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MARCO TEÓRICO
ANÁLISIS
Los docentes conocen, en cierta medida, los conceptos que orientan la reforma;
manejan ciertas metodologías que el gobierno ha difundido en sus programas;
pero es al nivel de los valores y actitudes donde se refleja en su real magnitud las
carencias de éstos, ¿cómo se explica esto?
La nueva práctica docente debería destacarse por la manera de abordar las reglas
postuladas por Bernstein. En el contexto educativo actual encontramos la
mantención de la aplicación de la reglas de secuencia de modo invisible. Ya no
fundamentada desde las perspectivas del autoaprendizaje, sino de la incapacidad
de hacer parte al estudiante de un proyecto colectivo. En la actualidad, no
podemos seguir sosteniendo, si apuntamos al desarrollo del pensamiento y a la
persona y su entorno – que apunta a una participación democrática – que los
estudiantes sólo conozcan al transmisor y nunca el proyecto, esto no significa que
el conocer el proyecto pase por la imposición de éste. Como bien se cuestionaba
Searle la pregunta pasa por quién construye para quién. Por lo anterior, la
práctica docente necesita patentizar el proyecto potenciado en la sala de clase
relacionado con la capacidad del estudiante de participar – entendiendo el
concepto como acción -, el problema no nace de la aplicación de un proyecto,
sino de no pensarlo desde los estudiantes.
En cuanto a las reglas jerárquicas, creemos que éstas constituyen el mayor problema, porque
veníamos de una tradición autoritaria en la educación, y pasamos a una concepción distinta de
relación social. A pesar de lo anterior, la forma en que se debe establecer la relación educador-
educando, debe ser palmaria, ya sea una relación de dominación, o una que rompa, en ciertos
sentidos, la jerarquía, esta debe ser clara respecto de su carácter y del por qué de éste, siguiendo
la fundamentación dada anteriormente. Con esto, queremos recalcar que la transparencia no
implica necesariamente que la práctica misma sea más democrática, sino que al evidenciar las
formas de relación social que potenciará el docente en el aula entregará los fundamentos a los
estudiantes para que, así, ellos puedan reflexionar.
CONCLUSIONES
A Partir de las reflexiones anteriores, comprendemos que son muchos los factores que intervienen
a la hora de desarrollar determinada práctica pedagógica. Pese a las expectativas que se
generaron, la implementación de la reforma ha dejado de manifiesto la poca claridad de ciertos
principios que la inspiran, lo que ha repercutido, pero de manera amplificada, en el aula. Esto se
relaciona con el origen de la reforma, en tanto este no nace de los actores involucrados, sino de la
elite que intenta implantar una visión que quienes están llamados a implementar no comparten o, al
menos no entienden completamente. Nos encontramos con un grupo de privilegiados que piensan
la educación para los otros, negando el conocimiento y discurso de sus protagonistas.
Las prácticas que se deben potenciar ya no deben fundarse en la distinción entre explícito e
invisible, sino que lo que debería determinarlas es el carácter transparente u honesto de ellas.
Todos los sujetos somos sujetos discursivos, por ende, debemos partir entendiendo que cada
docente en sí es un discurso, por lo mismo tiene que ser capaz de identificar ese discurso, y a
partir de ahí incorporar otros para presentarlo a sus estudiantes. Es necesario comenzar por
transparentar y conocer el propio discurso en primer término, para desde ahí –concientemente-
entregarlo al resto. La relevancia de esta transparencia radica en la inspiración medular de la
reforma como es el desarrollo del pensamiento, entendido como competencia, en los educandos,
porque el ocultamiento del proyecto educativo obstaculiza la generación de competencias, en este
ámbito, en los estudiantes.
REFERENCIAS BIBIOGRÁFICAS