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UNIVERSIDAD RURAL DE GUATEMALA

FACULTAD: Ciencias Jurídicas y Sociales.


SEDE: Escuintla 018.
SEMESTRE: 7mo. Semestre.
CURSO: Derecho Procesal Constitucional
CATEDRATICO: Lic. Manuel De Jesús Delgadillo

TEMA:
Constitucionalidad de las leyes

ESTUDIANTES: Juan Gabriel Hernández Mayen 13-019-0080


Fátima Adriana Del Rosario Batres 14-018-0584.
Ubaldo Hamuel Vasquez Juarez 14-003-0022
Juan Amílcar Morales García 11-025-0008
Marily Yuraima Valenzuela Barrientos 14-023-0255
Evenly Maribel Oajaca Paz 14-104-0007
Maudilio Jiménez Pérez 14-000-0300

LUGAR Y FECHA: Escuintla, 13 de Mayo 2017.

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INDICE

1. Caratula - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 1
2. Índice - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - 2
3. Introducción - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3
4. Constitucionalidad de las leyes - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - 4 – 31
5. Nociones fundamentales - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - 4 – 6
6. El modelo guatemalteco de control judicial de constitucionalidad
Normativo - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - 7 - 8
7. Inconstitucionalidad de leyes en caso concreto - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - 9 - 17
a. Marco conceptual y normativo -- - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - 9
b. Aspectos esenciales de su planteamiento -- - - - - - - - - - - -- - - - - - - - 10 - 11
c. Variantes en su planteamiento - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - 12 - 14
d. Fases de su tramitación - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 14 – 17
e. Parámetros que rigen su análisis sustancial - - - - - - - - - - - - - - - - - - 17
8. Inconstitucionalidad de leyes y reglamentos y disposiciones de
Carácter general - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - 18 - 31
a. Marco conceptual y normativo -- - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - 18
b. Aspectos esenciales de su planteamiento -- - - - - - - - - - - -- - - - - - - 19 - 24
c. Variantes en su planteamiento - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - 25 - 26
d. Fases de su tramitación - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 26 - 28
e. Postulados que rigen su análisis sustancial- - - - - - - - - - - - - - - - - - 29 - 31
9. Conclusiones - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 32
10. Recomendaciones - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - 33
11. Bibliografía - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 34
12. Anexos - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 35 - 36

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INTRODUCCIÓN

De acuerdo al movimiento constitucionalista, la Constitución es el texto normativo supremo de


una nación, tomando en cuenta que se le asigna la cima de la jerarquía de las normas jurídicas,
presidiendo todo el sistema jurídico. Es un documento jurídico fundamental que contiene la
regulación normativa básica de la cual emana la validez de todo el ordenamiento jurídico de una
sociedad política global. En ese sentido, las leyes, reglamentos y disposiciones generales que
integran un sistema jurídico, es en la Constitución donde tienen determinado su origen y forma de
creación y, sus contenidos, no pueden ir más allá ni tergiversar los mandatos de los preceptos
constitucionales. El principio de supremacía de la Constitución debe prevalecer en toda su
extensión.

En la Constitución, a la vez, además de la estructura organizativa del Estado, se consignan los


derechos fundamentales de los habitantes de un país. Los derechos que no son más que la
tipificación legal de las libertades individuales, en sus diversas variantes, como derechos civiles,
políticos, sociales y económicos, están garantizados en la Constitución. Sin embargo, tales
derechos que están anunciados en forma general, en abstracto, en el texto constitucional, para su
efectividad, deben ser trasladados o concretizados a la convivencia social de hombres y mujeres.
De la letra enunciativa y genérica de la ley fundamental, los derechos deben pasar a ser
ingredientes esenciales de la vida cotidiana, de las relaciones sociales y políticas de la nación.

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CONTROL CONSTITUCIONAL NORMATIVO

NOCIONES FUNDAMENTALES
La concepción moderna del Estado implica que el génesis primario del poder público tiene lugar
en la delegación de soberanía que la población efectúa a fin de propiciar su propia organización y
gobierno; así como encuentra su límite natural en la Carta Magna, expresión solemne y
sistematizada de los principio y valores que aquella misma voluntad soberana reconoce como
rectores de la vida común. Tal es la raigambre del principio de supremacía constitucional,
expresión en clave jurídica nutrida también por componentes políticos y sociales; y de ahí la
capital importancia de que existan mecanismos de control que se ocupen de garantizar su
vigencia.

Entre la vertiente judicial de esos mecanismos, el control de constitucionalidad normativo es el


que tiene por propósito vigilar la congruencia de los preceptos o disposiciones de carácter general
que emanan de las autoridades, con los postulados constitucionales; como bien señala Esteban
Echeverría, “la adecuación de las normas jurídicas a la Constitución es siempre prenda de
seguridad y paz social, porque la Constitución es el límite a la voluntad humana en el gobierno y
garantía de los gobernados…”. Está particularmente encargado del tutelar la legitimidad
constitucional de aquellos actos de poder público cuyo objeto es regular de forma abstracta las
acciones de un número indeterminado de sujetos. Las leyes ordinarias aprobadas por los
organismos parlamentarios son el ejemplo que típicamente ilustra esa clase de actos, aunque no
se trata de las únicas que encajan en ella.

La emblemática sentencia emitida por la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos de
América, presidida por John Marshall, en el caso Marbury vs. Madison, suele ubicarse como la
primera manifestación conocida de este tipo de control, a principios del siglo XIX. De su
contenido se extrae la máxima de que cualquier ley contraría a la Constitución debe ser implicada
por los jueces y tribunales, a partir del reconocimiento del carácter axiológico, excepcional y
superior de esta última.

La doctrina es en su mayoría conteste en considera que son tres las modalidades o sistemas en
que el referido control puede presentarse en las diversas legislaciones: i) sistema difuso,
americano o desconcentrado, que es el más directamente emparentado con el precedente ya

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citado, en el que todos los tribunales de justicia tienen el deber de asegurarse de que las leyes
atinentes a los asuntos sometidos a su conocimiento armonizan con los preceptos constitucionales
y, en su caso, declarar su inaplicabilidad; ii) sistema concentrado, europeo o especializado,
ensayado por ver primera en Austria en la segunda década del siglo XX, que supone la existencia
de un órgano jurisdiccional especializado, separado de la administración justicia ordinaria, que
concentra para si la competencia en materia constitucional; iii) sistema mixto, en el que se
conjugan características de las restantes dos variantes.

Indistintamente de la forma en que operan en cada nación, el control jurisdiccional de


constitucionalidad sobre los actos públicos normativos ha sido blanco de cuestionamiento por
quienes le reprochan el “pecado original” de estar bajo la responsabilidad de funcionarios
judiciales que no asumen esa investidura como resultado del sufragio popular, en contraste con
los que habitualmente emiten las disposiciones que mediante dicho control son evaluadas. Se
muestran escépticos frente a la autoridad con que los jueces constitucionales examinan y
eventualmente -descalifican de estimar que revelan discordancia con la Carta Magna- los
dictados de entes estatales conformados por virtud de un proceso de elección democrática, como
lo es el Organismo Legislativo.

Para contrarrestar ese señalamiento, resulta vita tener presente que el control bajo estudio entraña
un análisis de compatibilidad entre el producto del poder constituyente originario –Constitución-
y el del poder constituido - con frecuencia una ley ordinaria-; y, sobre todo, entre los principios y
valores reconocidos como directrices supremas de la convivencia social y las decisiones de poder
público específicamente orientadas a ordenar determinados ámbitos de dicha convivencia. No se
trata, pues, de una mera contienda de criterio entre el legislador y el juez constitucional, que en
todo caso debe atenerse a las reglas propias del discurso jurídico para realizar la labor intelectiva
que le corresponde, de acuerdo a los lineamientos indicados.

De hecho, su valía en función de preservar la eficacia del principio de supremacía constitucional


se ve especialmente reivindicada frente a alguna producción legislativa desafortunadamente
motivada en afanes de propender las leyes, Giancarlo Rolla hace las siguientes reflexiones sobre
el particular: “En los sistemas contemporáneos, complejos y proteiformes, la ley no puede ser
considerada expresión homogénea y unitaria de la voluntad popular o del interés nacional. En
una sociedad con muchas clases, la contraposición radical de los intereses y su aglutinación en

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grupos de presión o de tutela corporativa, han incidido sobre la naturaleza y sobre la calidad de
la producción normativa de las Asambleas electivas; la ley tiende cada vez más a transformarse
de acto de elección a resultado de una compleja mediación, de expresión de una exigencia
general a momento de tutela de interés sectoriales o de un determinado grupo social.”

En síntesis, cabe afirmar que el control d constitucionalidad normativo abarca el conjunto de


instrumentos e instituciones previstas en el ordenamiento jurídico del Estado para asegurar que
las decisiones del poder público cuyo objeto sea regular de forma abstracta los diversos ámbitos
de la convivencia social, armonicen con los principio y valores reconocidos en la Ley
Fundamental como directrices supremas de dicha convivencia.

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EL MODELO GUATEMALTECO DE CONTROL JUDICIAL DE
CONSTITUIONALIDAD NORMATIVO.

En Guatemala el control de constitucionalidad normativo adoptó su fisonomía actual como parte


del proceso de refundación que en general experimentó el orden constitucional del país con la
entrada en vigencia de la Constitución Política de la República de 1985. En esta quedó reflejada
la resuelta intención de los constituyentes de robustecer la salvaguarda de sus propias
disposiciones y de la institucionalidad el Estado en general, al establecerse en ella significativas
innovaciones estructurales meridianamente encaminadas a ese fin; en franca respuesta a la
historia reciente, plagada de arbitrariedades en el ejercicio del poder. Al decir de abogado
constitucionalista y periodista, Mario Fuentes Destarac, “...La reforma política de 1985 se
concentró en dos temas fundamentales: a) protección y defensa de los derechos humanos, y b)
fortalecimiento de la autoridad electoral. La decisión de proteger y defender los derechos
humanos fue una consecuencia lógica de las graves violaciones a los derechos humanos
perpetradas durante los regímenes militaristas (1970-1986), en tanto que la determinación de
fortalecer la autoridad electoral fue la respuesta a los sucesivos fraudes electorales, que
deslegitimaron la voluntad popular”

Uno de los aspectos que demandaban ser fortalecidos de manera sustancial, siguiendo aquella
tendencia, era precisamente el del control de constitucionalidad sobre la actividad normativa del
poder público, que para entonces operaba bajo un formato que había demostrado patentemente su
intrascendencia e ineficacia. Según datos compilados y publicados por el ex-magistrado
constitucional Mynor Pinto Acevedo, en sus dieciséis años de existencia fueron interpuestos
únicamente cinco “recursos de inconstitucionalidad”- terminó que por entonces identificaba a la
modalidad directa, abstracta y reparadora del referido control-, de los cuales dos fueron
rechazados liminarmente, dos fueron declarados sin lugar, y uno solo fue declarado procedente.

De tal suerte, en el capítulo VI de la Carta Magna, Garantías constitucionales y Defensa del


Orden Constitucional, y la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad
(Decreto 2-85 de la Asamblea Nacional Constituyente), cuerpo legal de rango constitucional
destinado a regular lo atinente a tales garantías, quedó fijado un sistema mixto de control
jurisdiccional de constitucionalidad normativo, en el cual, por ende se manifiestan en forma
concomitante rasgos de los paradigmas puros –concentrado y difuso-

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En esta línea, la CC experimentó una notable reingeniería, siendo dotada de permanencia e
independencia, adoptando un perfil muy semejante al que ya por entonces distinguía a sus
equivalentes de algunas naciones sudamericanas como Chile, Ecuador y Perú, que también sería
recogido poco después en las legislaciones de Colombia y Bolivia. A dicho tribunal especializado
se le asignaba competencia exclusiva para conocer los planteamientos de inconstitucionalidad e
leyes, reglamentos y disposiciones de carácter general –acción directa, abstracta y reparadora de
inconstitucionalidad, al alcance de cualquier ciudadano-, dictamen y opinión consultiva- las dos
facetas de control abstracto y preventivo de constitucionalidad-. Los fallos que dicta respecto a
los dos primeros son constitutivos, vinculantes y con efectos ex nunc y erga omnes; mientas que
con ocasión de la última emite un juicio orientador que no es de obligatoria cumplimiento.

Y por otra parte, quedo establecido que todos los juzgadores de la República, desde primera
instancia hasta casación, comparten la responsabilidad de elucidar las inconstitucionalidades en
caso contrato que bajo la forma de acción, incidente o excepción interpongan los sujetos
procesales dentro los asuntos sustanciados ante sus oficios –control de constitucionalidad e
particularizado respecto del resultado de un litigio judicial-.En esos casos, las resoluciones son
declarativas y sus efectos vinculan solamente a las partes en juicio. La Corte interviene
eventualmente como tribunal de alzada, en caso de que alguno de los intervinientes formule
recurso de apelación contra lo decidido por el juez o tribunal a cargo de la causa.

De esa cuenta, al realizar un enfoque integral del sistema se advierte que la instauración de un
tribunal constitucional autónomo y el monopolio que éste ejerce en el conocimiento del control
preventivo de constitucionalidad y de la acción directa de inconstitucionalidad, así como la mera
existencia de este último instrumento, son todas características del esquema concentrado o
europeo. Mientras que, en complemento de lo anterior, la potestad conferida a los titulares de la
administración justicia ordinaria para resolver en primera grado las inconstitucionalidades en
caso concreto que sean promovidas por los sujetos procesales que litiguen ante ellos, es propio de
la modalidad difusa o americana de control de constitucionalidad, pese a que la posibilidad de la
alzada permita eventualmente la intervención de la CC también en este contexto. Así se explica
que se atribuya al modelo guatemalteco de control judicial de constitucionalidad normativo un
carácter mixto.

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INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES EN CASO CONCRETO.

MARCO CONCEPTUAL Y NORMATIVO.


En aras del prevalecimiento del principio de supremacía constitucional, los titulares de los
órganos jurisdiccionales tienen la obligación de observar siempre el debido respeto y aplicación
de la Constituían Política de la República de Guatemala al momento de dilucidad los asuntos
sometidos a su conocimiento, En tal virtud, todo ciudadano tiene derecho a instar que esta
premisa se cumpla efectivamente, cuando aprecie que resulta contraria a la Norma Fundamental
la eventual aplicación de determinada norma legal a su caso concreto.

Así está dispuesto en los artículos 266 de la CPRG y 116 de la LAEPyC: “En casos concretos,
en todo proceso de cualquier competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en casación,
hasta antes de dictarse sentencia, las partes podrán plantear como acción, excepción o incidente,
la inconstitucionalidad total o parcial de una ley a efecto de que se declare su inaplicabilidad. El
tribunal deberá pronunciarse al respecto.”

Conocida doctrinariamente como “Inconstitucionalidad Indirecta”, la inclusión de esta


institución en el abanico de garantías constitucionales persigue proteger el derecho de los sujetos
procesales a que su controversia sea dilucida en definitiva a partir de la aplicación de normas
jurídicas que se encuentren en plena armonía con la Carta Magna, En sentido se ha pronunciado
consistentemente la Corte de Constitucionalidad: “En todo proceso de cualquier jurisdicción o
competencia, en cualquier instancia y en casación y hasta antes de dictarse sentencia, las partes
podrán plantear como acción, excepción o incidente, la inconstitucionalidad total o parcial de
una ley. Esta garantía constitucional constituye un instrumento jurídico procesal que tiene por
objeto, en general, mantener la preeminencia de la Constitución sobre toda otra norma jurídica
que no sea compatible con ella y en particular, orientar la selección adecuada de las normas
aplicables a los casos concretos…”

Este instrumento es expresión de la vertiente difusa del sistema mixto en el que se halla dispuesto
el control de constitucionalidad normativo en Guatemala. A diferencia de la inconstitucionalidad
de carácter general, su utilización puede manifestarse ante cualquier órgano de la administración
de justicia ordinaria, desde primera instancia hasta casación, y no conlleva por pretensión poner
fin al ámbito temporal de validez de la normativa viciada mediante un fallo constitutivo y erga

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omnes, sino que persigue separarla del ordenamiento jurídico aplicable para resolver un caso
concreto, como resultado de un pronunciamiento declarativo que es vinculante únicamente para
las partes del litigo del que se trate.

ASPECTOS ESENCIALES DE SU PLANTEAMIENTO.


Legitimación.
En atención al enfoque particularizado que entraña, la legitimación para denuncia la
inconstitucionalidad de ley en caso concreto corresponde a aquellos sujetos procesales que
puedan verse directamente afectado con la aplicación de normas, a su juicio inconstitucionales,
que el juzgador pueda hacer pales para resolver su caso particular.

Respecto a la relación jurídico-procesales que constituyen factor determinante en función de


establecer la legitimación activa en este contexto, precisa el ex magistrado constitucional Luis
Felipe Sáenz Juárez: “Partiendo de la doctrina italiana que, según Saavedra Gallo, halla su
mejor desarrollo en Capelletti, el planteamiento de la inconstitucionalidad indirecta constituye
un proceso autónomo por su objetivo, que se vincula al proceso principal por su elemento
subjetivo, dado que solamente están legitimados para iniciarlo los sujetos en aquel proceso, que
el cual resulta aplicable una norma legal de constitucionalidad dudosa, cuyo conocimiento
adquiere plena autonomía en relación con el principal…”.

De esa cuenta, la legitimación activa para instar este procedimiento tiene vértice común con otros
instrumentos de justicia constitucional –como el amparo- en el derecho al libre acceso a los
tribunales del que gozan los ciudadanos para ejercer sus acciones y hacer valer sus derechos de
conformidad con la ley, consagrado en el artículo 29 de la CPRG; y se perfecciona con la calidad
de parte que el interesado debe ostentar en el asunto principal respecto al cual persigue provocar
la inaplicación de la preceptiva que estima inconstitucional. Por ultimo cabe acortar que
únicamente la persona que figura como demandada puede plantearlo como excepción, en
congruencia con la naturaleza jurídica de esta última, solo debe entenderse al alcance de la
personal que figure como parte demandada.

Presupuestos de viabilidad.
Para la inconstitucionalidad de leyes en caso concreto devienen válidos mutatis mutandi los
presupuestos de viabilidad que fueron explicados con anterioridad para la inconstitucionalidad de

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leyes, reglamentos y disposiciones de carácter general, con la salvedad de que respecto al
denominado Vigencia de la normativa impugnada es necesario matizar que en este caso el ámbito
temporal de valides de esta última debe ser considerado únicamente respecto a la persona del
interponerte; con lo que inclusive puede ocurrir que la preceptiva cuestionada ya no esté vigente
al momento de sustanciarse el proceso, pero sí sea potencialmente aplicable al interponerte –y por
ende, examinable por esta vía-, por haber estado vigente en el tiempo en que sucedieron los
acontecimiento por los que aquel juzgado. Y a los referidos presupuestos comunes a las garantías
constitucionales indicadas, debe agregarse, como especiales de la que ocupa este apartado:

1. Expectativa razonable de aplicación:


Lo que se pretende generalmente con este instrumento procesal constitucional es extraer
la preceptiva que se reputa inconstitucional del conjunto de normas aplicables en la
resolución del caso; consecuentemente, de ello deviene al correlativa obligación lógico-
jurídica del interponerte e desarrollar argumentación tendiente a demostrar que es
razonablemente factible que la disposición que impugna será decisoria Litis en el asunto
particular que subyace al planteamiento. O usual es que esto se presuma con el solo hecho
de que las partes la hayan citado como fundamento de derecho de su pretensiones.

2. Oportunidad:
Íntimamente ligado a la consideración que da lugar al presupuesto anteriormente
relacionado; el planteamiento de inconstitucionalidad en caso concreto sea oportuno en
tanto persista latente, dentro del proceso de que se trate, la posibilidad de que se dicte
resolución en la que –en esto estriba la conexión- la normativa impugnada sea aplicable.

3. Requisitos técnico-formales:
En términos generales, en este contexto también son aplicables mutatis mutandi los
lineamientos que ya fueron enumerados para los efectos del planteamiento de la
inconstitucionalidad de leyes, reglamentos o disposiciones de carácter general.

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VARIANTES EN SU PLANTEAMIENTO.
Por la vía procesal que se utiliza

1. Acción:
Aunque no figure explícitamente restringido su uso en la ley de la materia, de la
intelección integral de la normativa aplicable a esta garantía constitucional se infiere que
encuentra su ámbito de aplicación en lo administrativo.

2. Excepción:
La forma que usualmente adoptan los mecanismos de defensa, acentuando en este caso su
carácter prejudicial, como punto de derecho que debe ser elucidado previo a abordar la
ponderación de todos los elementos no solo jurídicos sin fácticos que las partes aportan
para conformar la verdad procesal.

3. Incidente:
Su forma más usual, como una incidencia colateral al decurso del asunto principal.

Por la naturaleza del asunto subyacente.


1. Variante judicial general.
En todo proceso de cualquier competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en
casación, hasta antes de dictarse sentencia, las partes podrán plantear como acción,
excepción o incidente, la inconstitucionalidad total o parcial de una ley a efecto de que se
declare su inaplicabilidad.
2. En casación:
La inconstitucionalidad de una ley podrá plantearse en casación, hasta antes de dictarse
sentencia. En este caso, la Corte Suprema de Justicia, agotado el trámite de la
inconstitucionalidad y previamente a resolver la casación se pronunciará sobre la
inconstitucionalidad en auto razonado. También podrá plantearse la inconstitucionalidad
como motivación del recurso, en cuyo caso es de obligado y privilegiado conocimiento;
con lo cual debe entenderse adicionado a los dos motivos convencionales –forma y fondo-
previstos en los artículos 621 y 622 dl Código Procesal Civil y Mercantil (Decreto-Ley
107 y sus reformas). Así lo ha asentado el tribunal constitucional en su jurisprudencia:
“En el ordenamiento jurídico guatemalteco, existen diversas leyes de índole procesal que

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autorizan el uso del recurso de casación. Entre tales cuerpos normativos puede citarse el
Código Procesal Civil y Mercantil, el Procesal Penal y la Ley de lo Contencioso
Administrativo, los que permiten el uso del recurso de casación siempre se sustente en los
motivos concretos que disponen sus textos. Sin embargo, debe tomarse en cuenta que por
disposición de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, a los
motivos particulares de cada ley, tanto de forma como de fondo, debe agregarse uno más,
el sustentado en la inconstitucionalidad de ley aplicada al caso concreto (…) En otros
términos, la inconstitucionalidad resulta ser un motivo adicional a la casación con la
única diferencia que es de obligado conocimiento, sin posibilidad alguna de invocar
errores para evadir su examen…”

3. En lo administrativo:
Cunado en actuaciones administrativas se aplicaren leyes o reglamentos
inconstitucionales, el afectado se limitará a señalarlo durante el procedimiento
administrativo correspondiente, para luego plantear la inconstitucionalidad en lo
contencioso-administrativo dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que causó
estado la resolución, y se tramitará conforme al procedimiento de inconstitucionalidad de
una ley en caso concreto. Es importante resaltar que en caso de plantearse como acción,
debe atenderse este plazo y no el establecido en la Ley de lo Contencioso Administrativo;
así lo ha establecido la CC: “…en casos como el que se resuelve es menester tener
presente que la denuncia de inconstitucionalidad en caso concreto debe formularse
dentro de los treinta días siguientes a la fecha en que causó estado la resolución
administrativa correspondiente –contados a partir de haberse sido notificada al
interesado, claro está-, por mandato expreso contenido en el artículo 118 ibídem, que
regula la oportunidad para hacer el referido señalamiento en ese preciso supuesto;
indistintamente de que en el artículo 23 de la Ley de lo Contencioso Administrativo se
encuentre establecido el plazo genérico de tres meses (…) cabe subrayar que al momento
de ser determinado en el Decreto 1-86 de la Asamblea Nacional Constituyente que fuera
ése el lapso –treinta días- dentro del cual debe hacerse vales la inconstitucionalidad en
caso concreto en el contexto administrativo, ya se encontraba fijado en el artículo 18 de
la Ley de lo Contencioso Administrativo vigente por entonces (Decreto Gubernativo 1881
y sus reformas) el término de tres meses para instaurar el proceso contencioso
administrativo, idéntico al que está previsto en el Decreto 119-96 del Congreso de la

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República, que actualmente rige esa materia. Este antecedente pone de relieva la
intención del constituyente de estatuir un plazo diferenciado para el caso de que dicho
proceso sea empleado como vehículo de una pretensión de inconstitucionalidad indirecta,
pues de lo contrario se habría limitado a preceptuar que la inconstitucionalidad verá
plantearse en lo contencioso –administrativo -con lo que había quedado sujeta al término
establecido para instar esta vía-, en treinta días siguientes a la fecha en que causó estado
la resolución…”

4. En lo laboral:
Podrá plantearse la inconstitucionalidad en caso concreto en un proceso en que se discuta
materia de esta naturaleza, concretamente con motivo de un conflicto colectivo de trabajo,
debiendo resolver la cuestión el juez de trabajo competente para la causa subyacente.

FASES DE SU TRAMITACIÓN.
A partir de ser admitida para su trámite, la inconstitucionalidad e ley en caso concreto debe
sustanciarse de acuerdo a lo preceptuado en los artículos 120 al 126 de la LAEPyC, agotando la
secuencia de etapas procesales que se relaciona a continuación.

1. Audiencia:
Indistintamente de si el referido instrumento constitucional ha sido planteado como
acción, incidente o excepción, el órgano jurisdiccional que por el acto de su admisión a
trámite queda investido del carácter de tribunal constitucional debe conferir audiencia por
nueve días a las partes y al Ministerio Publico.

2. Vista pública:
Si la inconstitucionalidad en caso concreto ha sido inocada bajo la forma procesal de
acción como única pretensión, prevista en el artículo 121 de la LAEPyC, el constituyente
estableció la particularidad de que los sujetos procesales puedan solicitar la celebración de
vista pública previo a que sea decidido ese aspecto.

3. Resolución definitiva:
Dentro del tercer día de haberse cumplido el término de la audiencia o de llevada a cabo
la vista púbica, según el caso, el que se encuentre actuando como tribunal constitucional

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deberá dilucidar el cuestionamiento de inconstitucionalidad formulado; según se haya
ventilado como acción o como incidencia –concepto que abarca tanto a la excepción
como a la vía incidental-, la resolución se considera sentencia o auto.

Por lógica procesal, la regulación de cada una de las variantes en que se puede configurar
la garantía constitucional de referencia tiene como factor común la directriz de que dicha
determinación sea proferida con antelación a los puntos propios del asunto principal que
subyace a la cuestión de constitucionalidad a no ser que se trate de las excepciones de
competencia y compromiso, cuyo conocimiento debe atenderse con preferencia aun
respecto a aquella.
Ahora bien, puede ser emitida en dos sentidos, dependiendo de lo cual, provocará, como
es natural, distintos efectos:

a. Sentido desestimatorio o denegatorio:


i. Imposición de multa a los abogados patrocinantes, por ser responsables de
la juridicidad del planteamiento;
ii. Condena en costas, en caso de haber sujeto legitimado para su cobro.

b. Sentido estimatorio:
i. Inaplicabilidad de las disposiciones señaladas, como sustento del fallo que
dilucide el asunto principal dentro del cual se originó dicho planteamiento.
ii. Suspensión provisional de las actuaciones en el litigo subyacente.

Como puede verse, la paralización del trámite del proceso ordinario se produce solo si el
tribunal que conoce de la inconstitucional concreto en primera instancia decide acogerla,
respondiente a la necesidad de impedir que se decida la cuestión principal, mientras exista
motivo fundado –según la apreciación asentada por el a quo en su resolución- para dudar
de la conformidad constitucional de las normas en la que el juzgador pueda fundarse para
ese fin.

Ello al tenor de lo preceptuado en el artículo 6º de las Disposiciones Reglamentarias y


Complementarias 01-2010 (Acuerdo 13-2010) de la CC, por el que se adicionó el artículo
24 bis a las Disposiciones Reglamentarias y Complementarias 1-89 (Acuerdo 4-89),

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recogiendo la interpretación efectuada por el tribunal constitucional sobre el artículo 126
de la LAEPyC: “… el ejercicio interpretativo anunciado lo efectuará esta Corte con el
objeto de enunciar el limite a la paralización procesal señalada, la cual debe ser
decretada sólo cuando resulte procedente de conformidad con lo que la legislación
estructuradas en torno al Instituto de la inconstitucionalidad e ley, en su modalidad como
instrumento depurados que impide la aplicación de normas o disposiciones afectadas a
casos concretos, revelan la noción cierta referente a que en el intelecto del Juez, que
adquiere jurisdicción el particular asunto en el que se suscita la cuestión, debe hacerse
radicar la norma del rango inferior frente a aquella otra de superior jerarquía contenida
en el texto supremo ello de manera tal que, como consecuencia del fenómeno detectado,
este en la facultad de emitir la declaratoria respectiva, bien externándola en la primera
instancia, de modo de control difuso –cuando la legislación establece el doble grado de
jurisdicción-, o requiriéndolo a un tribunal especifico –como ocurre en otras
legislaciones-; lo anterior con el objeto de pronunciar el efecto indicado: depurar el caso
concreto mediante la inaplicación de la norma, cuando ésta ha sido encontrada con
afectación por vicio de inconstitucionalidad (…) el juicio que tiende a la depuración del
proceso, por vía de la declaración de que la norma de inferior rango resulta contraria a
otra de carácter supremo, le corresponde efectuarlo con exclusividad a la autoridad
judicial a cargo del caso (...) Interpretada esta dicción, en congruencia con aquellas
anotación teóricas y legales de las que se hizo mérito con antelación, se advierte que la
supleción procesal de que se trata debe ser decretada únicamente cuando el que juzga a
adquirido certeza respecto del vicio detectado en la norma y, en el pronunciamiento, ha
declarado con lugar la inconstitucionalidad de ley pretendida. Esto porque, según
entiende este Tribunal, la afirmación “… que resuelva lo relativo a la
inconstitucionalidad.” Integrada en la norma transcrita, alude con precisión al hecho de
que el Juez haya decidido la cuestión con estimación afirmativa de la afectación de la
que, según su juicio, adolece la norma rebatida; no significa, por ende, en el hecho de
que quien juzga arribe simplemente a la solución definitiva del procedimiento accesorio
instado –el que trata la denuncia de la inconstitucionalidad-, en forma negativa o positiva
a la pretensión aducida (…) Esta innovación jurisprudencial se enuncia a favor de los
principio de celeridad y rapidez que informan a los procesos carácter administrativo y
judicial, y en procura de alcanzar efectivamente le objetivo de que la administración de
justicia sea pronta y cumplida…”

17
4. Alzada:
En el artículo 127 LAEPyC está preceptuado que el sujeto procesal que no esté satisfecho
con la manera en que el juez o tribunal de la causa ha dirimido el planteamiento de
inconstitucionalidad en caso concreto, tiene a su alcance la posibilidad de provocar el
conocimiento en alzada de la CC, debiendo para el efecto interponer recurso de apelación
dentro del tercer día de notificado de la resolución de primer grado, razonando los
motivos que fundamentan su actividad impugnaticia.

Una vez recibidos los autos el tribunal constitucional señalará de oficio, día y hora para la
vista –que será pública si lo pidiera alguna de las partes- dentro de un término que no
podrá exceder de nueve días. La sentencia deberá dictarse dentro de los seis días
siguientes a la vista, declarando la procedencia o improcedencia del recurso, es decir,
revocando o confirmando la resolución apelada, con sus correlativas repercusiones, según
el sentido de lo decidido por el a quo.

PARÁMETROS QUE RIGEN SU ANÁLISIS SUSTANCIAL.


Igualmente válidos resultan los postulados de esta índole que fueron explicados con anterioridad
para la inconstitucionalidad de leyes, reglamentos y disposiciones de carácter general. Si bien la
circunstancia de que la sentencia estimatoria de una inconstitucionalidad de leyes en caso
concreto no tenga efectos erga omnes, podría hacer pensar que principios como el democrático o
el que conservación de la norma tendrían que verse atenuados en este contexto, ello es
desvirtuado con la coherencia que por elemental seguridad jurídica la Corte de
Constitucionalidad –competente para conocer de ambos procesos constitucionales, con
exclusividad en uno y como tribunal de alzada en el otro- está obligada a guardar en su
jurisprudencia, pues en ambos supuestos lo que lleva a cabo es un juicio valorativo abstracto de la
normativa reprochada, indistintamente de que en uno de ellos su pronunciamiento tenga alcances
generales y en el otro únicamente para las partes del conflicto intersubjetivo subyacente.

18
INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES, REGLAMENTEOS Y DISPOSICIONES DE
CARÁCTER GENERAL.

MARCO CONCEPTUAL Y NORMATIVO.


En los artículos 267 de la CPRG y 133 de la LAEPyC se encuentra positivado, en el ámbito
guatemalteco, el instrumento procesal que tiene por propósito instar el control directo, abstracto y
reparador de constitucionalidad, sobre las normas infra-constitucionales, que conforman el
ordenamiento jurídico. “Las acciones en contra de leyes, reglamentos o disposiciones de
carácter general que contengan vicio parcial o total de inconstitucionalidad, se plantearan
directamente ante el Tribunal o Corte de Constitucionalidad.” Se superó la connotación de
recurso que se le atribuía anteriormente.

A través de dicho mecanismo se patentiza la misión de la Corte de Constitucionalidad como


interprete máximo y definitivo del contenido de la Carta Magna, pues a ella compete con
exclusividad el conocimiento de este tipo de planteamientos.

Es importante destacar que el análisis confortativo que esta figura demanda, a efecto de
determinar si existe desavenencia entre la Constitución y la ley, reglamento o disposición de
carácter general cuestionados, debe desarrollarse a partir de premisas argumentativas que
razonablemente conduzcan a establecer de forma concluyente si la normativa impugnada se
encuadra o no en el marco de la constitucionalidad, más allá de las motivaciones de orden
político que hayan impulsado a la autoridad de que se trate para emitirla. El ex magistrado
constitucional Mynor Pinto Acevedo refiere “El análisis para establecer la incompatibilidad entre
la ley y la Constitución debe ser eminentemente jurídico, sin substituir el criterio del legislador
sobre la oportunidad o conveniencia de las decisiones tomadas, las que por el principio de
legitimidad democrática de la ley su constitucionalidad se presume iuris tantum…”

Ahora bien, conviene matizar que esto no quiere decir que el examen de constitucionalidad pueda
considerarse asépticamente desprovisto de componentes políticos, culturales, sociales,
económicos, etc., pues la propia Carta Magna está impregnada de los mismos, dado que su
contenido invoca una serie e principio y valores de matices heterogéneos; y de igual manera es
natural que estos se hallen inmersos en la gran diversidad de materias y áreas de la convivencia
social que pueden ser objeto de regulación en las preceptivas de carácter general.

19
Lo verdaderamente crucial es que al llevar a cabo la labor intelectiva de evaluar la compatibilidad
constitucional de éstas, el tribunal constitucional se valga de una metodología estrictamente
técnico-jurídica, en coherencia con la objetividad, imparcialidad y formación profesional que
debe distinguir a sus miembros. Como elocuentemente explica el punto actual magistrado de la
CC y ex presidente de la Comisión de Ley de Amparo, Habeas Corpus y de Constitucionalidad
la Asamblea Nacional Constituyente, Alejandro Maldonado Aguirre: “… La Corte, con métodos
jurídicos, se ocupa de la política pero no hace política, lindero que quizás parezca difícil para
profanos de uno y otro campo, pero perceptibles por un sano estudio de las instituciones…”

ASPECTOS ESENCIALES DE SU PLANTEAMIENTO.


Legitimación.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 134 de la LAEPyC, poseen legitimación activa
para formular este tipo de planteamiento:

1. La junta directiva del colegio de abogados y notarios de Guatemala:


Actuando por medio de su Presidente. Anteriormente era la Asamblea General del
referido Colegio la que estaba dotada de legitimación, en una previsión que aunque le
imprimía especial representatividad al planteamiento, en la práctica lo hacía menor
probable, pues requería la organización de un evento en el que los colegiados aprobaran la
incitativa por medio del sufragio.

2. El Ministerio Publico:
Por medio del Fiscal General de la República. Si bien en el texto del precepto de
referencia está enunciado que actuará a través del Procurador General de la Nación, es
preciso recordar que al haber sido ratificado en consulta popular el texto propuesto por el
Congreso de la República en el Acuerdo Legislativo 18-93, fue modificado lo
originalmente dispuesto en los artículos 251 y 252 de la CPRG, que reconocían al
Ministerio Público como ente responsable de la representación del Estado y al Procurador
General de La Nación como su Jefe, en el sentido de que aquél se escindió la Procuraduría
General de la Nación, formando una nueva institución con funciones propias. Dado que el
artículo 134 de la LAEPyC permaneció intacto, la CC en su momento aclaró que este caso
de legitimación debe entenderse aún alusivo al Ministerio Público, pero ahora por medio

20
del Fiscal General de la Republica. La relacionada reforma constitucional y su posterior
interpretación para efectos de este punto por parte del tribunal constitucional, acentuaron
el cariz independiente que ya perseguía desde su contenido inicial el artículo 134 ibídem,
respecto a lo establecido en la antigua ley de la materia, que sujetaba la iniciativa del
Ministerio Público al arbitrio del Presidente de la República.

3. El Procurador De Los Derechos Humanos:


Respecto a intereses de su competencia. Tomando en cuenta la misión de este funcionario
como garante de los derechos fundamentales de la población, ello se traduce en un
margen realmente abierto de legitimación.

4. Cualquier persona:
Con el auxilio de tres abogados colegiados activos. Esta posibilidad de “acción popular”
encuentra consonancia con uno de los deberes políticos que corresponden a todo
ciudadano según los deberes políticos que corresponden a todo ciudadano según el
artículo 135, inciso b, de la CPRG. Por otro lado, este precepto revela de nueva cuenta la
voluntad de los constituyentes de hacer más accesible la acción de inconstitucionalidad
genera a la sociedad, pues si bien y ase prevenía este supuesto en la regulación anterior,
para hacer acopio del mismo era necesario el auxilio de diez abogados colegiados activos,
además de tener que acreditar una afectación directa condicionamiento que ponía en
entredicho el carácter abstracto ínsito al proceso constitucional de referencia, y que fue
suprimido en la redacción actual.
Presunciones de viabilidad.
A fin de que llegado el momento procesal oportuno el tribunal constitucional pueda pronunciarse
sobre el fondo del señalamiento de inconstitucionalidad de una norma, es ineludible que el
planteamiento por el que se solicita su intervención para ese efecto, cumpla con determinados
presupuestos procesales cuya omisión le impedirá aquel emitir un juicio valorativo sobre el
particular.

1. Análisis confrontivo:
La petición de inconstitucionalidad debe descansar en un desarrollo argumentativo en el
que en forma razonada y clara se expongan los motivos jurídicos por los que a juicio del
postulante la preceptiva impugnada se encuentra en conflicto en la Carta Fundamental,

21
Sobre este punto ha sido particularmente enfática la CC: “(…) La especial trascendencia
de la declaratoria de inconstitucionalidad de las leyes, por cuyo medio se controla la
competencia de órganos legitimados para emitir disposiciones normativas, que es una de
las principales manifestaciones de las potestades del Estado, implica que en su
planteamiento el accionarte cumpla con el mínimo requisito de expresar en forma
razonada y clara los motivos jurídicos en los que descansa la impugnación. El defecto
sustancial de esta exigencia impide al tribunal resolver sobre el fondo (…)” Es vital que
los razonamientos aludan al abstracto a la normativo reprochada per ser, y no a
circunstancias fácticas vinculadas al postulante en lo particular, como también lo
puntualiza el tribunal constitucional: “… el razonamiento en este tipo de planteamiento
debe hacerse en abstracto, (pues en el examen de constitucionalidad de las leyes, se
enjuician normas y no hechos concretos (…) requiriéndose que exista una comparación
entre la disposición constitucional y la ordinaria (o impugnada), para que su
confrontación se haga por medio de una argumentación precisa y lógica, sustentada en
cuestiones jurídicas y no simplemente en posibilidades fácticas o en criterios
opinables…”

2. Generalidad de la normativa impugnada:


El examen de conformidad con la Ley Fundamental por vía del control de
constitucionalidad directo debe tener como materia normas generales dirigidas a un
número indeterminado de sujetos, cuya potencial aplicabilidad se encuentra supeditada a
la verificación objetiva de los supuestos fácticos previstos de forma abstracta e
impersonal en ellas; por ende, toda norma particularizada debe entenderse excluida de ese
ámbito. Presupuesto que usualmente se corrobora de forma evidente en los preceptos
emanados del Congreso de la República, que casi siempre son de observancia general no
ocurre lo mismo con ciertos mandatos provenientes del Organismo Ejecutivo y las
entidades descentralizadas o autónomas, cuyo contenido debe ser analizado para
establecer si verdaderamente reúnen las características de unas disposiciones de carácter
general.

3. Vigencia de la normativa impugnada:


Dado el resultado que se persigue con la estimación de la pretensión de la
inconstitucionalidad general es la expulsión de las normas impugnadas del ordenamiento

22
jurídico, no cabe realizar análisis de constitucionalidad sobre una disposición que ya dejó
de formar parte de dicho ordenamiento o que, por el contrario, aún no ha ingresado a él.
De no atenderse este presupuesto, la CC carece de materia para resolver y puede optar por
disponer la suspensión del trámite del proceso constitucional, mediante auto razonado.
Cabe anotar que el periodo de vigencia de la preceptiva cuestionada incluso puede
haberse iniciado antes de la promulgación de la propia Constitución, en cuyo caso opera
–de producirse una sentencia estimatoria- el fenómeno conocido como
inconstitucionalidad sobrevenida.

4. Infraconstitucionalidad de la normativa impugnada:


Sólo pueden estimarse jurídicamente invalidas aquellas disposiciones que, siendo
inferiores a la escala kelseniana, contradigan el texto constitucional; si bien en la doctrina
ésta máxima de aparente infalibilidad lógica ya ha sido más consistentes de las
concernientes al análisis de esta garantía constitucional. Empero, en la práctica se han
manifestado algunas aristas que es menester aludir:

a. Los tratados y convenios internacionales no pueden ser declarados


inconstitucionalidades por vía del control reparador de constitucionalidad; una vez
ratificados, constituyen obligaciones internacionales de ineludible cumplimiento,
que sólo pueden ser desvanecidas por medio de la denuncia respectiva. Este tópico
a despertado cierta polémica, sobre todo como consecuencia de que en el sistema
de justicia constitucional guatemalteco el control preventivo de constitucionalidad
no está previsto con carácter obligatorio en todos los casos como se verá
posteriormente.

b. Las disposiciones pertenecientes a las leyes de rango constitucional únicamente


son pasibles de ser analizadas por esta vía si han experimentado reforma; pues
solo de esa manera dejan de ser producto directo de la voluntad del constituyente.
La CC ha razonado respecto de esta cuestión que “… las decisiones de la
Asamblea Nacional Constituyente, plasmadas en las leyes de rango
constitucional, no pueden ser expulsadas del ordenamiento jurídico interno,
únicamente por medio de la reforma de la Constitución, no siendo procedente su
exclusión del sistema normativo por medio de una inconstitucionalidad general o

23
inaplicadas mediante su planteamiento, ya que de lo contrario este Tribunal se
estaría convirtiendo en un legislador constitucional regitivo…”

5. Constitucionalidad Política de la República como único canon de constitucionalidad:


Dado que el propósito que la acción de inconstitucionalidad general persigue es la tutela
del principio de supremacía constitucional, el tribunal constitucional ha estimado que es la
Ley Fundamental el único instrumento normativo que puede considerarse como medida
válida de constitucionalidad. Esto conlleva una doble implicación:

a. Que no sea factible endilgar vicio de inconstitucionalidad a una norma por el solo
hecho de que a juicio del postulante contraría el tenor de otra jerárquicamente
superior, que no sea constitucional; en ese supuesto, lo apropiado será hacer
descansar el planteamiento respectivo en la vulneración del principio de jerarquía
normativa, que deriva del antes mencionado, de acuerdo a interpretación reiterada
de la CC.

b. Que tampoco sea dable procurar la declaración de inconstitucionalidad de un


precepto por estimarle apartado de lo establecido en tratados o convenios
internacionales; sobre esto permanece vigente el debate académico en el foro, en
conexión con una corriente cada vez más pujante de propugna por la
consolidación del denominado lo que de constitucionalidad, que haga trascender
la tute labilidad de los derechos fundamentales, más allá de los límites de los
ordenamientos nacionales; pensamiento que alude a los artículos 44 y 46
constitucionales como garantías normativas de viabilidad. No obstante, hasta la
fecha el tribunal constitucional se ha mantenido firme en su postura conservadora
al respecto, al afirmar que “… si bien es cierto el artículo 46 de la Constitución
Política de la República le otorga preeminencia a esos cuerpos normativos sobre
el derecho interno, lo único que hace es establecer que n , la eventualidad de que
una norma ordinaria de ese orden entre en conflicto con una o varias normas
contenidas en un tratado o convención internacional prevalecerían estas últimas;
pero ello no significa, como se dijo, que las mismas pueden utilizarse como
parámetro de constitucionalidad…”

24
Requisitos técnicos-formales.
De conformidad con lo dispuesto en los artículos 135 de la LAEPyC, y 28 de las Disposiciones
reglamentarias y complementarios No. 1-89 (Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad), en
concatenación con las reglas de derecho procesal común previstas en los artículos 45, 61 y 106 el
Código Procesal Civil (Decreto-Ley 107) –aplicables mutatis mutandi por remisión expresa de
las primeras disposiciones citadas-, al formular este tipo de planteamiento deben cumplirse los
siguientes requisitos técnicos-formales:

1. Debe hacerse por escrito.


2. Designación del tribunal al que se dirija –Corte de Constitucionalidad.
3. Datos generales de identificación del postulante. Esto es, sus nombres apellidos
completos o de la persona que lo represente, su edad, estado civil nacionalidad, profesión
u oficio, domicilio e indicación del lugar para recibir notificaciones
4. De ejercerse personería, debe acompañarse el título que acredita tal calidad; tal es el caso
del Presidente del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala –que además debe
comprobar que actúa en ejecución de lo decidido por la Junta Directiva de dicha entidad-
y de Fiscal General de la Nación y Jefe del Ministerio Publico.
5. Motivación en que descansa la pretensión de inconstitucionalidad, expresada en forma
razonada, separada y clara. Esto es, la relación de los argumentos jurídicos por medio de
los cuales el postulante revela cómo lo dispuesto en las normas que impugna redunda en
contravención del texto constitucional Sin duda el punto medular del planteamiento;
resulta determinante en función de la viabilidad y prosperidad del mismo.
6. Fundamento de derecho en que se apoya la solicitud, citando las leyes respectivas;
íntimamente ligado al anterior.
7. La petición, en términos preciso.
8. Lugar y fecha.
9. Firmas del solicitante y del abogado colegiado que lo patrocina, así como el sello de éste.
Si el solicitante no sabe o no puede firmar, lo hará por él otra persona o el abogado que lo
auxilie.
10. Doce copias claramente legibles, en papel común o fotocopia, de todo el legajo que se
presente –escrito y documentación acompañada.

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11. Disco compacto que contenga la versión electrónica exacta del memorial de interposición,
para facilitar al Tribunal la lectura y copia fiel de los pasajes conducentes en la resolución
del planteamiento –esto es facultativo-.

Así mismo en los artículos 136 de la LAEPyC y 30 de las Disposiciones reglamentarias y


complementarias. No. 1-89 (Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad), está preceptuado
que si en el escrito inicial se hubiera incumplido con alguno de los requisitos enumerados, previo
a darle tramite la CC ordenará al postulante subsanar esa deficiencia dentro de tercero día.

VARIANTES EN SU PLANTEAMIENTO.
1. Por la naturaleza del vicio que se denuncia.
a. Material o de Fondo:
Se denuncia un vicio de naturaleza sustancial en el contenido normativo de la
disposición impugnada. Es más común de los casos; el cuestionamiento apunta
directamente a la voluntad del legislador, por atribuirse incompatibilidad con el
texto constitucional.

b. Formal o Interna Corporis:


El vicio que se denuncia es la inobservancia del procedimiento previsto en la
Constitución Política de la República de Guatemala para la emisión de la
disposición impugnada. Es decir, que ésta no ha sido producida en el modo o por
la fuente predeterminados para el efecto; deviene indistinto que su contendió
propiamente dicho si se estime acorde a lo preceptuado por aquélla. Aunque la
regla general es la que la inconstitucionalidad de leyes, reglamentos o
disposiciones, de carácter general se resuelve conviene, según el caso, aportar
material probatorio que acredite la falencia procedimental que se reprocha.

2. Por la delimitación del objeto de impugnación.


a. Total:
Se cuestiona el contenido íntegro del cuero normativo impugnado usualmente
ocurre cuando este último por alguna razón se e inescindiblemente afectado por el
vicio de inconstitucionalidad que se denuncia. Puede ser debido a ser
particularmente concentrado o breve, acaso integrado por preceptos íntimamente

26
conectados por una misma idea fundamental también es común que ello obedezca
a que lo que señala es un defecto interna corporis, o bien, cuando el objeto de
impugnación es una mera disposición general. Incluso puede ocurrir que el
postulante advierta motivos de inconstitucionalidad correlativos a todas las normas
que conforman una ley. En todo caso, el postulante debe ocuparse de exponer un
análisis confortativo que efectivamente abarque a toda prescripción que
impugnada, a fin de satisfacer adecuadamente ese requisito en su planteamiento,
pues el hecho de que lo haga bajo la denominación de total no le dispensa de ellos.

b. Parcial:
Se cuestiona determinadas disposiciones o pasajes del cuero normativo impugnado
el vicio de inconstitucionalidad se ubica en un segmento específico del mismo. Es
el tipo más recurrente dentro de esta clasificación.

3. Por la jerarquía normativa del objeto de impugnación.


a. De leyes:
Se cuestiona el producto de la potestad legislativa del Congreso de la República,
sancionado y promulgado por el Presidente de la República.

b. De reglamentos:
Se cuestiona el producto de la potestad reglamentaria del Presidente de la
República y de entidades descentralizadas y autónomas del Estado (normas praeter
legem)

c. De disposiciones de carácter general:


Se cuestionan disposiciones de poder público revestidas de generalidad,
abstracción e impersonalidad.

FASES DE SU TRAMITACIÓN.
A partir de ser admitida para su trámite, la acción de inconstitucionalidad de carácter general
debe sustanciarse de acuerdo a lo preceptuado en los artículos 138 y 172 de la LAEPyC,
agotando la secuencia de etapas procesales que se relacionan a continuación.

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1. Suspensión provisional:
Es menester que oficiosamente la Corte de Constitucionalidad dirima este aspecto dentro
del lapso de ocho días posteriores a la admisión a trámite. Cuando aprecie que la
inconstitucionalidad enunciada es notoria y susceptible de causa gravámenes irreparables
–ponderación que realiza respecto a la población en general- es procedente que decreta la
suspensión provisional de la normativa cuestionada determinación que se publica en el
Diario Oficial al día siguiente de haberse decretado y posee efectos erga omnes. El
tribunal constitucional debe ser sumamente prudente en su decisión sobre el particular,
pues si decide disponer la referida suspensión y luego se decanta por emitir una sentencia
desestimatoria, provoca una laguna en el ámbito temporal de validez de la norma
afectada, con el consiguiente detrimento de la seguridad jurídica de la legislación.

2. Audiencia:
Independientemente de lo decidido con relación a la posibilidad d la suspensión
provisional, debe darse audiencia por quince días al Ministerio Público y al cualquiera
autoridades o entidades que la Corte de Constitucionalidad estime pertinente, expresión
del constituyente que guarda sintonía con los rasgos propios de la inconstitucionalidad de
carácter general, en la que no subyace una controversia intersubjetiva- como sí ocurre en
otros instrumentos del sistema de justicia constitucional, como la inconstitucionalidad en
caso concreto y el amparo-; esto es, no existen partes con pretensiones contrapuestas
directamente asociadas al devenir del proceso constitucional. Más allá de que éste suele
ser instado por una persona determinada, lo que a la postre se persigue con el
pronunciamiento que lo culmina es dilucidad una cuestión de interés público, con alcance
general para la sociedad.

De ahí que la Corte suela incluir en la lista de sujetos “adicionales” a los que confiere esta
audiencia, además del órgano emisor de la preceptiva impugnada –nadie mejor para
defender su constitucionalidad-, a personas y entidades cuya aportación considere valiosa
para la resolución del planteamiento, atendiendo a su conocimiento especializado en la
materia a la que aquél haga referencia.
Así mismo, eventualmente permite la intervención de otros que así lo solicitan, bajo la
invocación de la figura de derecho procesal conocía como amicus curiae, que consiste en
comparecencias que puedan realizar terceros ajenos a una disputa judicial –pero con un

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justificado interés en la resolución final del litigo-, a fin de expresar sus opiniones en
torno a la materia, a través de aportes de trascendencia para la sustentación del proceso
judicial. En términos generales, es la fundamental trascendencia de un asunto para el
devenir nacional, lo que estimula a organizaciones civiles a presentarse espontáneamente
a presentarse espontáneamente a presentar sus argumentaciones a fin de influir en la
decisión que el tribunal constitucional asuma en definitiva al respecto.

3. Vista:
Transcurrido el plazo de la audiencia antes relacionada, de oficio se sellará día y hora para
la vista dentro del término de los veinte días subsiguientes; ésta será pública si lo pidiere
el Ministerio Público o el interponerte. Etapa procesal especialmente importante para este
último , pues es entonces que tiene la oportunidad de replicar los argumentos que contra
su tesis de inconstitucionalidad hayan podido ser vertidos en la etapa procesal anterior.

4. Sentencia:
La sentencia deberá pronunciarse dentro de los veinte días posteriores al de la vista, en un
momento que, a su vez, debe encontrarse dentro del término máximo de dos meses
contados a partir de la fecha en que se haya interpuesto la inconstitucionalidad. Puede
producirse en dos sentidos, dependiendo de lo cual provocará, como es natural, distintos
efectos.

a. Sentido desestimatorio o denegatorio.


i. Revocación de la suspensión provisional, de haberse decretado.
ii. Imposición de multa a los abogados patrocinantes, por ser los responsables
de la juridicidad del planteamiento.
iii. No hay condena en costas.
iv. No se produce cosa juzgada material.

b. Sentido estimatorio.
i. Publicación del fallo en el Diario Oficial –Diario de Centroamérica-
ii. Pérdida de vigencia de la normativa declarada inconstitucional, que se
concretará a partir de la antedicha publicación, o de la de la suspensión
provisional, según se hubiere o no decretado esta última.

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POSTULADOS QUE RIGEN SU ANÁLISIS SUSTANCIAL.
Si los presupuestos de viabilidad son verificados, el tribunal constitucional debe abordar el
análisis sustancial del planteamiento, que también gira en torno a ciertos principios o premisas
generales que orientan su ponderación de constitucionalidad sobre la normativa impugnada:

1. Principio de supremacía constitucional:


Toda decisión sobre una acción de inconstitucionalidad general está íntimamente ligada a
la observancia de este principio, por cuanto por ella se persigue garantizar la
reponderación de la respectiva recogida en la Constitución como genuina expresión del
por el poder constituyente originario sobre cualquier otra emanada de los órganos
detentadores del poder público, que constituyen poderes constituidos al amparo de aquél.
Como bien lo señala el letrado de la Corte de Constitucionalidad Manuel de Jesús
Mejicanos Jiménez, “… la Constitución Política es siempre la norma decisiorio Litis, y
por ello su aplicación es directa, no solo porque el examen requiere que sea una norma
constitucional la que se denuncie como infringida (Constitución Política de la República
como único canon de constitucionalidad), sino porque, en el fondo, lo pretendido es que
se imponga la jerarquía de este tipo de normas mediante la expulsión de aquella de grado
interior que la contravenga…”

2. Principio democrático:
El examen que viabiliza la acción de inconstitucionalidad general no prejuzga sobre
aspectos de conveniencia política, sino se circunscribe a un método eminentemente
técnico-jurídico de conformidad con el texto constitucional, pues dentro del andamiaje
estatal para decidir las políticas legislativas que el constituyente dejó abiertas y que,
aunando a ello, se encuentra dotado de una representatividad privilegiada, al ser integro
como resultado del sufragio popular.

3. Principio in dubio pro legislatoris o de conservación de la norma:


Derivado del principio democrático y, además, atendiendo a las repercusiones
irreversibles que implica la declaratoria de procedencia de una acción de
inconstitucionalidad para el ordenamiento jurídico –efectos erga omnes, fenómeno del
legislador negativo, lagunas legales-, el principio in dubio pro legislatoris o de
conservación de la norma conlleva que la excepcional, fundado en la coincidencia

30
sustancial del tribunal constitucional con un planteamiento que, por medio de una
adecuada labor de argumentación jurídica, revele de forma clara y contundente la colisión
directa de la norma impugnada con la Ley Fundamental. Al igual que el principio
anterior, de cierta manera gravita como un contrapeso natural al principio de supremacía
constitucional, sin que ello signifique restarle a esta preponderancia.

Sobre el particular refiere el ex magistrado constitucional José Arturo Sierra González:


“Un auténtico asunto de colisión de una norma de inferior jerarquía con la carta
suprema que debe ser objeto de atención por el tribunal específico, solo es la que se
produce en aquellos casos en donde se vislumbre un choque frontal, a fondo y sin lugar a
dudas con la norma constitucional, derechos, principio o valores protegidos por la norma
suprema, o bien, porque trastoque la estructura organizativa fundamental del Estado y
sus organismos…”; en franca congruencia con la doctrina que acerca del tema sostiene la
CC: “… los actos y las normas que tienen su origen en decisiones de los poderes
legítimos, tienen una presunción de constitucionalidad, lo que trae como consecuencia el
considerar excepcional la posibilidad de invalidarlos; situación que especialmente se
manifiesta cuando se tata del órgano legislativo (…) puede declararse la
inconstitucionalidad cuando es evidente la contradicción con la Constitución y existan
razones sólidas para hacerlo. Cuando no haya bases suficientes se debe respetar la
decisión del Congreso (…) La Corte debe declarar la inconstitucionalidad de la ley
cando su contradicción con el texto de conservación de los actos políticos y la regla
básica en la jurisdicción constitucional: “indubio pro legislatoris”…”

4. Interpretación armonizadora.
Los preceptos de la Constitución deben conceptualizarse como partes inescindiblemente
entrelazadas de un solo complejo normativo producto de la voluntad constituyente
originaria y, por ende, cada uno debe ser interpretado en sintonía con los restantes. Este
modo de comprender dichos postulados se apoya especialmente en la apreciación de la
preceptiva contenida en la Ley Fundamental como una unidad coherente y ordenada que
ha sido gestada un en punto exacto del espacio y el tiempo, con una teleología definida,
como apunta Rodolfo Luis Vigo: “A los fines de facilitar la inteligibilidad de un cuero
normativo, resulta imprescindible comprobar que el mismo no es un mero agregado
caótico sino una totalidad ordenada o sistemática. En el caso de la Constitución, esa

31
necesidad se visualiza más claramente en tanto se la pueda tribuir a una voluntad a
través de un proyecto unitario…”. Más aún, desde el plano axiológico, es menester
buscar siempre la solución interpretativa que redunde en la realización de todos los
bienes, intereses y valores inmersos en el texto constitucional, sin sacrificar unos en
beneficio de otros.

Si esto se traslada concretamente al plano de las Cartas Fundamentales entendidas como


catálogos de derechos esenciales, habrá que tener en cuenta la directriz general que
propone Fernando Toller para la resolución de problemas jurídicos que a priori entrañen
la contraposición de derechos fundamentales: “Para resolver los conflictos –rectius,
disolver- aquí se mantiene la tesis de que, estando en juego derechos fundamentales, en
caso de aparente colisión los jueces deben decidir cómo armonizar y compatibilizar
correcta u concretamente los dos derechos que parecen en pugna, cuidando que ninguno
sea aniquilado por el otro y buscando en cada entuerto la mejor solución posible… ”

Es a partir del influjo de estos pensamientos, en complemento de la observancia de los


principios democrático y de conservación de la norma, que el tribunal constitucional ha
ido progresivamente utilizando con mayor asiduidad la variante atípica de resolución
conocida doctrinariamente como sentencia interpretativa, entendida como aquel fallo de
carácter declarativo en que los indicios de ilegitimidad constitucional perceptibles en
determinadas normas impugnadas son desvanecidos, como resultado de un ejercicio
argumentativo que fija una interpretación de ellas que armoniza razonablemente con la
Ley Fundamental; logrando con ello el doble cometido de asegurar que lo preceptuado en
la norma no genere lesión de los derechos fundamentales de la población, al tiempo que
se evita su expulsión del ordenamiento jurídico.

32
CONCLUSIONES

1. La garantía constitucional de inconstitucionalidad de leyes, ha sido un tema poco tratado,


en el devenir histórico, es por esta y otras razones que en la práctica se desconozca lo cual
resulta en la poca revisión de la inconstitucionalidad de leyes en los casos concretos en
materia civil y procesal civil.

2. La legislación guatemalteca y los mecanismos de control constitucional, son el amparo, la


exhibición personal, éstas las debemos entender como garantías de naturaleza
constitucional, que protegen a la población contra la violación de sus derechos, por parte
del Estado de Guatemala.

3. La inconstitucionalidad de leyes se da desde dos puntos de vista, de la siguiente manera:


la primera, que es la inconstitucionalidad en casos concretos, la cual tiene por objeto la no
aplicación de una norma a un caso particular, y la segunda, inconstitucionalidad de
carácter general, que tiene como fin expulsar una norma del ordenamiento jurídico, siendo
la última la mas utilizada.

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RECOMENDACIONES

1. Los abogados y los administradores de justicia, deben de conocer acerca de los


antecedentes históricos de la inconstitucionalidad, para poder comprender su objeto y de
esa forma poderla aplicar efectivamente en los casos concretos en materia civil y procesal
civil. Asimismo es conveniente que se tenga un conociendo de la doctrina y normativa
jurídica atinente al caso concreto.

2. Es importante que las autoridades de las universidades del país, modifiquen el pensum de
estudios, para incorporar un curso, en donde se les las bases y objetivos de las garantías
constitucionales, y de esa forma los futuros profesionales del derecho tengan un mejor
conocimiento acerca de este tema y lo puedan aplicar a los casos concretos.

3. Los diputados del Congreso de la República de Guatemala, deben tomar en cuenta


aquellos casos en que la aplicación de una ley vigente no es procedente, pues se violaría
una norma o ley constitucional; y, por ende, es necesario reformarla, para evitar esta
inconstitucionalidad en casos concretos.

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BIBLIOGRAFIA

 Constitución Política de la República de Guatemala. (Asamblea Nacional


Constituyente, 1986)
 Ley de amparo, Exhibición y de Constitucionalidad (Decreto 1-86 de la Asamblea
Nacional Constituyente y sus reformas)
 Ley Orgánica del Organismo Legislativo (Decreto 63-94 del Congreso de la Republica
y sus reformas)
 Ley Orgánica y del Régimen Interior del Organismo Legislativo (Decreto 37-86 del
Congreso de la Republica)
 Ley del Organismo Judicial (Decreto 2-89 del Congreso de la Republica)
 CABANELLAS, Guillermo. Diccionario de derecho usual. (s.l.i.); (s.e.). (s.f.).
 ALBERTO PEREIRA OROZCO. Derecho Procesal Constitucional, Guatemala febrero
2011.
 LUIS ERNESTO CACERES RODRIGUEZ. Derecho Procesal Constitucional,
Guatemala, 2015.
 LA INCONSTITUCIONALIDAD DE LEYES EN CASOS CONCRETOS EN
MATERIA CIVIL Y PROCESAL CIVIL. Santiago Adolfo Chávez Hernández,
Guatemala, julio de 2009

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ANEXOS

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