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En el capitalismo, los individuos y las empresas usualmente representadas por los mismos,
llevan a cabo la producción de bienes y servicios de forma privada e interdependiente,
dependiendo así de un mercado de consumo para la obtención de recursos.2 El intercambio de
los mismos se realiza básicamente mediante comercio libre y, por tanto, la división del
trabajo se desarrolla de forma mercantil y los agentes económicos dependen de la búsqueda
de beneficio.3 La distribución se organiza, y las unidades de producción se fusionan o separan,
de acuerdo a una dinámica basada en un sistema de precios para los bienes y servicios.4 A su
vez, los precios se forman mayoritariamente en un mercado que depende de la interacción
entre una oferta y una demanda dadas por las elecciones de productores y consumidores,5 y
estos a su vez, son necesarios para la coordinación ex-post de una economía basada en el
intercambio de mercancías.6
Se denomina sociedad capitalista a toda aquella sociedad política y jurídica originada basada
en una organización racional del trabajo, el dinero y la utilidad de los recursos de producción,
caracteres propios de aquel sistema económico.15 En el orden capitalista, la sociedad está
formada por clases socioeconómicas en vez de estamentos como son propios del feudalismo y
otros órdenes pre-modernos.16 Se distingue de aquel y de otras formas sociales por la
posibilidad de movilidad social de los individuos, por una estratificación social de
tipo económica,17 y por una distribución de la renta que depende casi enteramente de la
funcionalidad de las diferentes posiciones sociales adquiridas en la estructura de
producción.18
El nombre de sociedad capitalista se adopta usualmente debido a que el capital como relación
de producción se convierte dentro de esta en un elemento económicamente predominante.19
La discrepancia sobre las razones de este predominio divide a las ideologías
políticas modernas: el enfoque liberal smithiano se centra en la utilidad que el capital como
relación social provee para la producción en una sociedad comercial con una amplia división
del trabajo, entendida como causa y consecuencia de la mejora de la oferta de consumo y los
mayores ingresos por vía del salario respecto del trabajo autónomo,20 mientras que el
enfoque socialista marxista considera que el capital como relación social es precedido (y luego
retroalimentado) por una institucionalizada imposibilidad social de sobrevivir sin relacionarse
con los propietarios de un mayor capital físico mediante el intercambio de trabajo
asalariado.21
La clase social conformada por los creadores y/o propietarios que proveen de capital a la
organización económica a cambio de un interés22 se la describe como "capitalista", a
diferencia de las funciones empresariales cuyo éxito se traduce en forma de ganancia23 y de
las gerenciales ejecutadas a cambio de un salario.24 Vulgarmente se describe desde el siglo
XVIII como "burguesía" tanto a este conjunto social como al de los empleadores de trabajo de
una moderna sociedad industrial, pero la burguesía se origina en las ciudades de la sociedad
rural medieval y está constituida por propietarios auto-empleados cuya naturaleza da origen al
capitalismo moderno.25
Existen diferentes apreciaciones sobre la naturaleza del capitalismo según la perspectiva social
e ideológica desde la cual se lo analice.
John Locke, con su obra Dos tratados sobre el gobierno civil, establece los principios que
posteriormente servirán para identificar el capitalismo como sistema productivo y
el liberalismo como sistema de pensamiento que lo respalda.
La presencia de mercados de capital y mercados financieros así como el papel asignado a los
mismos.
La existencia de salarios monetarios y una estructura de clases ligada a las diferentes funciones
dentro de la actividad económica.
En términos más descriptivos, los sistemas capitalistas son sistemas socioeconómicos donde
los activos de capital están básicamente en manos privadas y son controlados por agentes o
personas privadas. El trabajo es proporcionado mediante el ofrecimiento de salarios
monetarios y la aceptación libre por parte de los empleados. La actividad económica
frecuentemente está organizada para obtener un beneficio neto que permita a las personas
propietarias que controlan los medios de producción incrementar su capital. Los bienes y
servicios producidos son además distribuidos mediante mecanismos de mercado. Si bien todos
los sistemas capitalistas existentes presentan un mayor o menor grado de intervención
estatal y se alejan por diversas razones del modelo de mercado idealmente competitivo, razón
por la cual se definen conceptos como la competitividad o el índice de libertad económica,
para caracterizar hasta qué punto difieren unos sistemas capitalistas de otros.26
Sobre la propiedad privada, los sistemas capitalistas tienden a que los recursos invertidos por
los prestadores de capital para la producción económica, estén en manos de las empresas y
personas particulares (accionistas). De esta forma a los particulares se les facilita el uso,
empleo y control de los recursos que se utilizan la producción de bienes y servicios. En los
sistemas capitalistas se busca que no existan demasiadas restricciones para las empresas sobre
como usar mejor sus factores de producción (capital, trabajo, recursos disponibles).
Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como sistema
económico, predomina el capital —actividad empresarial, mental— sobre el trabajo —
actividad corporal— como elemento de producción y creador de riqueza. El control privado de
los bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la característica de hacer posible
negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas, inversiones, etc. Eso crea el
otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción
económica en función de la acumulación de capital que por vía de la compra del trabajo puede
separarse del trabajo asalariado.
La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos
económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el
mercado que estas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen
desarrollar y el momento para entrar o salir de este. La libertad de elección se aplica a las
empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos
como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté
dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir,
buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los
límites de su ingreso. Esto en un contexto teórico capitalista es denominado cálculo
económico.
Al hacer referencia a una fuerza de trabajo libre, se entiende a una mano de obra con la
libertad de vender su capacidad de trabajo a cambio de un salario a cualquier patrono
potencial27
1. Las de personas, constituidas por un pequeño número de individuos que aportan al fondo
social capitales, llamados (partes) o capacidades técnicas (caso del socio industrial opuesto al
capitalista), que, como son en realidad fracciones casi materiales de la empresa no pueden ser
cedidas sin el acuerdo de los copartícipes.
2. Las de capitales, en las que las partes llamadas (acciones),se consideran como simples
pruebas materiales de la aportación de cierto capital por los asociados, en general numerosos
y tienen por tanto la posibilidad de transmitirse o negociarse libremente en la bolsa de valores.
Crecimiento económico[editar]
Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el crecimiento
económico buscando aumentar los beneficios, tal como se mide por el Producto Interno
Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Sin embargo, debe notarse
el análisis de la tasa de crecimiento ha revelado que el progreso técnico y causas no asignables
a la intensividad del capital o la asignación de trabajo, parecen ser responsables de gran parte
de la productividad (ver productividad total de los factores). Igualmente los sistemas
de economía planificada lograron entre 1945-1970 tasas muy superiores a la mayor parte de
países capitalistas. Aun dejando a un lado el peso de los diferentes factores en el crecimiento
económico, la posible benéfica influencia de la organización capitalista de la producción ha
sido históricamente el argumento central, por ejemplo, en la propuesta de Adam Smith de
dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los
recursos.
Diversos autores han sostenido que el rápido y consistente crecimiento de los indicadores
económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del capitalismo
moderno.2829 Aun cuando parece que parte del crecimiento recogida dentro de
la productividad total de los factores no necesariamente está ligada al modo de organización
capitalista, sino podría deberse simplemente a factores técnicos cuyo desarrollo obedece a
causas más complicas.30 Los defensores de que la organización capitalista es el factor principal
en el crecimiento argumentan que incrementar el PIB (per cápita) ha demostrado
empíricamente una mejora en la calidad de vida de las personas, tal como mejor disponibilidad
de alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, reducción de horas de trabajo, y libertad
de trabajo para niños y ancianos.31
Argumentos favorables al capitalismo también afirman que una economía capitalista brinda
más oportunidades a los individuos de incrementar sus ingresos a través de nuevas
profesiones o negocios que otras formas de economía. Según esta manera de pensar, este
potencial es mucho mayor que en las sociedades feudales o tribales o en las
sociedades socialistas.[cita requerida]Igualmente, diversos trabajos modernos han enfatizado
las dificultades de los sistemas capitalistas no sometidos a regulación, los efectos de
la información asimétrica, y la ocurrencia de crisis económicas cíclicas.32
De acuerdo con los argumentos de los defensores del capitalismo, cada uno de los actores del
mercado actuaría según su propio interés; por ejemplo, el empleador, quien posee recursos
productivos y capital, buscaría maximizar el beneficio económico por medio de la acumulación
y producción de mercancías. Por otra parte, los empleados, quienes estarían vendiendo su
trabajo a su empleador a cambio de un salario; y, por último, los consumidores, que estarían
buscando obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que desean o necesitan en
función a la calidad del producto y de su precio.
la libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del poder en
manos privadas hasta el punto de que se convierte en algo más fuerte que el propio estado
democrático.35
En cualquier caso es innegable, que para unos y otros el proceso de búsqueda de beneficios
tiene un rol importante (ya se prefiera una economía con cierta regulación o una totalmente
desregulada). Se admite que a partir de las transacciones entre compradores y vendedores
emerge un sistema de precios, y los precios frecuentemente surgen como una señal de cuáles
son las urgencias y necesidades insatisfechas de las personas, si bien algunos autores señalan
que pueden existir fallos de mercado bajo circunstancias específicas. La promesa de beneficios
les da a los emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y recursos para satisfacer
esas necesidades. De tal manera, las actividades de millones de personas, cada una buscando
su propio interés, se coordinan y complementan entre sí.36
Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones
diferentes. Por ejemplo los que se adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según el
cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis.
También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un
papel importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este
sentido es el neoinstitucionalismo).
Origen[editar]
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el
capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVII en Inglaterra
sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una
fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De
esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye
un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.37
La sustitución del feudalismo tuvo como impulso a poderosas fuerzas del cambio que sirvieron
para introducir de forma gradual la estructura de una sociedad de mercado, dentro de las
principales fuerzas se encuentran:38
El proceso de urbanización como una fuente de actividad económica y como punto central de
un poder nuevo y orientado al comercio.
Las cruzadas como una interrupción de la vida feudal y la introducción de nuevas ideas.
El surgimiento de nuevas ideas religiosas que simpatizaban más con la actividad de los
negocios que con el catolicismo.
Todas estas fuerzas del cambio crearon un aspecto económico en la vida de las personas que
antes no existía, con estos cambios se empieza a marcar la separación del aspecto social de la
vida con el aspecto económico, con este nacimiento del aspecto económico la sociedad
empieza a tener fuertes transformaciones, por ejemplo, el siervo ya no está atado a la tierra
sino que se convierte en un trabajador libre, el maestro gremial ahora es un empresario
independiente, el señor feudal se convierte ahora en un simple arrendatario, estas
transformaciones son cruciales para el nacimiento del capitalismo ya que empiezan a
introducir las bases de este nuevo sistema económico. El nacimiento de estos trabajadores
libres, capitalistas y terratenientes cada uno vendiendo sus servicios en el mercado del trabajo,
el capital y la tierra hicieron que nacieran los "factores de producción".
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía
del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la
sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las
condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones
europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que
generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor
crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.
Mercantilismo y proteccionismo
Capitalismo corporativo
Economía mixta
En gran medida en la mayoría de países modernos predominan formas de capitalismo más
cercanas a las dos últimas formas, la economía social de mercado y la economía mixta. El
mercantilismo y el proteccionismo parecen casi universalmente abandonados aunque tuvieron
su auge durante los siglos XVIII y XIX.
Mercantilismo
Esta es una forma nacionalista del capitalismo temprano que nació aproximadamente en el
siglo XVI. Se caracteriza por el entrelazamiento de intereses comerciales de interés para el
Estado y el imperialismo y, consecuentemente, por el uso del aparato estatal para promover
las empresas nacionales en el extranjero. Un buen ejemplo lo entrega el caso del monopolio
comercial impuesto por España a sus territorios de ultramar en 1504 prohibiéndoles comerciar
con otras naciones.
El mercantilismo sostiene que la riqueza de las naciones se incrementa a través de una balanza
comercial positiva (en que las exportaciones superan a las importaciones). Corresponde a la
fase de desarrollo capitalista llamada Acumulación originaria de capital.
En este sistema la intervención del Estado en la economía es mínima, pero entrega servicios
importantes en cuanto a la seguridad social, prestaciones de desempleo y reconocimiento de
derechos laborales a través de acuerdos nacionales de negociación colectiva. Este modelo es
prominente en los países de Europa occidental y del norte, aunque variando sus
configuraciones. La gran mayoría de las empresas son de propiedad privada.
Capitalismo corporativo
Economía mixta
En términos políticos informales se considera que los sistemas capitalistas son opuestos a los
sistemas de inspiración socialista. Presuntamente los sistemas socialistas difieren de los
sistemas capitalistas en varias maneras: propiedad pública de los medios de producción, los
recursos monetarios obtenidos mediante la producción pueden ser utilizados con fines sociales
no relacionados con la inversión o la obtención de beneficios. En muchos sistemas históricos
de inspiración socialista muchas decisiones importantes de producción fueron directamente
planificadas por el estado lo cual dio lugar a sistemas de economía planificada.
Capitalismo de riesgo
Capitalismo mortuorio
George H. Mead afirmaba que existía una fascinación por las malas noticias, los periódicos y
los accidentes porque de esa forma el "yo" exorciza a la muerte. Se siente una sana alegría
ante la tragedia de los demás debido a que se ha evitado ser afectado por el evento.46 En este
sentido, JoySather-Wagstaff sugiere que los desastres provocados por el hombre o naturales
generan un gran trauma para la sociedad, el cual debe ser regulado por medio de la
solidaridad entre las víctimas y los supervivientes. En ciertas ocasiones, el poder político
intenta manipular el discurso con el fin de ganar legitimidad frente a los miembros de la
comunidad. Se da, entonces, una patrimonialización del dolor que distorsiona las razones
reales del desastre. Rememorar la muerte es el primer hecho político que da origen a la
cultura.47 Estas mismas observaciones fueron validadas por la profesora RodanthiTzanelli de
la Universidad de Leeds, quien sostiene que el cine ha hecho de la muerte una
principal mercancía (en inglés, commodity) para ser comercializado por los diferentes agentes
del capitalismo al punto de imponer mensajes discursivos hegemónicos. En diversas prácticas
como la visita a lugares de extrema pobreza, o a santuarios donde abunda la muerte masiva,
estos dispositivos apelan al sufrimiento humano para dotar al consumidor de una realidad
apocalíptica. La función de retratar la miseria ajena radica en el reforzamiento de la propia
posición de clase ejercida por la élite capitalista.48 Phillipe Aries por su parte sostiene que el
hombre moderno ha perdido la familiaridad con la muerte y a diferencia de sus predecesores
ha hecho de ella algo incontrolable, cuyos efectos adquieren una naturaleza
desestabilizadora.49 Por último, la muerte funcionaría según Geoffrey Skoll como un
importante discurso para mantener a la masa trabajadora bajo control.50
ZygmuntBauman sostiene que el estado de hiper-vigilancia que se ha fundamentado en el uso
de tecnologías cumple una doble función. Por un lado protege a los ciudadanos deseables de
los indeseables, pero también sirve como criterio de exclusión donde solo unos pocos se aíslan
del resto de la sociedad. La exclusividad confiere estatus a ciertos grupos y la vigilancia es el
instrumento por medio del cual ese estatus se hace visible a otros quienes no poseen los
recursos necesarios para protegerse.51
Críticas al capitalismo
Pyramid of CapitalistSystem, póster del sindicato Industrial Workers of theWorld. Critica el
capitalismo representándolo como una estructura jerárquica de clases sociales.
Marxismo
Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es un modo de
producción. Los marxistas creen que las desigualdades sociales se deben a una continua lucha
social, la "lucha de clases" que tendría una inevitable evolución en el comunismo, en este
sistema se plantea una mejora en las relaciones socio-económicas que mejoraría las
condiciones laborales de los trabajadores y evitaría la injusticia social que ellos creen que tiene
lugar en el capitalismo.
Capitalismo e imperialismo
Desde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran transformación, 1944)
insiste en que lo crucial en la transformación capitalista de economía, sociedad y naturaleza
fue la conversión en mercancía de todos los factores de producción (tierra, o naturaleza
y trabajo, o seres humanos) en beneficio del capital.
Capitalismo como religión es un escrito póstumo de 1921 del filósofo alemán Walter
Benjamin que contiene una crítica profunda al capitalismo. El texto indaga en la naturaleza
religiosa del capitalismo como una dogmática inhumana: la identificación del pecado y
la culpa religiosa y la deuda impuesta por el capitalismo (el término alemán utilizado en el
escrito Schuld significa a la vez deuda y culpa). Para Michael Löwy el escrito es una lectura
anticapitalista de Max Weber.5253 En este sentido, se ha afirmado con relación al vínculo
entre capitalismo y religión:
Con relación a la percepción religiosa de la riqueza, podría decirse que el dilema del capital —
su pecado capital cabría decir— y el origen de la hostilidad que en ocasiones genera, podría
explicarse por su desapego crónico hacia la auténtica riqueza: toda aquella que no consista en
dinero. Algo que ha quedado sintetizado en el conocido adagio atribuido al emperador
Vespasiano: «pecunia non olet». Frente a este planteamiento, resulta comprensible que haya
quien entienda que la acumulación de riquezas nada tiene que ver con la moral (aunque, en
realidad, esta tenga que ver con todo), sin embargo, no cabe duda de que un rasgo del
capitalismo es el de desatender el origen y destino del capital, sirviendo lo mismo para
financiar un hospital para refugiados que para financiar la guerra que los ha convertido en
tales.54
Ecologismo
Desarrollismo
El desarrollismo considera que la clave del desarrollo económico es la industrialización.
Índice
1Desarrollismo económico
2Historia
o 2.1Latinoamérica
o 2.2España
3Véase también
4Referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
Desarrollismo económico[editar]
El desarrollismo económico (estructuralismo) cuestiona la teoría clásica del comercio
internacional, apoyada en el principio de las ventajas comparativas, para destacar el
fenómeno del deterioro de los términos de intercambio y las transferencias de valor entre
países que ello implica, a favor de los países industrializados y en perjuicio de los países
con economías primario-exportadoras (centro-periferia y Tesis de Prebisch-Singer).
La industrialización de materias primas (por ejemplo, trigo, soja, madera, petróleo, etc.) da
valor agregado a los bienes exportables, y sustituye importaciones (Industrialización por
sustitución de importaciones), mejorando así los términos de intercambio y disminuyendo
la brecha entre los países.
El estructuralismo se relaciona estrechamente con la Teoría de la Dependencia. En la
década de los años 1960 algunos estructuralistas comenzaron a percibir las limitaciones
de la teoría en su formulación original, como modelo de sustitución de importaciones,
fundamentalmente debido a la necesidad de financiar importaciones industriales utilizando
divisas de exportaciones primarias, inversiones de capital extranjero, radicaciones
de empresas multinacionales, y endeudamiento externo. Estos desarrollos llevaron a
algunos economistas de esta orientación a complementar sus desarrollos teóricos con los
trabajos sociológicos sobre la dependencia que veían desarrollándose desde los años
1930, en gran medida iniciados por Sergio Bagú. Se conformó así la llamada Teoría de la
Dependencia.
Los principales economistas de esta tendencia son el argentino Raúl Prebisch, los
brasileños Celso Furtado y Fernando Henrique Cardoso, el chileno Aníbal Pinto Santa
Cruz, así como también el argentino Aldo Ferrer, y el mexicano Víctor Urquidi, entre otros.
Dos desarrollistas argentinos, Arturo Frondizi (presidente) y Rogelio Frigerio (secretario).[cita requerida]
Historia[editar]
Latinoamérica[editar]
El desarrollismo está vinculado a la aparición de la Teoría del desarrollo,1 como una
profundización de sus implicancias, hasta el punto de conformar una teoría independiente.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, y siguiendo la Teoría del desarrollo clásica, que
sostenía que los países iban avanzando a través de fases cada vez más evolucionadas de
desarrollo económico (desde la economía agraria a la economía industrial de consumo
masivo), las Naciones Unidas crearon una serie de comisiones económicas para impulsar
el desarrollo de los países no desarrollados.
Una de esas comisiones fue la CEPAL (Comisión Económica para América Latina de las
Naciones Unidas). Inicialmente la CEPAL trabajó siguiendo las pautas lineales de la teoría
clásica del desarrollo, pero a poco avanzar, algunos economistas y sociólogos de la
comisión fueron notando que en América Latina existían circunstancias sociopolíticas que
obstaculizaban el desarrollo y condicionaban la aplicación de los supuestos puramente
económicos de las teorías clásicas. Entre sus figuras principales se encontraban el
argentino Raúl Prebisch y el brasileño Celso Furtado.
Por esa razón, esos economistas y sociólogos comenzaron a analizar y profundizar las
razones del sub-desarrollo en los países de América Latina que la llevaron a conclusiones
autónomas sobre las causas del desarrollo y las medidas necesarias para impulsarlo.
Estas teorías tomaron el nombre de desarrollismo o estructuralismo aunque no son lo
mismo, según explicaba Rogelio Frigerio en varias de sus obras, porque el desarrollismo
estudió los problemas estructurales de la economía, buscando soluciones objetivas a esos
problemas cambiando la estructura productiva agrominera (con inversión productiva,
industrias básicas e integración) mientras que el estructuralismo no reconocía como una
necesidad el cambio de estructura, sino en algunas cuestiones macroeconómicas
específicas (por ejemplo, en lugar de aceptar el deterioro de los términos del intercambio
como imposición objetiva de la economía internacional, buscaba mecanismos tendientes a
corregir ese deterioro, sin siquiera pensar que una economía agrominera debería dar un
salto cualitativo e integrar su estructura económica a partir de las industrias básicas).
El desarrollismo fue puesto en marcha en Argentina durante el gobierno de Arturo
Frondizi (1958 - 1962) , con la entrada de capitales extranjeros y la integración del agro, la
minería, las ciencias, la industria y tecnologías empresariales. Con la experiencia de
Frondizi,[cita requerida] el desarrollismo tuvo gran influencia en el resto de la América
Latina entre 1950 y 1980 impulsando los modelos de sustitución de importaciones,
especialmente en Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, República Dominicana y México. A
partir de la crisis del petróleo de 1973 el desarrollismo entró en crisis. Luego de las crisis
internacionales del sudeste asiático en la década de 1990, varios países de América Latina
(Argentina, Brasil, Rep. Dominicana, México, Uruguay, etc.) han impulsado políticas
económicas neo-desarrollistas, adaptadas al contexto de la globalización.
España[editar]
Artículo principal: Desarrollismo en España
Las consecuencias del capitalismo en el medioambiente se pueden ver con solo mirar
a nuestro alrededor. El aire que respiramos, el agua que bebemos, los alimentos que
comemos,... está contaminados. Muchas de las enfermedades que padecemos están
causadas por dicha polución. La construcción de infraestructuras y el urbanismo
salvaje destrozan el medio natural que nos rodea, perdemos biodiversidad,
desaparecen los paisajes naturales, en conclusión perdemos calidad de vida. El
problema de la generación de residuos también lo vemos muy cerca con la amenaza
de las incineradoras. Y muchos otros problemas que nos acechan diariamente. Estas
consecuencias son lo que llamamos la huella ecológica, la huella ecológica que
dejamos en nuestro territorio.
Pero hay otras consecuencias que no vemos directamente porque aparecen muy lejos
de aquí, y como dice el refrán, ojos que no ven corazón que no siente.
Nosotros en nuestro territorio no tenemos los suficientes recursos para poder vivir
como vivimos, por eso, importamos los recursos desde otros países, normalmente de
los países del Sur (Latinoamérica, África,...). Estos recursos se explotan de manera
totalmente insostenible y miserable, provocando contaminación, destrucción del
patrimonio natural, apropiación de tierras, pobreza, hambruna, enfermedades,
asesinatos, migraciones forzosas, esclavitud de la mano de obra, dependencia
económica de los países más ricos, deuda externa,... Las empresas transnacionales
que provocan estos on empresas estadounidenses, europeas como Repsol YPF, y
también vascas como Iberdrola. Estas empresas se llevan los recursos naturales de
estos países a un precio muy barato, porque no se hacen responsables de los daños
económicos, sociales y ambientales que provocan. Y esa responsabilidad que eluden
es lo que llamamos la deuda ecológica.
Marxismo
Marx, Engels y las revoluciones de 1848
19/11/2016 | Michael Löwy
En el Manifiesto del Partido Comunista, Marx y Engels previeron la inminencia de una
revolución en Alemania y propusieron tanto una táctica como una estrategia para este
combate anunciado: “Los comunistas miran atentos principalmente a Alemania, porque
este país está en vísperas de una revolución burguesa y lleva a cabo esta revolución en
las condiciones más avanzadas de la civilización europea […] de manera que la revolución
burguesa no será mas que el preludio inmediato de una revolución proletaria/1.”
Veremos cómo se esforzaron por poner en práctica esta orientación.
Durante estos dos años, Marx y Engels habían seguido de cerca el levantamiento
republicano en Francia y publicado en la NeueRheinischeZeitung varios artículos sobre los
combates que tuvieron lugar en París, particularmente en junio de 1848. Marx retomará
la cuestión de los acontecimientos revolucionarios franceses en una serie de artículos
para su revista londinense. Textos que Engels recopilará mucho más tarde, en 1895,
después de la muerte de Marx, en un libro titulado Las luchas de clases en Francia 1848-
1850. Se trata de tres artículos relativos al periodo que va de febrero de 1848 a marzo de
1850, seguidos de un cuarto artículo formado por extractos (escogidos por Engels) de un
estudio sobre la evolución económica y política de Francia hasta mediados de 1850.
En la introducción, Engels observa con razón que “la presente obra de Marx fue su
primer intento de explicar un fragmento de historia contemporánea a la luz de su
concepción materialista y partiendo de los datos económicos que implicaba la situación”.
Marx logró de este modo “relacionar los conflictos políticos con las luchas de intereses
entre las clases sociales y las fracciones de las clases existentes, implicadas por el
desarrollo económico, y demostrar que los diversos partidos políticos son expresión más
o menos adecuada de esas mismas clases y fracciones de clases”. Sin embargo,
curiosamente, Engels parecía considerar insuficiente este tipo de análisis, pues Marx no
pudo –por falta de información, ante todo estadística, sobre la época contemporánea–
“seguir día a día la marcha de la industria y del comercio en el mercado mundial”; por
tanto, estuvo “obligado a considerar este factor, el más decisivo, como una constante, a
tratar la situación económica del comienzo del periodo estudiado como como un dato
cierto e invariable/4”.
Sin embargo, nos parece, por el contrario, que uno de los grandes méritos de este texto
es que pone el acento en la dinámica propia de la lucha de clases y su desarrollo en la
esfera política, evitando reducir este enfrentamiento sociopolítico a mecanismos
económicos. La historia no la hacen las fuerzas productivas, sino las clases sociales, sin
duda en unas condiciones económicas, sociales y políticas dadas. En otras palabras, Marx
tiene en cuenta la autonomía relativa de la lucha de clases con respecto a las
fluctuaciones de la coyuntura económica y a “la marcha de la industria y el comercio”. Si
cada fuerza política corresponde a una clase o fracción de una clase, es en el conflicto
social donde se halla la clave de los conflictos políticos, y no en los movimientos de la
economía (ni siquiera “en última instancia”).
Por tanto, no es por casualidad que Antonio Gramsci, en uno de los pasajes más
importantes, desde el punto de vista teórico, de sus Cuadernos de la cárcel, cite La lucha
de clases en Francia y El 18 brumario como obras que “permiten precisar mejor la
metodología histórica marxista”. Para Gramsci, “la pretensión (presentada como
postulado esencial del materialismo histórico) de mostrar y exponer toda fluctuación de
la política y de la ideología como una expresión inmediata de la estructura económica,
debe combatirse teóricamente como un infantilismo primitivo, y debe combatirse en la
práctica con el auténtico testimonio de Marx, autor de obras políticas e históricas
concretas/5”. Este comentario aparentemente “heterodoxo” corresponde de hecho al
enfoque marxiano en esta obra.
Marx se interesó especialmente por los enfrentamientos de junio de 1848. Aquella gran
revuelta obrera, que sembró París de barricadas –tras la disolución de los talleres
nacionales por el gobierno republicano burgués–, fue aplastada a sangre y fuego por el
general Cavaignac, ministro de la Guerra, quien ya se había retratado en la
“pacificación” colonial de Argelia. Marx no se contentó con analizar el acontecimiento –
cita de pasada un artículo que había publicado, “en caliente”, en
la NeueRheinischeZeitung a finales de junio de 1848–, sino que le atribuye una
importancia histórica mundial: la primera gran batalla en la guerra social moderna entre
la burguesía y el proletariado.
Hay dos épocas en la historia de Francia y de Europa: antes y después de junio de 1848.
Claro que Marx no ignora otros levantamientos proletarios anteriores, empezando por la
revuelta de los “canutos” de Lyon; pero en su opinión, junio de 1848 encarna la gran
inflexión en la lucha de clases, el momento en que la palabra misma de revolución
cambia de significado: deja de designar un simple cambio de forma del poder político
(monarquía, república) y adopta el sentido de una ofensiva contra el propio orden
burgués.
El 18 Brumario
Dos años más tarde, Marx vuelve a la carga y escribe un nuevo texto sobre los
acontecimientos en Francia: El 18 Brumario de Luis Bonaparte (1852). Esta pequeña
obra, verdadera joya de estudio histórico materialista, es sin duda uno de los escritos
más logrados de Marx, tanto desde el punto de vista de su riqueza teórica como desde el
de su calidad literaria. Lo escribió de un tirón, entre enero y febrero de 1852, a petición
de su amigo Weidemeyer, comunista alemán exiliado en EE UU, quien lo publicó en el
primer número de una revista titulada Die Revolution. En él aborda el mismo tema que
en Las luchas de clases en Francia, pero desde otra perspectiva histórica: se trata de
explicar por qué esta revolución concluyó, el 2 de diciembre de 1851, con el golpe de
Estado que otorga plenos poderes a Luis Bonaparte. Este “personaje mediocre y
grotesco”, según Marx (en el prefacio a la reedición de su libro en 1869), conoce allí su
“18 de brumario”, que fue la fecha del golpe de Estado de Napoleón Bonaparte en el
antiguo calendario de la Revolución francesa.
En comparación con los artículos de 1850, ahora Marx se interesa menos por el detalle de
los acontecimientos que por las grandes líneas del enfrentamiento entre las clases, así
como el gran enigma de la base social del bonapartismo. Se trata sobre todo de una obra
mucho más importante desde el punto de vista de la reflexión teórica general sobre la
historia, las ideologías, la lucha de clases, el Estado y la revolución. Si Las luchas de
clases en Francia refleja la dinámica propia de las luchas sociales –que no pueden
reducirse a fluctuaciones económicas–, El 18 brumario de Luis Bonaparte permite
observar la autonomía relativa de lo político y de sus representaciones.
Uno de los propósitos de la obra es el de discernir la lógica social del bonapartismo, una
forma de poder político que aparentemente se autonomiza enteramente de la sociedad
civil, pretende ser un árbitro situado por encima de las clases sociales, pero que en
última instancia sirve al mantenimiento del orden burgués, al tiempo que se asegura,
mediante la demagogia, el apoyo del campesinado y de ciertas capas populares
urbanas. El 18 brumario se escribió antes de que Luis Bonaparte se proclamara
emperador. No obstante, este desenlace y el fin del Segundo Imperio ya estaban
anunciados en la última frase del libro: “El día en que el manto imperial se deposite
finalmente sobre los hombros de Luis Bonaparte, la estatua de bronce de Napoleón caerá
desde lo alto de la columna Vendôme”. La profecía se hizo realidad, literalmente,
aunque con casi veinte años de retraso: la Comuna de París tumbará la columna
Vendôme, echando a tierra “la estatua de bronce de Napoleón”, en mayo de 1871…
En las primeras líneas del texto figura una afirmación muy general, pero de importancia
capital para la comprensión del materialismo histórico: son los Menschen, es decir, los
seres humanos –y no las estructuras, ni las “leyes de la historia”, ni las fuerzas
productivas– quienes hacen la historia. Este postulado permite distinguir el pensamiento
de Marx de toda clase de concepciones positivistas o deterministas –inspiradas en el
modelo de las ciencias naturales– del devenir histórico. Volvemos a encontrar una idea
equivalente en un pasaje de El Capital en que Marx se refiere a Vico: lo que diferencia la
historia humana de la historia natural es que los seres humanos hacen la primera y no la
segunda. Y añade que no hacen la historia “arbitrariamente”, sino en determinadas
condiciones, que incluyen la herencia del pasado, que Marx contempla de manera
bastante crítica, refiriéndose a la célebre fórmula de Hegel: la historia se repite dos
veces, la primera como tragedia, la segunda como farsa –Caussidière por Danton, Louis
Blanc por Robespierre, el sobrino (Luis Bonaparte) por el tío (Napoleón)–.
¿Se puede afirmar, sin embargo, como hace algunos párrafos más adelante, que las
revoluciones proletarias no pueden tomar su poesía del pasado, como las revoluciones
burguesas, sino tan solo del futuro? No parece que sea este el caso, puesto que la
Comuna de París de 1871 se remite continuamente a la de 1794, y la Revolución de
Octubre a la Comuna de París (y así sucesivamente). Probablemente, con esta
observación, Marx quiso ahorrar al movimiento obrero socialista la pesada herencia
jacobina.
Por tanto, la tarea de la futura revolución social no consiste, como fue el caso de las
revoluciones del pasado, en tomar posesión –“como una presa”– del Estado, sino la
destrucción (Zertrümmerung) del aparato burocrático-militar estatal. No obstante, Marx
todavía no tiene una idea precisa de la nueva forma de poder político que debería
reemplazar al Estado: la define como una “nueva forma de centralización política”. La
fórmula es a la vez demasiado vaga y demasiado unilateral, al suprimir, en beneficio de
un único polo, la dialéctica entre centralización y descentralización, entre unidad
democrática y federalismo. De hecho, la respuesta a esta cuestión la recibirá Marx de la
Comuna de París en 1871.
Los sujetos de esta futura revolución social son sin duda los proletarios, pero también los
campesinos, una vez libres de sus ilusiones bonapartistas; Marx parece condenar, en un
primer momento, a los campesinos a la impotencia política y al triste papel de base
social del bonapartismo, pero luego se da cuenta de que sin la acción revolucionaria de
esta clase, la revolución proletaria está condenada al fracaso en “todas las naciones
campesinas”, como en Francia en el siglo XIX, pero también en Rusia, China y muchos
otros países en el siglo XX.
Revolución permanente
Aunque exiliados en Londres, Marx y Engels siguen atentamente los últimos combates de
la revolución iniciada en marzo de 1848 en Alemania. Así, en marzo de 1850 escribirán
una circular, en nombre del Consejo Central, dirigida a los militantes de la Liga de los
Comunistas que permanecen en el país. Dicha circular es uno de los documentos políticos
más importantes que han escrito los autores del Manifiesto. Pese a que parte de una
apreciación perfectamente ilusoria y errónea de la situación en Alemania, donde la
contrarrevolución ya había ganado la partida, el caso es que prefigura las principales
revoluciones del siglo XX. Contiene la formulación más explícita y coherente de la idea
de revolución permanente, es decir, la intuición de la posibilidad objetiva, en un país
“atrasado”, absolutista y “semifeudal” como Alemania, de una articulación dialéctica
entre las tareas históricas de la revolución democrática y las de la revolución proletaria,
en un único proceso histórico ininterrumpido.
La Circular de marzo de 1850 fue publicada por primera vez por Engels, en el anexo al
libro de Marx Enthüllungenüber den Kommunisten-ProzesszuKöln (Revelaciones sobre el
juicio contra los comunistas en Colonia), aparecido en Zúrich en 1885. No dejó de
suscitar la crítica de los partidarios de una socialdemocracia moderada; así,
EduardBernstein, en Los presupuestos del socialismo (1898), denunció la “revolución
permanente” como formulación “blanquista”/6. Sin embargo, en los escritos de Auguste
Blanqui no figuran ni el concepto ni el término. De hecho, la fuente más probable del
término hay que buscarla en los trabajos de historia relativos a la Revolución francesa
que Marx había estudiado y comentado en 1844-1846, en los que se hablaba de unos
clubes revolucionarios que se reunían “de forma permanente”.
Bernstein percibe asimismo, aunque esta vez con razón, la dialéctica como fuente de las
ideas formuladas en la Circular. Según él, la idea de transformación del futuro estallido
revolucionario en Alemania en una “revolución permanente” era fruto de la dialéctica
hegeliana –un método “tanto más peligroso cuanto que nunca resulta enteramente
erróneo”– que permite “pasar bruscamente del análisis económico a la violencia”
política, dado que “cada cosa lleva en sí su contrario”/6. En efecto, fue exclusivamente
gracias a su enfoque dialéctico que Marx et Engels fueron capaces de superar el dualismo
rígido e inamovible que separa la evolución económica y la acción política, la revolución
democrática y la revolución socialista. Fue su comprensión de la unidad contradictoria de
estos distintos momentos y de la posibilidad de un salto cualitativo (“transiciones
bruscas”) en el proceso histórico, que les permitió esbozar la problemática de la
revolución permanente. Frente a este método dialéctico, Bernstein no puede proponer
sino el “recurso al empirismo” como “único medio de evitar los peores errores”.
Empirismo contra dialéctica, he aquí la mejor forma de poner de manifiesto las premisas
metodológicas que se enfrentan en este debate.
Curiosamente, cuando León Trotsky formula, por primera vez, su teoría de la revolución
permanente en Rusia, en el folleto Balance y perspectivas (1906), no parece que
conociera la Circular de marzo de 1850; su fuente terminológica fue un artículo sobre
Rusia publicado en 1905 por el biógrafo de Marx, Franz Mehring, quien sí había leído el
documento de 1850, aunque no lo citara.
El interés de este escrito “al natural” de Marx y Engels radica en que, a pesar del
evidente error “empírico” de su análisis de la situación en Alemania, supieron captar un
aspecto esencial de las revoluciones sociales del siglo XX, no solo en Rusia, sino también
en España y en los países del sur (Asia y América Latina): la fusión explosiva entre
revolución democrática (y/o anticolonial) y revolución socialista dentro de un proceso
“permanente”. Encontramos ideas análogas desarrolladas –sin que necesariamente
tuvieran conocimiento de la Circular de 1850 o de los escritos Trotsky– por marxistas
latinoamericanos como José Carlos Mariátegui a finales de la década de 1920 y Ernesto
Che Guevara en 1967, o africanos como Amílcar Cabral. Esta problemática conserva toda
su actualidad, como demuestra, especialmente en América Latina, el debate sobre “el
socialismo del siglo XXI”.
Karl Marx
Para otros usos del apellido Marx, véase Marx (desambiguación).
Karl Marx
Marx en 1875.
Información personal
Nombre de
Karl Marxnota 1
nacimiento
Causa de la
Bronquitis y pleuritis
muerte
Lugar de
Cementerio de Highgate, Reino Unido
sepultura
Lengua
Alemán
materna
Etnia Asquenazí
Familia
Educación
Educación Ph.D.
Supervisor
Bruno Bauer
doctoral
Información profesional
Seudónimo Glückskind
Notas
2.
Karl Heinrich Marx1nota 1 (en español comúnmente traducido como Carlos Enrique
Marx; Tréveris, Reino de Prusia; 5 de mayo de 1818-Londres, Inglaterra; 14 de
marzo de 1883) fue un filósofo, economista, sociólogo,2
periodista, intelectual y militante comunista prusiano de origen judío.3 En su vasta e
influyente obra abarca diferentes campos del pensamiento en la filosofía, la historia,
la ciencia política, la sociología y la economía; aunque no limitó su trabajo solamente a la
investigación, pues además incursionó en la práctica del periodismo y la política,
proponiendo siempre en su pensamiento una unión entre teoría y práctica. Junto
a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico, del comunismo moderno,
del marxismo y del materialismo histórico. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto
del Partido Comunista (en coautoría con Engels), El Capital y El dieciocho Brumario de
Luis Bonaparte.
Marx es normalmente citado, junto a Émile Durkheim y a Max Weber, como uno de los tres
principales arquitectos de la ciencia socialmoderna,4 y ha sido descrito como una de las
figuras más influyentes en la historia de la humanidad, en 1999 una encuesta de
la BBC fue votado como el "mayor pensador del Milenio" por personas de todo el mundo.56
Nacido en una familia de clase media acomodada en Tréveris, Reino de Prusia, fue a
estudiar a la Universidad de Bonn y en la Universidad Humboldt de Berlín, donde se
interesó en las ideas filosóficas de los jóvenes hegelianos. En 1836, se comprometió
con Jenny von Westphalen, casándose con ella en 1843. Tras la finalización de sus
estudios, escribió para un diario radical, la Gaceta Renana (RheinischeZeitung), donde
comenzó a utilizar conceptos hegelianos de la dialéctica para influir en sus ideas sobre el
socialismo. Se trasladó a París en 1843 y comenzó a colaborar con otros periódicos
radicales, como los Anales Franco-Alemanes (Deutsch-französischeJahrbücher)
y Adelante! (Vorwärts!), así como una serie de libros, algunos de ellos coescritos con
Engels. Estuvo exiliado en Bruselas-Bélgica en 1845, donde se convirtió en una figura
importante de la Liga de los Comunistas, antes de regresar a Colonia, donde fundó su
propio periódico, la Nueva Gaceta Renana (NeueRheinischeZeitung). Se exilió una vez
más, en 1849 se trasladó a Londres junto con su esposa Jenny y sus hijos. En Londres, la
familia se redujo a la pobreza, pero Marx siguió escribiendo y formulando sus teorías sobre
la naturaleza de la sociedad y cómo creía que podría mejorarse, así como una campaña
por el socialismo, convirtiéndose en una figura destacada de la Primera Internacional.
Las teorías de Marx sobre la sociedad, la economía y la política, que se conocen
colectivamente como el marxismo, sostienen que todas las sociedades avanzan a través
de la dialéctica de la lucha de clases. Fue muy crítico de la forma socioeconómica vigente
de la sociedad, el capitalismo, al que llamó la "dictadura de la burguesía", afirmando que
se llevaba a cabo por las acaudaladas clases dueñas de los medios de producción para su
propio beneficio. Teorizó que, como en los anteriores sistemas socioeconómicos,
inevitablemente se producirían tensiones internas, producidas por las leyes dialécticas,
que lo llevarían a su reemplazo por un nuevo sistema a cargo de una nueva clase social,
el proletariado.7 Sostuvo que la sociedad bajo el socialismo sería regida por la clase obrera
en lo que llamó la "dictadura del proletariado", "Estado obrero" o "democracia obrera".89
Creía que el socialismo sería, a su vez, finalmente reemplazado por una sociedad sin
Estado y sin clases llamada comunismo. Junto con la creencia en la inevitabilidad del
socialismo y del comunismo, Marx luchó activamente por la aplicación del primero (el
socialismo), argumentando que los teóricos sociales y las personas desfavorecidas debían
realizar una acción revolucionaria organizada para derrocar el capitalismo y lograr un
cambio socioeconómico.1011
Aunque Marx se mantuvo como una figura relativamente desconocida durante su vida, sus
ideas y la ideología del marxismo comenzaron a ejercer una gran influencia sobre los
movimientos socialistas poco después de su muerte. Lenin fue el primer teórico-práctico
que intentó desarrollar el pensamiento de Marx en la práctica. Los llamados gobiernos
revolucionarios socialistas tomaron el poder en una variedad de países a lo largo del siglo
XX, llevando a la formación de Estados como la Unión Soviética en 1922 y la República
Popular China en 1949, con diversas variantes teóricas desarrolladas, tales como
el leninismo y el maoísmo.
Biografía
Primeros años
Karl Marx nació el 5 de mayo de 1818 en la casa número 664 de la calle Brückengasse
(hoy Brückengasse número 10) en Tréveris, una ciudad situada en la provincia del Rin del
antiguo Reino de Prusia.12 Era descendiente de judíos. Su abuelo paterno, MerierHalevi
Marx, fue el rabinode Tréveris desde 1723 y su abuelo materno era
un rabino neerlandés.13 El padre de Karl, Herschel Mordechai, sería el primero en la línea
en recibir una educación laica.14 Herschel pertenecía a una clase media relativamente
próspera, era poseedor de algunos viñedos en Mosela. Se convirtió del judaísmo
al protestantismo luterano para evitar las restricciones antisemitas, antes del nacimiento de
su hijo, y tomó un nombre alemán: Heinrich, además del nombre judío Herschel.15 Era un
hombre inclinado a la Ilustración, estaba interesado en las ideas de los filósofos Immanuel
Kant y Voltaire, y participó en las agitaciones por una constitución y reformas en Prusia,
que en ese momento era gobernada por una monarquía absoluta.16 En 1815, comenzó a
trabajar como abogado y en 1819 se trasladó con su familia de un apartamento alquilado
de cinco habitaciones a una propiedad de diez habitaciones cerca de la Porta Nigra.17 La
madre de Karl, HenriettaPressburg, era una judeo-neerlandesa que, a diferencia de su
marido, era semianalfabeta. Afirmó que sufría de un "excesivo amor materno", dedicando
mucho tiempo a su familia e insistiendo en la limpieza dentro de su hogar.18 Provenía de
una familia de prósperos negociantes: más tarde su familia fundó la empresa Philips
Electronics. Fue tía abuela de Anton y Gerard Philips y tía bisabuela de Frits Philips.19
La casa donde nació Karl Marx, en Tréveris, que ahora es un museo dedicado a él.
Poco se sabe sobre la infancia de Karl Marx. Era el tercero de nueve hermanos. Al morir
su hermano, Moritz, en 1819, se convirtió en el mayor. Fue bautizado, como el resto de
sus hermanos, Sophie, Hermann, Henriette, Loussie, Emille y Karoline en la iglesia
luterana.20Se educó en casa hasta que en 1830 entró en el Instituto de Tréveris (en
alemán Trier) donde su maestro fue Hugo Wyttenbach, amigo de su padre. Wyttenbach
había empleado a muchos humanistas liberales como profesores, algo que enfureció al
gobierno. La policía asaltó el colegio en 1832 cuando descubrió que se distribuía a los
alumnos literatura que apoyaba el liberalismo. Se consideró desacato a la autoridad por lo
que las autoridades propusieron reformas y remplazaron a la mayoría de la plantilla.14 En
octubre de 1835, Karl, que tenía 17 años, fue a la Universidad de Bonn, donde deseaba
estudiar filosofía y literatura, pero su padre insistió en el derecho como campo de estudio
más práctico.21 Fue capaz de evitar el servicio militar cuando cumplió los 18 años porque
sufría de "debilidad de pecho".22 Siendo aficionado a las bebidas alcohólicas en Bonn, se
unió al Club de la Taberna de Tréveris (Landsmannschaft der Treveraner) una asociación
de bebedores donde en cierto momento llegó a ser su copresidente.23 Marx no tenía
interés en estudiar derecho, y debido a sus malas notas, su padre lo obligó a transferirse a
la mucho más seria y académicamente orientada Universidad de Berlín,24 donde sus
estudios de derecho se hicieron menos importantes que las incursiones en la filosofía y la
historia.25
Hegelianismo y activismo temprano
En 1836, Marx se comprometió con Jenny von Westphalen, una baronesa de la clase
dirigente prusiana que rompió su compromiso con un joven alférez aristocrático para estar
con él.26 Su eventual matrimonio carecía en las convenciones sociales entonces
dominantes, ya que era un matrimonio entre una hija de un origen noble y un hombre de
origen judío, así como entre individuos que pertenecían a la clase media y media
alta(aristocracia) respectivamente. Estas cuestiones se redujeron por la amistad de Marx
con el padre de Jenny, el barón Ludwig von Westphalen, un aristócrata de pensamiento
liberal. Años más tarde Marx le dedicará su tesis doctoral titulada Diferencia de la filosofía
de la naturaleza en Demócrito y Epicuro.27 La pareja se casó siete años más tarde en
Alemania, el 19 de junio de 1843, en la Iglesia de San Pablo en Bad Kreuznach.28
Marx se interesó de una forma crítica por la obra del filósofo alemán G.W.F Hegel (1770–
1831), cuyas ideas fueron ampliamente debatidas entre los círculos filosóficos europeos de
la época.29 Marx escribió que se sentía enfermo debido a "su disgusto por tener que hacer
un ídolo de un punto de vista que detestaba."30 Se involucró con un grupo de pensadores
radicales conocidos como los jóvenes hegelianos, que se reunían en torno a Ludwig
Feuerbach y Bruno Bauer.25 Al igual que Marx, los jóvenes hegelianos fueron críticos de
los supuestos metafísicosde Hegel, pero aun así adoptaron su método dialéctico con el fin
de criticar a la sociedad, a la política y a la religión establecida. Marx se hizo amigo de
Bauer que vio muy pronto en él a un colega de igual rango, a quien podía consultar sobre
cualquier problema de la época, aún en lo referente a lo personal.31 Durante ese período,
Marx se centró en su crítica a Hegel y a algunos otros jóvenes hegelianos.15
Marx también escribió para su propio disfrute obras tanto de ficción como de no ficción. En
1837, completó una novela corta titulada Escorpión y Félix; un drama titulado Oulanem; y
algunos poemas, de los cuales ninguno fue publicado.32 Pero pronto dejó de escribir ficción
para realizar otras actividades, incluyendo el aprendizaje del inglés e italiano.33
Estaba profundamente comprometido en escribir su tesis doctoral, Diferencia de la filosofía
de la naturaleza en Demócrito y Epicuro, que terminó en 1841. En ella defendía en
especial el ateísmo de Epicuro, un filósofo de la antigüedad y franco oponente de la
creencia en un dios,34 y como tal fue polémica, particularmente entre los profesores
conservadores de la Universidad de Berlín, por este motivo Marx decidió presentarla en la
más liberal Universidad de Jena, cuya facultad le otorgó el doctorado.2535
De considerar una carrera académica, Marx se volcó al periodismo,1536 trasladándose a la
ciudad de Colonia en 1842, donde comenzó a escribir para el periódico radical Gaceta
Renana(RheinischeZeitung) y expresó sus opiniones cada vez más socialistas sobre la
política.37 En esta época fue discípulo de Moritz "Moses" Hess, persona que influyó mucho
en su ideología y quién le presentaría a Friedrich Engels. Criticó a los gobiernos de Europa
y sus políticas, pero también a los liberales y a otros miembros del movimiento socialista
cuyas ideas le parecían ineficaces o totalmente antisocialistas.38 El periódico finalmente
atrajo la atención de los censores del gobierno prusiano, que revisaron cada tema que
fuera material potencialmente sedicioso antes de que pudiese ser impreso. Después de
que el periódico publicó un artículo criticando fuertemente a la monarquía en Rusia, el zar
ruso Nicolás I, un aliado de la monarquía prusiana, pidió que la Gaceta Renana fuera
prohibida. El gobierno prusiano cerró el periódico en 1843.39 Marx escribió un artículo para
la revista de los jóvenes hegelianos, Deutsche Jahrbücher, en el que criticó las
instrucciones de censura emitidas por el rey prusiano Federico Guillermo IV. Poco después
su artículo fue censurado y el periódico cerrado por las autoridades.40
En 1843, Marx publicó la obra Sobre la cuestión judía, en la que hizo una distinción entre
la emancipación política y la humana. También examinó el papel de la práctica religiosa en
la sociedad.15 Ese mismo año publicó Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, donde se
ocupó más sustancialmente de la religión, describiéndola como "el opio del pueblo".15
Completó las dos obras poco antes de abandonar Colonia.41
El periodo de París
Tras el cierre impuesto por el gobierno de la Gaceta Renana, Marx se involucró con un
nuevo periódico radical, los Anuarios franco-alemanes (Deutsch-französischeJahrbücher),
que hasta entonces era llevado adelante por Arnold Ruge, otro revolucionario socialista
alemán.42 El periódico no estaba localizado en Alemania, sino en la ciudad
de París en Francia, y fue aquí donde Marx y su esposa se trasladaron en octubre de
1843. En un principio vivieron con Ruge y su esposa comunalmente en la Rue Vaneau 23,
pero al encontrar estas difíciles condiciones de vida, la familia Marx se mudó tras el
nacimiento de su hija Jenny en 1844.43 A pesar de que los Anales franco-
alemanes pretendía atraer a escritores tanto de Francia como de los Estados alemanes,
fue dominado por estos últimos, excepto por el único escritor no alemán que era el exiliado
ruso anarcocomunista Mijaíl Bakunin.44 El periódico fue relativamente exitoso, en gran
parte debido a la inclusión de las odas satíricas de Heinrich Heine sobre el Rey Luis I de
Baviera, lo que hizo que las copias enviadas a Alemania fueran confiscadas por la policía
del Estado.45
Fue en París donde, el 28 de agosto de 1844, Marx conoció al socialista alemán Friedrich
Engels en el Café de la Régence luego de haberse interesado en las ideas que Marx había
expresado en los artículos escritos para la Gaceta Renana y los Anales franco-alemanes.
A pesar de que tuvieron una breve reunión en las oficinas de la Gaceta Renana en 1842,
fue aquí en París, que comenzaron su amistad que duraría el resto de sus vidas.46 Engels
le mostró a Marx su libro recientemente publicado con el título de La situación de la clase
obrera en Inglaterra,47 que convenció a Marx de que la clase obrera sería el agente y el
instrumento de la última revolución en la historia.48 Pronto Marx y Engels se dedicaron a
escribir una crítica de las ideas filosóficas del antiguo amigo de Marx, el joven
hegeliano Bruno Bauer, que se publicaría en 1845 como La sagrada familia.49 Aunque
Marx fue crítico de Bauer, fue influenciado cada vez más por las ideas de los otros jóvenes
hegelianos como Max Stirner y Ludwig Feuerbach, pero finalmente también acabó
abandonando el materialismo feuerbachiano.50
En 1844 Marx escribió Manuscritos económicos y filosóficos, una obra que abarca
numerosos temas y explicó con detalle su concepto del trabajo alienado.15 Un año más
tarde Marx escribió las Tesis sobre Feuerbach, más conocido por la declaración de que
"los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo
que se trata es de transformarlo".15 Este trabajo contiene la crítica de Marx al materialismo
(por ser contemplativo), al idealismo (por reducir lo práctico a la teórico) y a la filosofía en
general, por poner una realidad abstracta sobre el mundo físico.15 Por lo tanto, presentó el
primer vistazo al materialismo histórico de Marx, un argumento de que el mundo no se
cambia por las ideas sino por la acción física, material y práctica.1551
Después de la caída de los Anuarios franco-alemanes, Marx siguió viviendo en la Rue
Vaneau, y comenzó a escribir para lo que entonces era el único periódico alemán radical
sin censura en Europa, el Vorwärts!.52 Con sede en París, el periódico había sido
establecido y llevado adelante por muchos activistas conectados a la Liga de los Justos,
una organización revolucionaria socialista que en unos pocos años llegaría a ser más
conocida como la Liga de los Comunistas.5354 En Vorwärts!, Marx siguió perfeccionando
sus opiniones sobre el socialismo basado en las ideas hegelianas y feurbachianas del
materialismo dialéctico, mientras que al mismo tiempo se dedicaba a criticar a varios
liberales y a otros socialistas que operaban en Europa en ese momento.55 Sin embargo en
1845, después de recibir una petición del rey de Prusia, el gobierno francés acordó en
cerrar a Vorwärts!, y además, el propio Marx fue expulsado de Francia por el ministro del
interior François Guizot.56
El periodo de Bruselas y El Manifiesto
La historia de toda sociedad hasta nuestros días no ha sido sino la historia de las luchas de clase.
Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y siervos, maestros artesanos y jornaleros,
en una palabra, opresores y oprimidos, en lucha constante, mantuvieron una guerra ininterrumpida,
ya abierta, ya disimulada; una guerra que terminó siempre, bien por una transformación
revolucionaria de la sociedad, bien por la destrucción de las dos clases antagónicas.
C. Marx y F. Engels: Manifiesto comunista (1848)57
La primera edición del Manifiesto del Partido Comunista, publicada en alemán en 1848.
Marx en 1882
Durante la última década de su vida, la salud de Marx declinó y fue incapaz de prolongar el
esfuerzo que había caracterizado su trabajo anterior.85 Logró comentar sustancialmente la
política contemporánea, especialmente la de Alemania y Rusia. Su Crítica del programa de
Gotha se opuso a la tendencia de sus seguidores como Wilhelm
Liebknecht y AugustBebel de comprometerse con el socialismo de Estado propugnado
por Ferdinand Lassalle en los intereses de un partido socialista unido.85 Este trabajo
también es notable por otra famosa cita de Marx: "¡De cada cual, según sus capacidades;
a cada cual según sus necesidades!"102
En una carta enviada a Vera Zasulich que data del 8 de marzo de 1881, Marx incluso
contempló la posibilidad de que Rusia pasara por alto la etapa de desarrollo capitalista y
que construyera el comunismo sobre la base de la propiedad común de la tierra, algo
característico de la comunidad mir.85103 Si bien admitió que la "comuna es el punto de
apoyo de la regeneración social de Rusia", también advirtió que para que el mir operara
como un medio para pasar directamente a la etapa socialista sin una fase capitalista
precedente, "será preciso eliminar primeramente las influencias deletéreas que la acosan
(a la comuna rural) por todas partes."104 Teniendo en cuenta la eliminación de estas
influencias perniciosas, Marx admitió, que podrían existir "las condiciones normales para
un desarrollo espontáneo" de la comuna rural.104 Sin embargo, en la misma carta a Vera
Zaulich, Marx señala que "en el fondo del sistema capitalista está... la separación radical
entre productor y medios de producción".104
Muerte
La tumba de Karl Marx, en el cementerio de Highgate, Londres.
Tras la muerte de su esposa Jenny en diciembre de 1881, Marx desarrolló una fuerte gripe
que lo mantuvo con un mal estado de salud durante los últimos 15 meses de su vida. Con
el tiempo, contrajo bronquitis y pleuresía que lo condujeron a su muerte el 14 de marzo de
1883 en Londres. Murió como apátrida;105 sus familiares y amigos en Londres enterraron
su cuerpo en el cementerio de Highgate el 17 de marzo de 1883. Asistieron entre nueve a
once personas en su funeral.106107108 Varios de sus amigos más cercanos hablaron en él,
entre ellos Wilhelm Liebknecht y Friedrich Engels, que dijo en su discurso:
El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de
nuestros días. Apenas le dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, le encontramos dormido
suavemente en su sillón, pero para siempre.109
Su hija Eleonora, además de Charles Longuet y Paul Lafargue, yernos de Marx y militantes
socialistas, también estuvieron presentes.108 Liebknecht, fundador y líder del Partido
Socialdemócrata Alemán, pronunció un discurso en alemán y Longuet, una figura
prominente en el movimiento de la clase obrera francesa, hizo una breve declaración en
francés.108 También se leyeron dos telegramas de los partidos obreros de Francia y
España.108 Junto con el discurso de Engels, constituyó todo el programa del funeral.108
Entre los no familiares que asistieron al funeral estaban tres asociados comunistas de
Marx: Friedrich Lessner, encarcelado durante tres años después del juicio a los
comunistas de Colonia de 1852; G. Lochner, a quien Engels describió como "un antiguo
miembro de la Liga de los Comunistas" y Carl Schorlemmer, un profesor de química en
Mánchester, miembro de la Royal Society y activista comunista durante la revolución
alemana de 1848.108 Otro asistente al funeral fue RayLankester, un zoólogo británico que
más tarde se convertiría en un prominente académico.108
La lápida de Marx lleva el mensaje grabado: "¡Proletarios de todos los países, uníos!",
presente en la última línea del Manifiesto Comunistay la frase de la Tesis XI sobre
Feuerbach (editada por Engels): "Los filósofos sólo han interpretado el mundo de distintos
modos, pero de lo que se trata es de transformarlo".110 El Partido Comunista de Gran
Bretaña construyó la lápida monumental en 1954 con un busto hecho por Laurence
Bradshaw; la tumba original de Marx tenía apenas un humilde adorno.110 En 1970 hubo un
intento fallido de destruir el monumento con una bomba casera.111112
El historiador marxista Eric Hobsbawm más tarde comentó que "uno no puede decir que
Marx murió fracasado" porque, aunque no había logrado un gran seguimiento de
discípulos en Gran Bretaña, sus escritos ya habían comenzado a impactar en los
movimientos izquierdistas de Alemania y Rusia. Al cabo de 25 años de su muerte, los
partidos socialistas de Europa continental reconocieron que la influencia de Marx en su
política estaba obteniendo entre el 15 y el 47% de los votos en los países con
elecciones democráticas representativas.113
Vida familiar
Friedrich Engels y Karl Marx, con sus hijas Laura, Eleanor y Jenny (en junio de 1864).
Karl Marx se casó con Jenny von Westphalen, hermana del ministro de Interior prusiano,
amiga de infancia con la que se comprometió siendo ya estudiante, pero sólo consiguió
casarse con ella tras la muerte de los padres de ésta, que se oponían a la relación, y tras
conseguir una cierta estabilidad económica (eventual) como director de los "Anales franco-
alemanes". Vivieron con fuertes penurias económicas debido a la irregularidad de los
ingresos de Marx, a la persecución política (que censuraba y clausuraba las revistas que
publicaba) y a tener que mudarse constantemente de país.
Marx tuvo con Jenny von Westphalen 7 hijos. Su hija mayor nació en 1844 y llevó por
nombre Jenny Caroline, quien se casaría con el socialista francés Charles Longuet,114 y
moriría con 38 años (1883), probablemente de cáncer. Poco después vendría Jenny Laura
Marx (1845), quien se casaría con el dirigente socialista hispano-francés Paul Lafargue, y
se suicidaría junto a él en 1911. Después vinieron tres que murieron en un breve plazo:
Guido (1847-1855), Edgar (1849-1850) y Franziska (1851-1852) (convulsiones, bronquitis
y tuberculosis serían las causas). La pequeña de sus hijas, Eleonor Marx (1855) formaría
parte del movimiento feminista y también se suicidaría en 1898. En 1857 nacería el último
de sus vástagos, un varón que falleció horas después de venir al mundo.
Con ellos vivía Helene (Lenchen) Demuth, una criada que había servido a la familia de
Jenny,115 que les ayudaba en las tareas domésticas, se ocupaba de los niños, y con la que
mantenían una relación familiar; ocupaban todos una sola habitación en el 28 de Dean
Street.116 HeleneDemuth fue madre el 23 de junio de 1851, de un hijo concebido durante la
ausencia de Jenny Marx, la cual había viajado a Holanda en 1850.116 Aunque un rumor
contenido acerca de la paternidad de Marx había circulado desde sus días, nunca había
aparecido ningún testimonio o documento de algún valor hasta 1962. En esa fecha el
historiógrafo alemán Werner Blumenberg publicó el contenido de una carta de
LouiseFreyberger, criada de Engels y amiga de Helen Demuth, donde declaraba haber
oído a Engels antes de su muerte confirmar ese hecho.117 Desde esta publicación, que
Freddy era hijo de Marx se ha convertido en un lugar común,116 aunque no faltan
discrepantes entre los especialistas, especialmente TerrellCarver, que cree que la única
copia de la carta que se conoce, una copia mecanografiada muy posterior a su fecha, es
probablemente un fraude.118 Lo cierto es que Jenny Marx y HeleneDemuth mantuvieron
una estrecha y afectuosa relación hasta la muerte de la primera116115 y que Demuth siguió
con Marx hasta el fin de sus días, cuando pasó al servicio de Engels del que era además
confidente política, como antes lo había sido del propio Marx, que tomaba en
consideración sus opiniones, incluso para las cuestiones de economía política.115 A su
muerte fue enterrada con los Marx.115
Marx tuvo una vida personal dedicada de forma exhaustiva al estudio de las diferentes
disciplinas del pensamiento y en especial a la filosofía e historia, y nunca tuvo estabilidad
económica; sin embargo, contó siempre con el apoyo fiel e incondicional de su amigo
Engels.
Pensamiento
Chemnitz
Críticos de Marx
La importancia de Karl Marx en el panorama intelectual y político del siglo XIX, y de su
legado en el siglo XX, han provocado numerosas críticas a su obra y su persona. En el
siglo XIX, las principales críticas provenían de intelectuales y organizaciones del
movimiento obrero que sostenían posturas políticas distintas a las de Marx. Entre
otros, Bakunin, anarquista y rival en la inspiración de La Internacional, consideraba que el
objetivo de los marxistas era «un poderoso estado centralizado.»123
Durante el último tercio del siglo XIX y, sobre todo durante el siglo XX, la fuerza del
marxismo en los ambientes intelectuales y organizaciones políticas de todo el mundo hizo
que numerosos pensadores conservadores y liberales intentasen refutarlo. Algunas críticas
se centran en elementos concretos de la obra de Marx, mientras otras se oponen a alguna
de las versiones del canon marxista elaborado por las organizaciones políticas y los
intelectuales socialistas o comunistas.
Poco después de la muerte de Marx, el economista austríaco Böhm-Bawerk publicó varios
ensayos sobre el subjetivismo del valor, entre ellos Karl Marx and theClose of HisSystem,
de 1896, donde propuso refutar El capital y la teoría del valor-trabajo marxista, en tanto
que teorías del campo de la economía. Ya en el siglo XX, Karl Popper, en La sociedad
abierta y sus enemigosanalizó lo que llama ‘profecías marxistas’, según su opinión
desmentidas por la historia. Popper escribió también un ensayo crítico con las
‘pretensiones’ del marxismo como ciencia de la historia, considerando que incurre en lo
que llama ‘historicismo’.124125
Género Ensayo
Tema(s) Política
21 de febrero de 1848
Fecha de
publicación
Tipo de Revista
publicación
País España
Índice
1Sinopsis
o 1.1Capítulo I: Burgueses y proletarios
o 1.2Capítulo II: Proletarios y comunistas
o 1.3Capítulo III: Literatura socialista y comunista
1.3.1Socialismo reaccionario
1.3.2Socialismo conservador o burgués
1.3.3Socialismo y comunismo crítico-utópicos
o 1.4Capítulo IV: Actitud de los comunistas ante los otros partidos de la oposición
2Historia
o 2.1Gestación (hasta 1847)
o 2.2Publicación y acogida inicial (1848-1872)
o 2.3Auge (1872–1917)
o 2.4Ubicuidad (1917-presente)
3Traducciones
4Notas y referencias
5Bibliografía
6Enlaces externos
Sinopsis[editar]
Por último matizan que, si bien el proletariado, en lucha contra la burguesía, se ve obligado
a la conquista del poder político, una vez "hayan desaparecido las diferencias de clase y
toda la producción esté concentrada en manos de la sociedad", la hegemonía política de
clase del proletariado dejará de ser necesaria, "Y a la vieja sociedad burguesa, con sus
clases y sus antagonismos de clase, sustituirá una asociación en que el libre desarrollo de
cada uno condicione el libre desarrollo de todos."
Capítulo III: Literatura socialista y comunista[editar]
Entre la nebulosa de propuestas socialistas de la época, los autores del Manifiesto
destacan varias tendencias que clasifican en tres: el socialismo reaccionario, el socialismo
burgués o conservador, y el socialismo y comunismo crítico-utópicos.
Socialismo reaccionario[editar]
Por socialismo reaccionario Marx y Engels entendían a aquellas variantes de socialismo
que, pretendiendo representar intereses obreros, representaban intereses de clases pre-
capitalistas.
En el socialismo feudal, se trataba de los sectores de la aristocracia desplazada del poder
por la burguesía, con los que confluían sectores del clero.
En el socialismo pequeñoburgués, se trata de sectores de las clases medias, condenadas
a engrosar el proletariado, que critican al régimen burgués desde los intereses de los
pequeños burgueses y los campesinos. Como su principal representante, señalan
a Sismondi. Sus méritos residen en la crítica correcta del régimen de producción burgués y
sus consecuencias antisociales. Pero en cuanto a sus propuestas positivas, no pasan de
un retorno a los antiguos medios de producción y de cambio, con el modo de vida
asociado a ellos.
Por último, el socialismo alemán o "verdadero socialismo" surge a partir de la importación
en Alemania de la literatura socialista y comunista francesa. Pero como en Alemania las
condiciones sociales eran bastante más feudales que las francesas, esto resultó en una
asimilación puramente literaria del socialismo en el marco de una conciencia filosófica
reaccionaria. "Y así, donde el original desarrollaba la crítica del dinero, ellos pusieron:
“expropiación del ser humano”; donde se criticaba el Estado burgués: “abolición del
imperio de lo general abstracto”, y así por el estilo. ".
Socialismo conservador o burgués
Esta ideología proviene de la sensibilización de parte de la burguesía ante el sufrimiento
del proletariado y un intento de mitigar estas injusticias para conservar el orden social
burgués.
"Se encuentran en este bando los economistas, los filántropos, los humanitarios, los que aspiran a
mejorar la situación de las clases obreras, los organizadores de actos de beneficencia, las
sociedades protectoras de animales, los promotores de campañas contra el alcoholismo, los
predicadores y reformadores sociales de toda laya.
Historia[editar]
Gestación (hasta 1847)
En 1842, a la edad de 24 años, Marx dirigía un periódico llamado “Gaceta Renana”
(RheinischeZeitung), que se editaba en la ciudad de Colonia. Friedrich Engels, hijo de una
acaudalada familia de industriales, tenía entonces 22 años y enviaba colaboraciones
desinteresadas a este periódico. Por aquellas fechas, la familia de Engels decidió enviarlo
a estudiar y a dirigir los negocios familiares a la ciudad inglesa de Manchester, que era
entonces el centro del capitalismo mundial. Aprovechando el viaje, Engels pasó por
Colonia en septiembre de 1842, pero Marx casi no lo atendió, ya que sospechaba de que
sus desinteresados artículos y su presencia en el diario eran una maniobra de la policía
para infiltrar un espía en la redacción. Engels siguió camino de Manchester, desde donde
continuó enviando colaboraciones, hasta que el gobierno prohibió la publicación de La
Gaceta Renana.[cita requerida]
En 1843, Marx se fue a vivir a París, donde profundizó en el restudio de la Revolución
francesa y los autores materialistas y socialistas franceses.9 En su estancia en París,
comenzó su colaboración con Friedrich Engels y sentó las bases de su concepción
materialista de la historia.10 En 1844, Marx fue expulsado de Francia y decidió trasladarse
a Bruselas. Por entonces Marx y Engels estaban ya en contacto con una sociedad
secreta obrera llamada la Liga de los justos. A principios de 1847, un enviado de la
Liga, Joseph Moll se reunió en Bruselas con Marx y Engels para negociar su ingreso en la
organización. Marx y Engels aceptaron y expusieron sus ideas ante el congreso de la Liga
en Londres. El congreso culminó cambiando el nombre de la organización por el de «Liga
de los Comunistas» y declarándose a favor del «derrocamiento de la burguesía, del
gobierno del proletariado, del fin de la vieja sociedad basada en las contradicciones de
clase y del establecimiento de una nueva sociedad sin clases ni propiedad privada». La
renovada Liga encargó a Marx y Engels la redacción de un manifiesto que sirviese de
orientación para la nueva doctrina.1112 Las dos obras de Engels, Confesión de fe
comunista y Principios del comunismo, sirvieron como borrador para el Manifesto
Comunista presentando las ideas centrales del marxismo como el materialismo
histórico, lucha de clase, y revolución obrera.
Publicación y acogida inicial (1848-1872)
El resultado del encargo de la Liga de los Comunistas fue un panfleto de 23 páginas
titulado «Manifiesto del Partido Comunista» (en alemán: Manifest der
kommunistischenPartei). Se publicó por primera vez en febrero de 1848, en una primera
edición impresa por la Workers' EducationalAssociation en Londres. Aunque el Manifiesto
anunciaba que sería publicado en inglés, francés, italiano, flamenco y danés,13 inicialmente
sólo tuvo distribución en alemán. Fue reimpreso tres veces y publicado de forma
serializada en un periódico para emigrados alemanes (Deutsche LondonerZeitung).14
El manifiesto no llegó lejos durante las dos siguientes décadas. A finales de la década
de 1840 se publicó una traducción al sueco y en 1850 una al inglés, de las que no queda
rastro. Durante la primera mitad de la década de 1860 se publicaron dos ediciones de baja
tirada en Londres y Berlín. A mediados de la década, los escritos de Marx estaban,
prácticamente, fuera de circulación.15
Auge (1872–1917)[editar]
El interés por la obra de Marx se reavivó por su papel en la Asociación Internacional de
Trabajadores entre 1864 y 1872 así como por el surgimiento de dos partidos de clase
obrera en Alemania fundados por miembros de la Liga de los Comunistas.15 La defensa de
la Comuna de Paris por parte de Marx, lo llevó a ser considerado un líder subversivo
temido por los gobiernos. En marzo de 1872, durante el juicio por traición de
los socialdemócratas Wilhelm Liebknecht, AugustBebel y Adolf Hepner, la acusación leyó
el Manifiesto del Partido Comunista durante una sesión del tribunal. Gracias a esto los
socialdemócratas alemanes pudieron publicar legalmente una gran tirada del texto, en
forma de actas del juicio. Engels escribió un nuevo prefacio para poner al día el texto tras
las revoluciones de 1848, aunque no pudo distribuirse legalmente. En este periodo se
publicaron al menos nueve ediciones en seis idiomas.16
Durante la década de 1880 aumentó la influencia del pensamiento de Marx entre los
partidos obreros y la circulación del Manifiesto del Partido Comunista se extendió por todo
el mundo. Entre 1871 y 1917 se publicaron cientos de ediciones en unos treinta idiomas.
Entre ellas: 70 ediciones en ruso, 11 en polaco, 7 en yiddish, 6 en finés, 5 en ucraniano, 55
en alemán, 9 en húngaro, 8 en checo, 3 en croata, 1 en eslovaco, 1 en esloveno, 34
en inglés, 26 en francés, 11 en italiano, 6 en español, 1 en portugués, 7 en búlgaro, 4
en serbio, 4 en rumano, 1 en ladino, 6 en danés, 5 en sueco, 2 en noruego, 3 en japonés y
1 en chino.17
Ubicuidad (1917-presente)[editar]
A pesar de la influencia marxista en los partidos socialistas, la denominación «Partido
Comunista» utilizada en el manifiesto no fue adoptada por ninguno hasta 1918. Tras
la Revolución de Octubre, los bolcheviques transformaron el Partido Obrero
Socialdemócrata de Rusia en el Partido Comunista de Rusia (bolchevique).18
La revolución marcó una nueva etapa para el Manifiesto del Partido Comunista. Los
partidos de la Tercera Internacional, a diferencia de los de la Segunda Internacional, se
proponian eliminar la dicotomía entre teoría y práctica. Se esperaba que todos los
miembros del partido comprendiesen la teoría marxista y para ello, la difusión de los textos
de Marx y Engels se convirtió en un aspecto muy importante del movimiento. Los partidos
de la Tercera Internacional editaron estos textos en tiradas masivas y multitud de idiomas,
a menudo con el apoyo de la Unión Soviética.19
Tras la Segunda Guerra Mundial y el ascenso de la Unión Soviética a superpotencia
internacional, el Manifiesto pasó de ser un clásico del marxismo a un clásico de la política,
siendo incluidos en los programas universitarios y editoriales generalistas, especialmente
en las décadas de 1960 y 1970. Su difusión ha permanecido globalmente, incluso tras
la disolución de la Unión Soviética y hasta la actualidad.20
Traducciones[editar]
Casi inmediatamente después de su primera edición, en 1847, el Manifiesto fue traducido
a distintos idiomas europeos. Los distintos prólogos escritos primero por Marx y Engels y
posteriormente, a la muerte del primero, sólo por Engels, van dejando constancia de las
informaciones que van llegando a los autores acerca de las traducciones de su manuscrito.
Ya en 1848se publicaron traducciones
al francés, polaco, italiano, danés, flamenco y sueco, aunque en estas ediciones no se
dejó constancia del nombre de sus autores.21
La primera traducción al idioma inglés, a cargo de Helen Macfarlane, según consta en el
prefacio a la edición alemana de 1872,22 fue publicada en Londres en 1850 en el Red
Republican. Al francés fue traducido, en París, poco antes de la insurrección
de junio de 1848.22 También en Londres, poco tiempo después de la primera edición
en alemán, se publicó una edición en polaco.22 A 1872 hay constancia, también, de
ediciones en danés y en ruso, esta última a cargo de Bakunin y editada en Ginebra22 en
la década de 1860.23 La primera traducción al castellano, realizada por José Mesa y
Leompart, fue editada en La Emancipación en 1872.24 La primera traducción al afrikáans,
con una introducción de Trotsky escrita en Coyoacán a finales de octubre de 1937, fue
publicada a 90 años de publicado el manuscrito original.25 Se dispone también de varias
traducciones al esperanto, la primera en 190826