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formación continua
Algunas consideraciones
EL APRENDIZAJE COLABORATIVO
El aprendizaje colaborativo es una prioridad en la formación docente
Apostamos al aprendizaje colaborativo en la modalidad presencial
como construcción social del conocimiento
PORQUE
Permite crear comunidades de aprendizaje entre pares
aprender con otros, de otros, entre otros
ejercitar nuevas dinámicas de comunicación con grupos de colegas
y generar espacios de producción
PERO
No hay colaboración en cualquier trabajo grupal
A colaborar se enseña y aprende
En este sentido, es fundamental tener en cuenta que el trabajo colaborativo es una apuesta
central de nuestra propuesta formativa, entendida como estrategia de formación continua y
de desarrollo profesional, ya que facilita y moviliza la conformación de redes de trabajo entre
Pero además, promover el trabajo colaborativo y comprenderlo como una habilidad que debe
ser aprendida y apropiada, nos permite instalar su necesidad en las aulas de desarrollar
estrategias de enseñanza que la propicien, con objetivos claros y concretos de aprendizaje
sobre los propósitos de cada propuesta. Vygotsky1 destaca la influencia de la estructura social
en el desarrollo de las personas, pone a la interacción social como centro del desarrollo
cognitivo, adquiriendo bases de conocimientos teóricos y prácticos en las relaciones con los
demás. Por ello es necesario el desarrollo en el aula de estrategias grupales donde el
aprendizaje pueda suceder mancomunado en su contexto, donde se generen situaciones de
análisis, discusión, diálogo, donde aparezcan procesos comunicativos, actividades colectivas
y colaborativas de espacios de aprendizajes comunes en construcción de conocimientos con
otros. No se trata de descartar el aprendizaje individual, sino de promover, enseñar y aprender
el aprendizaje colaborativo como estrategia pedagógica vinculada al modo en cómo se
enseña.
¿Siempre que hay trabajo grupal hay colaboración? En un trabajo central para
comprender el aprendizaje de este tipo, Neil Mercer (1997) señala que trabajar
¿Qué tipo de consignas? Para muchos autores y referentes del tema, el desarrollo de las
consignas es un momento central para el éxito del trabajo colaborativo, de la misma manera
que es fundamental que los cursantes comprendan esa consigna y sus objetivos. Al respecto,
Schwartzman (2009) señala que “el proceso de diseño supone imaginar buenas actividades,
Flavia Terigi (2016) señala que la colaboración funciona cuando el asunto que convoca la
tarea solo puede resolverse mediante la colaboración de los participantes, es decir, cuando
se trata de una tarea que no se puede solucionar individualmente o a través de la suma
sucesiva de partes. Se trata entonces de tareas donde se requieren distintos puntos de vista,
donde la producción final es demasiado compleja o donde se espera que la interacción de
lugar a procesos creativos o a la emergencia de aspectos no previstos (Schwartzman, 2009).
En principio la construcción entre pares del conocimiento puede presentarse desde una
consigna general, para luego acompañar la producción colaborativa desde recorridos más
individualizados que lleven a la reflexión, evaluación y coevaluación del conocimiento
generado en grupo. Por otro lado, es importante además que se prevean lo que Terigi llama
“tiempo personal para pensar en borrador”, es decir, proponer consignas de participación
donde el inicio del diálogo convoque al cursante a participar aportando desde su lugar y su
saber a través de alguna elaboración práctica o conceptual.
Por otro lado, cada propuesta supone una respuesta a (casi) todas estas
preguntas:
Schwartzman, 2009.
En el aula de capacitación TIC tenemos muchas veces un doble escenario presencial y virtual,
a través de los espacios de interacción, seguimiento y acompañamiento que generamos en
Facebook, Edmodo o Whatsapp, entre otros. Esto abre la posibilidad de proponer el
aprendizaje colaborativo en la interacción en vivo, “del papel al espacio virtual” como
propuesta que dé inicio a la reflexión entre y donde los colegas puedan verbalizar sus
supuestos, puntos de vistas y experiencias como forma de conectarse con el aprendizaje
colaborativo. Al mismo tiempo, estamos convencidos que dar un tratamiento reflexivo al
conocimiento del aprendizaje colaborativo es una forma de iniciar la práctica de producir con
otros, e ir del pensamiento a la acción, y a la acción con otros. Por esto, la tarea para abordar
lo colaborativo no solo supondría llevar adelante una experiencia modelizadora o de learning
by doing, sino también explicitar los sentidos de los intercambios y objetivando los momentos
de la tarea y los tipos de conversación que en ellos se movilizan.
¿Cómo manejar el tema de los agrupamientos? Para que un equipo pueda desarrollar una
tarea colaborativamente, es importante tener en cuenta no solo las actividades previas, las
consignas y los tipos de conversación sino también el modo en el que agrupamos a los
cursantes. En este sentido, la sugerencia principal es que el criterio utilizado guarde relación
con la consigna y con los objetivos del aprendizaje y que a partir de ellos se defina la cantidad
y el origen en términos de nivel, disciplina y modalidad de los participantes ¿Es conveniente
que sean de la misma disciplina? ¿Es mejor la conformación de grupos heterogéneos? Eso
dependerá de la tarea que convoque la acción y es una tarea del capacitador proponer
alternativas al respecto. Las únicas propuestas aquí serán seguir ensayando soluciones
creativas y compartiendo los resultados. También probar con agrupamientos escalados,
comenzando por parejas, como se señaló en el apartado anterior.
Para intervenir, es importante tener en cuenta además que las situaciones de colaboración
pueden ser aprovechadas de forma desigual por los cursantes, de acuerdo a las distintas
experiencias, estilos y habilidades para participar y apropiarse del saber en contextos que
son al mismo tiempo grupales y virtuales. Terigi (2016) señala por ejemplo que son
precisamente los estudiantes (cursantes aquí) mejor posicionados respecto al saber los que
tienen mejores oportunidades de aprender a través de la colaboración grupal. En lo virtual,
esto puede reforzarse también entre aquellos que tienen más experiencia en el entorno. Estas
diferencias deben ser tenidas en cuenta por el tutor de modo que sus intervenciones puedan
orientar una participación más simétrica, poniendo atención allí donde es más necesario.
3 Los autores trabajan sobre el trabajo colaborativo en entornos virtuales, por eso los ejemplos refieren
a este tipo de espacios. Proponemos una lectura ampliada para pensar los grupos también en
escenarios de aula presencial o mixtos.
BIBLIOGRAFÍA CITADA
Johnson, David W., Johnson, Robert T. y Holubec, Edhyte J. (1994) El aprendizaje coopera
la Association For Supervision and Curriculum Development, Virginia.