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“Yo, por mi parte, estoy dispuesto a perdonar a todo el que ustedes perdonen,
suponiendo que haya algo que perdonar. Lo hago pensando en ustedes, y poniendo a
Cristo como testigo Así Satanás no se aprovechará de nosotros. ¡Ya conocemos sus malas
intenciones!” 2 Corintios 2:10-11
o Cuando el corazón está dominado por el Espíritu Santo no hay lugar para la
venganza.
Pablo si hubiera sido un hombre carnal hubiera actuado con venganza
sobre el ofensor.
Pero Pablo tenía un corazón dominado por el amor de Dios y no guardaba
rencor
o El perdón es una cuestión de disponer mi corazón más que esperar que pueda
sentirlo.
Si espero sentir perdonar quizás me llegue la muerte.
El más perjudicado en mi demora al brindar el perdón soy yo mismo.
o El mínimo resentimiento le abre una gran puerta a Satanás.
Debo recordar que la manera del enemigo es sembrando resentimiento
en mi corazón.
Cada vez que llego a detectar que en mi vida se está construyendo una
fortaleza de falta de perdón debo disponer mi corazón para poder destruir
la obra de Satanás.
No sirve de nada hacer guerra espiritual si no estoy dispuesto a perdonar.