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Pimentel Gutiérrez Luis Enrique

Análisis de la película Roma dirigida por Alfonso Cuarón

Slavoj Žižek, en su documental La guía perversa de la ideología, hace un interesante


análisis sobre cómo las personas viven la ideología. Entre otras formas, la ideología puede
ser entendida como un contenedor vacío que es posible rellenar con cualquier cosa. Por
ejemplo, el Himno a la alegría compuesto por Beethoven ha sido utilizado para acompañar
perspectivas políticas muy distintas entre sí. Esta obra de Beethoven es un ejemplo que
utiliza Zizek para mostrar que las ideologías son vacías.

En la película Roma, dirigida por Alfonso Cuarón, hay una escena muy interesante cuando
Cleo —la empleada doméstica— impide que se ahoguen en el mar los niños de la familia
para la que trabaja; una vez rescatados, los niños y Sofía, la madre de estos, abrazan a
Cleo como si fuera un miembro más de su familia. A mi consideración, este momento
también podría ser acompañado por el Himno a la alegría, pues el abrazo que recibe Cleo
es vacío, representa una falsa solidaridad.

El abrazo que recibe Cleo no es realmente solidario porque no transforma las condiciones
en que ella desarrolla su vida, se mantiene en una relación de servicio con sus patrones.
Es más, podríamos decir que ese abrazo refuerza la sumisión de Cleo, debido a que ella
puede suponer que su vida sólo se realiza correctamente cuando lo ha entregado todo por
sus patrones.

En Roma observamos cómo el cine es la máquina que nos dice cómo desear. Nos ha
mostrado que hay personas cuya vida se realiza a través de las fantasías de alguien más.
Las fantasías de Cleo están condicionadas por las de sus patrones, por ello es que Cleo
sólo puede desear desde su condición de sumisión —sólo puede desear su propio bienestar
cuando está garantizado el de sus patrones—. Žižek señala en su artículo Roma is being
celebrated for all the wrong reasons que la dedicación de Cleo es una trampa para sí misma
producto de una ceguera ideológica: mientras más goza Cleo su vida a través de su relación
con sus patrones, más ciega está.

Por otra parte, la actitud que toma la señora Sofía nos hace recordar el análisis que realiza
Žižek en torno a la película Titanic. En ésta película hay una relación amorosa entre dos
personas pertenecientes a distintas clases sociales; por un lado está Rose, mujer de clase
alta, y por el otro Jack, un joven de clase baja. Žižek señala que la relación que se da entre
ambos tiene una lógica “vampirezca”.

Debido a su posición social, Rose tiene derecho a incursionar en el mundo de Jack. Cuando
se cansa de la manera en que se está desarrollando su propia vida busca un respiro en el
contacto con personas con otras clases sociales —alimentarse de su energía vital—; lo
alarmante de este proceso es que Jack no tiene permitido hacer lo mismo, es decir, una
persona de clase baja no tiene derecho a participar en las riquezas y lujos de las personas
de la clase alta. La relación entre Rose y Jack reviste la misma lógica del capitalista y el
trabajador: para que el capitalista aumente sus riquezas necesita explotar (alimentarse de
su energía vital como lo haría un vampiro) a los trabajadores.

En Roma, al igual que Rose en Titanic, la familia para la que trabaja Cleo tiene derecho a
incursionar en su vida para tomar su energía, pero no al revés. Cuando Sofía sufre el
abandono de su esposo acude con Cleo para quitarle vitalidad a través de una actitud
pasivo-agresiva (Sofía le grita a Cleo, destruye su carro y la pared de su casa frente a ella).
Cleo, resignada en su papel de trabajadora doméstica, es completamente vulnerable ante
tal situación. Sin embargo, una vez que Sofía se ha estabilizado vuelve a ser la jefa de Cleo,
tuvo derecho a incursionar en su mundo, arrebatarle su vitalidad y una vez satisfecha, volver
al lugar en el que se encontraba.

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