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INTRODUCCION LA PARALISIS DE LA CRITICA: UNA SOCIEDAD SIN OPOSICION ¢La amenaza de una catdstrofe atémica que puede borrar a la raza humana no sirve también para pro- teger a las mismas fuerzas que perpetdan este peligro? Los esfuerzos para prevenir tal catdstrofe encubren la busqueda de sus causas potenciales en la sociedad industrial contempordnea. Estas causas permanecen sin ser identificadas, expuestas y atacadas por el ptiblico, porque retroceden ante la amenaza exterior manifiesta : del Oeste para el Este, del Este para el Oeste. Igual- mente obvia es la necesidad de estar preparado para vivir al borde del abismo, para afrontar el reto. Nos sometemos a la produccién pacifica de los medios de destruccién, al perfeccionamiento del despilfarro, al hecho de estar educados para una defensa que deforma a los defensores y aquello que defienden. Si intentamos relacionar las causas del peligro con la manera en que la sociedad esté organizada y orga- niza a sus miembros, nos vemos obligados a enfrentar- nos inmediatamente con el hecho de defensa hace la vida mas facil para un mayor nimero de gente y extiende el dominio del hombre sobre la naturaleza. Bajo estas circunstancias, nuestros medios de comunicacién de masas tienen pocas dificuitades para vender los intereses particulares como si fueran los de todos los hombres sensibles. Las necesidades po- liticas de la sociedad se convierten en necesidades y aspiraciones individuales, su satisfaccién promueve los Y sin embargo, esta HERBERT MARCUSE totalidad. Su productividad destruye el libre desarrollo de las necesidades y facultades humanas, su paz se mantiene mediante la constante amenaza de guerra, su crecimiento depende dc la represién de las verda- deras posibilidades de pacificar la lucha por la existen- cia en el campo individual, nacional ¢ internacional. Esta represién, tan diferente de la que caracterizé las etapas anteriores y menos desarrolladas de nuestra so- ciedad, funciona hoy no desde una posicién de inma- durez natural y técnica, sino m4s bien desde una_posi- cién_de fuerza Eas capacidades (intelectuales y mate- riales) de la socfédad contemporanea son inmensamente mayores que nunca; lo que significa que la amplitud de la dominacién de la scciedad sobre el individuo es inmensamente mayor que nunca., Nuestra sociedad se caracteriza antes por ia conquista de las fuerzas socia- Jes centrifugas por la tecnologia que por el terror, so- bre la doble base de una abrumadora eficacia y un nivel de vida cada vez mas alto, Investigar las raices de estos desarrollos y exami- nar sus alternativas histéricas es parte de los propé- sitos de una teoria critica de la sociedad contempordnea, una teorfa que analice a la sociedad a la luz de sus em- pleadas o no empleadas o deformadas capacidades para mejorar la condicién humana, Pero, {cuales son los ni- veles para tal critica? Desde luego, los juicios de valor tienen una parte. La forma establecida de crganizar la sociedad se mide enfrentindola a otras formas posibles, formas que se supone podrian ofrecer mejores oportunidades para ali- viar la lucha det hombre por la existencia; uma prac- tica histérica especifica se mide contra sus _propias alternativas histéricas. Desde el principio, toda teoria critica de la sociedad se enfrenta asf con el problema de la objetividad histérica, un problema que se establece en_los dos puntos donde e! andlisis implicaljilicios|de: valor: 1.) Ei juicio que afirma que la vida humana merece vivirse, o mds bien que puede ser y acbe ser hecha 20 EL HOMBRE UNIDIMENSIONAL digna de vivirse. Este juicio subyace a todo esfuerzo intelectual; es et @ priori de la teoria social, y su re- chazo (que es perfectamente Idgico) niega la teorfa misma ; @e juicio de que, en una sociedad dada, existen posibilidades especificas para un mejoramiento de la vida humana y formas y medios especificos para rea- lizar esas posibilidades. El andlisis critico tiene que .demostrar la validez objetiva de estos juicios, y la demostracién tiene que realizarse sobre bases empi- ticas.. La sociedad establecida ofrece una cantidad y cualidad averiguable de recursos materiales e intelec- tuales. “{Cémo pueden emplearse estos recursos para el éptimo desarrollo y satisfaccion de las necesidades y facultades i y miseria? . Por tanto, entre las distintas formas posibles y actuales de organizar y utilizar los recursos disponi- bles, gcudles ofrecen la mayor probabilidad de un des- arrollo éptimo? E] intento de responder a estas preguntas exige una serie de abstracciones iniciales. Para poder identificar y definir las posibilidades de un desarrollo éptimo, la teoria critica debe proceder a una abstraccion a par- tir de la organizacién y utilizacién actual de los recur- sos de la sociedad, y de los resultados de esta organi- zacién_ y utilizacién. Tal abstraccién, que se niega a s como el con- texto final de la vi los hechos a la luz de sus posibilida les detenidas y ne- gadas, pertenece a la estructura misma de la teoria so- cial. Se opone a toda metafisica mediante el riguroso caracter histérico de la trascendencia.' Las «posibilida- 1. Los términos ctrascender» y ctrascendencias son usados a ‘o largo de este libro en el sentido critico y empfrico: desig- nan tendencias en la teoria y en la practica que, en una socie- dad dada, edisparan» el universo establecido del razonarmiento 21

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