 preocupaciones mundanas. En alguna oportunidad
habíamos escrito algo acerca de esto, pero igual lo volvemos a traer al
escenario.
Se trata de 4 binomios, o 4 pares de opuestos, que en su conjunto
representan lo que el Buda llamaba “Venenos del alma”. El apego es el
primer veneno. Cuando vivimos con apego sufrimos porque podemos
perder algo que tenemos, y si lo perdemos sufrimos. Entonces con apego,
siempre sufrimos. Es como un novio celoso que cela continuamente a su
novia. Si tiene a su novia entonces pelea con ella porque alguien le
escribió, o porque alguien la miró en la calle, etc. etc. y esto causa
sufrimiento (él sufre, y ella también), y si por fin la mujer se va, entonces
sufre porque se fue. Si la tiene sufre, y si se va sufre, con apego siempre se
sufre.
El rechazo es otro de los venenos porque hagas lo que hagas, el objeto que
te causa verdadero rechazo está ahí, no lo puedes evitar. Siempre está
contigo. Los objetos que causan rechazo son: la muerte, la vejez y la
enfermedad. Es decir, las verdaderas causas del sufrimiento. No podemos
evadir a la muerte, y si la rechazamos es peor, porque vivimos la vida con
un temor irracional a la muerte. Entonces nos asusta todo, nos alejamos
de todo y no vivimos la vida en paz porque “Eventualmente” podemos
morir. ¡Pues claro que vamos a morir! Lo mejor es tratar a la muerte con
ecuanimidad. Como se deben tratar a todas las cosas de al vida. Sin
engancharnos, sin rechazarlas.
El Buda decía: “Las cosas buenas, (tratarlas) como un arcoíris. Las cosas
malas, como un mal sueño. Todo va a pasar”. Esta es la más grande
enseñanza. No nos enganchamos, no rechazamos. Nos mantenemos
ecuánimes, en el camino del medio, como decía el Buda.
Por eso las preocupaciones mundanas tienen esas polaridades: Apego y
Rechazo. Debemos recordar que cualquiera de las dos representa una
trampa.
La primera de las 8 preocupaciones mundanas es:
Buscar Ganar y Rehuir perder.
Por eso negarse a perder es una mala práctica. Eso nos conduce la más de
las veces al egoísmo y a las pataletas. Debemos tratar la pérdida con
ecuanimidad, porque en realidad no hemos perdido nada, porque no
somos dueños de nada. Pero a la mente colonizadora, la mente que le
gusta poseer (y por tanto, también a la que le gusta sufrir) no le gusta
perder.
Bueno, en realidad la ecuanimidad ante la pérdida se logra con
entrenamiento. No es fácil afrontar la pérdida con ecuanimidad, sobre
todo cuando la sociedad de consumo nos entrena para poseer. Cuando voy
a la consulta en Sabana Grande paso por un banco que tiene un aviso
gigante que dice: “¿Por qué tener solo uno si puede tener más?”. Desde
que nacemos estamos siendo sometidos a este tipo de mensajes, y hemos
crecido creyendo que de esa manera funciona la vida. La enseñanza nos
dice que la vida consiste en SOLTAR no en acumular.
Entonces, “Buscar Ganar y Rehuir Perder”, es una trampa, no caigan en
ella.
Cuando ganemos no nos ilusionemos con lo ganado.
Cuando nos toque perder, recordemos que en algún momento de las
muchas vidas que ya no recordamos haber vivido, hemos quitado algo a
alguien, y esas son las consecuencias de mis actos.