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Índice

Introducción......................................................................................................... 2
Efectos principales de las obligaciones................................................................ 3
Efectos normales (cumplimiento de la prestación) ......................................... 4
Cumplimiento voluntario ............................................................................. 5
Cumplimiento forzado ................................................................................. 6
Medios de compulsión................................................................................. 7
Efectos anormales (indemnización por daños) ............................................... 8
Contratos ............................................................................................................. 9
Distinción entre obligaciones y contratos ......................................................... 11
Desarrollo de las obligaciones y los contratos antes da la reforma .................. 11
Conclusiones ...................................................................................................... 14
Bibliografía consultada ...................................................................................... 15

1
Introducción

En el presente trabajo se expondrán dos temas relevantes en


derecho civil y comercial que regulan las relaciones entre las
personas. Estos son: Los efectos principales de las obligaciones,
los efectos de los contratos y la distinción entre ambos institutos.
Para desarrollar estos temas se tendrá en cuenta la reforma de
nuestro código civil junto con el tratamiento en la doctrina jurídica.
Se pondrá atención a las diferencias que puedan surgir tanto en el
código como los puntos de vista de tres autores: Alejandro Borda,
José Joaquín Llambías y Roque Fortunato Garrido.

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Efectos principales de las obligaciones

Para comenzar estimamos oportuno definir obligaciones, la cual


es aquella relación jurídica que genera el derecho de una persona
denominada acreedor, a exigir de otra llamada deudor, una
conducta llamada prestación, a través de la cual persigue
satisfacer un interés legítimo1.

Las obligaciones tienen como efecto principal o normal otorgarle


derecho al acreedor para emplear los medios legales con el
propósito de que el deudor le procure aquello a que está obligado
(art. 730, inc. a) o para hacérselo procurar por un tercero a costa
del deudor (art. 730, inc. b). En caso de esto no sea posible, el
acreedor podrá exigir el pago de las indemnizaciones que
correspondan (art 730, inc. c). Esto ya sería un efecto subsidiario,
pues se trata de un remedio reconocido por la ley al acreedor
teniendo en vista que éste no ha podido lograr el cumplimiento de
la obligación por parte del deudor.

Los medios legales a los que se refiere el art. 730 son la


demanda judicial, y los consiguientes recursos destinados a
presionar al deudor para que cumpla: embargos, inhibiciones,
intervención judicial, astreintes o condenaciones conminatorias,
multas.

Los efectos respecto del deudor según dispone el art. 731


especifica que el que ha dado cumplimiento exacto a su
obligación tiene los siguientes derechos: el de obtener la
liberación correspondiente, y rechazar las acciones del acreedor
si la obligación se hallase extinguida o modificada por una causa
legal.

1
Lorenzetti, Ricardo Luis: “Código civil y comercial de la Nación”, Comentado; Tomo V,
arts. 724 a 1020; pág. 10.

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Efectos normales (cumplimiento de la prestación)

El efecto normal de la obligación es el cumplimiento especifico de


la prestación debida2: se paga exactamente lo que se debe y no
otra cosa en su reemplazo. Este incumplimiento debe ser
voluntario, forzado o hecho por un tercero

 Cumplimiento voluntario: es la forma en que normalmente se


cumple con una obligación. Los casos que llegan a pleito son
una ínfima minoría.
 Cumplimiento forzado: si el deudor no cumple voluntariamente,
la ley pone a disposición del acreedor los medios legales para
obligarlo a cumplir.

Esa compulsión tiene como objetivo primeramente de lograr el


cumplimiento de lo debido y únicamente cuando ello no fuera
posible se procederá a sustituir el pago por la indemnización de
daños.

 Ejecución por otro: finalmente el acreedor tiene derecho de


hacerse procurar por otro la prestación que el deudor se ha
negado a pagar. Aclarando que no tiene derecho a obligar al
tercero a que cumpla por deudas ajenas, ya que esto iría
contra el principio de la relatividad de los actos jurídicos; pero si
el tercero lo consiente puede pagar por el deudor, siendo este
responsable respecto del tercero que pago por él. Teniendo
siempre presente que si la obligación consiste en entregar una
cosa determinada que se encuentra en poder del deudor o si el
contrato es celebrado intuitu personae, es importante tener en
cuenta que solo el deudor es capaz de cumplirla, pues este tipo

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Prestación debida: es una conducta debida por el deudor, que puede consistir en
entregar una cosa o transmitir o poner a disposición bienes que no son cosas, la
prestación de un servicio o la realización de un hecho y la abstención del deudor de
una conducta permitida o tolerar una actividad ajena.

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de obligaciones tiene en cuenta las condiciones personales que
solo el deudor posee, un ejemplo de ello es la elaboración de
una obra de arte por parte de un artista célebre.

Cumplimiento voluntario

A este respecto el principio general es que el deudor debe cumplir


sus obligaciones de buena fe. Así la ley 17711 incorporó este
principio en el código de Vélez. Ahora el código civil y comercial lo
ha consagrado como principio en su art. 9.

Como lo dispone el art. 729, este principio requiere que el deudor y


acreedor procedan con cuidado y previsión, según la buena fe,
como así lo haría una persona honorable. Esta pauta la aplican los
jueces según las circunstancias de cada caso.

Por consiguiente, los contratos deben interpretarse de acuerdo al


principio de la buena fe. El deudor no solo está obligado a lo
expresado en el contrato sino también a sus consecuencias. La
obligación debe cumplirse de buena fe sin defraudar a la otra
parte según el art.746, así por ejemplo si se ha vendido un caballo
para entregarlo dentro de un plazo dado, el vendedor deberá
alimentarlo y cuidarlo (obligaciones positivas), y abstenerse de
usarlo con exceso para no hacer peligrar su salud (obligaciones
negativas), etc.

Si el día y la hora de cumplimiento de la prestación se han dejado


al arbitrio del deudor, éste no podrá cumplirla a cualquier hora que
signifique molestias gravosas para el acreedor.

Estos deberes de conducta también recaen sobre el acreedor que


está obligado a abstenerse de exigencias contrarias a la equidad
y debe guardar respeto del deudor una razonable consideración
humana. Así, a modo de ejemplo si el que encarga una obra tiene
el derecho de fiscalizar el desarrollo de los trabajos, pero

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abstenerse de exigencias excesivas, dificulten los trabajos o los
hagan innecesariamente más onerosos. Tampoco una falla
despreciable en la prestación le permite reclamar iguales
sanciones que el incumplimiento total.

Igual fundamento tiene la teoría de la imprevisión en virtud de la


cual el acreedor debe moderar sus exigencias cuando la
prestación a devenido excesivamente onerosa en razón de una
alteración imprevisible de las circunstancias.

Cumplimiento forzado

Cuando el deudor o sus auxiliares no cumplen espontáneamente,


la ley pone a disposición del acreedor los medios legales para
obligarlo a cumplir. Esta compulsión está encaminada a lograr el
pago específico de lo debido; solo cuando fuera posible o cuando
lo prefiriese el acreedor (art. 1740), se encaminará a sustituir el
pago por la indemnización de daños.

No será posible obtener el cumplimiento forzado in natura cuando


se ha hecho imposible la entrega de la cosa debida ya sea por su
destrucción o porque ha salido del patrimonio del deudor; en la
obligación de hacer cuando para obtener la ejecución forzada sea
necesario ejercitar violencia sobre la persona del deudor y no sea
posible recurrir a un tercero para que lleve a cabo la prestación
pactada. Esto se refiere a las obligaciones de hacer y no a las de
dar, de tal modo que el acreedor tiene derecho a usar la fuerza
pública para obligar al deudor a que le entregue la cosa que debe
y resiste entregar. También la imposibilidad de ejercer violencia
en las obligaciones de hacer se refiere únicamente a aquellas
obligaciones de esta índole para cuyo cumplimiento fuera
necesario ejercer violencia sobre el obligado y no fuera posible
recurrir a un tercero para que cumpla a costa del deudor (art. 777,

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inc. b). Pero cuando ella no fuera indispensable el deudor puede
ser obligado a cumplir; es así como se ha decidido que, si el
vendedor de un inmueble se negara a escriturar, como lo ha
prometido, la escritura puede ser otorgada por el juez (art, 1018).
De igual modo ocurre con las obligaciones de no hacer, ya sea
mandando a destruir lo que se hubiere hecho (art. 778), ya sea
mediante embargos, inhibiciones, medidas de no innovar, etc.,
que impidan al deudor realizar un acto de enajenación de sus
bienes.

Medios de compulsión

En las obligaciones nacidas de los contratos, el acreedor cuenta


con ciertos recursos de origen destinados a obrar sobre la
voluntad del deudor para cumplir. Tales son las multas y la
cláusula penal. Ninguno de estos recursos tiene vigor suficiente
para forzar al deudor, pero importan para él un riesgo o un peligro
que solo puede evitar cumpliendo. Pero en el derecho moderno se
ha ideado una sanción de carácter también económico que se ha
mostrado muy eficaz para el cumplimiento, son las astreintes o
sanciones conminatorias. Estas son una medida de coerción
patrimonial que persigue doble propósito: asegurar el pleno
acatamiento de las decisiones judiciales y lograr a pesar de la
voluntad de renuente del deudor, el cumplimiento. Se fijan
siempre en dinero (art. 804).

Las multas son un eficaz medio de compulsión. Muchas


disposiciones sancionan con multa a quienes no cumplen con lo
dispuesto en ellas. A manera de ejemplo, puede citarse el código
procesal de la nación que impone multa a los litigantes que no
devuelvan los expedientes llevados en préstamo. También las
partes pueden fijar multas convencionales para el caso de

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incumplimiento por el deudor. Esto es lo que se denomina
clausula penal.

Efectos anormales (indemnización por daños)

En lo referente a obligaciones contractuales, la indemnización por


daños tiene carácter subsidiario. El deber del deudor es cumplir la
obligación in natura. Pero en ocasiones no puede cumplirla por un
hecho que le es imputable; un ejemplo de ello es cuando ha
vendido la cosa prometida o esta se ha perdido por su culpa o
negligencia. Otras veces se niega a cumplir con la obligación de
hacer (ej. Hacer el trabajo prometido). En estos casos el acreedor
tiene derecho a reclamar la indemnización por daños, la cual solo
puede reclamarse en defecto de la prestación especie, pues es
subsidiaria.

Esto incluye el incumplimiento de los auxiliares del deudor (art.


732); esto es de las personas de las que el deudor se vale para
ejecutar la obligación. Las consecuencias de que estos no la
cumplan debidamente o no la realicen le son atribuibles al deudor.
Por consiguiente, se establece un principio de equiparación.

Pero si se trata de una obligación de hacer, imposibilidad de


forzar su cumplimiento, característica propia de tal tipo de
obligación, trae como consecuencia el derecho a reclamar la
indemnización de los daños sufridos (art. 777, inc.).

Lo antedicho es de aplicación únicamente a las obligaciones


nacidas de la voluntad de las partes; pero tratándose de las que
surgen de un ilícito, la única prestación exigible es la
indemnización por daños.

Por lo tanto, para que surja el derecho de reclamar los daños


sufridos en las obligaciones convencionales es preciso, que el
deudor no haya cumplido con la prestación in natura, por un

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motivo que le sea imputable (dolo o culpa), o en los casos
calificados de responsabilidad objetiva, cuando se hubiere
comprometido a obtener un resultado determinado y no lo
alcanzara (art. 1723); por el contrario, cuando la imposibilidad de
cumplir es inimputable (como ocurre cuando deriva de caso
fortuito o fuerza mayor), no hay responsabilidad.

Contratos

Para comenzar con esta sección se procederá a exponer la


definición de contrato para introducir el tema:

Contrato es el acto jurídico mediante el cual dos o más partes


manifiestan su consentimiento para crear, regular, modificar o
extinguir relaciones jurídicas patrimoniales (art. 957).

Según el art. 1021, la regla general establece que el contrato solo


tiene efecto sobre las partes contratantes, no así respecto de
terceros, a excepción de casos previstos en la ley.

Esta regla según la cual los efectos de los contratos no obligan


sino a las partes y sus sucesores universales se basa en que no
es aceptable que la declaración de voluntad de una persona
genere obligaciones a cargo de terceros ajenos al acto. Nadie
puede contratar con un tercero sin estar autorizado por el, o sin
tener por ley su presentación (art. 1025), a menos que el tercero
lo ratifique expresa o tácitamente, en cuyo caso quedara ligado al
contrato (art. 1025).

Cuando se dice que los efectos de los contratos pasan a los


sucesores universales es porque estos asumen todos los
derechos y obligaciones de sus causantes (art. 1024). Se
exceptúan las obligaciones inherentes a la persona, que son

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intransmisibles, sea porque así lo impone la naturaleza (obligación
asumida por un artista celebre, ya que esta obligación no podría
pasar a sus sucesores) o a la ley (caso de alimentos que se
extinguen con el beneficiario), o el propio contrato (renta vitalicia).

Este principio de relatividad tiene en la práctica numerosas


excepciones. Las repercusiones que los contratos pueden tener
son muy variadas y por tanto presentaremos algunas:

 En ocasiones el objetivo principal del contrato es producir


efectos respecto de terceros: es el caso de la estipulación a
favor de tercero, a que alude el art. 1027.el típico ejemplo
es el seguro de vida, en el que se designa un beneficiario
que es quien ha de recibir la indemnización por
fallecimiento.
 En otras ocasiones los efectos son indirectos. Así cuando
se vende una propiedad alquilada, y no se ha pactado en el
contrato de locación su extinción por tal motivo, art. 1189,
el inquilino está obligado en adelante a pagar el importe de
la locación del nuevo propietario y no a aquel con el cual
concluyo el contrato. A su vez el nuevo propietario también
está obligado a respetar aquel contrato de locación, como
si el mismo lo hubiese celebrado.
 Finalmente, hay casos en que los contratos tienen
repercusión respecto de terceros primordialmente
económica (aunque también jurídica). Tal como ocurre con
los acreedores quirografarios, que se ven afectados
(beneficiados o perjudicados) por todos los actos de su
deudor que importen un ingreso o egreso de bienes, ya que
en el primer caso aumenta la garantía de su crédito y por,
consiguiente, las probabilidades de hacerlo efectivo, y en el
segundo disminuye.

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Distinción entre obligaciones y contratos

Lo más común es identificar a los contratos con las obligaciones,


pero debe tenerse en cuenta que el concepto de obligaciones
abarca mucho más ya que los contratos son una especie dentro
de las obligaciones y constituyen la principal fuente de derechos
personales. Las obligaciones implican un vínculo jurídico entre
deudor y acreedor que obliga al primero a que cumpla con el
segundo una prestación de hacer o no hacer de modo voluntario;
y de no hacerlo puede coaccionarlo a través de un proceso
judicial.

Mayormente las obligaciones pueden nacer de los contratos que


crean obligaciones entre ambos contratantes por acuerdo
voluntario. Sin embargo, las obligaciones pueden surgir por
situaciones ajenas a la voluntad de las partes, tal es el caso de un
delito (dolo) o cuasidelito (culpa). En otra ocasión puede nacer de
la voluntad unilateral de una de las partes como ocurre con la
tutela o de las relaciones de familia cuando la ley impone la carga
alimentaria a ciertos parientes.

Desarrollo de las obligaciones y los contratos antes

da la reforma

Para poder observar si existe diferencia en el tratamiento de las


obligaciones y los contratos antes de la reforma de nuestro código
civil y comercial se observará el manual de derecho civil de Jorge
Joaquín Llambías (2002) y el manual de contratos civiles y
comerciales de Roque Fortunato Garrido (1998).

En lo que se refiere a los efectos principales de las obligaciones


casi no hubo modificaciones excepto que Llambías cuando se
refiere al campo de aplicación del cumplimiento por otro asevera

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que el acreedor no puede por propia voluntad sustituir al deudor
por un tercero en la realización de la prestación debida sino es a
requerimiento de autorización judicial. Para ello remite al art. 630
de código velezano, el cual no hace mención específica de la
orden judicial. Tampoco la hace el art. 776 que es el número
actual del artículo 630. Con lo cual la diferencia se puede
observar más que nada en la doctrina porque como se expuso
anteriormente, Alejandro Borda (2017) habla sobre la posibilidad
de cobrar a un tercero, pero afirma que se necesita el
consentimiento de este y no menciona la necesidad de
autorización judicial para sustituir al deudor por un tercero, sino
que con el consentimiento de este resulta suficiente, salvo que
sea una obligación intuito personae.

En lo que se refiere a los efectos de los contratos expone que la


definición de contrato encuentra sustento en el art. 1137 del
código velezano, que dice: “Hay contrato cuando varias personas
se ponen de acuerdo sobre una declaración de voluntad común,
destinada a reglar sus derechos”, y en la consecuencias más
importantes de tal acuerdo se derivan, conforme al art. 1197, que
dispone: “Las convenciones hechas en los contratos forman para
las partes una regla a la cual deben someterse como a la ley
misma”. Aquí ya se puede ver un cambio en la redacción del
artículo, pues en nuestro actual código en los arts.958 y 959 habla
del efecto vinculante y refiere que las partes son libres de
contratar dentro de los límites de las leyes, el orden público, la
moral y las buenas costumbres. Pero lo más importante es que el
contrato celebrado válidamente es obligatorio para las partes y su
contenido solo puede modificarse o extinguirse por las partes o en
los supuestos que la ley contempla. Aquí puede observarse,
aunque muy sutil, una diferencia con el código velezano, ya que
este tenía una implicancia de obligatoriedad absoluta en cuanto al

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cumplimiento de lo pactado, cosa que no ocurre actualmente pues
da lugar a contemplaciones externas que puedan modificar esa
“obligatoriedad” teniendo en cuenta las circunstancias del caso.

Siguiendo con lo expuesto en el párrafo anterior pero desde otro


enfoque se observa que, Garrido entiende, comprende y observa
que la doctrina general de los contratos resulta similar tanto para
los contratos civiles como para los comerciales pero siempre
teniendo presente que la base se ubica en el código civil con
ciertas particularidades. Recordemos que a los contratos
comerciales se les aplicaba el código de comercio. Siguiendo, el
código civil derogado desarrollaba con gran extensión la materia
contractual donde presentaba la definición de la especie, su
clasificación (arts. 1138 a 1143), el consentimiento, la capacidad,
el objeto, la forma, la prueba y los especiales efectos de los
mismos.

Es importante destacar que el derogado código de Comercio en


su apartado I disponía: “En los casos que no estén regidos
especialmente por este código se aplicaran las disposiciones del
código civil”. Para Garrido esto tiene una importante
trascendencia práctica que muestra una preponderancia de la
normatividad civil genérica sobre la comercial. Por otro lado el
Código de Comercio, aunque con menor significado había incluido
disposiciones de carácter general referidas a los contratos (arts.
207 a 220).

Art. 207: “El código civil, en cuanto no este modificado por este
código, es aplicable a las materias y negocios comerciales”.

Conforme a lo analizado en el paralelo que existía entre los


contratos civiles y comerciales, admitiendo supremacía doctrinaria
de las normas genéricas y de la teoría del contrato inserta en el

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código civil, la doctrina era proclive a aceptar la unificación de
ambos códigos. Unificación que sancionada fue vetada por el
Poder Ejecutivo en razón de haberse modificado sustancialmente
las connotaciones socioeconómicas (1991).

Por lo expuesto, se observa que era necesario unificar los códigos


a los fines prácticos y dada la relevancia del código civil como
norma base y la similitud de ambos tipos de contratos.

Actualmente, con la reforma y unificación de ambos códigos esta


dificultad práctica fue superada y el nuevo Código Civil y
Comercial regula ambos tipos de contratos y sus efectos en el
título II a partir del art. 957 y siguientes.

Conclusiones

De lo expuesto anteriormente se concluye que en lo referente a


las obligaciones antes y después de la reforma, se mantuvo
similar tratamiento, salvo una pequeña diferencia doctrinaria
referente al reclamo de la deuda por parte del acreedor. Esto no
ocurrió con los contratos pues además de minimizar la rigidez que
exponía el código velezano en cuanto a la obligatoriedad de las
partes sin atender a los factores externos, se agregaba la
dificultad practica de tener dos códigos: civil y de comercio que
regulaban los contratos. Debiéndose aplicar normas del Código
Civil cuando el Código de Comercio no tenía regulado ciertos
aspectos de los contratos comerciales que como se advirtió,
presentaban similitudes con los civiles. Finalmente, con la reforma
de nuestro código se vio solucionada esta dificultad en la
aplicación.

14
Bibliografía consultada

Borda, Alejandro. (2017).Derecho civil y comercial, Obligaciones;


Buenos Aires, Argentina: abeledo Perrot.

Garrido, Roque Fortunato. (Ed. 2). (1998). Contratos civiles y


comerciales

Llambias, José Joaquín. (2002). Manual de derecho civil,


Obligaciones; Buenos Aires, Argentina

Lorenzetti, Ricardo Luis. (Ed. 1). (2014). (Tomo V). Código civil y
comercial de la Nación, Comentado. Arts. 724 a 1020; pág. 10.

Obligaciones y contratos. (25-4-2019). La guía. Recuperado de


https://derecho.laguia2000.com/parte-general/obligaciones-y-
contratos

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