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3.

1 DEFINICIÓN DE EXTORSIÓN
La noción de extorsión proviene del latín extorsio. Así se denomina la presión que un
individuo ejerce sobre otro para forzarlo a actuar de un cierto modo y, de esta forma,
obtener un beneficio económico o de otro tipo.
La extorsión puede consistir en amenazas, intimidaciones o agresiones con la
finalidad de doblegar la voluntad o el deseo de la víctima. Se trata de un delito y,
como tal, se encuentra penado por la ley.
Por sus características, la extorsión se enmarca en los delitos pluriofensivos debido a
que ataca más de un bien jurídico. No solo afecta a una propiedad del damnificado, sino
también su libertad y su integridad física.
Es posible reconocer distintos aspectos en una extorsión. En un primer momento, a la
víctima se la intimida y se la obliga a actuar de una forma que no es la que desea. Luego
el extorsionado, forzado por la situación, realiza la acciónrequerida, logrando el
extorsionador un beneficiopor ello.
Supongamos que un hombre ve a su vecino con una amante. Dispuesto a sacar
provecho de ese descubrimiento, le dice al vecino que, si no comienza a pagarle 1000
pesos mensuales, le contará la infidelidad a su esposa. Esta práctica constituye una
extorsión.
En los últimos años, aumentaron los casos de extorsión sexual, también
llamada sextorsión. Este delito es realizado por una persona que cuenta en su poder con
fotos o videos de otro sujeto que está desnudo o llevando a cabo un acto sexual. A cambio
de no difundir el material en Internet, le exige dinero, concretando la extorsión.
La extorsión es una figura que se halla en el grupo de los llamados delitos de
apoderamiento, dado que no existe ánimo de lucro, y también en el de los delitos de
estafa, ya que es necesario que el sujeto pasivo participe de manera consistente de un
negocio o un acto jurídico, o bien que lo omita. También es correcto decir que la extorsión
es un delito de amenazas condicionales, porque el negocio jurídico se lleva a cabo
luego de que el sujeto activo ejerza una coacción sobre el pasivo.
Aquí entra en juego el término coacción, el cual es muy usado en los ámbitos jurídico y
forense, así como chantaje, y por eso es necesario señalar las similitudes y las diferencias
entre estos dos y extorsión. En primer lugar, podemos decir que los tres se encuentran
enmarcados en una tipología delictiva que puede acarrear sentencias penales que van
desde uno a cinco años de encarcelamiento, si las autoridades logran demostrarlos.
Si bien estos tres delitos pueden ser igualmente intolerables y perjudiciales para quienes
los sufren, a efectos jurídicos hay claras diferencias entre ellos. En el caso de la coacción,
un sujeto realiza un acto de forma voluntaria pero tras haber sido intimidado por otro,
que suele acarrear la sustracción o el robo de un bien (ya sea mueble o inmueble) de un
tercero. Es importante subrayar que esta acción se considera «voluntaria» pero no es
equivalente a un delito planeado y efectuado con total libertad de decisión, ya que existe
una amenaza que lo impulsa.
Con respecto al chantaje, se trata de un proceso que lleva a cabo una persona para
obtener beneficios mediante la amenaza a un tercero de difundir cierta información o de
difamarlo. No es fácil encontrar diferencias claras entre los tres delitos, aunque la extorsión
es la única que puede ser plural, mientras que la coacción suele ser directa, y el chantaje es
el menos violento de los dos, dado que suele consumarse simplemente haciendo uso de la
palabra. Las autoridades deben examinar detenidamente cada caso para entender cuál de
estos delitos tienen frente a ellos.
3.2 DEFINICIÓN DE SECUESTRO
El término latino sequestrum llegó a nuestra lengua como secuestro. El concepto refiere
al acto y al resultado de secuestrar: privar a un individuo de su libertad de manera
ilegal para exigir algo a cambio de su liberación; tomar por la fuerza un medio de
transporte; imposibilitar judicialmente la distribución de un producto; o embargar un bien
por la vía judicial.
El uso más habitual del concepto se asocia a la privación ilegítima de la libertad que
sufre una persona. Quien comete el secuestro (llamado secuestrador) exige dinero o
algún beneficio para liberar a la víctima (el secuestrado).
Con frecuencia, el secuestrador se comunica por teléfono con la familia del secuestrado
para pedir dinero a cambio de la liberación de la víctima. Se trata de una extorsión: si la
familia no paga lo que el secuestrador pide, éste no libera al secuestrado o incluso puede
amenazar con asesinarlo.
El secuestro también puede tener como fin la explotacióndel secuestrado. Existen bandas
delictivas que secuestran mujeres para obligarlas a ejercer la prostitución, quedándose
con el dinero que genera esta actividad. También hay grupos que secuestran personas
para forzarlas a trabajar en talleres textiles clandestinos, por citar una posibilidad.
Si bien existen diversos motivos por los cuales una persona puede ser víctima de dicho tipo
de secuestros, es común que la razón de fondo sea la falta de dinero. Ante la necesidad,
los seres humanos nos volvemos más descuidados, estamos menos atentos a las señales de
peligro, y es entonces que los criminales aprovechan nuestra debilidad para llevar a cabo
los actos más despiadados.
Son muchas las personas que de pronto despiertan en un país extranjero, en el cual no
pueden comunicarse ya que desconocen su idioma, y se ven forzadas a ejercer la
prostitución o algún otro trabajo forzoso, sin la posibilidad de volver a ver a sus familias ni
de pedir ayuda a nadie. El secuestro afecta a la víctima en varios planos; el secuestrador
consigue infundirle terror a base de amenazas y humillaciones muy bien calculadas, que
van desgastándola y debilitándola psicológicamente hasta hacer que se sienta incapaz de
salir de la pesadilla.
Dominar a otro ser vivo no es una tarea que todos podamos o queramos realizar, pero sí
algo a lo que casi todos somos vulnerables, si la otra persona tiene la habilidad y la
paciencia suficientes para encontrar nuestros puntos débiles. Un secuestro acarrea una
serie de consecuencias de variada gravedad en nuestro estado de salud, tanto mental como
física, y por eso suele ser necesario acudir a uno o varios profesionales de la medicina y la
psicología para intentar superarlo.
Pero el secuestro, como concepto, también afecta a miles de personas que jamás lo han
experimentado y que, probablemente, jamás lo harán. Esto ocurre a causa del impacto que
las noticias de víctimas de este tipo de crimen tiene en ellas: por diferentes razones, llegan
a pensar que ellas serán las siguientes en la lista, que hay alguien observándolas, esperando
el momento adecuado para privarlas de su libertad.
El miedo al secuestro es un mal más común de lo que muchos piensan, y es importante
tratarlo antes de que derive en un problema grave. El primer consejo generalizado para
superarlo es hablar del tema con nuestros allegados, sin sentir vergüenza. Si bien no es
normal convertirse en el blanco de un secuestrador, debemos respetar nuestro temor e
intentar disiparlo poco a poco; por ejemplo, no tiene nada de malo buscar compañía para ir
a ciertos sitios que nos generen incomodidad o falta de confianza.
Un individuo, por otra parte, puede secuestrar un avión y obligar al piloto a dirigirse a un
destino diferente del establecido. Ese es el caso de un hombreque aborda un vuelo con
rumbo a Egipto pero que, exhibiendo un arma de fuego, fuerza al piloto a aterrizar en
Kenia.
Las fuerzas de seguridad, por último, pueden decidir el secuestro de mercaderías ilegales:
productos de contrabando, drogas, etc.

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