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LA AGRICULTURA FEUDAL

La agricultura feudal Tema: Varios En Europa, el periodo feudal inició poco


después de la caída del Imperio romano, y alcanzó su cumbre hacia el año 1100
d.C. Este periodo fue igualmente testimonio del avance del Imperio bizantino y
del poder de los musulmanes en Oriente Próximo y el sur de Europa. España,
Italia y el sur de Francia se vieron afectadas por los capítulos de fuera de Europa
continental. A lo largo del periodo de dominio árabe en Egipto y España, la
irrigación se difundió a tierras que antes eran improductivas o estériles. En
Egipto, la producción de grano era suficiente para posibilitar al país ofrecer trigo
en el mercado internacional. En España, se plantaron viñedos en terrenos en
pendiente, y el agua para la irrigación se traía desde las montañas hasta los
llanos. En algunas extensiones de dominación islámica se cultivaban naranjas,
limones y albaricoques. Se producía arroz, caña de azúcar, algodón y verduras
como las alcachofas y las espinacas, además de azafrán, una especia
peculiarmente española. Se crió el gusano de seda, así como su fuente de
alimento, el árbol de la morera. Ya en el siglo XII la agricultura de Oriente Próximo
se había estancado, y Mesopotamia, por ejemplo, retrocedió hasta niveles de
conservación al ser derribados sus sistemas de irrigación por los mongoles. Las
Cruzadas incrementaron el contacto de los europeos con los países islámicos y
familiarizaron a Europa occidental con los cítricos y los tejidos de algodón. La
estructura agrícola distaba de ser uniforme. En Escandinavia y Alemania oriental
perduraban las pequeñas granjas y aldeas de etapas previos. En las zonas
montañosas y los pantanos de la Europa eslava el sistema señorial no podía
florecer. La cría de animales y el cultivo de aceituna y uva se encontraban
generalmente fuera de este sistema. Una explotación feudal requería, a grandes
rasgos, de 350 a 800 ha de suelo arable y una cuantía semejante de otras tierras,
como humedales, zonas de bosque y pastizales. Se trataba de una comunidad
peculiarmente autosuficiente. En ella se alzaba la mansión del señor del feudo,
un militar o vasallo de la iglesia de alto rango, al que a veces se le otorgaba el
título de lord, o de su administrador. Frecuentemente, el feudo podía constituir la
totalidad de una parroquia por lo que incluía una iglesia. En la propiedad podían
existir una o más aldeas, y sus habitantes eran los trabajadores de facto. Bajo la
dirección de un capataz o supervisor, cultivaban la tierra, criaban los animales
de carne y de carga y pagaban impuestos en forma de servicios, bien como mano
de obra forzosa en las tierras de su señor y otras características o en forma de
servicio militar imprescindible. Un feudo de grandes dimensiones contaba con un
molino para moler el grano, un horno para hornear el pan, un estanque de peces,
huertos, tal vez una prensa para el vino o el aceite, y jardines de hierbas
aromáticas y hortalizas. Tenían igualmente abejas para hacerse con miel. Con
la lana de las ovejas criadas en la propiedad se fabricaba la ropa. La lana era
hilada para hacerse con hilazas, con las que elaborar tejidos y definitivamente
prendas de vestir. Del mismo modo, era posible conquistar telas a partir del lino,
que se cultivaba con este fin y para la extracción de aceite. Los alimentos que
se servían en una propiedad feudal variaban dependiendo de la estación y de la
valía como cazador de su señor. La caza para procurarse carne era, de facto, la
destacada labor no militar del propietario de la vivienda y de sus ayudantes
militares. Los residentes en el castillo podían comer pato, faisán, paloma, ganso,
gallina y perdices; pescado, cerdo, carne de vacuno, y carnero, además de coles,
nabos, zanahorias, alubias y guisantes. Igualmente se servían pan, queso,
mantequilla, cerveza, vino y manzanas. En la Europa meridional a veces se
consumían aceitunas y aceite de oliva, frecuentemente en sustitución de la
mantequilla. El cuero procedía de las vacas de la propiedad. Las bestias de carga
eran caballos y bueyes; al irse criando diversidades más pesadas de caballos, y
realizarse un nuevo tipo de arreos, éstos adquirieron mayor relevancia. El
herrero, el fabricante de ruedas y el carpintero se encargaban de la fabricación
y mantenimiento de las toscas herramientas agrícolas. El cultivo se encontraba
estructurado de forma rígida. Las tierras arables se dividían en tres partes: una
se sembraba en otoño con trigo o centeno; la segunda en primavera con cebada,
centeno, avena, alubias o guisantes; y la tercera se dejaba en barbecho, esto es,
sin sembrar. Los campos se dividían en bandas distribuidas por las tres
divisiones, y sin setos o verjas para separar una banda de otra. A cada
campesino varón que fuera cabeza de familia se le asignaban unas 30 de estas
bandas. Con la ayuda de su familia y un tiro de bueyes, trabajaba a las órdenes
de los capataces del señor feudal. Cuando trabajaba en sus propios campos, si
es que los tenía, lo hacía ateniéndose a las tradiciones de la aldea, que
seguramente eran tan rígidas como las de cualquier capataz. Hacia el siglo VIII
se intercala un ciclo cuatrienal de tierras en barbecho.
ARADO
El arado o aradro (del latín aratrum) es una herramienta de labranza utilizada en
la agricultura para abrir surcos en la tierra y remover el suelo antes de sembrar.
Arar aumenta la porosidad, lo que favorece el crecimiento de las plantas, aunque
al remover el suelo se pierde agua por evaporación y algo de suelo por erosión,
y las eventuales lluvias lavan los nutrientes y abonos que puedan haberse
aplicado al suelo, generando pérdidas. Debido a estas limitaciones, hacia
principios del siglo XXI se fue difundiendo la siembra directa, el cultivo de las
plantas sin labranza del suelo.

EVOLUCIÓN Y TIPOLOGÍA DEL ARADO DE MANCERAS


Se puede considerar al arado como la evolución del pico y de la azada. Su uso
se documenta en Mesopotamia desde el 4º milenio a.C. En su origen el arado
era traccionado por personas y posteriormente por animales (principalmente
bueyes o mulas y en algunas zonas por caballos). En un principio consistió en
una sola pieza de madera (básicamente una rama con la forma más o menos
adecuada) que en su evolución llegó a contar de hasta cinco piezas, aunque en
su forma básica estaba compuesto de tres elementos esenciales:
El dental (inglés share, francés sep) es la pieza central y oblicua con referencia
al suelo provista de una reja generalmente de hierro que entra en contacto con
aquél y remueve la tierra.
El timón (inglés draft-pole, francés age o haie) es la pieza frontal del arado que
se prolonga hacia el frente y unida al tiro por medio de un yugo transmite la
tracción.
La esteva o mancera (inglés stilt, francés mancheron) consiste en una pieza de
madera situada en la parte posterior que permite guiar el arado y ejercer presión
en el terreno.
Elementos y composición del arado. Izquierda: grupo mediterráneo; derecha:
grupo atlántico.
Las diferentes tipologías de los arados se conforman alrededor de estos tres
elementos esenciales.
CASTILLO FEUDAL
Un castillo feudal era una construcción defensiva, la cual servía a los señores
feudales, para mantener el control de sus posesiones en caso de una amenaza.
El castillo es un edificio que cumple dos funciones: fortificación y residencia. La
mayoría fueron construidos entre el año 1000 y el 1500, en la Edad Media. Era
el hogar de un señor que tenía la obligación de proveer hombres que pelearan
para el rey. El castillo era una "base de operaciones" y una fortaleza, donde
también otras personas podían refugiarse en tiempos de guerra.
En la Edad Media entre el siglo V, caída del Imperio Romano de occidente, hasta
el comienzo de los tiempos modernos, con el Renacimiento (siglo XV) había
zonas de alta inseguridad, todos estos problemas dieron como consecuencia la
creación de un nuevo sistema llamado el Feudalismo.
Características de los castillos feudales

Muralla del Castillo de Begíja.


La muralla: Todo el recinto va cercado de una alta y gruesa muralla,
generalmente transitable por su adarve, es decir, por un camino que la recorre
en su parte superior. De trecho en trecho, se intercalan en la muralla cubos o
torreones que permiten diversificar los ángulos de tiro y defender mejor las
cortinas. Todos los lienzos suelen estar rematados por almenas para la
protección de los defensores. También es habitual disponer de matacanes y
garitas voladas para mejorar las condiciones de tiro sobre los asaltantes. Al pie
de la muralla y rodeándola por el exterior se abre a veces un foso para impedir
la aproximación del enemigo; se salva con puentes levadizos. Puede haber más
de un anillo defensivo amurallado.
El castillo "ladrillo y piedra" fue construido al principio del siglo XVII al
emplazamiento de una antigua fortaleza feudal. Por sus fachadas y sus dos
escaleras en herradura, evoca el castillo de Fontainebleau.
La torre del homenaje: Es la torre principal, la que sirve de residencia del señor
y cumple con las funciones más destacadas del castillo, albergando las estancias
principales y, en ocasiones, los almacenes de víveres.

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