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CICLO DE PROFESORADO PARA PROFESIONALES

“LO INVISIBLE EN LA ESCUELA”

De la escuela como aparato ideológico. Primera aproximación.

ALUMNA: Sofía M. Stefan

TÍTULO DE GRADO: Licenciada en Comunicación Social

PROFESORA: Prof. Mariela J. Fontana

FECHA DE ENTREGA 17 de Junio 2017


El presente trabajo pretende realizar una primera aproximación al análisis del sistema
educativo a través de la mirada sobre la escuela como institución moderna. Este análisis
se realiza desde una perspectiva crítica y de la sociología de la educación.

La escuela tal como se la conoce actualmente es una institución moderna, surgida a


partir del establecimiento de los Estados Modernos y surgimiento de la noción de
Nación, a partir de la Revolución Francesa de 1789, donde surge la necesidad de
homogeneizar una población, una cultura, la necesidad de “educar al soberano”.
Conformar un ciudadano para la nueva sociedad en ciernes, nace como institución con
la marca de la masividad, la necesidad de que todas las clases accedan a la posibilidad
de formación, necesidad que marca su función principal y también señala a la educación
como práctica social, histórica y políticamente determinada.

En este sentido, en el presente trabajo, se concuerda con Kemmis (1990 en Vain, 2011)
al entender que la educación como práctica social está “construida desde lo singular, lo
social, lo histórico y lo político”. Del mismo modo, siguiendo la corriente de la
pedagogía crítica y sus antecedentes, se entiende que el sistema educativo responde al
momento histórico de un país o nación, es decir se articula con las dimensiones
económicas, religiosas, de organización política, desarrollo de las ciencias de una
sociedad en un tiempo y espacio determinado.

De allí que se recate la concepción propuesta por Althusser (1988 en Vain 2011) de la
educación como parte del aparato ideológico del Estado, donde la escuela es
herramienta productora de sujetos sociales ajustados a la necesidad de un sistema social
establecido en función de una clase dominante que detenta el poder.

En la misma línea se retoman las nociones de Pierre Bourdieu (1997 en Ávila, 2004:
160-161) cuando indica que el espacio social es un campo de lucha por la conservación
o transformación de la estructura social. Estructura que se reproduce mediante
estrategias de clase, entendiendo a la educación como una de ellas, ya que reproduce el
ethos de la clase dominante, impone pautas de autoridad, legitima las jerarquías sociales
naturalizando las relaciones sociales (Bourdieu y Passeron, 1973 en Ávila, 2004: 161-
162) De este modo se conforma el arbitrario cultural, que es transmitido y reproducido
mediante el sistema educativo. Este arbitrario es internalizado en el sujeto a través del
habitus, la estructura social adquirida e internalizada como resultado de la posición
estable y duradera dentro del campo social, que limita, sugiere el pensamiento y
elección de acción del sujeto. Este mecanismo está presente en nuestras prácticas
diarias, aunque no de manera consciente. (Bourdieu, 1997 en Ávila, 2004: 160-161)

Se coincide aquí con lo explicitado por Pablo Vain (2011) cuando indica que:

“Los actores de la práctica educativa no son conscientes de su carácter de


portadores de una ideología, entendida como arbitrariedad que esconde
determinado tipo de relaciones sociales. (...) Tampoco el arbitrario es
asimilado pasivamente por los sujetos; éstos reelaboran el arbitrario
conforme a sus variables individuales, sociales, históricas y políticas...”
(2011)

Aquí es fundamental incorporar las nociones de Urraco-Solanilla y Nogales-Bermejo


sobre las conceptualizaciones de disciplinamiento y normalización del poder,
desarrollados por el teórico francés Michel Foucault en su libro “Vigilar y Castigar”
(1975/1992).

En este sentido se entiende que la disciplina, en el ámbito escolar, es la técnica


empleada para encauzar la conducta del sujeto. Ya que de este encauzamiento es
requisito y consecuencia el desarrollo de características de personalidad como la
docilidad, obediencia y sumisión, características deseadas por la estructura social
dominante. (Urraco y Nogales, 2013: 154-155)

Así al hablar de disciplina y disciplinamiento se habla de la distribución de individuos


en espacios, rigurosos controles de estos y de los tiempos, dispuestos en ritmos y series.
Se habla del riguroso control, tanto del tiempo como del cuerpo, plasmado en el ámbito
educativo a través de un programa escolar estandarizado, tanto a nivel de espacios
como de tiempos. (Urraco y Nogales, 2013: 156-158)

Se comparte en este trabajo el planteo de Vain al indicar que en los rituales escolares es
donde podemos identificar este ejercicio del poder en la práctica educativa cotidiana, ya
que

“... los rituales son prácticas que intentan reproducir la estructura social a
través de la reproducción de la ideología dominante; (...) Aquello que el
ritual remarca es un elemento significativo de una cultura determinada (...)
los rituales hacen posible la generación de sentidos, son productores de
representaciones y las representaciones orientan la formación de los
habitus.” (Vain, 2011)

Así, por ejemplo, se puede observar esto que indicamos en las escenas de la película La
Mirada Invisible, de Diego Lerman, cuando al minuto 1:49 se inicia una marcha de una
preceptora con sus libros, seguida prolija y ordenadamente por alumnos de una
institución educativa, en completo silencio, con miradas al frente o al piso, en completa
sincronización, lo que nos da la pauta de un ejercicio cotidiano de este ritual, donde se
ha incorporado el habitus del orden y sometimiento a un estricto ritmo de inicio escolar,
marcado también por el ritmo de los tiempos delimitado a través del uso del timbre para
indicar el momento de ingreso al aula. De la misma manera se observa en el minuto
5:30 cuando para dar lugar al profesor y el inicio de la clase, la profesora ordena
ponerse de pie para el saludo.

Se habla aquí de una historia que se enmarca en una sociedad signada por la época del
proceso de la dictadura cívico-militar, donde el orden y la disciplina eran de los valores
más ponderados, por lo que su aplicación y transmisión en la escuela era no solo un
ritual sino una exigencia. Esto se trasluce también en la escena del minuto 4:11 cuando
los alumnos llegan a la puerta del aula, donde espera el prefecto, solicita tomen
distancia y ante la situación, que podemos indicar hoy como normal, de un alumno que
apoya su mano en el hombro del compañero, quien llama la atención de esta
“anormalidad en la conducta” es la preceptora, solamente luego de la indicación y
exigencia por parte del prefecto, quien la expone y obliga a “corregir y encauzar la
conducta del alumno”.

Estos rituales cotidianos de la escuela hacen al disciplinamiento del sujeto,


especialmente en cuanto a sumisión y obediencia a las exigencias de una estructura
social instaurada, q ue además no admite cuestionamiento, ya que está naturalizada y
entendida como universal, única posible en esta sociedad.

Con este breve trabajo se pretendió aproximar las nociones de la sociología de la


educación desde una perspectiva crítica al análisis, breve en este caso, del sistema
educativo y algunas de sus dimensiones. Se pretende que esta labor no sea exhaustiva
en esta instancia, sino más bien una primera aproximación a la mirada reflexiva que se
precisa hoy en la práctica docente, porque si bien se trabaja con categorías analíticas de
fines del siglo xx y principios del siglo xxi, es claro que la escuela, como institución, y
sus prácticas educativas siguen hoy cristalizando la ideología de una clase que detenta
el poder. El solo hecho de que al ejemplificar las categorías con una película
ambientada en 1982 nos resulte tan próximo y normal en la actualidad, debería al
menos, llamarnos la atención a estas condiciones de reproducción y producción social
en la práctica educativa. Si bien, como indicara Vain, “los actores de la práctica educativa
no son conscientes de su carácter de portadores de una ideología...” es necesario que como
actores sociales, desnaturalicemos esas prácticas y podamos revalorizar
verdaderamente una de las funciones pilares de la educación, que es la formación de
sujetos libres, en cuanto a la libertad de pensar y pensarse en la sociedad de la que son
parte y también pensar en transformarla.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Ávila Francés, M. (2004) Socialización, Educación y Reproducción Cultural:


Bordieu y Bernstein. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado,
19(1), 159-174. ISSN 0213-8464
 Urraco-Solanilla, M. y Nogales-Bermejo, G. (2013) MICHEL FOUCAULT: El
funcionamiento de la institución escolar propio de la Modernidad. Anduli.
N°12, 153-167. ISSN 16960270
 Vain, P. D. (2011) Los Rituales Escolares y las Prácticas Educativas. Proyecto
de investigación. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la
Universidad Nacional de Misiones. Argentina
 Lerman, D. (Director) (2010) La mirada invisible. Argentina, España, Francia:
El Campo Cine S.R.L.

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