El sistema nervioso central (SNC) se origina en el ectodermo y aparece como una
placa neural en la mitad de la tercera semana (Fig. 18.1). Después que los extremos de la placa se pliegan, los pliegues neurales se acercan entre sí en la línea media para fusionarse en el tubo neural (Figs. 18.2 y 18.3). El extremo craneal se cierra aproximadamente en el día 25 y el extremo caudal, en el día 28. Entonces el sistema nervioso central forma una estructura tubular con una parte cefálica ancha –el cerebro– y una parte caudal larga: la médula espinal. Cuando el tubo neural no cierra, se producen anomalías como espina bífida (Figs. 18.15 y 18.16) o anencefalia (Fig. 18.37) que pueden prevenirse con ácido fólico.
La médula espinal, de donde se origina el extremo caudal del sistema nervioso
central, se caracteriza por la placa basal que contiene las neuronas motoras, la placa alar de las neuronas sensitivas, una placa del suelo y una placa del techo como vías de comunicación entre ambos lados (Fig. 18.8). Los nervios raquídeos se desarrollan a partir de los segmentos de la médula espinal. Tienen sus núcleos motores en la placa basal (dentro de la médula) y sus cuerpos celulares sensitivos en los ganglios raquídeos derivados de las células de la cresta neural (fuera de la médula). SHH coloca en posición ventral el tubo neural en la región de la médula espinal, induciendo las placas basales y del suelo. BMP4 y BMP7, proteínas expresadas en el ectodermo no neural, mantienen y regulan minuciosamente la expresión de PAX3 y de PAX7 en las placas alar y del techo.
El encéfalo se divide en: 1) tronco encefálico que es una prolongación de la
médula espinal y cuya organización de las placas basal y alar se asemeja a ella, 2) centros superiores (cerebelo y hemisferios cerebrales) que destacan a las placas alares. Tras el cierre del tubo neural el encéfalo consta de tres vesículas: rombencéfalo (cerebro posterior), mesencéfalo (cerebro medio) y prosencéfalo (cerebro anterior). Más tarde estas vesículas primarias se subdividen en cinco regiones (Fig. 18.5). El rombencéfalo se divide en 1) mielencéfalo, que forma la médula oblongada (región que tiene una placa basal para las neuronas eferentes somáticas y viscerales y una placa alar para las neuronas aferentes somáticas y viscerales) (Fig. 18.18), y 2) metencéfalo, con sus típicas placas basal (eferente) y alar (aferente) (Fig. 18.19). Esta vesícula cerebral también se caracteriza por la formación del cerebelo (Fig. 18.20), centro que coordina la postura y el movimiento, y del puente, ruta de las fibras nerviosas entre la médula espinal y las cortezas tanto cerebral como cerebelosa (Fig. 18.19).
El mesencéfalo, o cerebro medio, no se subdivide y recuerda la médula espinal
por sus placas eferentes basales y aferentes alares. Estas últimas constituyen los colículos anterior y posterior como estaciones de comunicación para los centros reflejos tanto visuales como auditivos, respectivamente (Fig. 18.23).
El prosencéfalo también se subdivide en diencéfalo en sentido posterior y en
telencéfalo en sentido anterior. El diencéfalo tiene una delgada placa del techo y una gruesa placa alar en que se desarrollan el tálamo e hipotálamo (Figs. 18.24 y 18.25). Participa en la formación de la hipófisis, que también se desarrolla a partir de la bolsa de Rathke (Fig. 18.26). La bolsa produce la adenohipófisis, el lóbulo intermedio y la parte tuberal; el diencéfalo produce el lóbulo posterior, la neurohipófisis que contiene neuroglia y recibe fibras nerviosas del hipotálamo.
El telencéfalo consta de dos prominencias laterales, de los hemisferios cerebrales
y de una porción media: la lámina terminal (Fig. 18.27). Las comisuras se valen de esta estructura como ruta de conexión con los haces de fibras entre el hemisferio derecho e izquierdo (Fig. 18.30). Los hemisferios cerebrales, originalmente dos prominencias pequeñas (Figs. 18.24 y 18.25) se expanden para cubrir la cara lateral del diencéfalo, del mesencéfalo y metencéfalo (Figs. 18.26 y 18.28). Con el tiempo, las regiones nucleares del telencéfalo entran en contacto con las del diencéfalo (Fig. 18.27).
El sistema ventricular, que contiene el líquido cerebroespinal (LCR), se extiende
desde la luz de la médula espinal hasta el cuarto ventrículo del rombencéfalo cruzando el estrecho acueducto del mesencéfalo (acueducto de Silvio) para llegar al tercer ventrículo en el diencéfalo. A través de los agujeros de Monro el sistema ventricular se extiende desde el tercer ventrículo hasta los ventrículos laterales de los hemisferios cerebrales. El líquido cerebroespinal se produce en los plexos coroides de los ventrículos tercero, cuarto y laterales. Causa hidrocefalia el bloqueo del líquido en el sistema ventricular o en el espacio subaracnoideo.
El cerebro se estructura a lo largo de los ejes anteroposterior(craneocaudal) y
dorsoventral (mediolateral). Los genes HOX organizan el eje anteroposterior en el rombencéfalo y especifican la identidad de los rombómeros. Otros factores de transcripción que contienen una homosecuencia organizan el eje anteroposterior en las regiones del prosencéfalo y del mesencéfalo como LIM1 y OTX2. Los otros dos centros de organización, o sea la cresta neural anterior y el istmo rombencefálico, secretan FGF8 que sirve de señal de inducción a esas áreas. En respuesta a este factor de crecimiento el extremo craneal del prosencéfalo expresa FOXG1, que regula el desarrollo del teléncéfalo, y el istmo expresa los genes ENGRAILED que controlan la diferenciación del cerebelo y del techo del mesencéfalo. Como en todo el sistema nervioso central, SHH, –secretado por la placa precordal y la notocorda, coloca en posición ventral las áreas del prosencéfalo y del mesencéfalo. Las proteínas BMP4 y BMP7, secretadas en el ectodermo no neural, inducen y mantienen la expresión de los genes dorsalizantes.
Hay 12 nervios craneales, la mayoría de los cuales se origina en el rombencéfalo.
Las neuronas motoras de cada par se localizan dentro del encéfalo, mientras que las neuronas sensitivas se originan afuera en las placodas ectodérmicas y las células de las cresta neural (Tablas 18.2 y 18.3). En este aspecto la organización de los cuerpos de las células motoras y sensitivas en estos nervios se parece a la de los nervios raquídeos.
El sistema nervioso autónomo (SNA) está constituido por componentes simpáticos
y parasimpáticos. Es un sistema de dos neuronas, con fibras preganglionares y posganglionares. Las neuronas preganglionares del sistema simpático se localizan en las astas intermedias (laterales) de la médula espinal, desde T1 a L2; las neuronas posganglionares se encuentran en los troncos simpáticos y en los ganglios paravertebrales (preaórticos) a lo largo de la aorta. Las neuronas preganglionares parasimpáticas tienen sus núcleos en el tronco encefálico (asociadas a los nervios craneales III, VII, IX y X) y en la región sacra de la médula espinal (S2-S4). Los núcleos posganglionares se ubican en los ganglios que normalmente están cerca de los órganos inervados por ellos. Las células de la cresta neural forman todos los ganglios del sistema nervioso autónomo.
La glándula suprarrenal se origina en dos fuentes. 1) La primera es el mesodermo
de donde la pared corporal posterior prolifera para formar la corteza fetal, sustituida después por una segunda proliferación de esas células que producen la corteza definitiva. Esta parte de la glándula produce esteroides e interviene en el mantenimiento del embarazo al secretar DHEA que la placenta convierte en estrógeno. 2) La segunda fuente son las células de la cresta neural que migran de los pliegues neurales para constituir la médula de la glándula. Se diferencia en células cromafines y representan neuronas simpáticas posganglionares modificadas. Al ser estimuladas por neuronas preganglionares, secreta adrenalina y noradrenalina directamente hacia la corriente sanguínea.