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Ideas clave 4
4.1. ¿Cómo estudiar este tema? 4
4.2. Introducción 4
4.3. Precisiones y conceptos previos sobre el trabajo
con grupos 5
4.4. Qué son las técnicas grupales 8
4.5. Criterios para un uso adecuado de las técnicas 11
4.6. Principios básicos de la acción grupal 15
4.7. Visión general de las técnicas grupales: de
iniciación, de producción, etc. 21
4.8. Referencias bibliográficas 25
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Lo + recomendado 29
+ Información 32
Actividades 35
Test 37
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Consenso
Evaluación
3
Ideas clave
Para estudiar este tema lee las ideas clave que se desarrollan a continuación.
P
ara estudiar este tema te recomendamos que realices un primer vistazo al
esquema expuesto anteriormente y una primera lectura general de las
ideas desarrolladas en estas ideas clave. Realizaremos, posteriormente,
una segunda lectura, subrayando aquellas palabras o ideas que consideres claves del
texto y también apuntar aquellas dudas que te surjan. Por último, puedes acceder a
las lecciones magistrales destinadas al estudio de este tema y a los materiales en el
apartado «+información».
4.2. Introducción
V
amos a adentrarnos en este capítulo en el estudio y análisis del trabajo con
grupos y de las técnicas grupales que podemos poner en práctica. Como
venimos señalando desde el comienzo de nuestra asignatura, asistimos a
la necesidad de aprender a vivir juntos, a crear lazos, a trabajar por objetivos
comunes que nos ayuden a todos a crecer como personas y como sociedad. El trabajo
con grupos es una tarea fundamental en el desarrollo del trabajo de los mediadores
interculturales. Conocer qué significa trabajar con grupos, cómo son las técnicas
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grupales y qué criterios debemos seguir para ponerlas en práctica, son aspectos que
debemos conocer con profundidad si aspiramos a lograr el suficiente impacto con los
grupos con los que vamos a trabajar.
Todo esto debe estar en todo momento vertebrado por una serie de criterios,
criterios que faciliten, orienten y guíen nuestras decisiones a la hora de saber qué
tipo de técnica debemos utilizar en cada momento: qué objetivos se plantea el grupo,
qué madurez existe entre sus miembros, de qué ambiente físico disponemos, cuál es
la cultura y el ambiente exterior al que pertenecen las personas del grupo, etc.
Por último, haremos una visión general de las técnicas de grupo, utilizando una
organización clásica de las mismas: de iniciación grupal (destinadas al conocimiento
mutuo y a promover la integración); de producción grupal (que son las que se utilizan
para tratar de lograr un buen rendimiento del grupo); y las de evaluación grupal,
diseñadas para tratar de conocer cómo se están desenvolviendo los procesos
anteriormente descritos y en qué aspectos debemos mejorar.
A
l habar de trabajo con grupos solemos escuchar una serie de palabras o
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Por todo ello, creemos importante comenzar nuestro tema haciendo algunas
aclaraciones importantes (Aguilar, 2006) en referencia a los alcances y contenidos de
cada una de las expresiones que utilizamos cuando hablamos de trabajar con grupos,
esto es: trabajo con/de/en grupos; técnicas grupales; y dinámica de grupos.
El ser humano es un ser social, depende en gran medida del otro para
desenvolverse y ver aumentadas sus posibilidades y oportunidades. Es más,
podemos afirmar que hay necesidades humanas que los individuos solo satisfacen
cuando se reúnen con otros.
En esta línea, podemos afirmar que el trabajo con grupos tiene que ver con «todas
aquellas acciones y actividades que se llevan a cabo de manera colectiva. Es decir,
que para que exista un trabajo grupal, solo es necesario que las acciones se
desarrollen colectivamente» (Pérez, 2005, p. 15). Esto significa que, para llevar
adelante un trabajo con grupos, es necesario que se produzcan interacciones de
una persona con otras dentro de un grupo.
Otra cosa es que pretendamos que dicho trabajo tenga ciertas características de
eficacia. Para ello, tenemos que saber que existen una serie de técnicas y
Técnicas grupales
Las técnicas grupales son aquellas actividades grupales cuyo objetivo es realizar
una tarea, resolver un problema o desarrollar un proyecto contando con la
colaboración de todos los integrantes del grupo. Se usan dependiendo de las
necesidades que vayan percibiéndose en el desarrollo de la interacción grupal:
como estímulo a la participación activa, para superar problemas internos y poder
contrarrestar el desgate que produce la interacción y la convivencia, para evaluar
la eficacia o la capacidad del grupo como colectivo, para solucionar un conflicto
puntual, etc.
De forma genérica se han definido las técnicas grupales como «los instrumentos
que, aplicados al trabajo en grupo, sirven para desarrollar su eficacia y hacer
realidad sus potencialidades» (Ander-Egg, 1998, p. 60). Las técnicas grupales son
un conjunto de medios y procedimientos que son aplicados en una situación de
grupo y sirven para lograr dos objetivos: productividad y gratificación. Facilitan y
estimulan la acción del grupo en cuanto a conjunto de personas (gratificación), y
tratan de que el grupo alcance los objetivos y las metas que se ha propuesto de la
manera más eficaz posible (productividad).
Consideramos este punto de gran importancia para nuestro tema, por lo que más
adelante vamos a dedicarle un epígrafe donde lo desarrollaremos con más
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amplitud y profundidad.
Cuando hablamos de una realidad como la de un grupo, hay una idea a tener en
cuenta: el grupo es una realidad distinta de la simple suma de los individuos que
la forman. El grupo puede constituirse como una fuente de energía y capacidades
para los sujetos que en él interaccionan. Entre aquellos que han estudiado esta
situación (Canto, 2000; Castaño, 2001; Fritzen, 2002; Pérez, 2005; Espada, 2007;
etc.) podemos entresacar una idea: la dinámica de grupos consiste en las
interacciones y procesos que se generan en el interior del grupo como
consecuencia de su existencia.
Por último, debemos afirmar algo que cualquier dinámica grupal debe respetar:
primero, el respeto a la persona; y después, la búsqueda de una mayor y más
democrática participación de los distintos miembros del grupo.
U
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Como veíamos anteriormente, las técnicas grupales son una serie de procedimientos
que se aplican sobre un grupo con un doble objetivo: lograr productividad y producir
gratificación en el grupo. Vamos a utilizar esta definición para analizar estas técnicas.
Por otro lado, son técnicas aplicadas a un grupo. Las técnicas grupales solo se pueden
emplear cuando se dan situacionales o realidades grupales. Hemos comentado
anteriormente que los grupos son un conjunto de personas que se relacionan entre
sí en un contexto determinado. Esta interacción se produce en los grupos a través de
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Por tanto, para que puedan ponerse en prácticas técnicas grupales es necesario
contar con una situación de grupo en la que puedan darse procesos de comunicación
en el marco de un espacio y un tiempo determinados y con uno o varios objetivos
Por último, las técnicas grupales tienen la doble finalidad de lograr productividad y
producir un efecto de gratificación personal. Ambos objetivos han de lograrse de
forma simultánea. Esto ha de ser así porque suele ser frecuente encontrar grupos
muy productivos (que logran con eficacia lo que se proponen), pero que no son
gratificantes para cada uno de sus miembros o para una mayoría significativa de los
mismos. Y también encontramos el caso contrario: grupos donde el nivel de
gratificación de sus miembros es muy alto, pero el grado de productividad es muy
bajo.
Desde nuestro punto de vista, al trabajar con grupos debemos buscar que se
produzca, primero, esa satisfacción personal de la que venimos hablando.
Entendemos que, si no logramos que los sujetos se sientan a gusto en los grupos,
difícilmente podrá lograrse un buen rendimiento y una implicación personal
suficiente.
En este sentido, las técnicas grupales se nos revelan como uno de los instrumentos
más útiles para lograr grupos eficaces en su acción y que sean, también, gratificantes
y positivos a nivel personal para los miembros del grupo.
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N
o hay técnica que pueda aplicarse siempre y a cualquier tipo de grupo.
Por eso es tan importante saber combinar, recrear, adaptar y reinventar
las técnicas en cada uno de los momentos y circunstancias concretas:
«Cada técnica tiene un potencial definido para la movilización de las fuerzas
individuales y del grupo y para dirigirlas hacia las metas del grupo» (Area, 2010, p.
21). Y este potencial será extraído si se eligen las técnicas adecuadamente. Por ello,
es necesario elegir las técnicas más acordes a cada grupo concreto y sus
características, objetivos y posibilidades.
Entendemos que para saber qué técnica utilizar en cada momento necesitamos
conocer una serie de criterios que nos lleven a una buena toma de decisiones.
Criterios que tenemos que saber ponderar para una buena elección y que hay que
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El primer criterio que debe orientar nuestras decisiones es el de los objetivos que el
grupo se ha planteado cumplir. Para ello es necesario conocer muy bien las
posibilidades, limitaciones y características de cada una de las técnicas y encontrar
aquella que mejor se adapte al objetivo del grupo, que es necesario que esté definido
con claridad.
Por otro lado, las técnicas a utilizar deben adecuarse a los propósitos de cada reunión
en concreto. Es muy probable que un grupo tenga un objetivo bien claro, pero
también en cada una de las reuniones pueda buscar objetivos más inmediatos que
requieren el uso de procedimientos diferentes.
Los grupos tienen características propias que los diferencian entre sí. Dependiendo
del grado de madurez de cada grupo podremos utilizar un tipo de técnicas u otras.
Para ello, debemos tratar de saber cuáles son los antecedentes del grupo en
cuestión:
No obstante, este factor hay que saber aplicarlo con flexibilidad, sabiendo que puede
superarse mediante el uso de técnicas combinadas. De esta forma, conviene tener
presente que resulta más sencillo adaptar a un grupo grande las técnicas de uno
pequeño que el caso contrario.
Ambiente físico
Es muy importante tener en cuenta este factor, ya que puede ocasionar el fracaso del
grupo o ver deterioradas, de forma preocupante, sus posibilidades de rendimiento y
crecimiento. Hay que procurar crear una atmósfera grupal que facilite la acción del
grupo, y para ello, el ambiente físico juega un papel muy importante: la dimensión
del local, la ventilación e iluminación, la colocación del mobiliario para sentarse, etc.
Cada técnica grupal requiere determinadas condiciones de ambiente físico para que
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pueda llegar a ser lo más efectivo posible, por lo que es necesario tener muy en
cuenta el ambiente físico donde van a producirse las reuniones antes de seleccionar
la técnica que queremos utilizar.
Tal y como analizamos en el capítulo anterior, todo grupo está inserto en un contexto
social cercano que le da una referencia cultural y se produce una interacción mutua.
Por una parte, es conveniente que las técnicas a utilizar no rompan demasiado con
las costumbres, hábitos o uso de dicho medio (Mayor, 2016). Sin embargo, una total
acomodación de las técnicas a las rutinas del medio externo puede llevar a que el
grupo no crezca ni cambie ningún aspecto de su entorno social inmediato.
Hemos de evitar, por lo tanto, situaciones incómodas o violentas por parte de alguna
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persona del grupo. No debemos olvidar que nadie debe sentirse obligado a participar
en el grupo y que toda acción debe ir encaminada a animar, motivar y proponer la
participación libre y voluntaria de cada miembro, ya que cualquier intento de forzar
la participación puede ser un motivo de debilitamiento o fractura del grupo.
Por ello, creemos importante sostener que es preferible usar técnicas menos
complicadas y tener la seguridad de que se puede coordinar un buen trabajo hasta
el final, que poner en práctica el trabajo arriesgándonos a provocar procesos que no
podremos controlar o a crear situaciones que acaben por dificultar o impedir un sano
crecimiento del grupo.
A
la hora de encarar la tarea para que un grupo pueda resolver problemas
de la manera más efectiva y gratificante posible, es necesario que se den
una serie de condiciones: ambiente favorable, relaciones interpersonales
facilitadoras de la confianza capacidad para establecer acuerdos, libertad, etc.
En lo que se refiere al ambiente físico podemos afirmar que está configurado por la
iluminación y la ventilación, la disposición de las sillas y el tamaño del local en relación
al número de participantes. La iluminación y la ventilación son factores que
contribuyen de manera favorable (o desfavorable) al buen funcionamiento de las
reuniones. De igual forma, la disposición de las sillas también es importante: no es
igual sentarse sin poder mirar a la cara al otro, que hacerlo de forma circular o
elíptica. Por último, y en relación al tamaño del local, podemos defender que un
espacio demasiado grande genera la sensación de frialdad y puede reducir la
participación; y un espacio demasiado pequeño produce la sensación de estar muy
apretados y no favorece la interacción.
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Comunicación en el grupo
Por otro lado, existen aspectos que también ayudan a mejorar la comunicación
dentro del grupo, como son:
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Liderazgo distribuido
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El liderazgo es una cuestión que está estrechamente ligada a la estructura del grupo
y sus formas de trabajar. Está claro que un liderazgo autoritario (igual que uno
paternalista o permisivo) no ayuda al grupo ni a sus miembros a madurar ni a ser
responsables y efectivos en la toma de decisiones. Por ello, es importante tender a
Formulación de objetivos
Todos asumimos como necesario que los grupos definan claramente su objetivo u
objetivos; de lo contrario, el proceso de trabajo nunca será productivo ni tampoco
gratificante. Si los objetivos no están bien definidos, las reuniones se convierten en
algo tedioso y poco efectivo.
Para ello, una de las condiciones que deben darse para que el grupo ponga en práctica
buenas acciones es que haya una clara definición y formulación de los objetivos a
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lograr: «Un grupo no se constituye para formar un grupo, sino para algo» (Aguilar,
2006, p. 36). Además, en esta formulación de objetivos es muy importante que
participen directamente todas las personas que forman el grupo; así puede
incrementarse el sentido de pertenencia en cada miembro, la conciencia colectiva y
el sentimiento de vivir algo que es común a todos.
La decisión por consenso es «la que resulta de un esfuerzo por llegar a un acuerdo o
postura relativa, en la que se procura recoger opiniones, sugerencias y propuestas
diferentes, incluyendo los intereses y motivaciones no coincidentes» (Canto, 2000, p.
45). No se trata de hacer una opción tajante entre una cosa u otra, entre una solución
determinada u otra, que se resuelve por una votación en la cual una parte triunfa
sobre la otra. El consenso es una solución mixta donde cada uno cede algo y logra
algo. No es tan satisfactoria como lo que cada parte desea, pero contempla de alguna
forma los intereses de todos y puede permitir llegar a un acuerdo sobre lo que
queremos hacer, aunque existan desacuerdos.
Con frecuencia, para trabajar en común tenemos que saber construir y llegar a
consensos, que no es sino una forma de construir democráticamente la realidad de
una sociedad plural. El consenso hace posible la convivencia y el crecimiento del
grupo, evitando conflictos posteriores al momento de la toma de decisiones.
Evaluación continua
La evaluación debe ser una actividad siempre presente a la hora de trabajar con un
grupo. Para que el grupo funcione de manera correcta es necesario tener la suficiente
información (tanto en cantidad como en calidad) que nos diga cómo está el grupo,
en qué medida va avanzando en la línea de los objetivos que se ha propuesto y si
existe un buen nivel de gratificación y crecimiento entre sus miembros. Castillo y
Cabrerizo (2003) nos dicen que: «Evaluar procesos educativos y sociales significa
proporcionar la máxima información a las personas destinatarias de las acciones,
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para mejorar procesos, reajustar objetivos, revisar planes y facilitar la máxima ayuda
y orientación en caso de que sea necesario» (p. 36).
E
n referencia a las técnicas grupales, debemos decir que la bibliografía es
amplísima (Cirigliano y Villaverde, 2003; González, Monroy y Kupferman.
2004; Pérez, 2005; Pizzolante, 2006; Francia y Mata, 2013; etc.) y que no es
nuestra intención hacer una exposición pormenorizada de todas las técnicas, ya que
necesitaríamos un capítulo entero dedicado a esta cuestión. Dicho esto, bien
podemos afirmar que las técnicas grupales se dividen en tres grandes tipos:
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Las de mediación y evaluación grupal, que están diseñadas para evaluar los
procesos que el grupo está viviendo, ya sea en el aspecto de sus logros como en el
de los métodos o el nivel de satisfacción personal de sus miembros.
Estas técnicas son todas aquellas que pueden utilizarse para generar condiciones de
configuración grupal: pueden ayudarnos a introducir al grupo y a sus miembros en la
iniciación de la vida grupal. Aspectos como la desinhibición, el conocimiento mutuo,
el descubrimiento de las potencialidades y fuerzas del grupo, son algunos de los
objetivos básicos de estas técnicas.
Si bien las técnicas de iniciación tienen como fin último la idea de crear grupo, no
solo deben utilizarse al comienzo de la vida grupal, sino que siempre que sea
necesario (al comienzo de cada reunión o encuentro, para crear una atmósfera
adecuada, etc.) podemos utilizar estas técnicas como un recurso al que podemos
recurrir.
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Primeras impresiones
Cinco características
Saludos
Yo soy, yo siento
Autorretrato
Cadena de nombres
La diana
Entrevista y presentación
La tienda mágica
Visitantes
El pueblo manda
Las técnicas de producción grupal pretenden dar forma y organizar al trabajo grupal
del modo más eficaz posible para los miembros del grupo. La forma en que un grupo
Todas estas potencialidades se dan en los grupos, pero para que se hagan realidad es
necesario saber canalizar estas “energías latentes” y organizar la tarea propuesta de
la forma más adecuada al objetivo que se pretende lograr.
Algunas de las técnicas de producción grupal pueden ser:
Grupo de discusión
Diálogo simultáneo
Brainstorming
Adentro y afuera
Estudio de casos
Lectura comentada
Seminario
Role playing
Máscaras
Teatro
Cinefórum
Entrevista pública
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Panel
Asamblea
Jornadas
Técnica DAFO
Juegos y ejercicios como: «te acuerdas cuando…», «lo mejor que pasó», «mensajes positivos»,
etc.
Madrid: Pirámide.
Trilla, J., Romans, M., y Petrus, A. (2000). De profesión: educador social. Barcelona:
Paidós.
Lecciones magistrales
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.eduso.net/res/res/?b=12&c=115&n=325
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Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=xA0pMB2eCz0
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A fondo
Accede al artículo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
http://www.vivatacademia.net/index.php/vivat/article/download/1/2
Webgrafía
Gerza Integración
Página web de la entidad Gerza, donde se exponen una gran cantidad de recursos
para trabajar con grupos.
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Accede a la página web a través del aula virtual o desde la siguiente dirección:
http://www.gerza.com/articulos/articulos_ok.html
Para realizar esta actividad, deberás leer el supuesto que encontrarás a continuación
para después razonar su resolución. Deberás seguir los siguientes pasos:
Objetivos
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3. Cuáles de los siguientes son criterios a tener en cuenta para poner en prácticas
distintas técnicas grupales
A. Objetivos que se persigan, madurez y entrenamiento del grupo.
B. Tamaño del grupo y ambiente físico.
C. Existencia de animador contratado.
D. A y B son ciertas.