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La Teoría de Homeostasis del Riesgo

El término “homeostasis” no se refiere a a un resultado final fijo e invariable, ni a un estado


inmutablemente fijo de los acontecimientos, sino a un proceso dinámico de tipo particular que ajusta
la salida real a un objetivo. Los procesos homeostáticos controlan muchas de nuestras funciones
corporales, tales como la temperatura interna, la presión arterial, el ritmo cardiaco y el nivel de azúcar
en la sangre; y sirven para darles a nuestras células un ambiente en el cual funcionan de manera
óptima.

La presión sanguínea en nuestras arterias por ejemplo, es controlada básicamente de la siguiente


manera. La presión es generada por el corazón al bombear sangre a través de las arterias; más allá de
las arterias principales, hay arterias más pequeñas que se encuentran rodeadas por bandas musculares.
Mientras más se contraigan estos músculos, mayor será el incremento en la presión arterial porque se
ejerce una mayor resistencia al flujo sanguíneo, exactamente igual que usted puede aumentar la
presión del agua en una manguera oprimiendo su extremo. La presión es monitoreada por unos
sensores en las arterias principales que llevan la sangre al cerebro. Las señales de estos sensores son
enviadas al cerebro, que en su momento, controla la actividad de bombeo del corazón y el grado de
contracción de los músculos que rodean a las arterias menores. Estos músculos se relajan cuando la
presión sanguínea excede el nivel de presión prefijado, y se contraen cuando la presión cae por debajo
de dicho nivel.

Los niveles prefijados varían conforme se requiere. La presión sanguínea se reduce durante el sueño,
mientras que durante el ejercicio, puede duplicarse. Esto no significa que haya una deficiencia ni
mucho menos un desarreglo del mecanismo homeostático, sino simplemente marca que el nivel de
presión ha sido reajustado por el hecho de que las necesidades del cuerpo han variado. Lo mismo
sucede con la fiebre.

El control termostático
Siendo la homeostasis una característica común en los organismos vivientes, también se ha hecho
funcionar este proceso en muchos artefactos hechos por el hombre, tales como lavadoras, secadoras
de ropa, pilotos automáticos, humidificadores, controles de velocidad en autos, refrigeradores,
unidades de aire acondicionado y calefacción central. Al aplicar el proceso homeostático a equipos
de calefacción y enfriamiento, éste otorga control termostático y de este modo termostasis con la
ayuda del termostato común. Como el funcionamiento del control termostático es más fácil de
inspeccionar que el funcionamiento interior de un organismo, servirá como un ejemplo práctico para
ilustrar más detenidamente el proceso de la homeostasis.

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Modelo homeostático de relación entre la temperatura ambiente y la actividad del sistema de


calefacción y viceversa; relacionando la actividad del sistema de calefacción a la temperatura
ambiente a través de la temperatura elegida (objetivo) como la variable de control.

Las características básicas del control homeostático de temperaturas en un sistema de


calefacción/enfriamiento, se muestran en el diagrama de flujo de la Figura. Los principios operativos
se pueden explicar como sigue:

Bloque 1: Usted, el usuario de este sistema de control, considera varios factores al determinar la
temperatura elegida. La temperatura preferida, usualmente esta comprometida entre el grado de
confort que idealmente desea por un lado, y por el otro por el costo de la energía necesaria para el
calentamiento o el enfriamiento.

Bloque a: La temperatura elegida se fija en el control del termostato, es llamada la variable a


establecer. Es una variable porque usted puede elegir entre un rango completo de temperaturas a fijar.
Si el costo de la energía se eleva, usted tiende a elegir una relación diferente entre consideraciones de
confort y costo, y fija la temperatura deseada en un nivel diferente.

Bloque b: El control del termostato, continuamente compara la lectura real del termómetro con la
temperatura elegida; esta comparación es hecha en un punto del proceso de regulación y por ello es
llamado comparador o punto sumatorio.

Bloque c: Cada vez que hay una diferencia (simbolizada como |a-b|) entre la lectura del termómetro
y la temperatura elegida, y dicha variación es mayor que una tolerancia dada de digamos 2 al 5%, el
generador de aire caliente (calefactor) o aire frío (aire acondicionado) se activa. El propósito de éste
es mantener la diferencia entre a y b cercana a cero y ésto se logra a través de un interruptor sensible
a la temperatura que le indica a la unidad que produzca aire caliente o frío, o que no haga
absolutamente nada.

Bloque d: Con la intención de ajustar la temperatura ambiente a la temperatura establecida, el aire


que se forza a entrar en la habitación está algo más caliente que el valor fijado en el caso de la
calefacción termostática y algo más frío en el caso del aire acondicionado.

Bloque e: Como resultado de ésta acción de ajuste, la temperatura de la casa es cambiada en la


dirección de la temperatura elegida.

Símbolo f: Como el control del termostato normalmente no está localizado en las cercanías de las
salidas de aire (por razones obvias), y a causa de que a la temperatura del aire alterado le toma algún
tiempo difundirse a través de la habitación para finalmente llegar al termómetro, hay un retraso en el
tiempo entre la producción de la temperatura ajustada en la habitación y la lectura del termómetro.
Esto retorna el proceso otra vez al bloque b e inicia otro ciclo de ajuste; de ahí el termino “ciclo
cerrado”.

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