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¿CUÁLES SON LOS FACTORES DE RIESGOS QUE POSIBILITAN QUE EN LA

DEPRESIÓN EXISTA UNA COMORBILIDAD CON LA ANSIEDAD EN LA


POBLACIÓN ADOLESCENTE?

“No podemos resolver problemas pensando de la


misma manera que cuando los creamos.”
Albert Einstein

Por
CAROLINA GIL GALEANO
JENNIFER PAOLA MEJÍA MARTÍNEZ
LUISA FERNANDA HERNÁNDEZ GIRALDO
NATALIA DEL CARMEN OROZCO MELÉNDEZ

Resumen

En el presente trabajo se analiza la relación y la comorbilidad entre la depresión y la


ansiedad, los cuales, son los dos trastornos más comunes en el estado anímico. Al
igual, se expone una evaluación de las variables culturales, creencias y expectativas
referidas a la población juvenil, que, debido a múltiples factores biológicos, sociales,
académico, entre otros, se pueden ver preocupados y aquejados por un sinnúmero de
situaciones que constituyen la complejidad de la vida. Se hace hincapié en la población
de los jóvenes de manera específica por el gran impacto que han tenido en esta los
trastornos mencionados anteriormente y la manera tan habitual en la que se presenta
dicha comorbilidad.

Abstrac
In this study, the relationship and comorbidity between depression and anxiety are
analyzed, which are the two most common disorders in the mood. In the same way, an
evaluation of the cultural variables, beliefs and expectations referred to the juvenile
population is exposed, which due to multiple biological, social, academic factors, among
others, can be seen concerned and afflicted by countless Situations that constitute the
complexity of life. Emphasis is placed on the population of young people in a specific
way because of the great impact that the aforementioned disorders have had on this and
the usual way in which this comorbidity is presented.
En muchos aspectos y/o etapas de la vida, las personas pasan por situaciones que
les generan sentimientos, ya sea tristeza, alegría o desilusión, en fin son emociones
que a veces nos generan ganas de hacer las cosas o desistir de ellas, de lo que a
veces no nos percatamos es que se puede caer en dos estados mentales muy
complejos que no se sobrellevan de la mejor manera, (quizás por falta de
información acerca de los síntomas). Estamos hablando de la ansiedad y la
depresión, que, en específico, son los temas que se quieren exponer mediante este
escrito.

“La ansiedad y la depresión se consideran dos de los desórdenes psicológicos de


mayor registro en los centros de salud, en población general. Asimismo, dentro de
la población universitaria, constituyen dos de los principales motivos de consulta
atendidos a través de los servicios de Bienestar Universitario.” Aunque estos temas
son de gran complejidad debido a que existen varios tipos tanto de ansiedad como
de depresión, se le aclara al lector que se tratan de manera generalizada y
enfocadas a cómo estos estados psicológicos afectan principalmente a la población
juvenil.

La depresión según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales


(DSM-V), es un trastorno del estado anímico en donde se presenta síntomas
afectivos, cognitivos y somáticos, que provocan así en las personas que lo padecen
una incapacidad de sus funciones en su vida diaria, tales como la falta de motivación
y la ausencia de energía, además es el trastorno que más afecta la salud de los
pacientes y en ellos se muestra una alta tasa de suicidio y mortalidad.

Para muchos, la depresión es solo una condición anímica pasajera y de poca


relevancia, pero lo cierto es que puede tener consecuencias graves en las personas
que la padecen, incluso a veces es necesario intervención profesional o tomar
medicamentos antidepresivos para tratarla, dado que este trastorno aporta una
disminución funcional en las actividades cotidianas y reducción en la calidad de vida
se pueden presentar más frecuentemente de tres maneras: depresión, depresión
mayor y trastorno depresivo persistente (esta clasificación se hace dependiendo la
intensidad y la prolongación de los síntomas).

Uno de los casos más comunes en los que se evidencia esto es en las rupturas de
las relaciones sentimentales, aunque en los adolescentes por lo general es más
complicado, puesto que para algunos de ellos es difícil superar esto ya sea porque
es su primer amor o el hecho de tener una cantidad de tiempo considerable con
dicha persona (haberse habituado), es tanto el dolor que se ven sumergidos en ese
estado depresivo, lo cual representa una carga en la salud mental y física, teniendo
en cuenta que también puede traer implicaciones familiares e incluso económicas.
Por otro lado, la ansiedad genera sentimientos de preocupación, nerviosismo,
inquietud, desesperación o incluso pánico, lo que muchas veces es peligroso debido
a las reacciones que pueda tomar la persona en este estado. Según Beck (1989;
2004), la ansiedad gira alrededor de la anticipación de amenaza mientras que la
depresión gira alrededor de temas de desamparo, pérdida y minusvalía.

Se observa en los centros de salud que la ansiedad y la depresión son los dos
desórdenes Psicológicos de mayor registro, en la población general. Del mismo
modo, dentro de la población universitaria, se ve la depresión y ansiedad como dos
principales motivos de consulta atendidos a través de los servicios de Bienestar
Universitario.

Por lo general se habla de forma independiente de estos trastornos, escuchamos


casos en los que los médicos dictaminan el cuadro clínico y recetan medicamentos
o remiten a terapias dependiendo del diagnóstico encontrado ya sea por el trastorno
de la depresión o de la ansiedad. Sin embargo, se puede dejar de lado el hecho de
que estos trastornos quizás sean consecuencia uno del otro, Mineka, Watson y
Clark (1998) afirman que existe una progresión en la cual la ansiedad
frecuentemente lleva a episodios depresivos y que en general la mayoría de los
episodios depresivos son antecedidos por otro trastorno mental o de un desajuste
crónico precedente. Teoría que se puede explicar a partir de vivencias desde una
perspectiva estudiantil y que se evidencia de manera leve.

Puntualmente, cuando los estudiantes se enfrentan a los parciales finales, y en caso


de necesitar notas un tanto altas, empiezan a tensionarse y a sentir preocupación,
más aún cuando llega la hora de recibir la nota de dicho parcial, es decir estando
en un estado ansioso. Ahora bien, si uno de los estudiantes obtuvo un resultado el
cual no le sirve para aprobar la materia empieza los sentimientos de tristeza,
decepción, y es cuando los estudiantes empiezan a decir cosas como “ya no voy a
poder graduarme en los tiempos que tenía estimado” o “tengo que sacar más dinero
para los supletorios”, entre otras cosas. En general, llegan pensamientos negativos
que pueden conducir a episodios depresivos, luego de esto, si el estudiante tiene,
por ejemplo, un vicio, es cuando más se empiezan a agravar estos temas; dicha
preocupación conlleva a que el joven solo vea una salida a través de una adicción
y concibe esto como una solución o escape al problema, lo cual puede generar una
dependencia.

La comorbilidad entre la depresión y la ansiedad se hace muy evidente en la


actualidad, de manera más intensa en la población juvenil o adolescente, sobre todo
por el hecho de subsistir en una sociedad donde estas personas están expuestas a
todo tipo de críticas destructivas, ya sea desde el núcleo familiar, educativo, laboral,
cultural y sobre todo, desde las redes sociales, las cuáles, pueden llegar a ser un
arma para desencadenar inseguridad en las personas. Según Óscar Meco Buil, en
el periódico El País, “en un mundo tan mediatizado como en el que vivimos, parece
que cada una de las palabras que salen de nuestra boca corren peligro de
convertirse en proyectiles para alguien o, lo que es peor, para un colectivo”, cuya
opinión es coherente si se contrasta con lo que vemos en las redes sociales. Las
personas cada vez se deprimen y se sienten más ansiosos por querer encajar; a
cada momento buscan la aceptación social para sentirse mejor consigo mismo, y
dialécticamente, es esto lo que les genera síntomas que dan pie a padecer muchos
trastornos, como en este caso, la depresión y ansiedad.

De igual forma, otro grupo que se ve afectado por estos trastornos, son las mujeres.
Según estudios hechos por McAlpine y Wilson (2004), señalan que la población
femenina tiene mayor prevalencia a padecer estos trastornos en comparación a los
hombres. Así también, lo revela un estudio hecho en Perú a estudiantes de medicina
de 7 universidades diferentes dentro de los cuales se tenían en cuenta variables
como la sensibilidad, la confianza, la edad, la dependencia económica, el estado
civil e incluso el promedio de horas de estudio variables dentro de las cuales
siempre se observó cómo las mujeres eran más susceptibles a cada una de estas
variables y por ende más propensas a sufrir de estos trastornos psicológicos, debido
a esto se presentan bajos rendimientos y conflictos en los ambientes donde
conviven estas personas ya sea en lo laboral, en lo académico y lo familiar.

Para concluir debemos ser conscientes de que los jóvenes sobre todo cuando están
en la etapa de la universidad, están bajo mucha presión debido a que en esta etapa,
muchos son dependientes económicamente y saben el esfuerzo que esto implica
para quien (o quienes) los sustentan. Es importante considerar que muchos pueden
ser los factores de riesgo para la aparición de estos estados psicológicos y que
pueden ser temas de mucha relevancia para las acciones tomadas en el día a día
de quienes padecen estos trastornos, los cuales son personas vulnerables, y que
en contraste, existen grupos de personas, las cuales se sienten satisfechas viendo
cómo las personas se destruyen anímicamente y no piensan o no se interesan por
generar el bienestar.

También tener en cuenta que para esto no hay una cura general; comprender que
la etapa de la juventud es quizás la más complicada para las personas debido a que
es donde empiezan a experimentar nuevas sensaciones y sobre todo entender que
las personas tienen sensaciones diferentes cuando padecen trastornos como los
mencionados en este escrito.
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