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DOMINGO IV de Pascua Y así le dice el anciano a san Juan: Estos son los que vienen de la gran

tribulación; ellos han lavado sus vestiduras y las han blanqueado


en la sangre del Cordero.
Si hay una verdad que constantemente resuena en nuestros oídos en “Por eso están delante del trono de Dios y le rinden culto día y
este tiempo Pascual, es que Cristo está en el CIELO.- noche en su Templo”
Y ha conquistado por su sangre, el cielo para los que creen en Él.
Es decir: por la gracia recibida, por haber sido blanqueadas sus
Y así como el amante anhela estar junto a quien ama: con más o menos vestiduras, esto es perdonado sus pecados, y portar en sus manos una
conciencia todo nuestro ser espera esta bienaventuranza prometida… la palma, esto es, seguido a Cristo hasta el martirio,: es que están los santos
consumación definitiva de nuestra salvación. Y por esto, nuestro eternamente alabando a nuestro Dios.
corazón golpea las puertas Eternas una y otra vez con insistencia
cantando, junto al Rey David: Muéstranos la belleza de tu rostro Señor, Y son justamente estos dones: la redención de las almas y la gracia de la
no nos escondas tu rostro. perseverancia final, conquistadas por Cristo en el tormento de la Cruz,
Pero como nadie llega al Cielo si no es por gracia divina: hoy la Iglesia lo que la Iglesia quiere hoy poner ante nuestros ojos a fin de ser
recoge las intenciones de nuestro corazón pidiéndole al Señor: Dios constantes también en la acción de gracias a Dios para que la
todopoderoso y eterno, condúcenos hacia los gozos celestiales. continua eficacia de la obra redentora sea fuente de inagotable
Condúcenos a tu redil y apaciéntanos con los pastos perennes de tu alegría en nuestras almas.
salvación…
Y por esto: para que no se levante la objeción en nuestros corazones de
Mas como nuestras vidas, aunque sean un simple soplo delante de Dios, que ellos ya son santos, y nosotros solo hombres de barro, es que se nos
a nuestros ojos no dejan de sernos largas; y a pesar de sus muchas relatan los admirables hechos ocurridos a Pablo y Bernabé en la
alegrías, la tristeza o el desánimo puede invadirnos completamente el primera lectura.
corazón, es que la Iglesia, consciente de nuestra debilidad, nos Ellos como verdaderos santos de Dios, hemos escuchado: exhortaban a
reconforta una vez más mostrándonos hoy la alegría de los que los fieles, en esta vida terrena, “a permanecer fieles a la gracia de Dios” y
conquistan el cielo en medio de las persecuciones siguiendo la voz del a pesar de las persecuciones: de la envidia y de las injurias que
Buen Pastor… proferían contra ellos, no dejaban de anunciar el Evangelio con gran
E impulsada por la autoridad de nuestro Divino Maestro: firmeza.
“bienaventurados los que son perseguidos por causa de mi nombre, pues
de ellos es el reino de los Cielos” Y he aquí lo admirable: que los paganos al escuchar que la salvación de
La liturgia nos abre una vez más el cielo visto por san Juan, para que Dios era universal: “Yo te he establecido para ser la luz de las
contemplemos esa “enorme muchedumbre, imposible de contar, naciones, para llevar la salvación hasta los confines de la tierra …
formada por gente de todas las naciones, familias, pueblos y se llenaron de alegría”
lenguas” y se conforte así nuestro corazón al considerar que han Y a imitación de los santos del cielo alabaron, (no el trono) pero si la
conquistado el Cielo… han dado batalla y han vencido a la muerte a Palabra de Dios, y abrazaron la fe, esto es creyeron en Cristo, y cantaron
pesar de morir, por la fe en Cristo: quien les ha dado como ovejas suyas al cielo: “Aclame al Señor toda la tierra, sirvan al Señor con alegría,
la vida Eterna tal como hemos escuchado en el Evangelio. lleguen hasta él con cantos jubilosos”
Y sabemos por la historia que este júbilo no se inmutó jamás a pesar de Por eso en este día, en que comulgaremos una vez más al mismo
que para allegarse a Él tuvieron que padecer terribles persecuciones. Dios, pidámosle con confianza, que como Pastor bueno, que cuida
Muchos conocerán cómo todos los apóstoles fueron martirizados y con solicitud a su rebaño, nos conduzcas hacia las praderas
salvo Juan murieron en sus tormentos; muchos sabrán como eternas, en medio de las persecuciones:
Nerón persiguió por todo el imperio romano a los cristianos y Pidámosle que no nos venza nunca el desanimo, que no nos deje
hubo mártires de todo tipo: hombres y mujeres, ancianos y niños: y con nunca caer en la tentación, que su fortaleza divina invada nuestras almas
todo acudían con júbilo al encuentro definitivo con el Señor… y así nos conceda el día de la muerte, la inmensa gracia de la
Pues todos confiaban como hemos escuchado en la I lectura: que estaban perseverancia final.
destinados a gozar de la Vida Eterna, y que como se nos dice en el Pidámosle, por intercesión de María Santísima y de san José: Cristo
Evangelio no perecerían jamás… Pastor Eterno, condúcenos hacia los pastos de Vida Eterna…
Todos sabían que en sus almas habitaba el mismo Dios por el misterio de
la gracia, y que la fuerza divina era más que suficiente para vencer toda
adversidad:
Todos sabían, como nos enseña san Pablo, que para vencer las
tentaciones que nos hieren como un aguijón en la carne, basta la gracia
de Cristo…

Y es que en definitiva todos sabían aquella consoladora verdad que nos


recuerda el Evangelio: que los fieles que gozan de la gracia de Dios, que
dan testimonio de Él con su palabra, no pueden ser arrebatados de sus
manos.
Y por eso no amaron tanto su vida que temieran la muerte, pues sabían
que tal como el Fuerte de Dios, Cristo nuestro Señor venció en su Cruz,
así también Él vencería en todos aquellos que reconociendo la voz del
Pastor Eterno…le siguieran en el camino de la Cruz,
Sabían en definitiva que habiendo muerto con Cristo, tal como Cristo
resucitó de la muerte, ellos también resucitarían en el día del juicio final:
Y por eso: sabían que el día de la restauración final estarán alegres los
cielos, esto es todo el coro de los ángeles, y los santos resucitados que
morarán en sus tiendas para toda la eternidad con una alegría
infinitamente mayor que de la que gozaron los apóstoles al ver en esta
tierra a nuestro Señor levantarse del sepulcro.

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