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Las formaletas en un proyecto de edificación son uno de los principales factores para el

rendimiento constructivo del proyecto e influyen directamente en la apariencia y calidad de la


superficie de la estructura. Cuando se desea diseñar una formaleta para vaciar
el concretosobre ella, se deben considerar algunos factores importantes, y dentro de las
funciones que debe cumplir se destacan:

Estabilidad: La formaleta debe ser un sistema estructural isostático, es decir un conjunto de


piezas ensambladas que deben poseer la estabilidad suficiente para soportar, no sólo las
cargas verticales derivadas del proceso constructivo del vaciado del concreto, sino también las
eventuales fuerzas horizontales por ocurrencia de sismos durante el proceso constructivo. Por
tal razón debe estar arriostrada y amarrada. Durante el vaciado, los operarios y el manejo de
los equipos producen acciones estáticas y dinámicas que deben tomarse en cuenta para evitar
el movimiento de la formaleta y su incidencia dañina sobre el concreto en estado plástico y
peor aún, cuando se encuentra endurecido. El mayor cuidado que debe darse a la formaleta
está relacionado con la capacidad de soporte de los elementos verticales (parales, tacos, etc)
sin que se presente el fenómeno del pandeo.

Resistencia: Se trata de que la formaleta en sus unidades o en conjunto, posean la capacidad


suficiente para soportar el concreto en estado plástico además de los otros recursos de
materiales o mano de obra. Cada elemento del conjunto que conforma la estructura de la
formaleta debe poseer la capacidad resistente que permita garantizar la estabilidad y buen
comportamiento, por lo cual el peso propio del concreto y las cargas adicionales permanentes
o transitorias deben ser la base de su diseño. Los elementos horizontales bajo el peso
del concreto son sometidos a flexión y cortante que debe evaluarse para seleccionar la
dimensión de la formaleta según su capacidad resistente.
Rigidez: Es necesario que la formaleta sea rígida, es decir, mantenga sus condiciones de
estabilidad y resistencia sin que se produzcan deformaciones por causa de las cargas o de la
acción hidrostática que produce el concreto en su estado plástico sobre las superficies
verticales donde se encuentra contenido. No debe olvidarse la importancia de mantener la
geometría de los elementos estructurales que se forman cuando en concreto se coloca y vibra
sobre los moldes que conforman la formaleta. La acción de las fuerzas de empuje no debe
causar distorsiones, pérdida de alineamientos o inestabilidad que posteriormente representan
evidencias de mala calidad constructiva.

Uniformidad: Con el uso continuo, la formaleta se desgasta y pierde las características en su


forma, continuidad y textura que se verán reflejadas en la uniformidad de las superficies y en
las formas del concreto.

Apariencia: Cada día cobra más importancia la calidad del acabado de la superficie final de los
elementos estructurales de concreto, por lo que se exige que la formaleta ofrezca garantías
para conseguir tal condición. La deflexión máxima de materiales de fachada reflejadas en
superficies de concreto expuestas a la vista debe ser 1/240 de la luz libre entre miembros
estructurales. En concretos a la vista, se deben dejar los bordes biselados.

Estabilidad: Debe eliminarse cualquier movimiento de la formaleta especialmente durante el


tiempo en que el concreto permanece en estado plástico de forma que se asegura la completa
estabilidad del sistema, considerando además los efectos dinámicos que se presenten durante
el vaciado.

Estanqueidad – Hermeticidad: Se debe garantizar que la formaleta sea hermética para impedir
que el concreto se escurra y genere hormigueros al interior de la masa del elemento en
consideración. Debe ser hermética y estar ajustada para impedir que el mortero se escape.
Según la calidad de la formaleta así será la calidad de la estructura de concreto.

Multiusos: La calidad de la formaleta debe permitir el mayor número de usos conservando sus
condiciones originales. Para este propósito, se deben establecer en obra las pautas para el
manejo, uso, protección, remoción, almacenaje y cuidados que debe darse a cada elemento
del conjunto. La buena calidad de los materiales se encuentra directamente relacionado con la
vida útil de la formaleta.

Desmoldable: La facilidad para desencofrar la formaleta es una virtud del sistema, no sólo por
el adecuado uso de materiales desmoldantes sino como de la propia configuración geométrica.
El proceso de armado tiene que considerar como aporte importante la forma del
desencofrado.

Manoportable: La disponibilidad de la mano de obra debe considerarse como parte del diseño
de la utilización de los distintos tipos de formaletas. La facilidad de que sea manejable por los
obreros favorece los rendimientos. Cuando se trata de procesos industrializados, entra en
consideración la versatilidad del sistema y su movilidad mediante torre-grúa.

Textura: Según el diseño arquitectónico pueden existir factores que determinen ciertos tipos
de texturas, acabados sobre la superficie o colores, especialmente para los concretos a la vista,
materiales de mucha exigencia en cuanto a la calidad de la manos de obra. Debe
comprenderse que por la versatilidad del concreto, son infinitas las alternativas que pueden
darse en cuanto al uso de determinado tipo de formaleta y en cada caso, podrá ser de mayor
consideración una, cualquiera, de las exigencias antes mencionadas.

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