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INSTITUTO DE FORMACIÓN DOCENTE

CONTINUA SAN LUIS

Ensayo “Los Jóvenes Conservadores”

Autor: Nicolás Gomez


Los Jóvenes Conservadores

A raíz de experiencias personales como estudiante de Ciencia


Política en el Instituto de Formación Docente (en la provincia de San Luis),
sostuve conversaciones con adolescentes y jóvenes estudiantes de distintas
carreras universitarias o terciarias y advierto un denominador común en muchos
de ellos: un gran arraigo a ideas política y socialmente conservadoras o muy
conservadoras. Dicha aseveración resulta interesante porque es disruptiva con
una concepción personal, pero compartida en mi franja etaria (tengo 32 años),
que puede resumirse en la frase de Salvador Allende “ser joven y no ser
revolucionario es una contradicción hasta biológica” (“Allende”, 1972),
y que, en apariencia, se contradice con este postulado.
Obviamente decir que hay jóvenes que ti enen ideas
conservadoras no sería ninguna novedad en ningún contexto
espaciotemporal de la historia de la humanidad, lo que se vislumbra
novedoso sería la gran cantidad de jóvenes adeptos a estas ideas,
algunas de ellas muy extremas; y a pesar de que “much os jóvenes” o
“muy extremas” no son categorías comúnmente aceptadas dentro del
establishment académico, y ante la imposibilidad de realizar estudios
cuantitativos, me sirven a los fines de hacer un recorte de la realidad
para intentar explicar el fenómeno.

Situándonos en el contexto político actual (Argentina del


2018), luego de tres años de gobierno macrista y doce de gobierno
kirchnerista, es posible pensar que estamos viviendo una corporización
del extremo de un discurso en un sujeto social que tiene com o bandera
la libertad. Este discurso se contrapone a ot ro que tiene como
destinatario a ese sujeto que cree en la igualdad como faro para la
política, y que fue hegemónico durante la etapa 2003 -2015 1.
El extremo de este nuevo discurso basado en la libertad
tiende a excluir la alteridad como categoría de pensamiento, ya que no

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Ana Soledad Montero escribe en Revista Anfibia un ensayo sobre los discursos que nacen a partir del
2001: uno desde el concepto de igualdad, destinado al pueblo movilizado; y otro desde la idea de
libertad que hace mella en el pueblo despolitizado.
se trata de la liberación de un pueblo de la dominación del
colonialismo/imperialismo/etc, sino que se trata de una libertad
individual, amarrada al concepto de liberalismo económico, por lo tanto
al de meritocracia, y que en última instancia se traduce en indiferencia
para con el otro.
Pienso que se trata de una corporización de este discurso
extremo cuando veo cantidad de adolescentes y jóvenes asistiendo a
conferencias del economista libertario Javier Milei (quien tiene en su
haber frases como “el estado es el pedófilo en el jardín de infantes con
los nenes encadenados…”); o bien cuando se vislumbra un enorme
crecimiento de los seguidores del periodista y politólogo Agustín Laje,
quien se formó intelectualmente en contraterrorismo en la Universidad
de la Defensa, en Washington, y es la punta de lanza de muchos
jóvenes a la hora de argumentar (en contra) de la legalización del
aborto, de la Educación Sexual Integral y del feminismo, entre otros.
La campaña “con mis hijos no te metas”, que lucha para que no se
implemente la Ley de Educación Sexual Integral en las escuelas es una
forma de organización que responde a esta corporiz ación.
En un nivel más relacionado con lo sociopolítico, creo que
estos hechos son procesos de institucionalización de prácticas e ideas
autoritarias ante instituciones que se pensaban naturales y que a lo
largo de los últimos años comienzan a ponerse en cuestión. Expresa
Leiras:
Lo único que las Fuerzas Armadas pueden
hacer dentro de las fronteras es defenderlas.
Ningún objetivo político interno justifica el
ejercicio de la violencia. La protecc ión de la
integridad física de las personas es la primera
responsabilidad del Estado, es universal e
incondicional. La expresión es libre. Estas son,
en mi opinión, las tesis centrales del consenso
alfonsinista, la cristalización cultural sobre la
que descansa a continuidad de la democracia
argentina y que, desde hace varios años, se
debilita (“Leiras”, 2017, www.lanacion.com.ar).
A partir de estos puntos podemos ver como la democracia
ha sido violentada (más que nada) en los últimos tres años, por parte
de un gobierno que posee un alto grado de aceptación de una gran
parte de la sociedad que mira con desdén como gendarmería mata a
un joven Mapuche o cómo encarcelan a un joven por twittear en contra
del presidente.
Lo argüido en el párrafo precedente no tiende (solamente)
a culpabilizar a un gobierno determinado por vejaciones a la
democracia, sino más bien a pensar cómo interpelan a los jóvenes
estas acciones perjudiciales para la democracia. Desconozco si
Allende, al calificar de revolucionaria la esencia de la juventud se
refería al concepto marxista de revolución proletaria, sospecho que sí.
No obstante, el sentido del mensaje adquiere otro valor si nos paramos
desde una concepción psicoanalítica del adolescente que, ante la
reedición del conflicto edípico, atenta contra la autoridad del padre y,
a través de esto (o mejor: por ello mismo) contra toda autoridad
establecida. Así podríamos sustituir la palabra revolucionario
simplemente por “rebelde”, y esto nos ayudaría a pensar ante qué se
están revelando los adolescentes y jóvenes.
Se puede sostener que desde los sectores dominantes del
Estado, durante la etapa kirchnerista se promovió una posición que
adoptaba un discurso destinado a politizar a la juventud a través de
propuestas con gran contenido social, apuntalando su política
discursiva en el valor igualdad. Al respecto dicen Portantiero y De Ipola:
La pugna entre propuestas hegemónicas es posible
porque existe un espacio común en disputa. Es la
burguesía - como titular de la dominación que debe
ser subvertida - la que ha constituido ese campo a
través de un doble movimiento que por un lado disocia
sociedad y Estado y por otro recompone la escisión
mediante una asociación ilusoria entre Estado y
nación. Es el principio estatal el que ordena la relación
entre los valores de nacionalidad, libertad e igualdad
que se hallan detrás de las demandas de identidad
comunitaria y de participación política, social y
cultural, absorbiendo en su discurso de poder la
dimensión popular de esos reclamos. (“Portantiero y
De Ipola”, 1981, p. 5).
Sostengo que una característica del discurso kirchenerista
fue la polarización, un fuerte carácter de “todo o nada”, donde lo
disruptivo quedó del lado “nada”. Esto decantó en una posición en la
que se vieron interpelados los jóvenes que quedaron desplazados del
discurso oficial, o que escucharon a sus padres quejarse de “los vagos
que cobran sin trabajar” (refiriéndose a los planes sociales), y que hoy
se expresa en ese pedido de despolitización, desmovi lización y
desideologización del sector público que encarnan los seguidores de
Laje, Milei y los votantes de Macri.
Para ir concluyendo, sostengo que los adolescentes y
jóvenes que hoy se ven atraídos por postulados conservadores o
ultraconservadores formaron parte (ya sea personal o familiarmente),
durante la etapa kirchnerista, de esa alteridad que el discurso oficial
dejó afuera, y que vislumbraron en ideas con alto contenido autoritario
e individualista una forma de expresar por un lado el rechazo a esa
autoridad (del discurso de la inclusión), y por otro una forma de ir
sintiéndose parte de un movimiento que cada vez parece ser menos
contrahegemónico.
Bibliografía:

- Espinosa, R. R. [Ricardo Rivera Espinosa]. (4 de Agosto de 2013).


Discurso de Salvador Allende en la Universidad de Guadalajara [Archivo
de Video]. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=K1dUBDWoyes
- Leiras, M. (13 de Noviembre de 2017). El Deshielo del Consenso
Alfonsinista. Buenos Aires, Argentina. La Nación. Recuperado de:
https://www.lanacion.com.ar/2081705-el-deshielo-del-consenso-
alfonsinista
- Montero, A. S. (2018). Libertad, Igualdad y 2001. Buenos Aires,
Argentina. Revista Anfibia. Recuperado de:
http://www.revistaanfibia.com/ensayo/libertad-igualdad-y-2001/
- Portantiero, J.C. y De Ipola, E. (1981). Lo Nacional Popular y los
Populismos Realmente Existentes, en Nueva Sociedad, Nro.54, pp 7-18.
Recuperado el 29 de Octubre de 2018 de:
http://nuso.org/media/articles/downloads/860_1.pdf

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