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Unidad 2: EDUCACIÓN E INSTITUCIONES.

Semana 6. La escuela como institución en la vida social

Actividad 1. Funciones de la escuela.

¿Qué funciones crees que cumple la escuela? ¿Para quién o quiénes son
importantes estas funciones?
Al igual que la familia y el entorno, que son los primeros contextos donde nace y se
desarrolla el ser humano, la escuela es normalmente el siguiente pilar fundamental
que tendrá lugar en la vida. Esta institución tanto de formato clásico como libre es
necesaria para favorecer el desarrollo completo de los alumnos/as o educandos de
cara a la sociedad. Dentro de las funciones de la escuela se encuentra el ayudar a
desarrollar adultos capaces de enfrentar solos los problemas de la vida. La escuela
es el lugar donde se materializan las teorías y el ámbito donde las personas pueden
aprender diferentes áreas del conocimiento y del saber. Ya debemos saber que la
escuela en sí cumple o debe cumplir un rol formativo y de desarrollo en la sociedad.
Estas instituciones preparan a las personas para ser adultos “libres” y capaces el
día de mañana. La escuela debe transmitir conocimientos, valores y hábitos
saludables para que sean personas íntegras, responsables de sus actos y capaces
de resolver los problemas de la vida.

Realmente, si lo pensamos bien, son numerosas las funciones sociales que se


encuentran presentes en la escuela, centros educativos y demás. Estos entornos
no son más que una reproducción basada en la realidad social del “mundo de los
adultos” con orden, jerarquía, normas establecidas, objetivos, etc. Esta institución
forma parte del conjunto social.

Los niños aprenden a construir su identidad; a ser responsables; a cumplir ciertas


obligaciones; sujeción de reglas; aprende a conocer su historia; la historia del
mundo; conocer cuál es su rol en la sociedad; determinar su existencia; conoce el
desarrollo de las ciencias y posiblemente su vocación. La escuela es el centro donde
los alumnos pasarán ciertas horas aprendiendo de cada asignatura, pero también
es el lugar donde los más pequeños pasan el tiempo que sus padres trabajan y no
pueden atenderlos.

“La función del maestro iría más allá de la función de enseñar. Para mí la práctica
educativa humaniza, crea a las personas” (Durkeim). La educación es un proceso
de enculturación en el cual emergen dos tipos de actividades, una social y otra
individual. En lo social son las instituciones las encargadas de transmitir un saber
cultural cuya meta es socializar a los individuos a efectos de su inserción al grupo
social existente; por otro lado, es en forma individual la manera en que desarrollara
herramientas, recursos culturales y habilidades que le permitirán mejorar su
condición a futuro. (Durkeim) nos dice “La escuela es una institución de poder. La
función de la escuela es la imposición de la legitimidad de una determinada cultura
o forma de vida”. Su objetivo es que le pueda asignar un sentido a las acciones
futuras que realizara cuando sea un ciudadano de pleno derecho. En la película se
ve la disfunción en la transmisión de saberes en donde los alumnos se aburren en
la teoría y se hunden en la memorización de contenidos. En la película se puede
apreciar que se están cercenando los pensamientos creativos y diferentes que no
responden a los modelos impuestos, tanto de docentes como de alumnos. Muchas
son las inteligencias desperdiciadas que quedan en la esfera de sujetos sin
posibilidades de aprender.

Anónimo (2009). Diversos estudios han puesto de relieve que la organización del
sistema escolar está concebida para la capacitación y la socialización y, para el
trabajo; y que, por lo tanto, la función prioritaria de la escuela es la de formar
estudiantes dóciles y disciplinados que encajen en la estructura de la vida laboral
actual. Foucault, ha estudiado a fondo los mecanismos establecidos para convertir
a los niños y a los adolescentes en un cuerpo dócil y productivo a la vez, que se
basan en el control exhaustivo del tiempo y de la organización minuciosa del
espacio, mediante la vigilancia jerárquica, la sanción normalizadora y el examen. A
menudo, formar buenos ciudadanos y buenos trabajadores forma parte de la misma
estrategia. La preparación escolar para el mercado de trabajo incluye cuatro
componentes: la cultura general que proporcionan los contenidos comunes,
conceptuales y procedimentales, de las diversas áreas disciplinares; el saber más
específico, que tiende a la especialización y a la orientación vocacional y profesional;
los currículum normativo y oculto, un complejo universo de leyes, normas, rituales,
hábitos, costumbres, valores y actitudes, que se manifiestan de forma explícita o
implícita, y la experiencia laboral, sea simulada en la escuela o bien realizada en el
lugar de trabajo. Hoy, son embargo, el valor real del conocimiento y de la experiencia
a la hora de acceder al mundo laboral se ve muy devaluado por el creciente imperio
credencialista, donde la moneda de cambio dominante es el diploma o el título por
sí mismo.

¿Siempre ha desempeñado las mismas funciones? Anónimo (2009). La escuela,


históricamente, ha sido un espacio de tránsito entre la familia y la sociedad y el
mundo del trabajo. Por eso, tiene un componente cultural –la transmisión del
conocimiento acumulado a las nuevas generaciones- y un comportamiento
socioeducativo –la inoculación de valores, normas, hábitos y actitudes-. Se trata de
la educación moral y cívica. Ahora bien, estas funciones, según las épocas y los
modelos de socialización infantil, han estado reservadas sólo a grupos minoritarios
de la sociedad, o bien han sido connotadas y monopolizadas por la estructura militar
–por ejemplo, el Estado en la antigüedad-, por la Iglesia –durante la Edad Media-, o
por otros aparatos ideológicos e instituciones sociales. En cualquier caso, las
funciones de la escuela han sido siempre íntimamente ligadas a los intereses del
poder dominante.

¿En qué sentido podemos hablar de cambios en la institución? Considero que


la educación debe de aceptar y trabajar por un cambio de paradigma educativo. Un
cambio que viene conformado por una nueva forma de entender el papel que los
agentes que conforman la realidad educativa en los centros, principalmente
profesores y alumnos, tienen a la hora de propiciar procesos educativos distintos,
provocados por la asunción de las TIC como medios favorecedores de enseñanza
y aprendizaje. En este sentido tiene razón de ser hablar de entornos educativos de
aprendizaje, de nodo-escuela más que de escuela-isla, de aprender a aprender, de
constructivismo, etc. Se hace preciso revisar modelos, taxonomías y metodologías
existentes que ya no responden a relaciones personales, motivaciones e intereses
que hoy están presentes en la educación formal. La educación informal adquiere
día a día, propiciado por las redes sociales y por el tratamiento de la comunicación
y la información, un papel que se integra en las prácticas educativas formales.
Aprender en red, compartir, generar conocimiento son parte de este nuevo
paradigma antes citado.

El concepto de ciudadanía, de empoderamiento y por extensión, de sociedad cobra


valor en la sociedad del conocimiento del siglo XXI. Podemos hablar de instituciones
en las que existe una cultura de aprendizaje cuando todos sus miembros se
comprometen con la construcción y la adquisición de nuevos conocimientos y
habilidades. Las tradicionales estructuras jerárquicas de organización se
reemplazan por el trabajo colaborativo, el liderazgo compartido, la participación y la
coordinación; los profesores y los alumnos se implican conjuntamente en las
actividades de aprendizaje mediante un currículo interdisciplinario, rompiendo así
con la tradicional división del currículum por materias.

¿En qué de continuidades? La escuela cobra así un destacado protagonismo


como agente de cambio global a través de pautas de actuación escolar, social y
familiar, a largo y corto plazo, que luchen contra el abandono escolar temprano y
sus efectos negativos. El conjunto de nuestras acciones organizativas y
pedagógicas deberá dirigirse hacia este fin, bajo los principios de una escuela
inclusiva que prepare para la vida y dé las mismas oportunidades a todo el
alumnado. La educación como factor social tiene una función específica, la de
establecer relaciones de continuidad y contactos entre una generación y otra. Es a
la vez un medio por el cual se transmiten tradiciones, costumbres, ideas,
representaciones, mitos, fantasías, utopías, símbolos, valores, es decir, todo lo que
constituye el legado histórico.

La función preservadora de cultura de la educación, garantiza la continuidad y


cohesión que permite a la sociedad perdurar más allá de la vida de los miembros
que la conforman. La transmisión de la cultura es condición de supervivencia de la
sociedad y se logra de una generación a otra Las políticas educativas tratan de
organizar, en general siguiendo el modelo de arriba abajo, la vida de las escuelas,
el profesorado y el alumnado. Esta concepción de la política, al igual que los
modelos de enseñanza vigentes en la mayoría de los centros de enseñanza, sitúa
a los docentes como sujetos pasivos, sin biografía, sin experiencia y sin criterio,
totalmente dispuestos y predispuestos para poner en práctica las ideas de otros.
Analizar el sentido de las políticas educativas relacionadas con el uso de las TIC,
puede poner en evidencia tanto la fragmentación y la desconexión (o no) de las
distintas iniciativas de mejora impulsadas desde la Administración. Gairín, J., &
Rodríguez-Gómez, D. (2011). Pero, sobre todo, puede poner de manifiesto los
cambios y la continuidad educativos propiciados en el proceso que va desde la
promulgación de una ley, un decreto, una normativa o instrucción, hasta su
aplicación en la práctica. Y la continuidad suele situarse de manera persistente en:
La forma de concebir el contenido y la articulación del currículo como algo
fragmentado, descontextualizado, impuesto y cerrado sin demasiado margen de
maniobra ni flexibilidad para conectarlo con los intereses de los escolares.

La organización del tiempo escolar, dividido en periodos de una duración


homogénea o en la manera de concebir el espacio de las aulas aisladas, sin
conexión entre ellas. La fijación en los libros de texto, ahora digitales, con una
representación –en general– plana, descontextualizada, desproblematizada,
declarativa y factual del conocimiento. Los sistemas de evaluación centrados en
pruebas de papel y lápiz, que dificultan vislumbrar qué ha aprendido el estudiante,
más allá de lo que ha sido capaz de memorizar. De ahí la importancia de considerar
la teoría, la política y la práctica para no seguir instalados en un silencio que dificulte
cualquier tipo de cambio o mejora con el uso de las TIC. La tarea no es fácil, pero
el sueño no es un imposible si conseguimos que nuestras aulas se conviertan en el
epicentro de los cambios educativos, y desde ellas se extiendan al resto del sistema,
mediante una suerte de contagio pedagógico, en el que la conexión entre las
personas juega un papel fundamental: alumnado, familias, profesorado, equipos
directivos, departamentos de Orientación, Inspección educativa, asesorías, todas
ellas piezas que han de componer el puzle de una mejor educación.
Referencias:

Anónimo (2009). Temas para la educación. Las funciones sociales de la escuela


https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd5489.pdf.

Feito, R. (1999). Teorías Sociológicas de la Educación (fragmentos). Recuperado


el 29 de agosto de 2011, de Universidad Complutense Madrid.

Gairín, J., & Rodríguez-Gómez, D. (2011). Cambio y mejora en las organizaciones


educativas. EDUCAR, 47 (1), 31-50.

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