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ISSN: 1130-5274
clin-salud@cop.es
Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid
España
ARTÍCULOS
Bienestar social y trauma psicosocial:
una visión alternativa al trastorno de
estrés prostraumático
Social well-being and psycho-social
trauma: An alternative approach to post-
traumatic stress disorder
AMALIO BLANCO1
DARÍO DÍAZ1
Fecha de Recepción: 14-11-2004 Fecha de Aceptación: 25-11-2004
RESUMEN
ABSTRACT
PALABRAS CLAVE
KEY WORDS
“Este tipo de diagnóstico difiere casos, se trata del uso del dolor y
de los tradicionales porque hace del sufrimiento para regular y con-
referencia a la situación de viola- trolar la conducta política de los ciu-
ción de los derechos humanos dadanos de un determinado país.
que está en el origen del padeci- De un uso perfectamente organiza-
miento, lo que no permite que un do y meticulosamente planificado;
problema de origen sociopolítico de “...un diseño [del terror] dirigido a
se encubra como un problema de un sector de la población en razón
origen psicopatológico individual de su ideología y su práctica políti-
ni se desconoce tampoco las ca, que tiene efectos sobre el con-
dimensiones psicopatlógicas texto social, desalentando la partici-
específicas que puedan estar pación social en general y vinculan-
implicadas. Esta manera de nom- do experiencias de muerte – trau-
brar el padecimiento – identifican- matizaciones extremas – a la acción
do la situación que lo origina – e ideología política de las personas”
impide su reducción a la sintoma- (Becker, et. al., 1990, 288). La con-
tología, la que puede ser observa- secuencia no se deja esperar: “Por
ble en situaciones de origen muy tanto, dicen, nuestra conceptualiza-
diferente. Sería erróneo entenderlo ción diagnóstica de la experiencia
como un diagnóstico referido a un traumática incluye una caracteriza-
síndrome específico de la tortura, ción de la situación represiva espe-
del torturado, del exilio o del exi- cífica y del proceso que esta situa-
liado, no obstante la situación ción desencadena en los sujetos, en
política que les ha afectado pueda las familias y en los grupos” (ILAS,
ser descrita en términos semejan- 1990, 40).
tes o análogos.... El diagnóstico
de estrés postraumático... al estar En los actos de violencia que
incorporado dentro de los cuadros encuentran su apoyo en el fanatis-
reconocidos oficialmente en la mo político o religioso (el 11-M es
mayor parte de los países, tiene uno de ellos), se ponen en marcha
diversos inconvenientes producto procesos que sitúan a las personas
de su carácter general y de la (a las víctimas y a los victimarios)
imprecisión respecto al proceso dentro un contexto atravesado de
psicopatológico que se desenca- relaciones de poder y sumisión,
dena” (Lira, 1999, 143). dentro de un marco en el que se
activan hasta el paroxismo perte-
Cabe, entonces, la posibilidad de nencias categoriales alimentadas
que al hablar del trauma causado de verdades a medias y de menti-
por la violencia estemos hablando ras de cuerpo entero, de estereoti-
tanto de una sintomatología de pos nada benevolentes que desem-
índole psicopatológica como de bocan en una polarización extrema
expresiones concretas de un con- de personas y posiciones (un
flicto social y político cuyas conse- “ellos” y “nosotros”, que da paso a
cuencias se dejan sentir tanto en el “nosotros” contra “ellos”), que sue-
psiquismo individual como en la len abrir el camino a esos procesos
subjetividad social. En muchos de favoritismo endogrupal y discri-
minación exogrupal de los que tan Aquella “nueva psicología del trau-
sólidas y reiteradas noticias tene- ma” de la que habló Janoff-Bulman
mos a partir de las investigaciones hace veinte años, necesita tener en
pioneras de Tajfel sobre el grupo cuenta la totalidad de las experien-
mínimo. La traumatización extrema, cias de los supervivientes, parte de
dice David Becker, uno de los las cuales caen lejos de los paráme-
miembros de aquel histórico Insti- tros con los que se maneja en TEPT:
tuto de Salud Mental y Derechos el sistema de creencias acerca del
Humanos (ILAS), “se caracteriza mundo y de nosotros mismos que
por una estructura de poder basa- nos permite relacionarnos con el
da en la eliminación de grupos de entorno, la confianza en los demás,
personas por miembros de su el reconocimiento del valor propio, la
misma sociedad. No tiene límite en sensación de control sobre lo que
el tiempo y se desarrolla secuen- nos sucede, y el sentimiento de invul-
cialmente” (Becker, 1995, p. 107). nerabilidad, todas esas cosas que
La estructura de poder como nos permiten dar coherencia, orden y
marco de referencia a la hora de estabilidad al mundo que nos rodea
hablar del trauma: “los victimarios queda hecho añicos como conse-
en todas las partes del mundo han cuencia del terror (Janoff-Bulman,
usado el ‘desorden’ de las víctimas 1992, p. 50). Un orden y una estabili-
para justificar sus actos de cruel- dad que, entre otras cosas, se
dad y destrucción” (Becker, 1995, derrumba estrepitosamente como
p. 103), normalmente una desvia- consecuencia de la violencia, y
ción ideológica de carácter político hacen de él un contexto “amenaza-
o religioso a la que es necesario dor y traumatizante, con gran poten-
poner fin sin ahorrar ningún medio. cial destructivo” (Lira, Becker y Casti-
Para los victimarios, el problema no llo, 1990, 39), convirtiendo las relacio-
reside en el “desorden social” (ese nes interpersonales en un campo
desorden ordenado del que habla- minado de amenazas, desconfianza
ba Martín-Baró) que puede suponer y temor: se destruye la confianza en
las condiciones miserables que los demás, una de las creencias
rodean la vida de millones de per- sobre las que fundamentamos nues-
sonas, la injusticia, la desigualdad, tra vida interactiva. El miedo pasa así
la represión política, la persecución a convertirse en el patrón fundamen-
en razón de las ideas, o el fanatis- tal de la vida social. El miedo como
mo religioso, sino la resistencia de proceso psicológico y como proceso
determinadas personas a admitir político: ese es su estatus, y ese es
las condiciones o a asumir los pos- también el título del primer capítulo
tulados que les imponemos como de uno de los estudios más significa-
verdades absolutas con vocación tivos del grupo chileno, agrupado ya
de eternidad. Una posición a todas para esas fechas en el “Instituto Lati-
luces insostenible no sólo desde el noamericano de Salud Mental y
punto de vista moral, sino desde Derechos Humanos” (ILAS):
cualquier supuesto científico del
que nos queramos valer en el estu- “El miedo se genera en la subjeti-
dio del trastorno mental. vidad de personas concretas, y
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