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Registro: 190232
Materia(s): Civil
Tesis: II.3o.C.34 C
Página: 1715
La interpretación armónica de los artículos 477 y 480 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado de México, permite sostener que los efectos de la sentencia que se dicta en un juicio
reivindicatorio, son tanto declarativos como de condena, porque en caso de que le resultara
favorable al actor la sentencia, se estaría declarando mejor su derecho de propiedad que el del
demandado, y además se compelería a este último a restituir la posesión; de modo que cuando
alguien ha dejado de poseer para evitar los efectos de la reivindicación, también es menester
demandar al poseedor que deberá restituir la cosa o su estimación, si la sentencia fuere
condenatoria, pues de otro modo serían incompletos e incongruentes los efectos del fallo, en caso
de que prosperara la reivindicación, dado que si no es llamado a juicio el que posee materialmente
el bien, la sentencia no podrá condenar a la restitución de la cosa y se concretaría a declarar el
mejor derecho del actor, sin que el reivindicante obtuviera integralmente el beneficio de la acción
real en comento. No puede crear confusión el texto del numeral 480 del código citado, que
dispone que también pueden ser demandados en la reivindicación quienes dejaron de poseer la
cosa para evitar los efectos de la reivindicación "y el que está obligado a restituir la cosa o su
estimación si la sentencia fuere condenatoria", porque de dicho precepto se aprecia que su
redacción es copulativa y no disyuntiva, y evidencia que la intención del legislador fue que pudiera
demandarse a quien dejó de poseer el bien para evitar los efectos de la reivindicación, junto con
quien tuviera la posesión jurídica y material del mismo, para permitir que los efectos de la
sentencia que llegue a dictarse no sean nugatorios en perjuicio del ganador.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Registro: 162686
Tesis: IX.2o.59 C
Página: 2411
TERCERO EXTRAÑO. NO TIENE ESE CARÁCTER, SINO DE CAUSAHABIENTE AQUEL QUE OBTIENE EL
DOMINIO DE UN INMUEBLE, OBJETO DE UN JUICIO REIVINDICATORIO, Y TIENE CONOCIMIENTO DE
LA CALIDAD DEL BIEN ANTES DE QUE CONCLUYA EL PROCEDIMIENTO CON SENTENCIA
EJECUTORIADA.
El Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sostiene que la persona extraña al
juicio es aquella que no ha figurado en el juicio como parte en sentido material, pero que sufre un
perjuicio dentro de él o en la ejecución de las resoluciones, sin haber tenido la oportunidad de ser
oída en su defensa por desconocer las actuaciones relativas, quedando incluida en este concepto
la parte que no fue emplazada o que lo fue incorrectamente. Por su parte, el causahabiente es la
persona que ha sustituido o se ha subrogado, por cualquier título, en el derecho de otra u otras,
puesto que en determinados actos jurídicos concurren personas que por un acontecimiento
posterior adquieren en forma derivada los derechos y obligaciones de quienes fueron sus autores.
Es decir, el causahabiente es la persona que después de celebrado un acto jurídico adquiere en
forma derivada del autor de éste, por transmisión, los derechos y las obligaciones que nacieron
originalmente dentro de la misma relación jurídica. Por lo que, en el caso, no tiene el carácter de
tercero extraño, sino de causahabiente aquel que adquiere el dominio de un inmueble, objeto de
un juicio reivindicatorio, y tiene conocimiento de la calidad del bien antes de que concluya el
procedimiento con sentencia ejecutoriada. No es obstáculo a lo anterior que la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J. 85/2006, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, enero de 2007, página
128, de rubro: "CAUSAHABIENCIA. PARA EFECTOS PROCESALES, SU ACTUALIZACIÓN REQUIERE
QUE SE ACREDITE QUE EL ADQUIRENTE DEL INMUEBLE TUVO CONOCIMIENTO DE LA
CONTROVERSIA JUDICIAL A QUE ESTÁ SUJETO DICHO BIEN.", haya sostenido que para efectos de la
causahabiencia procesal es necesario que mediante inscripciones hechas en el Registro Público de
la Propiedad se acredite que el adquirente tuvo noticia de que el bien estaba sujeto a una
controversia judicial porque, de lo contrario, debe considerársele como tercero adquirente de
buena fe, puesto que esa jurisprudencia se refiere al supuesto en que el adquirente se entera del
juicio después de haber concluido con sentencia ejecutoria.
Registro: 165042
Materia(s): Civil
Tesis: II.3o.C.76 C
Página: 2971
En los artículos 2898 del anterior Código Civil del Estado de México y 888, fracción IV, último
párrafo, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de México abrogado, está consignado
un trámite específico de naturaleza similar a la de un juicio de prescripción positiva, en el que se
comprueba además del hecho de la posesión, los requisitos que para poder usucapir contempla el
artículo 932 del abrogado Código Civil, cuya procedencia descansa en la ausencia de antecedentes
registrales del inmueble objeto; de tal manera que si ante el órgano jurisdiccional se cumplen los
requisitos establecidos por la ley, como es la comprobación precisamente de que el inmueble
carecía de antecedentes registrales, el estado físico que guardaba y, a través del testimonio de
diversas personas se demuestra que la posesión ha sido por más de cinco años, de forma pacífica,
pública, continua, de buena fe y a título de propietario, la resolución que se dicte, constituye un
pronunciamiento de carácter judicial que sirve como título de propiedad; sin perjuicio de que ese
documento sea valorado conforme a los cuestionamientos que respecto de su eficacia formule la
contraparte de quien lo presenta. Conforme a lo anterior, resulta inaplicable, en ese supuesto, la
jurisprudencia de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación 1a./J. 91/2005,
publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXII, agosto
de 2005, página 86, de rubro: "INFORMACIONES AD PERPETUAM. LA RESOLUCIÓN QUE EN ELLAS
SE DICTE NO ES APTA PARA ACREDITAR LA PROPIEDAD DEL INMUEBLE MATERIA DE UN JUICIO
REIVINDICATORIO (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE GUANAJUATO)."; porque para establecerlo,
nuestro Máximo Tribunal partió del análisis de la legislación civil del Estado de Guanajuato, en la
cual el artículo 731, fracción II, último párrafo, del Código de Procedimientos Civiles para el Estado
de Guanajuato, remite a la declaración consignada en el diverso 1252 del Código Civil de ese
Estado; y en esa intelección es que se consideró que la declaración respectiva, sólo acredita el
hecho de la posesión, precisamente porque la finalidad de las diligencias de información ad
perpetuam, conforme al supuesto normativo interpretado, consiste en justificar la posesión como
medio para acreditar el dominio.
Amparo directo 301/2009. José Luis Porfirio Medina Hernández. 4 de junio de 2009. Unanimidad
de votos. Ponente: Felipe Alfredo Fuentes Barrera. Secretario: Carlos Dotor Becerril.
Época: Novena Época
Registro: 170876
Materia(s): Civil
Tesis: VI.2o.C.593 C
Página: 1666
El motivo por el que en tratándose de la posesión derivada de bienes inmuebles cuya restitución
se demanda judicialmente, previo al ejercicio de una acción real debe promoverse una de carácter
personal, radica en la imposibilidad de desconocer relaciones jurídicas previas mediante las que el
propietario del bien cedió la posesión a un tercero, pues éste ejerce poder físico sobre la cosa en
virtud de un acto volitivo anterior, concertado con el dueño del inmueble, es decir, su posesión se
funda en un título que surte efectos hasta no ser declarado ineficaz jurídicamente. Ahora, las
obligaciones que nacen de los actos jurídicos mediante los que se cede la posesión de un bien raíz
son de naturaleza personal, ya que las mismas no afectan a la cosa u objeto material del pacto,
sino que recaen en los individuos que lo celebran. Sin embargo, esa clase de relaciones jurídicas se
establecen res inter alios acta, es decir, solamente producen efectos entre las partes contratantes
y no contra terceros ajenos al pacto, en tanto que no puede obligarse a quienes no intervinieron
en su celebración; de ahí que quien está obligado y legitimado para ejercer una acción personal es
aquel que la estableció, y no quien se abstuvo de intervenir en ella, es más, un tercero ajeno a un
contrato carece de legitimación para demandar judicialmente su nulidad, rescisión o terminación,
en la medida en que carece de titularidad, tanto de derechos como de obligaciones respecto de él.
Por tanto, el demandado en un juicio reivindicatorio no puede oponer como excepción a la
procedencia de dicha acción, la existencia de una diversa acción personal derivada de un contrato
en el que su demandante no participó, pues a éste no se le puede exigir que intente aquélla
respecto de obligaciones contractuales contraídas por sujetos ajenos a su persona.
Amparo directo 353/2007. María Eloína del Carmen Cortés Ramírez, su sucesión. 11 de octubre de
2007. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez. Secretario: Eduardo Iván
Ortiz Gorbea.
Registro: 2004824
Materia(s): Civil
Página: 979
Amparo en revisión 93/2013. Gerardo Becerra Chávez. 9 de mayo de 2013. Unanimidad de votos.
Ponente: Carlos Hernández García. Secretario: Gerardo Vázquez Morales.
Registro: 2003617
Página: 543
Amparo directo en revisión 1623/2011. Roberto Mora Velázquez. 5 de octubre de 2011. Cinco
votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Ana Carolina Cienfuegos
Posada.
Registro: 166250
Materia(s): Civil
ACCIÓN REIVINDICATORIA. LA NULIDAD DEL TÍTULO FUNDATORIO PUEDE HACERSE VALER COMO
EXCEPCIÓN O COMO ACCIÓN RECONVENCIONAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).
La nulidad de un título de propiedad no solamente puede hacerse valer como acción principal,
sino también como excepción al contestar la demanda en un juicio reivindicatorio, o bien como
acción reconvencional, en virtud de que en principio, los artículos 245, 248, 248 bis y 249 del
Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla abrogado, establecen que el
demandado formulará su contestación de demanda refiriéndose a cada uno de los hechos
expuestos por la parte actora en su libelo, y que de existir objeción a los documentos exhibidos
por su enjuiciante, expresará el motivo o causa de la objeción, anunciando las pruebas que la
justifiquen, pudiendo reconvenir al actor en el mismo ocurso; asimismo, el numeral 454 del mismo
cuerpo legal, prevé que la sentencia tratará exclusivamente de las acciones deducidas y de las
excepciones opuestas; y, por otra parte, no se advierte impedimento alguno para hacer valer la
nulidad aludida por vía de excepción o de acción reconvencional, aunque los efectos en uno y otro
caso difieran, ya que si se hace valer como excepción y resulta procedente, se tendría por no
demostrado el primer elemento de la acción reivindicatoria, en tanto que la acción reconvencional
de nulidad traería como consecuencia la declaración judicial de ser nulo el título de propiedad
correspondiente.
Amparo directo 31/2005. Teresa Rosas Océlotl. 10 de febrero de 2005. Unanimidad de votos.
Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.
Amparo directo 4/2005. Juana Maldonado Vázquez y otra. 17 de febrero de 2005. Unanimidad de
votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Juan Carlos Cortés Salgado.
Amparo directo 116/2006. Mercedes Rendón Alarcón y otro. 19 de octubre de 2006. Unanimidad
de votos. Ponente: Ma. Elisa Tejada Hernández. Secretario: Nelson Loranca Ventura.
Amparo en revisión 193/2009. María de los Remedios Bartolomé Claudio. 21 de agosto de 2009.
Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Humberto Schettino Reyna.
Registro: 167945
Materia(s): Civil
Tesis: VI.2o.C.652 C
Página: 1845
Las acciones reivindicatoria y plenaria de posesión tienen ciertas similitudes, como que ambas son
acciones reales; empero, la primera protege la propiedad y la segunda la posesión; asimismo, en
ambas la sentencia tiene efectos de condena, pues el demandado debe restituir la cosa con sus
frutos y accesiones; las dos competen a quien no está en posesión de la cosa que tiene derecho a
poseer por justo título: en la publiciana, aunque no sea con el carácter de propietario, y en la
reivindicatoria, por ser titular de la propiedad; de ahí que en el plenario de posesión, el actor debe
acreditar ser adquirente con justo título y buena fe, mientras que en el reivindicatorio, debe tener
el dominio del objeto. Precisamente por estas similitudes es que la calidad de la posesión, resuelta
de manera firme y definitiva en un juicio reivindicatorio, opera como cosa juzgada refleja en un
plenario de posesión, siempre y cuando exista identidad entre las partes y el inmueble
controvertido.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.
Amparo directo 427/2008. José Manuel Monroy Santos y otros. 27 de noviembre de 2008.
Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Carlos Alberto González
García.
Nota: Por ejecutoria del 22 de abril de 2015, la Primera Sala declaró inexistente la contradicción de
tesis 198/2014 derivada de la denuncia de la que fue objeto el criterio contenido en esta tesis, al
estimarse que no son discrepantes los criterios materia de la denuncia respectiva.
Registro: 168748
Materia(s): Civil
Tesis: I.4o.C.159 C
Página: 1431
De conformidad con la interpretación sistemática y axiológica de los artículos 92, en relación con
el 422 y 426 del Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal, el contenido de
la sentencia ejecutoriada dictada en un proceso jurisdiccional de usucapión, presentada
por alguna de las partes en un juicio reivindicatorio, como título de propiedad, sin que su
contraparte haya intervenido en forma alguna en el juicio prescriptivo, el fallo carece de la
eficacia imperativa de la cosa juzgada, y sólo tiene efectos de un medio de prueba, y como
tal, debe ser valorado por el Juez de la causa reivindicatoria, con apego a las reglas de la
lógica y las máximas de experiencia, como lo prevé el artículo 402 del citado código
procesal, y no como producto de la decisión inmutable, cierta e imperativa de una
autoridad jurisdiccional en ejercicio final del poder soberano del Estado. Así pues, para la
confrontación de los títulos de las partes, no se le debe otorgar la calidad de mejor título,
por su mero carácter de decisión judicial ejecutoriada, sino atender al valor y jerarquía de
los documentos o elementos presentados como prueba de la causa de pedir en la
prescripción.
Amparo directo 760/2007. Enrique García Portillo y otros. 24 de enero de 2008. Unanimidad de
votos. Ponente: Leonel Castillo González. Secretaria: Blanca Estela Mendoza Ortiz.
Registro: 169394
Materia(s): Civil
Página: 11
Contradicción de tesis 149/2007-PS. Entre las sustentadas por el entonces Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Décimo Sexto Circuito, actualmente Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Sexto Circuito y el entonces Segundo
Tribunal Colegiado en Materia Civil del Décimo Sexto Circuito, actualmente Segundo
Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Décimo Sexto Circuito. 30 de abril de
2008. Cinco votos. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretario: Mario César Flores
Muñoz.
Tesis de jurisprudencia 53/2008. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de
fecha catorce de mayo de dos mil ocho.
Registro: 172111
Materia(s): Civil
Tesis: XXVIII.4 C
Página: 2446
Si bien es cierto que los interdictos tienen entre otros propósitos, retener o recobrar la posesión
interina de un bien, no prejuzgan, ni proceden respecto de cuestiones de propiedad y de
posesión definitiva, y las pruebas sobre propiedad que se presenten sólo se tomarán en
consideración en cuanto contribuyan a demostrar la posesión, sin que además puedan
acumularse al juicio de propiedad no al plenario de posesión, y el vencido en ellos puede
hacer uso después del juicio plenario de posesión o del juicio reivindicatorio; también lo es
que sería contrario al espíritu de la ley, no permitir a quien afirme ser el propietario del
inmueble ejercitar, por vía reconvencional, la acción reivindicatoria dentro de alguno de
esos procedimientos cautelares. Lo anterior, porque el artículo 27, fracción I, de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y el libro tercero, título segundo,
denominado "De la propiedad en general", del Código Civil para el Estado de Tlaxcala
(artículos 750 a 765), contienen diversas normas que regulan y protegen el derecho de
propiedad de los particulares, el cual es oponible frente a cualquier tercero. Por
consiguiente, debe permitirse la defensa de ese derecho en cualquier procedimiento que
se instaure, incluyendo el interdicto de retener o de recuperar la posesión porque, de lo
contrario, se correría el riesgo de que a través de él, quedara desmembrado el derecho de
propiedad, esto es, el propietario podría perder la facultad de usar, disfrutar o disponer de
su bien inmueble, con violación al citado artículo 750 del Código Civil de mérito. Lo
anterior cobra mayor importancia, si se toma en cuenta que el artículo 831 del Código de
Procedimientos Civiles del Propio Estado establece: "La sentencia que decida los juicios de
propiedad y plenario de posesión producirá, en los interdictos, cualquiera que sea el
estado en que se encuentren, aun en periodo de ejecución de sentencia, la excepción de
cosa juzgada.", lo cual revela que el interdicto de retener la posesión y el juicio
reivindicatorio, pueden tramitarse al mismo tiempo, incluso, por vía reconvencional.
TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO OCTAVO CIRCUITO.
Amparo directo 103/2005. Víctor Yamet García Lozada. 24 de noviembre de 2005. Unanimidad de
votos. Ponente: José Luis Moya Flores. Secretario: Roberto Javier Sánchez Rosas.
Registro: 185010
Materia(s): Civil
Tesis: VI.1o.C.52 C
Página: 970
Amparo directo 271/2002. Juan López Tavera. 30 de septiembre de 2002. Unanimidad de votos.
Ponente: Alejandro Sánchez López. Secretario: Ezequiel Tlecuitl Rojas.
Época: Novena Época
Registro: 187262
Materia(s): Civil
Tesis: II.2o.C.335 C
Página: 1242
Al tener en cuenta que las acciones plenarias de posesión y reivindicatoria comparten algunas
características, como son: que se trata del ejercicio de derechos reales por aquel que no
tiene la posesión y que su efecto es restituir la cosa al demandante, sólo que la
reivindicación tutela derechos de propiedad, mientras que la plenaria de posesión o
publiciana protege aspectos inherentes a la posesión definitiva e incluso ambas requieren
de la existencia de un justo título para poseer, e igualmente que, en su caso, resguardan el
dominio de la cosa perseguida, entonces, en tal prelación lógico-jurídica, deviene
incuestionable que la autoridad responsable, al conocer del juicio reivindicatorio, está
obligada a examinar un aspecto ya resuelto en definitiva en un plenario de posesión como
cosa juzgada en orden con la fecha del título exhibido, pues resulta patente e indiscutible
que la decisión firme sobre el tema de la posesión anterior al título, en razón de la
sentencia ejecutoriada dictada en el juicio plenario de posesión, tiene eficacia refleja en el
reivindicatorio, siempre que sea innegable la existencia de identidad entre las personas
litigantes y el inmueble controvertido, por lo cual, en dicho supuesto, debe preponderar la
existencia de la cosa juzgada formal y material respecto del citado elemento de la
posesión.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo directo 731/2001. Elías Villa Rocha y otra. 15 de enero de 2002. Unanimidad de votos.
Ponente: Virgilio A. Solorio Campos. Secretario: Faustino García Astudillo.
Nota: Por ejecutoria del 22 de abril de 2015, la Primera Sala declaró inexistente la contradicción de
tesis 198/2014 derivada de la denuncia de la que fue objeto el criterio contenido en esta
tesis, al estimarse que no son discrepantes los criterios materia de la denuncia respectiva.