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Alegría sin fin

Sheila Adriana Mendoza Mojica

La posibilidad de divertirse puede representar sentimientos de libertad, de disfrutar


y de sentirse poderosos, capaces de realizar cualquier cosa. Este estado puede
llegar a la exacerbación, pero sólo en ciertos momentos, de forma natural,
necesaria y libre de culpa, principalmente para los jóvenes quienes suponemos
que en su condición, están más propensos de vivirlo. He aquí entonces, la imagen
de nuestro Presidente de la República y Secretario de Educación que siendo
adultos pueden emanar hasta carcajadas, viviendo en una residencia como Los
Pinos y con la seguridad privada con la que cuentan, así, qué importa que la
Reforma Educativa tenga tantas dificultades en su operación. He pensado que
sólo pueden seguir viviendo así porque están profundamente convencidos de
habitar un Mundo Feliz o porque estén estimulados con sustancias psicotrópicas.
En contraparte, los padres de los estudiantes, se esfuerzan en llevarles de
vacaciones a la playa, arrastrando consigo los dispositivos de precarización con
los que cuentan y donde no hay cabida ni siquiera para emanar mínimamente
sonrisas.

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