Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
27 puntos
Indicaciones:
La prueba tiene 27 preguntas de alternativas.
Tiene 90 minutos para responder esta prueba.
Lea con atención cada uno de los textos y sus preguntas.
Ennegrezca la única respuesta correcta en la hoja de respuestas.
Utilice sólo lápiz grafito para responder en su prueba y en la hoja de respuestas,
evitando los borrones en ésta que anularán su opción.
Habilidades Habilidad
Indicadores: Tareas Específicas de Lectura Preguntas
Lectoras cognitiva
Localizar Identificar información explícita que se encuentra en
Identificar 7, 13, 19, 24
información distintas partes del texto.
Establecer de qué se trata un texto (tema, mensaje,
problema o idea central) o partes de él, cuando es Sintetizar 1, 12
relativamente evidente.
Establecer conclusiones a partir del sentido global o local
del texto, o mediante mecanismos de Inferir 8, 26
correferencia/pronominalización.
Interpretar y Interpretar acontecimientos y acciones de personajes a Interpretar
relacionar 4, 17, 25
partir del sentido global del texto.
información
Inferir distintas relaciones de sentido (secuencia, causa,
finalidad o consecuencias) sugeridas mediante claves en la Inferir 2, 3, 6, 21, 23
lectura.
Inferir sentimientos, creencias, características o actitudes
Inferir 5, 14, 15,
de personajes, narrador, hablante lírico o emisor de los
16, 18, 22
textos.
Establecer la función de elementos complementarios en un
texto (mapas, gráficos, tablas, esquemas, imágenes,
Evaluar 11, 20, 27
ilustraciones, etc.) o de un texto discontinuo, considerando
Reflexionar y
el propósito comunicativo de éste.
valorar la
información Establecer la función de elementos formales del texto (por
ejemplo: puntuación, diagramación, tipografía, etc.) Evaluar 9, 10
considerando el propósito comunicativo de este.
Lee el siguiente texto y responde desde la pregunta 1 hasta la 11.
Por el mismo tiempo, el hijo del rey se puso a recorrer el país para buscar mujer con
quien casarse. No podía elegir una pobre, pero tampoco quería una rica, por lo cual decía
que se casaría con la que fuese a la vez la más pobre y la más rica. Al llegar a la aldea donde
3 vivía nuestra joven, preguntó, según su costumbre, dónde vivían la más pobre y la más rica
del lugar. Se le designó enseguida la segunda; en cuanto a la primera se le dijo que debía ser
la joven que habitaba en una cabaña aislada al extremo de la aldea.
Cuando pasó el príncipe, la rica, vestida con su mejor traje, se hallaba delante de la puerta; se
levantó y salió a su encuentro, haciéndole una profunda cortesía; pero él la miró sin decirle
una palabra y continuó su camino. Llegó a la cabaña de la pobre, que no había salido a la
puerta y estaba encerrada en su cuarto; detuvo su caballo y miró por la ventana al interior de
una habitación que iluminaba un rayo de sol; la joven estaba sentada delante de su rueda e
4 hilaba con el mayor ardor. No dejó de mirar disimuladamente al príncipe mientras hilaba,
bajando los ojos, aunque no me atreveré a asegurar que su hilo fuera tan igual como lo era
antes; prosiguió hilando hasta que partió el príncipe. En cuanto no le vio ya, se levantó a abrir
la ventana, diciendo:
––¡Qué calor hace aquí!
Y lo siguió con la vista mientras pudo distinguir la pluma blanca de su sombrero.
Volvió a sentarse, por último, y continuó hilando, pero no se le iba de la memoria un refrán
que había oído repetir con frecuencia a su madrina, el cual se puso a cantar, diciendo:
Corre huso, corre, a todo correr,
mira que es mi esposo y debe volver.
Mas he aquí que el huso se escapó de repente de sus manos y salió fuera del cuarto; la joven
5 se le quedó mirando, no sin asombro, y lo vio correr a través de los campos, dejando detrás
de sí un hilo de oro. Al poco tiempo estaba ya muy lejos y no podía distinguirlo. No teniendo
huso, se puso a tejer con la respectiva aguja.
El huso continuó corriendo, y cuando se le acabó el hilo, ya se había reunido con el príncipe.
––¿Qué es esto? –exclamó el príncipe– este huso quiere llevarme a alguna parte.
Enseguida se escapó de sus manos la aguja de tejer, dirigiéndose a la puerta; pero al salir del
umbral comenzó a tejer, comenzó a tejer el tapiz más hermoso que nunca se ha visto; por
ambos lados le adornaban guirnaldas de rosas y de lirios, y en el centro se veían hojillas
verdes sobre un fondo de oro; entre el follaje se distinguían liebres y conejos, y pasaban la
7 cabeza, a través de las ramas, ciervos y corzos; en otras partes tenía pájaros de mil colores, a
los que no faltaba más que cantar. La aguja de tejer continuaba corriendo, y la obra
adelantaba a las mil maravillas. Luego, la joven cantó:
La aguja de coser, escapándose de sus dedos, echó a correr por el cuarto con la rapidez del
relámpago, pareciendo que tenía a sus órdenes espíritus invisibles, pues la mesa y los
8 bancos se cubrían con tapetes verdes, las sillas se vestían de terciopelo y las paredes
de una colgadura de seda.
Apenas había dado la aguja de coser su última puntada, cuando la joven vio pasar por delante
de la ventana la pluma blanca del sombrero del príncipe, a quien había traído el hilo de oro;
entró en la cabaña pasando por encima del tapiz y en el cuarto donde vio a la joven, vestida
9 como antes, con su pobre traje; pero hilando, sin embargo, en medio de este lujo improvisado,
como una rosa en una zarza.
––Tú eres la más pobre y la más rica, exclamó; ven, tú serás mi esposa.
3. Según el párrafo 3, ¿para qué el hijo del rey se puso a recorrer el país?
A. De interés.
B. De curiosidad.
C. De vergüenza.
A. Una camisa.
B. Un hilo de oro.
C. Una colgadura de seda.
A. Que las mujeres logran sus propósitos porque trabajan en sus oficios.
B. Que las mujeres consideradas buenas son las que obedecen a sus madrinas.
C. Que las mujeres deseadas son las que cumplen con lo que esperan los hombres.
9. En el siguiente fragmento:
“––¿Qué es esto? –exclamó el príncipe– este huso quiere llevarme a alguna parte”.
Felicidad clandestina
Ella era gorda, baja, pecosa y de pelo excesivamente
crespo, medio amarillento. Tenía un busto enorme,
mientras que todas nosotras todavía éramos planas. Como
si no fuese suficiente, por encima del pecho se llenaba de
caramelos los dos bolsillos de la blusa. Pero poseía lo que
a cualquier niña devoradora de historias le habría gustado
tener: un padre dueño de una librería.
¡Pero qué talento tenía para la maldad! Mientras haciendo escándalo chupaba caramelos,
toda ella era pura venganza. Cómo nos debía odiar esa niña a nosotras, que éramos
imperdonablemente guapas, delgadas, altas, de cabello libre. Conmigo ejerció su ferocidad
con una serena ferocidad. En mi ansiedad por leer, yo no me daba cuenta de las
humillaciones que me imponía: seguía pidiéndole prestados los libros que a ella no le
interesaban.
Hasta que le llegó el día magno de empezar a infligirme una tortura china. Como al pasar, me
informó que tenía El reinado de Naricita, de Monteiro Lobato.
Era un libro gordo, válgame Dios, era un libro para quedarse a vivir con él, para comer, para
dormir con él. Y totalmente por encima de mis posibilidades. Me dijo que si al día siguiente
pasaba por la casa de ella me lo prestaría.
Literalmente corriendo, al día siguiente fui a su casa. No vivía en un apartamento, como yo,
sino en una casa. No me hizo pasar. Con la mirada fija en la mía me dijo que le había
prestado el libro a otra niña y que volviera a buscarlo al día siguiente. Boquiabierta, yo me fui
despacio, pero al poco rato la esperanza había vuelto a apoderarse de mí por completo y ya
caminaba por la calle a saltos, que era mi manera extraña de caminar por las calles de Recife.
Esa vez no me caí: me guiaba la promesa del libro, llegaría el día siguiente, los siguientes
serían después mi vida entera, me esperaba el amor por el mundo, y no me caí una sola vez.
Pero las cosas no fueron tan sencillas. El plan secreto de la hija del dueño de la librería
era sereno y diabólico. Al día siguiente allí estaba yo en la puerta de su casa, con una
sonrisa y el corazón palpitante. Todo para oír la tranquila respuesta: que el libro no se hallaba
aún en su poder, que volviese al día siguiente. Poco me imaginaba yo que más tarde, en el
curso de la vida, el drama del “día siguiente” iba a repetirse para mi corazón palpitante otras
veces como aquélla.
Y así seguimos. ¿Cuánto tiempo? No lo sé. Ella sabía que, mientras la amargura no se
escurriese por completo de su cuerpo gordo, sería un tiempo indefinido. Yo había empezado
a sospechar, es algo que sospecho a veces, que me había elegido para que sufriera. Pero
incluso sospechándolo, a veces lo acepto, como si el que me quiere hacer sufrir necesitara
desesperadamente que yo sufra.
Hasta que un día, cuando yo estaba en la puerta de la casa de ella oyendo silenciosa,
humildemente, su negativa, apareció la madre. Debía de extrañarle la presencia muda y
cotidiana de esa niña en la puerta de su casa. Nos pidió explicaciones a las dos. Hubo una
confusión silenciosa, entrecortada de palabras poco aclaratorias. A la señora le resultaba
cada vez más extraño el hecho de no entender. Hasta que, madre buena, entendió al fin. Se
volvió hacia la hija y con enorme sorpresa exclamó: “¡Pero si ese libro no ha salido nunca de
casa y tú ni siquiera querías leerlo!”
¿Cómo contar lo que siguió? Yo estaba atontada y fue así como recibí el libro en la mano.
Creo que no dije nada. Cogí el libro. No, no partí saltando como siempre. Me fui caminando
muy despacio. Sé que sostenía el grueso libro con las dos manos, apretándolo contra el
pecho. Poco importa también cuánto tardé en llegar a casa. Tenía el pecho caliente, el
corazón pensativo.
A. Baja.
B. Gorda.
C. Delgada.
14. ¿Qué siente la voz que habla en el cuento por su compañera?
A. Pena.
B. Ternura.
C. Rechazo.
15. ¿Cuál de estas características de la niña dueña del libro se enfatiza en el texto?
A. Su físico.
B. Su ingenio.
C. Su crueldad.
16. ¿Qué sintió la protagonista al ver que la niña demoraba en prestarle el libro?
A. Duda.
B. Tristeza.
C. Amargura.
17. En el párrafo 11, ¿por qué la narradora describe a la señora como “madre
buena”?
A. Con felicidad.
B. Con sorpresa.
C. Con admiración.
19. Al final del texto, ¿con qué compara la chica su relación con el libro?
A. Con el éxtasis.
B. Con la clandestinidad.
C. Con una mujer y su amante.
20. ¿Cuál es la principal información que aporta la primera ilustración que acompaña
el texto?
EL PASTORCILLO SABIO
Hubo una vez un niño pastor, famoso por las sabias respuestas que daba a todas las
1 preguntas que se le hacían.
El rey del lugar escuchó de él, no lo creyó y pidió que trajeran al niño a su presencia.
Cuando lo tuvo enfrente, le dijo:
—Si puedes darme respuesta a tres preguntas que te haré, te reconoceré como mi hijo y,
conforme a ello, deberás vivir conmigo en mi palacio real.
El niño preguntó:
—-¿Cuáles son las tres preguntas?
2 El rey le dijo:
—-La primera pregunta dice: “¿Cuántas gotas de agua contienen los mares?”
El niño pastor respondió:
—Majestad, haced poner tapones a todos los ríos de la tierra,
para que de ellos no se filtre ninguna gota al mar y así no se
alteren las que yo haya contado. Entonces le diré cuántas
gotas contienen los mares.
A. Enojo.
B. Temor.
C. Desconfianza.
A. Comienza a interrogarlo.
B. No creyó en su sabiduría.
C. Pide que lo lleven al palacio.
24. En el párrafo 3, ¿de qué se trata la segunda pregunta que le hace el rey al pequeño
pastor?
25. En el párrafo 4, ¿por qué el Rey decide reconocer al pastor como si fuera su
propio hijo?
26. ¿Qué mensaje acerca de los niños nos deja este relato?
Habilidades Habilidad
Indicadores: Tareas Específicas de Lectura Preguntas
Lectoras cognitiva
Localizar Identificar información explícita que se encuentra en
Identificar 7, 13, 19, 24
información distintas partes del texto.
Establecer de qué se trata un texto (tema, mensaje,
problema o idea central) o partes de él, cuando es Sintetizar 1, 12
relativamente evidente.
Establecer conclusiones a partir del sentido global o
local del texto, o mediante mecanismos de Inferir 8, 26
correferencia/pronominalización.
Interpretar y Interpretar acontecimientos y acciones de personajes Interpretar
relacionar 4, 17, 25
a partir del sentido global del texto.
información
Inferir distintas relaciones de sentido (secuencia,
causa, finalidad o consecuencias) sugeridas mediante Inferir 2, 3, 6, 21, 23
claves en la lectura.
Inferir sentimientos, creencias, características o
Inferir 5, 14, 15,
actitudes de personajes, narrador, hablante lírico o
16, 18, 22
emisor de los textos.
Establecer la función de elementos complementarios
en un texto (mapas, gráficos, tablas, esquemas,
imágenes, ilustraciones, etc.) o de un texto Evaluar 11, 20, 27
Reflexionar discontinuo, considerando el propósito comunicativo
y valorar la de éste.
información
Establecer la función de elementos formales del texto
(por ejemplo: puntuación, diagramación, tipografía, Evaluar 9, 10
etc.) considerando el propósito comunicativo de este.
Claves: