Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
A mi tía Amparo Torres, porque además de ser una tía ejemplar y recta a sido
una madre para mi con tus buenos consejos y por tu gran apoyo incondicional
que me has brindado siempre y la forma que siempre me ah tratado como una
hija, te agradezco y te dedico este logro.
A toda mi familia, porque sin excepción, cada uno se preocupa por mí y eso
vale más que el dinero del mundo.
Existen dos tipos de cuentos, los folclóricos o populares y los literarios. El primero
es una narración tradicional de transmisión oral. Se presenta en múltiples
versiones, que coinciden en la estructura, pero discrepan en los detalles. Tiene
tres subtipos: los cuentos de hadas o cuentos maravillosos, los cuentos de
animales y los cuentos de costumbres. El mito y la leyenda son también
narraciones tradicionales, pero suelen considerarse géneros autónomos. “Las
mil y una noches” es la recopilación más conocida de cuentos populares
orientales que se conoce.
Cómo desearía tener una hija así, blanca como la nieve, sonrosada como la
sangre y de cabellos negros como el ébano.
Al cabo de un tiempo su deseo se cumplió y dio a luz a una niña bellísima, blanca
como la nieve, sonrosada como la sangre y con los cabellos como el ébano. De
nombre le pusieron Blancanieves, aunque su nacimiento supuso la muerte de su
madre.
Pasados los años el rey viudo decidió casarse con otra mujer. Una mujer tan
bella como envidiosa y orgullosa. Tenía ésta un espejo mágico al que cada día
preguntaba:
Al oír esto la Reina montó en cólera. La envidia la comía por dentro y tal era el
odio que sentía por ella que acabó por ordenar a un cazador que la llevara al
bosque, la matara y volviese con su corazón para saber que había cumplido con
sus órdenes.
1
Era una casita particular. Todo era muy pequeño allí. En la mesa había
colocados siete platitos, siete tenedores, siete cucharas, siete cuchillos y siete
vasitos. Blancanieves estaba tan hambrienta que probó un bocado de cada plato
y se sentó como pudo en una de las sillitas.
Estaba tan agotada que le entró sueño, entonces encontró una habitación con
siete camitas y se acurrucó en una de ellas.
Al día siguiente Blancanieves les contó a los enanitos la historia de cómo había
llegado hasta allí. Los enanitos sintieron mucha lástima por ella y le ofrecieron
quedarse en su casa. Pero eso sí, le advirtieron de que tuviera mucho cuidado y
no abriese la puerta a nadie cuando ellos no estuvieran.
- Mi Reina, vos sois una estrella, pero siento deciros que Blancanieves, sigue
siendo la más bella.
La reina se puso furiosa y utilizó sus poderes para saber dónde se escondía la
muchacha. Cuando supo que se encontraba en casa de los enanitos, preparó
una manzana envenenada, se vistió de campesina y se encaminó hacia
montaña.
- No temas hija mía, sólo vengo a traerte manzanas. Tengo muchas y no sé qué
hacer con ellas. Te dejaré aquí una, por si te apetece más tarde.
La malvada Reina que la vio, se marchó riéndose por haberse salido con la suya.
Sólo deseaba llegar a palacio y preguntar a su espejo mágico quién era la más
bella ahora.
De modo que, puesto que no podían hacer otra cosa, mandaron fabricar una caja
de cristal, la colocaron en ella y la llevaron hasta la cumpre de la montaña donde
estuvieron velándola por mucho tiempo. Junto a ellos se unieron muchos
animales del bosque que lloraban la pérdida de la muchacha. Pero un día
apareció por allí un príncipe que, al verla, se enamoró de inmediato de ella, y les
preguntó a los enanitos si podía llevársela con él
Fin
La bella y la bestia
Había una vez un mercader adinerado que tenía tres hijas. Las tres eran muy
hermosas, pero lo era especialmente la más joven, a quien todos llamaban desde
pequeña Bella. Además de bonita, era también bondadosa y por eso sus
orgullosas hermanas la envidiaban y la consideraban estúpida por pasar el día
tocando el piano y rodeada de libros.
Llorando no conseguiré nada, trabajando sí. Puedo ser feliz aunque sea pobre.
Así que Bella era quien lo hacía todo. Preparaba la comida, limpiaba la casa,
cultivaba la tierra y hasta encontraba tiempo para leer. Sus hermanas, lejos de
estarle agradecidas, la insultaban y se burlaban de ella.
Llevaban un año viviendo así cuando el mercader recibió una carta en la que le
informaban de que un barco que acababa de arribar traía mercancías suyas. Al
oír la noticias las hijas mayores sólo pensaron en que podrían recuperar su vida
anterior y se apresuraron a pedirle a su padre que les trajera caros vestidos.
Bella en cambio, sólo pidió a su padre unas sencillas rosas ya que por allí no
crecía ninguna.
Pero el mercader apenas pudo recuperar sus mercancías y volvió tan pobre
como antes. Cuando no le quedaba mucho para llegar hasta la casa, se desató
una tormenta de aire y nieve terrible. Estaba muerto de frío y hambre y los
aullidos de los lobos sonaban cada vez más cerca. Entonces, vio una lejana luz
que provenía de un castillo.
A punto estaba de marcharse y al ver las rosas del jardín recordó la promesa
que había hecho a Bella. Se dispuso a cortarlas cuando sonó un estruendo
terrible y apareció ante él una bestia enorme.
Entregó las rosas a Bella y les contó lo que había sucedido. Las hermanas de
Bella comenzaron a insultarla, a llamarla caprichosa y a decirle que tenía la culpa
de todo.
- Iré yo, dijo con firmeza
- He dicho que seré yo quien vuelva al castillo y entregue su vida a la bestia. Por
favor padre.
Bella empezó a pensar que la bestia no era tal y que era en realidad un ser muy
amable.
Esa noche bajó a cenar y aunque estuvo muy nerviosa al principio, fue dándose
cuenta de lo humilde y bondadoso que era la bestia.
- Si hay algo que deseéis no tenéis más que pedírmelo, dijo la bestia.
Con el tiempo, Bella comenzó a sentir afecto por la bestia. Se daba cuenta de lo
mucho que se esforzaba en complacerla y todos los días descubría en él nuevas
virtudes. Pero pese a eso, cuando todos los días la bestia le preguntaba si quería
ser su esposa ella siempre contestaba con honestidad:
Lo siento. Sois muy bueno conmigo, pero no creo que pueda casarme con vos.
Un día Bella le pidió a la bestia que le dejara ir a ver a su padre, ya que había
caído enfermo. La bestia no puso ningún impedimento y sólo le pidió que por
favor volviera pronto si no quería encontrárselo muerto de tristeza.
- No dejaré que mueras bestias. Te prometo que volveré en ocho días, dijo Bella.
- Gracias Bella. Habéis roto el hechizo. Un hada me condenó a vivir con esta
forma hasta que encontrase a una joven capaz de amarme y casarse conmigo y
vos lo habéis hecho.
El príncipe se casó con Bella y ambos vivieron juntos y felices durante muchos
muchos años
La bruja desordenada
Había una vez una bruja llamada Lola que hacía unas pócimas y unos hechizos
increíbles.
Tenía recetas para conseguir cualquier cosa, y sabía hechizos que nadie más
en el mundo conocía. Era tan famosa que todas las brujas del mundo querían
robarle los libros que contenían todos sus secretos.
Lo cierto es que la bruja Lola era una bruja perfecta. Bueno, casi perfecta. Porque
lo cierto es que tenía un gran defecto: era muy desordenada. Pero a ella le daba
lo mismo, porque cuando necesitaba algo que no encontraba lanzaba un hechizo
y aparecía.
Pero un día el hechizo de la bruja Lola para localizar cosas falló. Ella no entendía
qué podía pasar, porque era el mismo hechizo de siempre. Un ratoncito que vivía
en su casa y que en tiempos había sido un niño, se subió a una mesa y le dijo:
- Bruja Lola, no es el hechizo lo que falla sino que no buscas el libro correcto.
- ¿El libro correcto? ¿Y cual es el libro correcto? Madre mía… ¡estoy perdiendo
la memoria!
La bruja Lola intentó hacer un hechizo para recuperar la memoria, pero como no
sabía en qué libro estaba y tampoco se acordaba, no pudo hacerlo.
-Está bien, pero, ¿cómo sé que no me vas a engañar? -dijo la brujo Lola.
-Puedes hacer un hechizo para cerrar la puerta para que no me escape. En ese
libro de ahí tienes las instrucciones para hacerlo. Si me conviertes en niño de
nuevo te ayudaré a colocar todo esto y encontraremos todo lo que no encuentras.
Pero después me tienes que dejar marchar.
La bruja Lola accedió, hizo el hechizo para cerrar la puerta y convirtió al ratón de
nuevo en niño. Juntos ordenaron todo aquel desastre. Pero como el niño no se
fiaba mucho de la bruja Lola cogió uno de sus libros de hechizos y pócimas y lo
escondió por si acaso.
Cuando acabaron de ordenarlo todo, el niño le pidió a la bruja Lola que le abriera
la puerta, pero ésta le traicionó y le volvió a convertir en ratón.
Cuando terminaron de ordenar todo, la bruja Lola se dio cuenta de que el libro
que buscaba no estaba allí.
- ¿Buscas esto? -le dijo el niño, sacando el libro de hechizos que había
escondido la vez anterior.
El libro contenía todos los hechizos y pócimas que necesitaba la bruja Lola: el
hechizo de encontrar cosas, la pócima para recordar lo olvidado y, por supuesto,
el conjuro para convertir al niño en ratón. El niño lo sabía, y no estaba dispuesto
a devolver el libro.
La bruja abrió la puerta con la intención de engañar al niño y quitarle el libro pero
el muchacho fue más listo. En el libro había un conjuro para desordenarlo todo
que había estudiado muy bien. Así que, cuando la puerta se abrió, el niño lo
recitó mientras lanzaba el libro que tenía entre manos.
-Ahora tendrás que ordenarlo todo tú sola si quieres volver a encontrar algún
libro, bruja mentirosa
Así fue como el niño logró escaparse de la bruja Lola, que tardó semanas en
ordenarlo todo de nuevo. Eso sí, tanto trabajo le costó colocar cada cosa en su
sitio, que no volvió a tener su laboratorio mágico desordenado nunca más ni
tampoco a convertir a ningún niño en ratón.
Tiago era profesor de educación física. A sus alumnos nos les pasaba
desapercibido el tamaño de sus brazos, que eran enormes.
-Mi padre dice que tienes los brazos tan grandes porque eres culturista -dijo
Anita.
-Significa que haces muchas pesas para ponerte muy cachas -dijo Pedro.
-Pues mi madre dice que estar tan cachas no es natural -dijo Ricardo.
-Pues mi papá también tiene los brazos muy grandes, y no es culturista ni nada
de eso -dijo Lucía.
-Vale, chicos, ya vale -interrumpió Tiago, a sabiendas que tendría que improvisar
algo para darle salida a aquel curioso debate-. ¿Queréis que os cuente una
historia de un tipo muy cachas?
-¡Sí! -respondieron los niños. Las historias que contaba Tiago eran siempre
geniales.
-A ver, ¿alguien sabe quién fue Santiago Ramón y Cajal? -preguntó el profesor.
-Pero, ¿no ibas a contarnos una historia de un tipo muy cachas? -preguntó
Valentín-. Ramón y Cajal era médico.
-¿En serio? Pero ¡si hasta ganó un Premio Nobel! -dijo Anita.
-Y eso, ¿qué tiene que ver con hacer hacer pesas o cualquier otro deporte? -
preguntó Tiago-. Santiago Ramón y Cajal fue un hombre muy notable en su
época, pero de joven hizo mucho ejercicio. Cuentan que, de joven, estaba
absolutamente obsesiones por el culturismo, al parecer, debido a una apuesta.
- ¡Y tanto! -dijo el profesor-. Cuentan que todo comenzó cuando perdió un pulso
con un amigo. Le hirió tanto el orgullo perder que decidió ir a un gimnasio a
entrenar. Y, ¿a qué no sabéis cómo pagó las clases?
-Ya tendrás tiempo, jovencito -dijo Tiago-. De momento, vamos a seguir con la
clase, que la resistencia es muy importante, y hoy toca correr.
Las cigüeñas son aves de color blanco y negro, grandes y a las que les gusta
mucho viajar por el mundo. Son tan viajeras que cuando llega el invierno
suelen marcharse a países más cálidos, como los del continente africano,
desde su casa en Europa.
-Popita, ya empiezas a ser una cigüeña mayor y tus alas son fuertes para volar
conmigo y con tus primas para otras ciudades. Aquí llegará el invierno y
nosotras sobrevivimos peor en estas zonas – dijo Mamá Popi.
-¿Qué te pasa, mi piquito favorito? ¿Tienes miedo? -dijo Mamá Popi, tocando
tiernamente la cabeza de su hija.
-Si, mamá -respondió Popita-. Pienso que mis alas no soportaran el vuelo, que
allí nos costará encontrar para comer. Además, me da pena no ver a mis
amigas hasta el próximo verano.
-No te preocupes Popita, por el camino tenemos muchos sitios para reposar
para que no te canses mucho -respondió su mamá-. Ya sabemos que es tu
primer viaje. Además no cruzaremos por el mar mediterráneo para evitar
muchas corrientes de aire. Por lo de la comida no te preocupes, todavía eres
joven y para eso está mamá, para cuidarte. Y tus amigas al final tendrán que
pasar por su propia vida, así que probablemente en invierno jugaríais menos.
Popita se quedó más tranquila y esperó a que llegará el día de partir hacia
tierras africanas. El día llegó y mamá tenía todo preparado, el nido bien
guardado en el campanario, las alas bien fuertes y limpias.
Popita, de repente, quedó asombrada. Vio cómo el mundo se alzaba bajo sus
pies y abrió su pico de felicidad. El viento movía sus plumas de una manera
deliciosa y se cruzaban con un montón de aves que las saludaban y parecían
muy contentas también.
Popita disfrutó del viaje corriendo mil aventuras con ellas y, cuando llegó el
invierno y estuvo de regreso al campanario de su viejo pueblo, en Ciudad Real,
les dijo a todos que había aprendido una lección:
Este trabajo me lleva a ampliar mi concepto sobre el tema señaló que existen
variadas interpretaciones de los cuentos tomando en cuenta el lugar donde está
se origina, la gente incorpora a sus conocimientos y los refieren simplemente a
los tiempos reales y pasados. Los protagonistas de los cuentos son por lo
general de calidad heroica clasificándose según su importancia en: principales y
secundarios, estos, a la vez, en protagonistas y antagonistas, en ellos recae el
peso de la trama; además hay ambientales, episódicos, incidentales, que son los
que apoyan la actuación de los principales. Por sus características pueden ser
planos o redondos, los primeros crecen con la historia, es decir, tienen un
comportamiento natural, como una persona real, los planos son los que se
comportan siempre igual, desde el principio hasta el final de la historia. El cuento
expresa la necesidad de mostrar las características de los personajes heroicos,
En este sentido, los cuentos son representaciones idealizadas sobre las
aspiraciones, actitudes y comportamientos de un grupo de personajes. Un
cuento es susceptible de narración en forma oral, así como de representación
con imágenes plásticas e ilustradas
Biografía