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Tratando de la segunda parte del método, no hay crítica o comentarios; hablando de las
normas del método cartesiano, siendo este el camino que se sigue es necesario hablar de
la finalidad de las normas, Descartes se impacienta por el camino del conocimiento que ha
producido hasta este punto la historia humana. Esto es el método por el que los hombres
han guiado sus pasos, pues hasta el momento el pensar se había reducido al conocimiento
heredado por Aristóteles. Descartes no encuentra la unidad del pensamiento porque la
verdad es asumida solo si Aristóteles lo dice y si no contradice a los religiosos; para este
entonces el mundo del conocimiento gira entorno a ello, no hay unidad porque la verdad no
se le aparece como algo totalmente claro. Por ello se dedica a buscar una verdad de la cual
no sea posible la menor duda.
En la tercera, habla de las normas morales que son provisionales el autor hace una crítica
al final del texto, argumenta la invalidez e inutilidad de los argumentos ya que a su parecer
UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA
SEMINARIO COMPLEMENTARIO DE DESCARTES
STIVEN CALLEJAS OTÁLORA
hay una contradicción entre las reglas del método y las leyes morales. En cuanto a las leyes
morales que plantea descartes se debe aclarar la función que les corresponde. Estas leyes
morales que son provisionales, lo son no porque sean de algún modo útiles por un tiempo.
Son provisionales por que sirven de igual manera en cualquier lugar. Se puede pensar que
es así puesto que descartes decide viajar y estudiar en el gran libro del mundo.
También se critica la segunda ley moral. Aunque no es del todo clara la crítica. Dice el autor
que está errada está máxima debido a qué querer salir de un estado que nos aparece
dificultoso no está bien ya que podríamos tropezarnos con algo peor. El problema con la
visión del autor es quedarse demasiado en el ejemplo. Hay que tener bien marcado que no
se deben confundir las normas del método con las de la moral. Descartes da las normas
morales para definir sus acciones con respecto a ello mismo, la sociedad y su entorno.
Como no tiene en que respaldar la ética y la moral desea actuar de tal manera que no haya
para él ni para otros, algún perjuicio. “Así también, dado que las acciones de la vida
frecuente no admiten ningún aplazamiento, es una verdad muy cierta que, cuando no está
a nuestro alcance discernir las opiniones más verdaderas, debemos seguir las más
probables.” (p 35)
En el cuarto apartado tal y como se mencionó anteriormente trata de la metafísica. El autor
nos describe el proceso de descubrimiento de este axioma de descartes. Primero dudar y
confundir las ensoñaciones con la realidad. Sin embargo, como comentario agregado se
puede plantear que antes del cogito ergo sum de Descartes; como trasfondo el verdadero
axioma es aquel que toma por regla general “las cosas que concebimos muy claro y
distintamente son todas verdad” (p. 48). Hace falta también mencionar las razones por las
cuales Dios es necesario, el razonamiento de Descartes parte de los conceptos a priori
como lo es el de la perfección, lo imperfecto es lo dependiente; existe dependencia en los
seres compuestos, estos son los cuerpos, Dios por tanto es incorpóreo, perfecto y simple.
La quinta y sexta partes el autor las trata brevemente; una idea agregada pudo haber sido
la de la constitución de un mundo nuevo que plantea Descartes, en parte para zafarse de
disputas con los estudiosos de la época medieval, pero que puede ser entendida como la
re-interpretación que está buscando. Así como también se debe resaltar la visión
mecanicista que se presenta. Eduardo Bello Reguera comenta a pie de página “La teoría
del animal maquina valida para la explicación mecanicista del cuerpo, ¿permite explicar
otros fenómenos de la conducta humana como el pensamiento o el lenguaje? Descartes
cree que estos fenómenos muestran el límite del principio mecanicista” (p. 78)
Para terminar este breve estudio, me parece preciso citar justamente aquí a Descartes
“También se observa que casi nunca ha sucedido que alguno de sus discípulos les haya superado;
y estoy seguro de que los más apasionados de quienes en la actualidad siguen a Aristóteles, se
sentirían dichosos si tuvieran tanto conocimiento de la naturaleza como él tuvo, aunque fuera incluso
con la condición de que nunca sobrepasarían tales conocimientos.” (p. 94) Por ello se dice
también, que la filosofía antigua pareciese saltar desde la filosofía antigua hasta la filosofía
moderna renacentista, como si el período del renacimiento fuese una época de
comentaristas de Aristóteles y de Platón nada más.
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BIBLIOGRAFÍA
Descartes René. 1993. El Discurso del Método (Traducción, estudio preliminar y notas Bello
Reguera, Eduardo). Barcelona, España.