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El Libro de entretenimiento de la pícara Justina, cuya primera impresión


apareció en Medina del Campo en 1605, ha sido considerado como «uno de
los libros más difíciles del Siglo de Oro y una creación fuera de serie en el
sector llamado de la µnovela picaresca¶». En la portada de la primera edición
figura el licenciado Francisco de Úbeda, natural de Toledo, como autor de la
novela. Sin embargo,
 
en la º  
   lo
atribuía a fray Andrés Pérez, dominico leonés. La atribución de Nicolás
Antonio tuvo éxito y fue la aceptada hasta mediados del siglo XX, en el que
Marcelino Menéndez Pelayo y Julio Puyol la defienden basándose en el
conocimiento que demuestra el autor de las tierras leonesas, así como de unos
versos del           que parecen sugerir la figura de un
clérigo:
                 
         Sin embargo, Marcel Bataillon demostró
que el autor era Francisco López de Úbeda, médico toledano, residente en
Madrid, y que ejercía de chocarrero (bufón) en el séquito de don Rodrigo
Calderón, marqués de Siete Iglesias, favorito del duque de Lerma. Se basa en
que la tradición domínica a la que se refería Nicolás Antonio no tiene ninguna
prueba documental; en que los versos de Cervantes pueden hacer también
alusión al traje talar de los médicos, y, finalmente, en que la descripción que
se hace de los monumentos de León no implica un origen leonés del autor, ya
que además la visión que se da de ellos es burlesca.

En el ³Prólogo al lector´, López de Úbeda afirma que ³me he determinado a


sacar a luz este juguete, que hice siendo estudi ante en Alcalá, a ratos perdidos,
aunque algo aumentado después que salió a luz el libro del Pícaro, tan
recibido. Este hice por me entretener y especualr los enredos del mundo en
que vía andar´. Basándose en estas palabras, Julio Puyol pensó que la obra
había sido escrita entre 1580 y 1590, aunque fue posteriormente retocada tras
la publicación en 1599 de la primera parte del !  "# de !  
 . Miguel Herrero fechó la obra en 1582. Marcel Bataillon la data entre
1601 y 1605, para lo que se basa en: la descripción burlesca de los
monumentos leoneses debió hacerse tras la visita de Felipe III a esta ciudad en
1602; la obra debió ser escrita tras la aparición de la primera parte del  !
 "#; la publicación de la obra fue muy precipitada, lo que inclina a
pensar que debió ser compuesta poco antes de su publicación en 1605.

La obra está dividida en cuatro libros, intitulados: ³La Pícara montañesa´, ³La
Pícara romera´, ³La Pícara pleitista´, y ³La Pícara novia´. El primero de los
libros relata el nacimiento, origen, educación y crianza de la protagonista.
Justina cuenta su nacimiento desde el primer momento, y así refiere al lector
la sensación de frío que siente al salir del vientre de su madre. El autor
describe los antepasados del padre de la protagonista: su abuelo era un
vendedor de barquillos y jugador, asesinado en Barcelona; un bisabuelo que
ejercía el oficio de tiritero murió loco, quizás por una enfermedad sexual; el
padre de su bisabuelo era una gitano, ladrón de bolsas que murió chamuscado
por el sol (¿quemado por la Inquisición?); de los otros ³abuelos de parte de
padre, no sé otra cosa más de que eran un poco más allá del monte Tabor, y
uno se llamó Taborda´. De los antepasados de su madre sólo sabemos que
eran judíos que no quisieron salir de España ³por amor que tomaron a la tierra
y las muestras que dieron de christianos, y con qué gracia respondían al cura a
cuanto les preguntaba´. Sus padres son mesoneros con un final tan degradante
como el de algunos de sus antepasados: el padre, Diego Díez, es asesinado por
un hidalgo, que soborna a la familia para que no lo denuncien. El episodio
adquiere un carácter grotesco cuando el perro devora parte de su cadáver
pensando que: ³éste está muy muerto y mis amas muy vivas; yo muerto de
hambre y ellas de boda. Así que, ¿sin mí hacen la boda?, pues yo haré la mía
sin ellos.» Y, pardiez, dióle de tajo y destajóle el cuerpo y cara´. La muerte de
su madre también se produce de una manera grotesca, pues siendo conversa
muere atragantada por una longaniza y es enterrada boca abajo.

El segundo libro, el de la Pícara romera, se abre con una declaración en la que


la protagonista afirma que su gran afición es divertirse, bailar e ir de romería
en romería. El primer episodio episodio refiere el galanteo a que es sometida
por un tocinero morisco, Juan Pancorvo, a quien en un estilo propio de los
bufones describe con rasgos animalizantes: «Unos ojos tristes y medi o
vueltos, que parecían de besugo cocido; una cara labrada de manchas, como
labor de caldera; un pescuezo de toro; un cuello de escarola esparragada». Se
narra después la presencia de Justina en una romería donde es raptada por
unos estudiantes disfrazados de religiosos. El jefe de la banda, obispo de la
Picaranzona, y uno de sus acompañantes intentan violarla, pero ella los
emborracha y los lleva a su pueblo. Después se marcha a León, «entre las
ciudades, reina», pero que es descrita como fea y de clima riguroso. El
monumento leonés del que más se burla es el convento de San Marcos, del
que dice: !      !        $    
!    !       $     % 
            !     En esta
ciudad se burla y engaña a varios personajes: un estudiante, un ermitaño
ladrón, una mesonera y un bachiller. El libro termina con el encuentro de
Justina con un grupo de asturianos, episodio que le sirve a López de Úbeda
para burlarse de la pretensión de nobleza de los españoles de su época.

En el tercer libro, el de la Pícara pleitista, los hermanos y hermanas se


convierten por envidia en enemigos de la pícara, a la que demandan a la
justicia para quedarse con su hacienda; Justina, gracias a su ingenio, consigue
salir bien parada de la situación. A continuación, se marcha a Rioseco,
nombre que encubre el de Madrid, para pedir justicia al Almirante. Allí se
hospeda con una vieja morisca que quiere hacerla heredera de sus artes de
bruja. El episodio le sirve a López de Úbeda para tratar el tema de la brujería
y arremeter contra los moriscos, a los que acusa de hipocresía en su
conversión al cristianismo. Cuando la vieja muere, Justina se hace pasar por
nieta suya para poder así quedarse con la herencia, para lo que da una excusa
irónica: %  !      !  %     &
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 '  ! %  !         ( )  !
       ! !  El libro termina con el anuncio de
la boda de Justina.

El cuarto libro, el de la Pícara novia, presenta la galería de novios que


pretendieron a Justina para casarse con ella. El primero de ellos es Maximino
de Umenos que afirma ser Guzmán, Mendoza y vizcaíno, tres símbolos de
nobleza. El segundo de ellos es un hidalgo pobre, que llama lavandera a su
madre, de apellido Machuca (que en lenguaje de germanías significaba:
estudiante tragón y hambriento), disciplinante, al que Justina somete a una
burla cruel y que huye perseguido por unos niños. Justina acaba casándose
con Lozano, pariente de algo y hijo de algo,         %
            Se trataba de un hidalgo pobre,
de origen vizcaíno, con el que la Pícara se casa para ascender socialmente,
aunque de nada le sirve pues nadie la respeta por su villanía. El episodio se
completa con la declaración del odio natural existente entre los hidal gos y los
villanos, a los que se simboliza como dragón y águila respectivamente. El
matrimonio fracasa y Justina promete contarnos el resto de sus andanzas en
tres libros más, aunque adelanta algunos episodios: se casa con un viejo
llamado Santolaja, del que enviuda y vuelve a casarse con Guzmán de
Alfarache, con que continúa casada en el momento de escribir sus memorias.

º

  

1. Bataillon, Marcel, Pícaros y picaresca. La pícara Justina (Madrid:


Taurus, 1982).
2. La pícara Justina, 2 vols., ed. de Antonio Rey Hazas (Madrid: Editora
Nacional, 1977).
3. Oltra Tomás, José Miguel, La parodia como referente en La pícara
Justina (León: CSIC, 1985).
4. Rico, Francisco, La novela picaresca y el punto de vista (Barcelona:
Seix Barral, 1976).

VICTORIANO RONCERO LÓPEZ.

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©Micronet S.A. 1998


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