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Cultura tolteca

La cultura tolteca es una de las culturas precolombinas de Mesoamérica del Periodo


Posclásico. Se trata de la expresión de un pueblo náhuatl que dominó en el norte del
altiplano mexicano entre los siglos X y XII. Algunos de sus principales centros
fueron Huapalcalco en Tulancingo y la ciudad de Tollan-Xicocotitlan, localizada en lo que
actualmente se conoce como Tula de Allende(estado de Hidalgo, México). Esta ciudad es
célebre por sus singulares estatuas de piedra llamadas atlantes.
Ubicación geográfica de los toltecas[editar]
Los toltecas fueron un pueblo nómada que también había incluido a los antepasados de los
chichimecas. Los toltecas conquistaron la ciudad de Teotihuacan en el año 750 d. C.
aproximadamente y luego asentaron en esta, su población y su cultura. Se establecieron en
la meseta central (en la zona que ahora abarcan los Estados mexicanos de Tlaxcala,
Hidalgo, Ciudad de México, Estado de México, Morelos y Puebla), donde una casta militar
reemplazaría a los religiosos en la administración formándose un gobierno militarista. Su
capital, Tollan-Xicocotitlan, sería conquistada por los Chichimecas en el año 1168 d. C.
Logros artísticos y tecnológicos

La vastedad de la riqueza cultural tolteca ha dejado profundas huellas culturales y un


extenso patrimonio físico. Alfarería, arquitectura, escultura y pintura son algunos de los
campos artísticos de los que hay vestigios.
Tras la caída de la gran ciudad de Tehotihuacán en el 750 d.C., los toltecas se apropiaron de
gran parte de los conocimientos de sus habitantes.
La ciudad de Tula tiene pirámides impresionantes decoradas con vistosas pinturas y frisos
en relieve, y gigantes estatuas mitológicas que sostienen su techo.
Como recordatorio inmortal de su legado están sus estatuas. Los Atalantes, por ejemplo,
son enormes estatuas que representan a cuatro importantes guerreros con toda su armadura.
Otra impactante escultura es la pared de las serpientes que a modo de relieve representa a
varios de estos reptiles con motivos geométricos devorando a esqueletos humanos.
Su alfarería, no menos prodigiosa, era abundante, sin embargo la mayor parte de lo
encontrado en Tula llegó ahí gracias al comercio y al pago de tributos.
Los toltecas se distinguen por su arquitectura de templos enormes (más grandes pero menos
refinados que los de los maya), por ser agricultores de maíz y algodón; pulidores de metal
que utilizaban para el decoro de ornamentos hermosos de oro y plata, una forma o sistema
sofisticado de pictográficos que servía como su escritura y logros astronómicos

Organización social y politica

La sociedad tolteca se dividió en dos clases:


El grupo privilegiado: Integrado por jerarcas, militares, funcionarios, el supremo
gobernante y los sacerdotes, quienes estuvieron al servicio de la casta militar y se
encargaban de atender el culto, los calendarios y la cuenta del tiempo. Los jefes guerreros
subordinaron todas las actividades a sus intereses particulares; conquistaron grandes
extensiones territoriales para formar un gran imperio cuyas fronteras fueron solo superadas
por los aztecas.
La clase servil: Integrada por los trabajadores agrícolas y artesanos: albañiles, alfareros,
carpinteros, hilanderos, lapidarios, pintores y tejedores, entre otros.

Religión de la cultura Tolteca


Los toltecas fueron fieles creyentes de la religión, a tal punto de hacer sacrificios con vidas
a sus dioses. Principalmente se consideraron panteístas, esto significa que rendían
homenaje a las fuerzas naturales como el cielo, agua o tierra. Dentro de su creencia, estos
elementos eran los creadores de todo lo que los rodeaba.
De la mano con la naturaleza, estando influenciados por tantas culturas en comunión,
también se tenía un sistema religioso dualista. En este caso la creencia se basaba en dos
divinidades que representaban tanto el bien como el mal. Estos Dioses eran en los que
creían principalmente y por los que hacían mayores sacrificios humanos.
Dioses
Sus dioses eran muy numerosos, sobre todo por creer en tantos elementos naturales.
lgunos de los más importantes fueron:
Quetzalcóatl: El dios del bien y el más importante de todas sus deidades. Este representaba
a la vida, la salud, la creación, el conocimiento, la fertilidad y muchos aspectos positivos.
También era llamado “serpiente emplumada” debido a sus características.
Tezcatlipoca: Es el antagónico a Quetzalcóatl, por ello es considerado el Dios del mal.
Representa a la noche, la oscuridad, la destrucción y la guerra. Es conocido también como
“negro humeante” y para ellos fue un hechicero de la magia negra.
Itztlacoliuhque: Este era asociado a la temperatura o al clima, sobre todo al frió. Igualmente
tenía una connotación importante al desastre y la tortura.
Tlaloc: Dios del agua y de la lluvia. De los más importantes ya que para ellos era el
encargado de las temporadas lluviosas, substancial para los cultivos. Igualmente es uno de
las más antiguas divinidades de Mesoamérica ya que muchas civilizaciones creyeron en él.
Matlalcueye: El agua dulce y el agua viva eran su mayor facultad. Por lo que era asociada
con el inicio del cauce de los ríos.
Xipe Tótec: Uno de los principales causantes de los sacrificios humanos de esta
civilización. El mismo exigía sangre para asegurar la armonía de los tiempos venideros.
Igualmente era el Dios de los trabajadores
Cultura Azteca

La cultura Azteca (llamados también los Mexicas), Los aztecas fueron una civilización
precolombina mesoamericana, que floreció entre los siglos XIV y XVI, en el territorio
correspondiente del actual país de México. El idioma azteca era el Náhuatl. Los Aztecas se
desarrollaron en la región cultural de Mesoamérica desde los años 1325 hasta el año 1521,
fecha de la conquista de México por parte de los españoles, comandados por el
conquistador Hernán Cortez, quienes derrotaron a los aztecas y destruyeron su civilización.
En la sucesión de pueblos o culturas mesoamericanas que dieron origen a la Civilización
Azteca, destacan los Toltecas por sus logros culturales civilizadores, ellos florecieron entre
el siglo X y XIII seguidos por los chichimecas inmediatamente anteriores y prácticamente
fundadores del Imperio Azteca después de la caída del Imperio Tolteca.
Ubicación del Imperio azteca[editar]
Los aztecas se establecieron en México Tenochtitlan en el centro del Valle de México,
expandiendo su control hacia ciudades-estado ubicadas en los actuales estados
de México, Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, la costa de Chiapas, Estado de Hidalgo, y
parte de Guatemala. El territorio que se conquistó no fue de un monótono clima, sino que
abarcó climas tan variados como el clima polar de alta montaña hasta los climas cálidos.
Hubo una gran variedad de ecosistemas desde bosques de coníferas, mixtos caducifolios
hasta los ecosistemas cálidos como lo son las selvas tropicales, desiertos rocosos, selva
caducifolia, manglares, bosque tropical, entre otros.
Organización política[editar]
La figura política principal era el tlatoani (tlahtoāni, «orador»), una especie de monarquía
hereditaria, de descendencia tolteca, que gobernaba con un consejo de nobles prominentes.
El Huey Tlatoani (huēy tlahtoāni, «gran orador») o Tlacatecutli (tlācatēuctli, «señor de los
hombres») era el máximo gobernante. Se le consideraba representante de los dioses. Otros
altos mandatarios eran:
El Cihuacóatl era una especie de "coemperador". Se encargaba de la administración
tributaria, los asuntos religiosos y las apelaciones judiciales.
El Tlacochcálcatl y el Tlacatécatl eran jefes del ejército.
El Huitzncahuatlailótlac y el Tizociahuácatl eran jueces principales.
Un Tlatoque (tlahtoqueh, «que tiene derecho a hablar/mandar») era gobernador de una
provincia.
Un Tecutli (tēuctli, «señor») era el juez y supervisor del pago de tributos en las provincias.
Organización social[editar]
La sociedad se dividió en veinte clanes llamados calpullis, donde la religión influía de un
modo preponderante, constituidos por grupos de personas vinculadas por parentesco,
divisiones territoriales, la advocación a un dios en particular y continuación de antiguas
familias unidas por un lazo de parentesco biológico y religioso que derivaba del culto al
dios titular. Cada clan contaba con tierras, un templo y un jefe o calpullec. Se dividían en
tres clases; nobles, gente común y esclavos.
Nobles[editar]
Los pīpiltin ([pī]pil-tin, «nobles», es una forma de plural formada por reduplicación a partir
del singular: pil-li, «noble»)3 eran la élite dirigente que controlaba tanto el gobierno, como
la religión. Pagaban tributos y tenían tierras propias que eran trabajadas por los campesinos.
Gente común (Mācēhualtin)[editar]
A este grupo de la gente común (mācēhualtin) pertenecían los artesanos, los comerciantes y
los campesinos o el simple pueblo.
Esclavos (Tlātlācohtin)[editar]
Los tlātlācohtin (forma plural de tlācohtli, «esclavo»)3 eran prisioneros de guerra, personas
que habían cometido un delito o bien personas con grandes deudas a las que no les era
posible pagar a corto plazo y se autoempleaban como sirvientes de aquellos a quienes les
debían.

Religión
La religión azteca mezcla elementos rituales, míticos y cósmicos. La religión azteca se
desarrolló en el entorno de la ciudad de Tenochtitlán, capital del estado azteca, entre los
siglos XIV y XVI. Esta civilización se preocupó por la predestinación, la inestabilidad
humana y el deber cósmico de luchar contra las fuerzas de la muerte.
La religión azteca es la que mejor conocemos de todas las precolombinas, ya que tenemos
fuentes pictóricas, arqueológicas y escritos. Todo y que la conquista española eliminó
muchos elementos de la civilización azteca, algunos diplomáticos y misioneros cristianos
españoles recopilaron, organizaron y reprodujeron documentos indígenas, como fra
Benardino de Sahagún.
El panteón Azteca
El panteón azteca presenta más de sesenta nombres, ya que todos los aspectos de la
existencia fueron sacralizados. Para ellos el poder sagrado se manifestaba en formas
naturales (teotl), como el trueno, el árbol o la montaña, en personas importantes (reyes o
guerreros) o en lugares caóticos y misteriosos. En general, la representación de los dioses
era antropomórfica.
Los dioses se comunicaban con la comunidad manifestando su voluntad a los teomamas o
sacerdotes-chamanes, a través de sueños y visiones. Los teomamas eran una especie de
hombres-dioses que guiaban y organizaban las tribus, sobre todo durante las migraciones.
Lo primero que hacían al llegar a un nuevo lugar era levantar un altar para la divinidad
tutelar de cada tribu.
En el panteón azteca, Ometéotl es el andrógino celestial, el creador primordial del universo,
el origen de todo, y entre sus cualidades figuran las de la omnisciencia, la omnipotencia y la
omnipresencia.
Su poder penetrante está representado en algunas fuentes mediante la unión con algunos de
sus hijos. Los aspectos masculinos (Ometecuhtli y Tonacatecuhtli) y femeninos
(Omecihuatl y Tonacacihuatl) se unieron con una serie de divinidades inferiores asociadas a
cualidades masculinas y femeninas generativas y destructivas. El aspecto masculino se
asoció al fuego y los dioses solares y del trigo, mientras que el femenino se relacionaba con
los dioses de la fertilidad y la Tierra.
Tezcatlipoca es la fuerza suprema creadora y activa. Asociada a la oscuridad, la noche, el
jaguar y la magia.
Xiuhtecuhtli es el antiguo dios del fuego, dotado del poder creador. Habitaba el corazón de
los hombres y estructuraba los rituales diarios.
El dios más antiguo de la fertilidad y de la lluvia fue Tlaloc (foto derecha), que vivía en las
cimas más altas. Era la fuente de las aguas y de la vegetación.
Las diosas de la fertilidad (regeneración agrícola) fueron lasteteionman, las más conocidas
de las cuales eran Tlazoltéotl,Xochiquetzal y Coatlicue, a esta última se la relaciona con los
sacrificios del corazón.
Sacrificios humanos
Respecto a los sacrificios humanos, los hacían para alimentar, renovar o apaciguar el sol o
alguna otra divinidad para asegurar la estabilidad del universo. Estaban inspirados en el
modelo mítico de la creación de un quinto sol, donde fueron sacrificados los mismos
dioses; por ejemplo, la alimentación de Tonatiuh, la personificación de este dios dependía
de la ofrenda de corazones humanos.
Se llegó a hacer sacrificios en masa y las víctimas solían ser enemigos o esclavos que se
habían fugado. Primero les preparaban un baño ritual y los vestían con adornos que
correspondían a los atributos de la divinidad a la que iban a ser ofrecidos. A menudo se
hacía rodar el cadáver (llamado hombre del águila) por la escalinata del templo. Al acabar
el sacrificio, los sacerdotes celebraban una comida con sus familiares, donde cada comensal
comía una pasta de trigo seco mezclada con un trozo de carne de la persona sacrificada. Por
tanto, los aztecas practicaron el canibalismo.
Aportes y logros

Astronomía
Era una de las ciencias de más tradición para los aztecas. gracias a sus observaciones
determinaron con gran precisión las revoluciones del sol, de la luna, de venus, y, tal vez, de
Marte; agruparon las estrellas en constelaciones (que no coinciden con las nuestras);
conocieron la existencia de los cometas; la frecuencia de los eclipses de sol y de luna; y
pudieron crear un complejo calendario.
Sacrificios humanos ( Fuente: J.L. Rojas, "Los aztecas", col. biblioteca iberoamericana,
Anaya, Madrid, 1988, p. 44)Esta observación del cielo les permitió también desarrollar
conocimientos de metereología y así predecir las heladas o establecer las características de
los vientos dominantes.
No obstante, cada fenómeno atmosférico era asociado a un dios: a Tlaloc las lluvias, a
Quetzalcóatl Ehecatl los vientos.
Medicina
La medicina también tuvo un gran grado de desarrollo. Con su conocimiento de la
naturaleza distinguieron propiedades curativas en diversos minerales y plantas. Los
sacrificios humanos religiosos (que incluían la extracción del corazón y el
desmembramiento del cuerpo) favorecieron un buen conocimiento de anatomía.
Sabían curar fracturas, mordeduras de serpientes. Posiblemente hubo "odontólogos"
encargados de realizar deformaciones dentales. Aunque la medicina era practicada por
hombres y mujeres, parece ser que sólo las mujeres podrían encargarse de ayudar en los
partos. La medicina estuvo muy ligada a la magia, pero el hecho de no atribuir la causa
científicamente correcta a cada enfermedad no significó que no se aplicase el remedio
conveniente.
Arte
Orfebrería
Gracias a sus conocimientos de física los orfebres pudieron emplear varias técnicas en su
trabajo (como la de la cera perdida), fundir oro con la plata, etc. Elaboraban todo tipo de
figuras y adornos pulseras, collares, pectorales, pendientes, etc. Frecuentemente el metal se
combinaba con piedras preciosas (turquesa, amatista, jade, cristal de roca) o con conchas.
Arquitectura
se construyeron pirámides escalonadas en Cholula, Xochicalco y Teotihuacán.
Escultura
Los aztecas fueron hábiles escultores. realizaban esculturas de todos los tamaños, diminutas
y colosales, en ellas plasmaban temas religiosos o de la naturaleza. Captaban la esencia de
lo que querían representar y luego realizaban sus obras con todo detalle.
En las esculturas de gran tamaño solían representar dioses y reyes. Las de pequeño tamaño
se reservaban para la representación de animales y objetos comunes. Se usó la piedra y la
madera y, en ocasiones se enriquecían con pintura de colores o incrustaciones de piedras
preciosas.
Pintura
El color es fundamental en la pintura. Se trata de un color plano, sin matices ni sombras y,
posiblemente con connotaciones simbólicas. Aparece ligada a la arquitectura, decorando los
edificios.
Plumería
Los adrornos hechos con plumas tuvieron gran importancia en América Central. Las
plumas más apreciadas eran las del quetzal (verdes) las del tlauquecholli (rojas) y las del
xiuhtototl (azul turquesa). Con ellas hacían tapices y adornaban mantas, máscaras rituales,
escudos o trajes de guerreros.
Actualidad de los aztecas
La civilización azteca, una de las expresiones culturales más grandes y complejas de la
historia del continente americano, no ha desaparecido por completo, a pesar de haber sido
derrotada hace casi cinco siglos por los conquistadores del Viejo Mundo: sus huellas
materiales (edificios, esculturas, pinturas, objetos, vestigios
funerarios, documentos pictográficos, textos alfabéticos coloniales en lengua indígena, etc.)
aún subsisten en el altiplano central de México; llenan las bodegas y las vitrinas de museos,
y los libreros de archivos y bibliotecas; embellecen las casas de los coleccionistas, y, sobre
todo, ocupan a los estudiosos del mundo entero en investigaciones cada vez más extensas y
exhaustivas, alimentando así una literatura (no solamente científica) de amplias
proporciones y de creciente difusión. No sólo eso: los descendientes directos de los aztecas
viven en amplias zonas de México, manteniendo vivo el náhuatl (más de un millón y medio
de personas lo hablan) y conservando con las evidentes y profundas transformaciones
debidas a la imposición del idioma castellano, la fe cristiana y la cultura europea por parte
de los conquistadores concepciones, valores, prácticas e instituciones del pasado
precolonial, que ellos continúan plasmando y enriqueciendo de manera creativa en una
interacción cada vez más intensa con el mundo circundante.
El legado histórico y monumental de los aztecas ya preservado en sus formas originales, ya
revitalizado, ya readaptado o fantásticamente reinventado sigue siendo un
poderoso modelo de inspiración para las dinámicas identitarias de la sociedad mexicana en
general, para la dialéctica política y para la creatividad artística, además de constituir un
atractivo cultural y turístico de gran alcance. Tomando como inspiración la primera gran
exposición monográfica sobre los aztecas que será presentada en Roma (del 18 de marzo al
18 de julio 2004), el congreso pretende ilustrar a través de los testimonios de algunos de los
más renombrados especialistas l nivel de conocimiento sobre el patrimonio arqueológico,
artístico y documental del mundo azteca del siglo XVI, las más recientes reflexiones
históricas y antropológicas sobre la población náhuatl, y su vida desde la caída de
Tenochtitlan hasta la época actual, así como la vitalidad de los estímulos que aún derivan
de tan ilustre modelo.
El consejo Internacional Independiente Emancipación e Identidad de América Latina 1492-
1992, en México de 1991, declaró el 12 de octubre de 1492 como el comienzo de los
mayores genocios y saqueos de la historia humana y que celebrar su V Centenario es un
acto de arrogancia y desprecio frente a los países del tercer mundo.

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