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SILLA INTERPERSONAL

PACIENTE: EDGAR HERNANDEZ EDAD: 31 AÑOS

El paciente se muestra como una persona melancólica, tu rostro refleja tristeza a pesar de que en el
dialogo inicial afirmaba no estar triste, acá de terminar una relación de más de 5 años, lo cual le ha
afectado mucho, aunque luche por no demostrarlo es algo visible en su lenguaje no verbal.

Cliente: Buenas tardes doctora.

Psicólogo: Buenas tardes, cuénteme cual es el motivo de tu consulta.

Cliente: Bueno en realidad es difícil explicar, me he sentido sin energía, sin ganas de hacer nada,
muy distraído.

Psicólogo: Y desde cuándo comenzó todo lo que me comentas.

Cliente: Ya hace un mes y medio casi.

Psicólogo: Algo ocurrió antes de que empezara todo esto, alguna perdida, o suceso impactante en tu
vida?

Cliente: Creo, que es por que termine una relación de muchos años, digo creo porque la verdad no
me duele hablar de ella, ni me afecta, por eso no lo relaciono, pero por que la pregunta, que me hace
es el único suceso fuerte en mi vida que ocurrió.

Psicólogo: Cundo dices que ya no te duele, te refieres a que ya no sientes nada por ella.

Cliente: Pues, no, en verdad la quiero muchísimos, pero trato de no pensar en ella, sé que tiene buenas
razones para haberse ido. Y es que por que yo falle.

Psicólogo: Como fallaste tú.

Cliente: Pues, la abandone cuando más me necesito, y eso nunca me lo voy a perdonar. Soy un
maldito cobarde.

Psicólogo: Y quiero que me repitas nuevamente lo último que me dijiste antes de ser cobarde.

Cliente: Que nunca me lo voy a perdonar, nunca, nunca, yo la amaba, como rayos pude dejarla sola,
cuando más me necesitaba, con un hijo que nos pertenecía a los dos. Y ahora que ese hijo no está, me
siento un maldito, ella está sufriendo por mi culpa, pude haberla apoyado, solo que tuve miedo.
(Llorando).

Psicólogo: Me has mencionado, que te sientes fatal contigo mismo, por no haberla apoyado a quien
fue una vez tu pareja, pero por otro lado, esta ese sentimiento de bronca contigo mismo, de no
perdonarte, por haber sido cobarde y no hacer lo que ahora crees que debió ser lo correcto, que es
apoyarla. Verdad?
Cliente: SI

Psicólogo: Cuál de los dos problemas, crees que debas trabajar primero, el dolor que pasas por ella,
o el tuyo.

Cliente: Con el de ella, ella es más importante ahora, mucho más que yo.

Psicólogo: Y que te gustaría hacer hoy para solucionar el sufrimiento de ella.

Cliente: Nada, nada se puede hacer, lo hecho echo esta, solo quisiera pedirle perdón por lo que le
hice, no me dejo ni poder pedirle disculpas por que se fue a Lima.

Psicólogo: Entonces, te gustaría disculparte con ella?, decirle todo lo que sientes ahora?

Cliente: Si, necesito pedirle perdón necesito su perdón.

Psicólogo: Muy bien, ahora te voy a pedir, que cierres los ojos, que te sientes en este lado, y que
mires al frente y la visualices su rostro, su sonrisa, su cuerpo, su postura todo lo que recuerdes de ella,
lo pongas en esa silla. ¿Cómo se llama?

Cliente: Laura.

Psicólogo: Bueno, entonces sienta a Laura al frente tuyo, tráela de Lima y siéntala ahí. Cuando lo
hayas conseguido me avisas.

Cliente: Ya.

Psicólogo: Ahora, quiero que te centres y que te permitas en el ahora, poderle expresar a Laura lo
que sientes.

Cliente: Bueno, Laura, yo quisiera, “pedirte perdón, fui un maldito, un tonto, un imbécil y un cobarde.
No te voy a pedir que regreses, porque una basura como yo, no te merece, pero quiero que sepas que
estoy arrepentido, por todo el daño que te hice, y te juro por nuestro hijo que ahora está en el cielo,
que seré un buen hombre, como tu querías que fuera, y que luchare para demostrarte que te amo y
que en donde estés, yo te cuidare, y esperare a que regreses, tu familia, me ha dicho que estas sufriendo
mucho, y me quiero volver loco, pero seré paciente, y te esperare, cuando regreses, hare todo lo
posible por sanar nuestras heridas, y saldremos adelante juntos, como siempre lo soñamos mi amor”.
Algo más le quieres decir.

Psicólogo: Ahora quiero que te sientes al frente, y seas Laura.

Psicólogo: Hola, Laura, ya has escuchado, lo que Edgar te ha dicho, lo que está arrepentido, y que
quiere luchar por salvar lo que alguna vez construyeron.

Laura: Como una vez te dije, yo sé que ser padres es muy difícil y lo que me dijiste, solo era por el
miedo, recuerda que te dije que yo entendía y que te esperaría con nuestro hijo, porque sé que eres un
buen hombre, me lo has demostrado, y sé que cuando reflexionarías irías por nosotros, y estaríamos
juntos nuevamente, cuando perdí a nuestro hijo, te deje ese mensaje, diciendo que no era culpa tuya,
solo que Dios no quiere aunque seamos padres, y que aunque estoy muy enojada con la vida, te amo,
ese mensaje lo escribí con el corazón, me voy a lima a sanar mis herida pero regresare, lo sabes muy
bien. Siempre te lo dije. No somos niños. Pero aun sufrimos como unos.

Quiero decirte que te perdono. Porque siempre me has demostrado amor, porque sé que me amas,
cómo yo a ti.

Psicólogo: Bueno Edgar, te voy a pedir, que abras los ojos, y me hables un poco de esa carta y esas
palabras.

Paciente: Si, ella siempre me dijo, que me amaba y que lo que hacía era solo por miedo, pero yo
estaba cegado, tenía rabia, porque aún no estaba listo para ser padre.

Psicólogo: Y cómo te sientes, al recordar todo lo que ella te dijo, demostrándote que en verdad te
ama y te perdona.

Paciente: me siento un tonto, ella siempre me ha amado, y ahora que sé que me perdona, me lleno
de fuerzas para luchar por lo nuestro. Aunque aún duele todo lo que ha pasado.

Psicólogo: Duele, lose, perder a alguien duele, es normal, el problema sería si no doliera, pero tienes
la opción de hacer algo diferente, de luchar por lo que amas, el pasado no lo podemos cambiar, el
futuro aún no está escrito, el ahora en un obsequio, por eso, se llama presente, así que aprovéchalo y
lucha por lo que amas.

Paciente: Si doctora, tiene mucha razón, ahora me siento con más fuerza y vitalidad, le rogare a su
familia que me diga dónde está, porque la amo y tengo que luchar con ella. Y ayudarla y ayudarme a
salir adelante juntos.

Psicólogo: Muy bien, te deseo mucha suerte.

Paciente: Gracias doctor.

ME SIENTO CONFUNDIDA, AL PASAR AL PACIENTE A LA SILLA CALIENTE, SIENTÍ DE


QUE NO DEBI HACER QUE TOMARA LA POSTURA DE SU PAREJA, POR QUE CREÍ QUE
AVIVARIA LAS EMCIONES DE CULPA, PERO YA HABIA COMENZADO Y NO PODIA
RETRACTARME.

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