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La grave crisis que afecta al sector salud no es una novedad para los peruanos. Casi a diario se escuchan
denuncias de hospitales desabastecidos de medicamentos y que no cuentan con servicios básicos de agua
potable, además de la existencia de establecimientos hacinados que carecen de equipos para atender
emergencias y con pacientes que duermen en sillas de ruedas y hasta en el piso.
Por ejemplo, el Perú es uno de los países con mayor cantidad de trabajadores administrativos y menos
médicos. Mientras Canadá cuenta con 16 médicos por cada trabajador administrativo, Costa Rica con 8,
Uruguay con 5 y Paraguay con 3; en el Perú la realidad se invierte: tenemos 3 administrativos por cada
médico.
Además, en el país hay muy pocas camas para hospitalización: 16 por cada 10,000 habitantes, mientras
en Chile existen 21 camas; en Brasil, 24 y en España, 32. A ello hay que agregar la mala organización de
la logística que obliga a los pacientes a esperar dos semanas por una cita y hasta 2 horas y 15 minutos
para recibir atención; en el mejor de los casos, solo 11 minutos.
Pero eso no es todo. Perú está en la cola en cuanto al gasto en salud. Aunque en el país el presupuesto
público para este sector ha mejorado en los últimos años, el total de inversión pública y privada respecto al
PBI no ha avanzado y representa el 5.5%, ubicando al país muy por debajo de naciones como Bolivia
(6.3%), Chile (7.8%), Colombia (7.2%) y Ecuador (9.2%). Del total de la inversión, el 58.7% corresponde al
gasto público, que equivale al 3.1% del PBI, frente a un 3.9% del promedio
El Perú es uno de los países con mayor cantidad de trabajadores administrativos y menos médicos.
Mientras Canadá cuenta con 16 médicos por cada trabajador administrativo, Costa Rica con 8, Uruguay
con 5 y Paraguay con 3; en el Perú la realidad se invierte: tenemos 3 administrativos por cada médico.
Además, en el país hay muy pocas camas para hospitalización: 16 por cada 10,000 habitantes, mientras
en Chile existen 21 camas; en Brasil, 24 y en España, 32. A ello hay que agregar la mala organización de
la logística que obliga a los pacientes a esperar dos semanas por una cita y hasta 2 horas y 15 minutos
para recibir atención; en el mejor de los casos, solo 11 minutos.
ASIS:
Los Análisis de Situación de Salud (ASIS) han sido definidos como procesos analítico-sintéticos que
abarcan diversos tipos de análisis. Permiten caracterizar, medir y explicar el perfil de salud-enfermedad de
una población incluyendo los daños y problemas de salud así como sus determinantes, sean estos,
competencia del sector salud o de otros sectores. Los ASIS facilitan la identificación de necesidades y
prioridades en salud, así como la identificación de intervenciones y programas apropiados y la evaluación
de su impacto en salud”.
SALUD PÚBLICA:
Salud Pública es la disciplina dedicada al estudio de la salud y la enfermedad en las poblaciones. La meta
es proteger la salud de la población, promover estilos de vida saludables y mejorar el estado de salud y
bienestar de la población a través de programas de promoción y protección de la salud y prevención de
enfermedades.
Además, se provee información, adiestramiento y las destrezas necesarias para mejorar la efectividad y la
prestación de servicios médicos. La salud pública contribuye al conocimiento a través de la investigación y
la aplicación de las ciencias poblacionales y sociales a los problemas de salud de individuos y poblaciones.
Salud pública es la respuesta organizada de una sociedad dirigida a promover, mantener y proteger la salud
de la comunidad, y prevenir enfermedades, lesiones e incapacidad.
El propósito fundamental es alcanzar los más altos niveles de bienestar físico, mental y social, de acuerdo
a los conocimientos y recursos existentes.
La especialidad surge a partir de la necesidad de reformar el sistema sanitario público español (Sistema
Nacional de Salud) siguiendo las directrices de la Ley General de Sanidad, con la intención de potenciar de
manera clara el primer nivel de atención de los pacientes en contacto con el sistema sanitario.
Se necesita un profesional adecuado a las nuevas necesidades, con capacidad real de resolución de
problemas de salud a la cabecera del paciente, lo que además supone mejorar la eficiencia del sistema
sanitario, al resolver prácticamente el 90% de los problemas de salud en este nivel, derivando a otros niveles
del sistema los problemas de salud que por su complejidad o requerimientos tecnológicos necesiten otros
recursos.
Los médicos de atención primaria trabajan con una visión del enfermo holística, integral y biopsicosocial.
La atención se basa en el paciente y no en la enfermedad, en la familia o el entorno más inmediato del
paciente como condicionante del estado de salud, y se introduce una visión comunitaria de la medicina, con
la que a partir de un análisis de la comunidad, la cual puede actuar como fuente de enfermedad o como
medio terapéutico, desde donde se puede actuar con medidas preventivas y de promoción de la salud. La
actuación sobre la población es longitudinal (a lo largo de la vida del paciente) e incluye tanto la atención
en la consulta como en el domicilio o dentro de los diferentes recursos sociales (escuelas, residencias de
ancianos, etc.).
Para poder conseguir este perfil de profesional, el ámbito de conocimientos de la medicina de familia es
muy amplio e incluye prácticamente todas las áreas médicas y quirúrgicas, de psiquiatría y de gestión
sanitaria, siendo la capacidad de intervención sobre los problemas de salud, solo limitada por los propios
conocimientos y aptitudes del profesional y por las limitaciones estructurales y de medios técnicos de que
se disponga.
El acceso a la formación en medicina de familia y comunitaria es parte del postgrado, a partir del programa
MIR (Médico Interno Residente) que tiene una duración de cuatro años.2 La medicina de familia y
comunitaria se está abriendo camino hacia la universidad, para poder constituir un área de conocimientos
propia en el currículo de la licenciatura de medicina.3
Los principios básicos de la especialidad han sido claramente señalados por muchos autores, entre los
cuales se cuenta a Ian McWhinney. Aunque otros médicos han ayudado a consolidar un cuerpo de
conocimientos, un marco epistemológico propio que le permite obtener identidad y poder ser reconocida
como una verdadera especialidad médica
La grave crisis que afecta al sector salud no es una novedad para los peruanos. Casi a diario se escuchan
denuncias de hospitales desabastecidos de medicamentos y que no cuentan con servicios básicos de agua
potable, además de la existencia de establecimientos hacinados que carecen de equipos para atender
emergencias y con pacientes que duermen en sillas de ruedas y hasta en el piso.
Una investigación de la asociación Contribuyentes por Respeto –que reúne y compara información del
Ministerio de Salud, Essalud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)– revela también cómo la falta de inversión y la mala gestión
de los recursos disponibles generan la ineficiencia de los servicios y la afectación de la salud y economía
de millones de peruanos.
Por ejemplo, el Perú es uno de los países con mayor cantidad de trabajadores administrativos y menos
médicos. Mientras Canadá cuenta con 16 médicos por cada trabajador administrativo, Costa Rica con 8,
Uruguay con 5 y Paraguay con 3; en el Perú la realidad se invierte: tenemos 3 administrativos por cada
médico.
Además, en el país hay muy pocas camas para hospitalización: 16 por cada 10,000 habitantes, mientras
en Chile existen 21 camas; en Brasil, 24 y en España, 32. A ello hay que agregar la mala organización de
la logística que obliga a los pacientes a esperar dos semanas por una cita y hasta 2 horas y 15 minutos
para recibir atención; en el mejor de los casos, solo 11 minutos.
Pero eso no es todo. Perú está en la cola en cuanto al gasto en salud. Aunque en el país el presupuesto
público para este sector ha mejorado en los últimos años, el total de inversión pública y privada respecto al
PBI no ha avanzado y representa el 5.5%, ubicando al país muy por debajo de naciones como Bolivia
(6.3%), Chile (7.8%), Colombia (7.2%) y Ecuador (9.2%). Del total de la inversión, el 58.7% corresponde al
gasto público, que equivale al 3.1% del PBI, frente a un 3.9% del promedio latinoamericano.
Juan José García, investigador principal de Contribuyentes por Respeto, indicó que el Perú también se
encuentra entre los países que destinan menos recursos a la salud de las personas. El Estado consigna a
la salud de cada peruano US$656, mientras que Chile reserva US$1,749, es decir 70% más; otros países,
como Brasil, gastan US$1,300 y Estados Unidos, US$9,000. Si bien el mayor gasto por persona no significa
necesariamente un mejor servicio, ambos factores están estrechamente relacionados.
Al analizar la composición del gasto per cápita peruano en salud, el estudio revela que el 61% de dicho
gasto es de origen público y el 39% privado.
Pero dentro del gasto del rubro privado, lo que desembolsan los seguros particulares es solo 27%, mientras
que el 73% restante es el gasto de bolsillo que las familias peruanas se ven obligadas a hacer porque no
se satisfacen sus necesidades de atención en salud.
“Los peruanos están entre los que más recursos destinan a gastos de bolsillo por salud, ya sea para la
compra de medicamentos que no les dan en sus seguros o por exámenes a los que no pueden acceder por
falta de equipos.
PROMOCIÓN DE LA SALUD
Es el proceso de salud integral que busca el cambio de las personas, para que orienten su forma de vida
hacia un estado de salud óptimo.
Finalidad:
• Que la promoción de la salud constituya una pieza clave de la agenda de desarrollo mundial.
PREVENCIÓN DE LA SALUD
Son medidas destinadas a evitar las enfermedades, accidentes, etc., incluyendo las llevadas a cabo
individualmente por el médico y que sirven para el control y mantenimiento de la salud. La vacunación o el
lavado de manos son un ejemplo básico para prevenir y reducir la incidencia de las enfermedades
infecciosas.
NIVELES DE PREVENCÓN
eliminan los factores ambientales de riesgo por medio del saneamiento del medio ambiente;
protegen al organismo frente a enfermedades y accidentes;
educan en la salud y
crean hábitos saludables.
Por lo tanto, estas técnicas equivalen a:
la promoción de la salud,
la prevención de la enfermedad y
las técnicas de PRL: seguridad laboral, higiene industrial, ergonomía y medicina del trabajo.
La prevención primaria tiene como objetivo el disminuir la probabilidad de que ocurran las enfermedades y
afecciones; desde el punto de vista epidemiológico, trata de reducir su incidencia.
Las medidas de prevención primaria actúan en el período prepatogénico del curso natural de la enfermedad,
antes del comienzo biológico, es decir, antes de que la interacción de los agentes y/o factores de riesgo en
el sujeto den lugar a la producción de la enfermedad.
Dentro de las actividades de prevención primaria, distinguimos dos tipos:
Las de protección de la salud, que protegen la salud, actuando sobre el medio ambiente.
Las de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, actuando sobre las propias personas,
promoviendo la salud y la prevención de la enfermedad.
Técnicas de prevención secundaria
Abordan la enfermedad en fase incipiente, aún en fase reversible, por medio del diagnóstico precoz.
Equivalen a la vigilancia de la salud, una de las actividades de la medicina del trabajo.
La prevención secundaria interviene cuando se inicia la enfermedad; en este caso, la única posibilidad
preventiva es la interrupción o ralentización del progreso de la afección, mediante la detección y tratamiento
precoz, con el objeto de facilitar la curación y evitar el paso a la cronificación y la aparición de deficiencias,
discapacidades y minusvalías.
En este sentido, el objetivo de la prevención secundaria es que el diagnóstico y tratamiento precoz mejoren
el pronóstico y control de las enfermedades.
Técnicas de prevención terciaria
Cuando las lesiones patológicas son irreversibles y la enfermedad está arraigada y ha pasado a la
cronificación, independientemente de que hayan aparecido o no secuelas, es donde interviene la prevención
terciaria. Su objetivo es hacer más lento el curso de la enfermedad, atenuar las incapacidades existentes y
reinsertar al enfermo o lesionado en las mejores condiciones a su vida social y laboral.
RECUPERACION Y REHABILITACIÓN
Son todas las acciones y medidas que se adoptan para recuperar la salud, cuando se presenta una
enfermedad. Todo el sistema de hospitales, clínicas, centros de salud y consultorios, esta orientado a ese
fin.
Objetivos de la rehabilitación:
Es una estrategia de la atención primaria de salud, para la rehabilitación e integración social del
discapacitado.