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CHILE PERDIÓ FRENTE A PERU EN LA HAYA ¿PIÑERA GANÓ?

Publicado en El Diario 22/nov/16

Alte (sp) Jorge Botello Monje.

Los últimos años los políticos chilenos han sido sacudidos por denuncias de
corrupción. Ahora parece ser el turno de Piñera.

El ex presidente, al asumir como tal, encargó la administración de 400 millones de


US$, parte de su capital, a un fideicomiso ciego. Así, aparentemente, evitaba un
conflicto de intereses entre su cargo y la actividad de sus empresas. Pero dejó
1700 millones de US$, un monto significativamente mayor, fuera del fideicomiso y
bajo dependencia del grupo Bancard, administrador de su patrimonio. Según los
medios de comunicación chilenos, esa entidad, mientras su país y Perú se
enfrentaban en La Haya, habría comprado acciones de una empresa pesquera
peruana, supuestamente con intereses en la zona en litigio. Esto convirtió al
entonces presidente en accionista de dicha pesquera, hecho que, según él,
ignoraba, pese a que uno de sus hijos formaba parte del directorio del grupo
citado.

Además, señalan las publicaciones, la argumentación peruana que influyó en la


delimitación marítima decidida, referida a la pesca y su acceso en la zona en
disputa, así como a los efectos de las corrientes de Humboldt y del Niño, no habría
sido refutada por Chile, favoreciendo al Perú.

Piñera calificó dichas denuncias como un acto miserable, sin embargo la prensa
afirma que son resultado de un trabajo de investigación periodística y de hechos
verídicos.

Recordemos que durante las negociaciones Piñera impulsó lo de “cuerdas


separadas”, esto implicaba que mientras se tramitaba la demanda, las relaciones
comerciales continuaban. Parecía una actitud sensata dirigida a atenuar los
efectos negativos, en los vínculos bilaterales, que podría agudizar el fallo, sin
embargo, de ser ciertas las denuncias presentadas, habría sido una forma de
preservar intereses particulares, entre ellos el del mismo ex presidente.

Así es como sectores privilegiados de la sociedad chilena engañan a sus


conciudadanos y aprovechan para enriquecerse. Dicen defender el beneficio de
todos, pero, en realidad, defienden sus propios negocios.
Lo mismo ocurrió en 1879 cuando invadieron nuestro territorio argumentando la
defensa de intereses chilenos, aunque, verdaderamente, se trataba de capitales
privados nacionales y extranjeros que se beneficiaron, significativamente, gracias
al sacrificio de los que pelearon, por ellos, esa guerra. Por esto, en el Senado
chileno, el vicepresidente decía que en esas circunstancias cada ciudadano
estaba obligado a prestar su contingente sea de su sangre o de su haber y exigía
que: “…era justo igualar la condición de los socios de esa compañía con la del
resto de los ciudadanos”. Se refería a la Compañía de Salitres de Antofagasta.

Considerando la oposición de Piñera a nuestro reclamo y ante la posibilidad de


que sea reelegido, tal vez se le debiera ofrecer la participación en negocios en la
futura costa boliviana. Quién sabe si así cambie su actitud frente a Bolivia.

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