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Escuela de Derecho
2014
ÍNDICE
Página
ABREVIATURAS…………………………………………………………………………….3
PLAN DE ESTUDIO……………………………………………………………………….....4
CAPÍTULO I
A. LA RELACIÓN JURÍDICA……………………………………………………………......5
a. Concepto……………………………………………………………………….5
b. Elementos……………………………………………………………………....5
b.3. El objeto……………………………………………………………....7
a.1. Conceptos…………………………………………………………….9
II
a.2. Diferencias………………………………………………………...….9
a. Noción de obligación………………………………………………………….11
a.1. Elementos…………………………………………………………...12
c. La obligación y el contrato…………………………………………………….15
a. Concepto………………………………………………………………………22
b.1. El contrato…………………………………………………………...24
b.2. El cuasicontrato……………………………………………………...24
b.4. La ley………………………………………………………………...25
d.2.1. Requisitos………………………………………………...32
e. Consideraciones finales…………………………………………………….....35
a. Esquema general……………………………………………………………...36
c. En cuanto a la fuente………………………………………………………....37
d. En cuanto al objeto…………………………………………………………...37
e. En cuanto a su eficacia……………………………………………………….46
f. En cuanto a su autonomía…………………………………………………….51
ABREVIATURAS
Arts. : Artículos
Ed.: Editorial
Inc : Inciso
4
PLAN DE ESTUDIO
CAPÍTULO I
A. LA RELACIÓN JURÍDICA
a. Concepto
b. Elementos
Los elementos que forman la estructura de la relación jurídica son seis: 1) los
sujetos; 2) el vínculo jurídico; 3) el objeto; 4) el deber jurídico; 5) el derecho subjetivo,
6) el hecho condicionante.
1
Seguimos en esta parte a WILLIAMS BENAVENTE, J., Lecciones de Introducción al Derecho, 2ª
edición, Ed. Fundación de Ciencias Humanas, Santiago, 1996, p. 101 y siguientes.
6
b.3. El objeto
La palabra objeto proviene del latín ob iectum, lo que yace fuera de la persona.
2
Desde el punto de vista procesal los sujetos que integran la relación se llaman partes, en
contraposición a los terceros que, son aquellos que pueden intervenir en un juicio sin ser partes en él, por
ejemplo, un tercerista de dominio.
3
ÁLVAREZ CAPEROCHIPI, J., Curso de derecho de obligaciones, teoría general de la obligación,
civitas ediciones, Madrid, 2000, p. 23.
7
4
Guillermo de Occam habría sido el primero en formular, en el siglo XIV, una definición
explícita del Derecho como derecho subjetivo. Como las únicas realidades son entonces los individuos,
hay que construir la Ciencia del Derecho a partir del individuo. VILLEY, Michael, Estudios en Torno a la
Noción de Derecho Subjetivo, Ediciones Universitarias de Valparaíso, Santiago, 1976, p. 228.
8
a.1. Conceptos
Derecho real (jure in re) es el que concede al titular un poder inmediato sobre la
cosa. Derechos personales son los que nacen de una relación inmediata entre dos o más
5
Sin embargo, como explica Michel Villey, no existió una sola noción de derecho subjetivo en la
obra de Ihering, sino más bien, una búsqueda constante, dinámica, en la que fue afinando la noción
última. Sobre el particular, Vid. VILLEY, op. cit., p. 225 y ss.
9
personas, en virtud de la cual una (el deudor) es obligada a una determinada prestación
(dar, hacer o no hacer) en favor de otra (acreedor).
El código civil trata esta clasificación cuando trata de la clasificación de los
bienes en cosas corporales e incorporales (art. 565 CC), y señala que las cosas
incorporales se clasifican en derechos reales y personales (art. 576 CC).
a.2. Diferencias
a.2.1. En cuanto a su definición
El artículo 577 y 578 definen unos y otros. Señala que el derecho real “se tiene
sobre una cosa”, en cambio el derecho personal “se puede reclamar de ciertas personas”
Se hace el alcance de que el Código no dice que el derecho personal se tiene, ya que si
un derecho personal se tuviera sobre una persona llevaría a entender que una persona
puede ser objeto del derecho.
En el derecho real la relación jurídica 6 se crea entre el titular y la cosa, en que el
titular tiene sobre la cosa las facultades que establece la ley. Hay una línea recta entre el
titular y la cosa, las facultades que tiene sobre la cosa las puede ejercer directamente
sobre ella sin requerir a otra persona que efectúe alguna prestación para permitir su
ejercicio.
En el derecho personal la relación es exclusivamente entre el acreedor y el
deudor, en que el acreedor sujeto activo puede exigir algo 7 al deudor, obligado o sujeto
pasivo.
6
Se puede colegir de tal afirmación que el concepto de “relación jurídica” no pierde validez
respecto de los derechos reales. Ello por lo demás es lógico, porque el sujeto pasivo, en la relación
jurídica de contenido real, es todo el resto de sujetos que componen la sociedad. En otras palabras cuando
se señala que “se crea entre el titular y la cosa” a lo que se alude es que a el poder que tiene el sujeto
activo se “inmediatiza” respecto de la cosa.
7
Ese “algo” no es sino la prestación debida. En otras palabras es el objeto de la relación jurídica.
Tal conducta debida puede consistir en dar, hacer o no hacer, según lo que se ha señalado
precedentemente.
10
8
Modo de adquirir es el hecho al cual la ley atribuye la aptitud de hacer nacer el dominio o de
operar su traspaso. Según el art. 588 del CC. estos son: ocupación, accesión, tradición, prescripción
adquisitiva, sucesión por causa de muerte. También es modo de adquirir la ley
11
Cuando el derecho personal tiene por objeto una cosa, no es que el acreedor
tenga facultades directas sobre la cosa, sino que puede exigir la tradición de la cosa (si
la obligación es de dar) o la simple entrega (si la obligación es sólo de entregar)
Por eso se dice que para que el titular de un derecho personal pueda llegar al
dominio de la cosa es indispensable que otra persona (deudor) le haga la tradición para
que nazca el dominio.
a. Noción de obligación
El sentido etimológico de la palabra obligación es ob ligare; ligar, atar lo que se
encuentra adelante del sujeto.
Se define tradicionalmente la obligación como un vínculo jurídico entre
personas determinadas, -deudor y acreedor- en virtud de la cual el primero se encuentra
en la necesidad jurídica de dar, hacer o no hacer algo a favor del segundo 10. Esta
9
PEÑAILILLO ARÉVALO, D., Obligaciones, Teoría General y Clasificación, Ed. Jurídica de Chile,
2006, p. 13.
10
El profesor PABLO RODRÍGUEZ ha sostenido que “tal concepto adolece de deficiencias
importantes y que no responde a lo que en verdad es jurídicamente una obligación”. RODRÍGUEZ GREZ, P.,
Extinción convencional de las obligaciones, vol. 1, Ed. Jurídica de Chile, 2006, p. 13. Sostiene que si bien
se trata de un vínculo jurídico, no puede sostenerse que este genere una “necesidad”. Por el contrario, este
profesor sostiene que la obligación es un deber de conducta tipificado en la ley (cuyo cumplimiento puede
exigirse forzadamente a través de la coerción). Es deber de conducta porque consiste en un compromiso
de desplegar un determinado comportamiento. Y tal conducta es típica porque ella está siempre y
necesariamente descrita en la ley. Agrega que si la obligación es contractual la conducta se describe en
función de la diligencia y cuidado que debe emplear el deudor en la realización del compromiso asumido
(arts. 44 y 1547 del CC.).
12
a.1. Elementos
a.1.1. El vínculo jurídico
Este vínculo liga o ata a dos sujetos de derecho, ninguno de los cuales puede
desligarse por su propia voluntad.
Tal vínculo es de carácter jurídico, no material como en la antigüedad. En otras
palabras está amparado por el derecho que lo protege, a través de los medios para que el
acreedor logre que el deudor cumpla con la prestación debida.
11
Ya en el Derecho Romano se señalaban algunos requisitos de la prestación. Debe ser
objetivamente posible, tanto física como jurídicamente. No debe adolecer de ilicitud la prestación. La
prestación debe ser identificada o identificable. Finalmente la prestación debe ser estimable en dinero.
GUZMÁN BRITO, A., Derecho privado romano, tomo I, 2da. Edición, Ed. Legalpublishing, 2013, p. 757.
13
mientras que la expresión “deber jurídico” denota nada más que la fase pasiva de la
relación jurídica.
12
Al respecto es interesante la distinción hecha por el profesor ENRIQUE BARROS entre
responsabilidad patrimonial en sentido amplio, y responsabilidad civil en sentido restringido. La primera
consiste en “la garantía patrimonial que el deudor otorga al acreedor en razón de estar obligado. Si el
deudor no cumple con su obligación responde con todos sus bienes (art. 2465 del CC.)”. Por el contrario
la responsabilidad civil en sentido estricto apunta a la indemnización de los perjuicios que se siguen del
incumplimiento de la obligación de primer grado. En otras palabras la diferencia reside en que la
responsabilidad civil en sentido estricto supone un juicio de valor respecto de la conducta del deudor, vale
decir, para que el deudor sea responsable es ese sentido, es necesario que haya obrado con culpa o dolo.
BARROS BOURIE, E., “La diferencia entre “estar obligado” y “ser responsable” en el derecho de los
contratos”, en Estudios de Derecho Civil II, Santiago, Ed, Lexisnexis, 2006, p.722.
13
Ob. cit. RODRÍGUEZ GREZ, P., Extinción convencional de las obligaciones, p. 16.
15
c. La obligación y el contrato
Por regla general, las obligaciones de las que se ocupa el Código Civil son las
obligaciones contractuales, aunque como se sabe las obligaciones pueden originarse en
otras fuentes (Artículos 1437 y 2284 CC).
En ocasiones el Código usa las expresiones obligación y contrato como
sinónimas, no obstante, en muchas otras, separa la obligación de su fuente. (Artículo
1437)
Por eso, la mayoría de la teoría de las obligaciones ha sido desarrollada a partir
de las obligaciones contractuales.
16
“la existencia de un desequilibrio informativo: una de las partes (aquella sobre la que pesa el
deber de informar) posee mayor información que la otra y además obtenerla le supone menores costes que
los que tendría que soportar el otro contratante para acceder a ella”. SANTOS MORÓN , María José, en
Información precontractual, forma y prueba del contrato, en Curso sobre protección jurídica de los
consumidores, Ed. Mac Graw Hill, Madrid, 1999, p. 143
17
En tal sentido MARTÍNEZ DE AGUIRRE, CARLOS: “Es cada vez más habitual,... que el contenido
del contrato haya sido redactado previamente con vistas a su utilización por uno de los contratantes... En
este caso, ... el otro contratante se limita a aceptar esas condiciones previamente establecidas”, en Curso
de Derecho Civil (II). Derecho de Obligaciones, Colex, Madrid, 2000, p.389.
19
esto es, cláusulas que siendo aparentemente válidas contradicen, sin embargo, los
presupuestos elementales del Derecho de la contratación19.
Todas las condiciones reseñadas han dado paso a una situación radicalmente
distinta al escenario que sirvió de fundamento a la estructuración del derechos de
contratos en el siglo XIX, estado de cosas que ha provocado desde hace algunos años,
transformaciones importantes en el Derecho comparado, y tímidas reacciones de en la
doctrina nacional.
Quizá uno de los elementos que ayuden a explicar la postura adoptada por la
mayoría de la doctrina nacional sea la tendencia a aceptar la validez de los contratos de
adhesión y de los contratos forzosos. Sintomática al respecto es la opinión de LÓPEZ
SANTA MARÍA, para quien el contrato forzoso es contrato, ya que según explica los
contratos pueden quedar configurados, entre otras posibilidades: “Por la norma legal
sin la intervención de la voluntad”21, posición que no compartimos porque si bien las
obligaciones pueden generarse por disposición de la ley sin intervención de la voluntad
18
LÓPEZ explica: “La desventaja de los contratos tipo radica en el peligro que implican. En
particular, los contratos tipo unilaterales suelen ser el instrumento que emplean las empresas para imponer
cláusulas abusivas a la contraparte”, en LÓPEZ SANTA MARÍA, J., Los Contratos. Parte General.,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1998, p. 181.
19
Entre otros, el principio de la buena fe.
20
MARTÍNEZ DE AGUIRRE, CARLOS, señala: “El sistema jurídico codificado, fundado sobre los
principios de igualdad entre los contratantes, y de libertad de regulación de los propios intereses, no logra
dar respuesta adecuada a estos problemas. En efecto la igualdad y libertad que contempla son puramente
formales, y aparecen desmentidas en la práctica, por la escasa intervención de la voluntad del consumidor
en el establecimiento del contrato (en muchos casos se limita ha firmar un clausulado que no ha leído, o
no ha entendido), así como por el mayor poder que goza el profesional, que puede desembocar en un
desequilibrio entre las los derechos y las obligaciones de las partes”, en Las Nuevas Coordenadas del
Derecho de la Contratación, Actualidad Civil, 14/4, de 10 de abril de 1994, p. 111.
20
La principal razón que, a nuestro juicio, explica la diversa percepción que los
autores tenemos acerca de la validez o no de los referidos contratos de adhesión y
forzosos se vincula a la circunstancia de que estos siguen siendo considerados por parte
de la doctrina como excepciones calificadas dentro del Derecho de Contratos, sin
apreciar que, en los hechos, tales figuras contractuales se han transformado en la regla
general que domina, sino subyuga, todo nuestro Derecho de Contratos.
a. Concepto
25
DÍEZ-PICAZO sobre el particular señala: “La idea tradicional del contrato no casa con la
contratación en masa. No es posible que la empresa moderna utilice el mecanismo del contrato por
negociación para acordar sus relaciones con cada uno de sus eventuales clientes. Un mínimo criterio de
racionalización y de organización empresarial, que es también de reducción de costos, determina la
necesidad del contrato único o del contrato tipo preestablecido por medio de formularios o de
impresos. //De hecho, la libertad de iniciativa individual y la autonomía de la voluntad de ambos
contratantes se encuentran en este tipo de contratos de algún modo restringidas. El contrato no es ya una
regla de conducta, obra común de ambas partes contratantes, sino que una de ellas tiene que limitarse a
aceptar –o en su caso a rechazar- el único contrato posible”, DÍEZ-PICAZO, LUIS, en Fundamentos de
Derecho Civil Patrimonial. Introducción. Teoría del Contrato, vol I, 5ª Ed., Civitas Ediciones, Madrid,
1996, p. 131
22
Son los hechos o actos de donde las obligaciones nacen. FERNANDO FUEYO,
define la fuente de las obligaciones como “los hechos jurídicos que dan nacimiento,
modifican o extinguen las relaciones de derecho y las obligaciones”26.
26
FUEYO LANERI, FERNANDO, Derecho Civil, T. IV, De las Obligaciones, Vol. I, Nº 15, Pág. 42
27
A diferencia de nuestro código que menciona las cinco tradicionales fuentes de las
obligaciones, la tendencia de los códigos más recientes y modernos (alemán, portugués, boliviano,
italiano) se enmarca a evitar una declaración taxativa y directa de cuáles son las fuentes de las
obligaciones, dejando así un amplio margen a los tribunales para reconocer como generadora de
obligaciones a determinada relación jurídica que se les plantee.
23
enuncia las fuentes de las obligaciones. Este puede explicarse: por su redacción, que
refleja un preciso destino de enumerar fuentes (mientras el art. 578 ostenta más bien un
objetivo de definir derecho personal); por su ubicación, al inicio del libro IV sobre la
materia; y, por último, porque coincide con la formula dominante en su tiempo.28
b.1. El contrato
El artículo 1438 del CC, define al contrato como “un acto por el cual una parte se
obliga para con otra a dar, hacer o no hacer alguna cosa. Cada parte puede ser una o
muchas personas”. Definición que no hace distinción alguna entre contrato y
convención, pues ocupa dichos términos indistintamente, sin embargo la doctrina
distingue entre ambos conceptos indicando que convención es un acuerdo de voluntades
sobre un objeto de interés jurídico que consiste en crear, modificar, o extinguir derechos
y obligaciones, como por ejemplo la tradición y el pago.
El contrato es una especie de convención, la cual tiene por objeto crear derechos
y obligaciones.
b.2. El cuasicontrato
Si bien del artículo 2284 del Código Civil se desprende que el cuasicontrato es
un hecho voluntario y lícito, esta noción no presenta uniformidad en la doctrina,
existiendo algunos detractores, que postulan que si hay acuerdo de voluntades lo que
habría sería un contrato, excluyéndose la figura del cuasicontrato
PLANIOL ha indicado que esta concepción proviene de una errada interpretación
de las fuentes romanas, ya que éstos conocieron como fuentes de las obligaciones el
contrato, el delito y variis causarum figuris, esto es, obligaciones derivadas del
contrato, del delito y de varias diversas causas.
28
PEÑAILILLO ARÉVALO, D., Obligaciones, teoría general y clasificaciones, Ed. Jurídica de
Chile, 2006. Pág.99.
24
Estas obligaciones nacidas de causas diversas, según sus efectos, debían ser
consideradas, unas veces, como nacidas de un contrato –cuasi ex contractu- y otras
veces como si provinieran de un delito –cuasi ex delicto-. De este modo, se trató
solamente de determinar el régimen a que debían someterse ciertas obligaciones, sin
calificar la fuente.
Para Planiol la definición contenida en el Código es falsa y engañosa, el
cuasicontrato no es, por de pronto, un hecho voluntario. Si en él interviene la voluntad,
no genera la obligación. A menudo en el cuasicontrato surge una obligación para una
persona que, de ningún modo, ha expresado su voluntad. Por tanto el cuasicontrato no
es ni un hecho voluntario, ni un hecho lícito; es un hecho involuntario e ilícito29.
Con todo es menester indicar que Planiol olvida que existen casos de
cuasicontratos que no admiten hechos ilícitos como sucede con la comunidad que se
forma entre los herederos del causante a su fallecimiento pues estos resultan obligados
aun sin quererlo y, más todavía, pueden resultar obligados sin conocer que son
herederos del causante .
b.4. La ley
La ley, es causa mediata e inmediata de obligaciones. Ya que es causa de todas
las obligaciones, al menos mediata.
29
MEZA BARROS, Ramón, Manuel de Derecho Civil, de las Obligaciones, 8ª ed. Ed. Jurídica
de Chile, Santiago de Chile, 1994, pág. 20.
25
30
LACRUZ BERDEJO, citado por, RAMOS PAZOS, R., De las Obligaciones, Ed. Lexis Nexis, 2004.
p. 15.
31
Op. Cit, MEZA BARROS, R., Manuel de Derecho Civil, de las Obligaciones, p. 26.
28
Esta primera postura se conduce a comprender que cada vez que se prueben los
hechos respectivos el tribunal tendría que constatarla, teniendo por creada la obligación
correspondiente desde el día de la emisión de voluntad.32
Una relación obligatoria exige dos sujetos, acreedor y deudor, la voluntad de uno
de ellos no puede hacer nacer una obligación.
Cada obligación ha de tener el respectivo derecho y en consecuencia si no existe un
derecho, si nadie adquiere derechos a cambio, la declaración unilateral de voluntad es
perfectamente revocable. Prestada la aceptación por quien adquiere el derecho,
obviamente ya no nos encontramos frente a una declaración unilateral de voluntad, sino
que nos encontramos frente a un contrato, toda vez que ha habido un concurso de
voluntades para generar una obligación, aun cuando el contrato sea unilateral.
Esta tercera proposición doctrinaria propugna, que una cosa es admitir la validez de
la declaración unilateral de voluntad como categoría general dentro de las fuentes de las
32
PEÑAILILLO AREVALO, DANIEL, Obligaciones, Teoría General y Clasificación, ed.
Jurídica de Chile, 2006, pág. 13.
29
obligaciones, y otra cosa es admitir que la ley en determinados supuestos pueda aceptar
que una promesa pueda vincular al promitente sin necesidad de aceptación.
En consecuencia, la declaración unilateral no es suficiente para constituir una
fuente genérica, salvo en aquellos casos expresamente tipificados por la ley.
Esta es una tendencia más bien intermedia y parece ser la postura dominante, tanto
en las legislaciones como en la doctrina, ello queda en evidencia con el aumento
generoso y considerable de las excepciones. Se mencionan: la promesa pública de
recompensa y el concurso con premio.
Su fundamento estaría en la protección social de la apariencia con dos exigencias a
adicionales: que no se comprometa la seguridad del crédito y que no se configure otra
fuente de obligaciones. En definitiva el sostén para admitirla como fuente radica, en la
influencia que la declaración ha ejercido en la conducta del resto de las personas, las
cuales se han guiado por esa declaración; entonces es justo y conveniente proteger la
confianza depositada en esa apariencia que creó el declarante.
En cuanto a la exigencia de que no se comprometa la seguridad del crédito, esta se
refiere a la protección objetiva que se le debe brindar a los acreedores del declarante,
toda vez que, éstos lo son desde antes de la declaración, los cuales pudieren verse
perjudicados por un fácil compromiso posterior del deudor, construido en base a su pura
voluntad unilateral. La segunda exigencia adicional alude al peligro que presenta aplicar
de forma generalizada la declaración unilateral de la voluntad como fuente de
obligaciones. 33
33
PEÑAILILLO AREVALO, DANIEL, Obligaciones, Teoría General y Clasificación, ed.
Jurídica de Chile, 2006, pág. 13.
34
El fundamento de la no aceptación de la declaración unilateral de voluntad como fuente de
obligaciones recae en el hecho que Bello siguió la doctrina de Pothier recogida en el Código de
Napoleón, quien manifestó con claridad su pensamiento” No puedo por mi promesa conceder a alguno un
derecho contra mi persona hasta que su voluntad concurra para adquirirlo por la aceptación que haga de
mi promesa”. RAMOS PAZOS, RENE, De las obligaciones, Ed. Lexisnexis, año 2004. Pág.18.
30
En cuanto fuente, es una atribución patrimonial sin una causa que la justifique, de
modo que constatado el hecho procede la restitución. Su fundamento es la equidad, ya
que se pretende evitar que alguien se enriquezca de forma indebida a costa de otro.
35
PEÑAILILLO AREVALO, DANIEL, Obligaciones, Teoría General y Clasificación, ed.
Jurídica de Chile, 2006, pág. 102.
31
Esta fuente es conocida con distintas denominaciones, siendo las más divulgadas
las de “enriquecimiento sin causa”, “enriquecimiento injusto”, “enriquecimiento
indebido”, “enriquecimiento sin causa a expensas de otro”.36
d.2.1. Requisitos
d.2.1.1. Enriquecimiento de un sujeto
El enriquecimiento es toda ventaja patrimonial, provecho o beneficio adquirido. Se
entiende en sentido amplio que incluye cosas inmateriales. El moral, el futuro o la
simple esperanza se discuten como suficientes.
36
Ob. cit. PEÑAILILLO AREVALO, D., Obligaciones, Teoría General y Clasificación, p. 102.
37
Ob. Cit. PEÑAILILLO AREVALO, D., Obligaciones, Teoría General y Clasificación, p.105.
32
vía de una condictio de enriquecimiento, podremos obtener (y será justo que se obtenga)
el valor en uso que en el mercado tenga la ocupación de cosas similares durante el
tiempo en que aquélla se haya producido.
El segundo ejemplo es extraído de CAEMMERER. Un medio de difusión (p. ej.
Una cadena de televisión) utiliza, para construir un guión o serial, un original literario
cuya propiedad intelectual pertenece a una determinada persona y lo hace sin recabar la
autorización de ésta. El hecho es reprobable, pero puede ocurrir que no sólo ocasione
daño, sino que produzca un importante beneficio, si, como suele ocurrir, el serial
televisivo determina un importante aumento de las ventas del libro que hasta ese
momento era poco difundido. Es este caso, no hay daño, sino beneficio, por lo cual no
cabe la acción de indemnización. Sin embargo, el enriquecimiento obtenido con la
utilización indebida de una propiedad intelectual ajena es injustificado y se debe al
titular del derecho el lucro que el autor de la intromisión obtenga (descontados los
gastos realizados para obtener tal lucro).
e. Consideraciones finales
Ya no parece discutirse la posibilidad de que puedan existir más fuentes de las
obligaciones que las contempladas en nuestro Código Civil y, además, se discute si
todas las fuentes que aparecen lo son en realidad, especialmente en lo referido a los
cuasicontratos. El debate se ha trasladado a la amplitud del principio, sobre todo en lo
referido a la declaración unilateral de voluntad.
Parece que puede distinguirse dos grandes fuentes: la ley y la autonomía privada.
Dentro de la ley cabría el delito, cuasidelito, etc.
34
a. Esquema general
1. En cuanto a la fuente:
a) Contractuales
b) Extracontractuales
2. En cuanto al objeto:
a) Positivas y negativas
b) De dar, hacer y no hacer
c) Específicas y genéricas
d) De objeto único y de objeto múltiple
i) simple objeto múltiple
ii) alternativas
iii) facultativas
e) Patrimoniales y extrapatrimoniales
35
3. En cuanto a la eficacia:
a) Civiles
b) Naturales
4. En cuanto a la autonomía:
a) Principales
b) Accesorias
Los efectos que produce una obligación son distintos según lo sea la clase o
especie de obligación de que se trata. A su vez la clasificación de las obligaciones nos
permite establecer desde qué momento nace la obligación, cuando el acreedor la puede
exigir, cual es el contenido de la prestación, permite determinar cuando la obligación se
cumple, qué puede exigir el acreedor a cada uno de los deudores, si hay varios, etc.
c. En cuanto a la fuente
En esta parte tomaremos en consideración los planteamientos del profesor
PEÑAILILLO. Esta clasificación depende de la concepción, que se tenga, sobre cuáles son
tales fuentes.
“Dentro de las distintas fórmulas (derivadas, pues, de las diversas posiciones de
cuáles son las fuentes), se ha ido imponiendo notablemente la que distingue entre
obligaciones contractuales y extracontractuales, según emanen o no de un contrato.
36
d. En cuanto al objeto
d.1.Obligaciones positivas y negativas
Obligaciones positivas son aquellas en virtud de las cuales el deudor debe llevar
a cabo una determinada prestación (dar y hacer).
Obligaciones negativas son aquellas en virtud de las cuales el deudor debe llevar
a cabo una abstención (no hacer).
MEZA BARROS nos señala que: “La clasificación tiene sustancialmente
importancia para determinar las condiciones en que el acreedor puede demandar
perjuicios al deudor que viola la obligación. En las obligaciones positivas, es menester
que el deudor se encuentre en mora; en las negativas, basta la contravención y se deben
los perjuicios desde que el deudor ejecutó el hecho de que se obligó abstenerse (arts.
1538 y 1557)”.39
d.2. Obligaciones de dar, hacer y no hacer
Las obligaciones de dar tienen por objeto transferir el dominio de una cosa o
constituir sobre ella algún derecho real.40
La obligación de transferir el dominio implica que la cosa debe ponerse a
disposición del acreedor. La persona en cuyo favor se contrae una obligación de esta
índole además del poder jurídico de la cosa persigue un dominio práctico y útil que
solamente se consigue mediante la entrega de la misma.
Nuestro código civil, en su artículo 1548, indica que “la obligación de dar,
contiene la obligación de entregar”.
La doctrina distingue claramente entre la obligación de dar y la de entregar, e
indica que más bien la obligación de dar, sería un obligación de hacer ya que el deudor
38
PEÑAILILLO ARÉVALO, Daniel, Obligaciones, teoría general y clasificaciones, Ed. Jurídica de
Chile, 2006, p. 147.
39
Op. Cit, MEZA BARROS, Ramón, Manuel de Derecho Civil, de las Obligaciones, p. 28.
40
En nuestro país la transferencia del dominio se basa en la dualidad, título y modo, toda vez que
para lograr hacerme dueño de una cosa debo cumplir con ambas exigencias, a diferencia de lo que ocurre
en el sistema francés que tan solo requiere de título, es decir basta el simple hecho de celebrar un
contrato para que se efectúe la transferencia del dominio.
37
41
Ob. cit., PEÑAILILLO ARÉVALO, Daniel, Obligaciones, Teoría General y Clasificaciones, p.195.
42
Op. Cit, MEZA BARROS, Ramón, Manuel de Derecho Civil, de las Obligaciones, p.32.
38
3º. Importa para determinar si son derechos y acciones muebles o inmuebles, las de dar
serán muebles o inmuebles según la cosa debida, pero las de hacer y no hacer son
siempre muebles porque los hechos que se deben se reputan muebles (Art. 581).
4º. Sólo en las obligaciones de dar y hacer es necesario que el deudor este en mora para
poder pedir indemnización de perjuicios pero en las de no hacer basta la realización del
hecho prohibido.
cumplen entregando la especie debida. En este tipo de obligación la cosa debida está
perfectamente especificada e individualizada.
En los derechos reales sólo pueden existir como objetos de esta clase de
derechos una especie o cuerpo cierto, no se concibe la idea de ser dueño
indeterminadamente de cien sacos de trigo.
Por su parte el artículo 1508 del Código Civil define a las obligaciones de
género como aquellas en que se debe indeterminadamente un individuo de una clase o
género determinado.
En los derechos personales no existe inconveniente en que su objeto consista en
cosas genéricas, ya que no hay problema con ser acreedor de cien sacos de trigo.
Estas obligaciones se cumplen entregando cualquier cosa del género de una
calidad a lo menos mediana. (Art. 1509)
Es necesario que el género sea determinado o determinable, al menos en su
cantidad, pues el género ilimitado no produce la formación de la obligación.
e. En cuanto a su eficacia
Las obligaciones civiles son aquellas que dan derecho para exigir su
cumplimiento (Art. 1470 inc. 2º del CC.). Aunque no lo dice la definición, la obligación
47
RAMOS PAZOS, R., De las Obligaciones. Ed. Lexisnexis, año 2004. Pág.23.
45
civil también otorga excepción para retener lo que se ha dado o pagado en razón de
ella.48
Las obligaciones naturales, según lo prescrito en el artículo 1470 inc. 3º del CC.,
son las que no confieren derecho para exigir su cumplimiento, pero que cumplidas,
autorizan para retener lo que se ha dado o pagado en razón de ellas.
1º Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y discernimiento, son, sin
embargo, incapaces de obligarse según las leyes, como los menores adultos;
2º Las obligaciones civiles extinguidas por la prescripción;
3º Las que proceden de actos a que faltan las solemnidades que la ley exige para que
produzcan efectos civiles; como la de pagar un legado, impuesto por un testamento que
no se ha otorgado en la forma debida;
4º Las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba.
48
Ob. cit. RAMOS PAZOS, R., De las Obligaciones, p. 27.
49
El origen de estas obligaciones lo encontramos en Roma. Alli fueron creadas para moderar los
efectos del sistema del jus civile que negaba la capacidad de obligarse civilmente a los esclavos y a las
personas sujetas a patria potestad. El derecho honorario (viene a corregir el derecho civil existente en
Roma) acepto que aquellas personas fueran capaces de contraer obligaciones, pero de menor eficacia
jurídica, por cuanto no tenían acción para exigir su cumplimiento, pero que cumplidas, permitían retener
lo que se había dado o pagado en virtud de ellas. RAMOS PAZOS, RENÉ, De las Obligaciones.
Ed.Lexisnexis, año 2004. pág. 27.
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efecto jurídico, “no se puede repetir lo pagado”. Para otra parte de la doctrina la
obligación natural, sólo se convierte en jurídica con el pago.
ALBALADEJO a su vez, indica que jurídicamente no es una obligación, no es un
vínculo jurídico entre dos personas, deudor y acreedor, ni antes, ni después del pago.
Jurídicamente es un hecho que justifica la atribución patrimonial, es sólo una
justa causa de atribución pues no procede repetición de lo dado o pagado, ya que si se
permitiese su devolución se protegería un acto inmoral consistente en deshacer lo que se
había realizado por considerarlo moralmente necesario.
Una opinión diferente indica que serían propiamente obligaciones, pues
constituirían un vínculo jurídico entre personas determinadas que producen efectos
jurídicos, así quien cumple una obligación natural paga lo que debe, en cambio quien
cumple un deber moral está realizando una mera liberalidad.
Art. 1471. “La sentencia judicial que rechaza la acción intentada contra el
naturalmente obligado, no extingue la obligación natural”.
Art. 1472. “Las fianzas, hipotecas, prendas y cláusulas penales constituidas por
terceros para seguridad de estas obligaciones, valdrán”.
obligaciones, es necesario que el pago se haya hecho voluntariamente por el que tenía la
libre administración de sus bienes”.
CLARO SOLAR defiende esta tesis de la taxatividad sustentado en el mismos
artículo 1470, pues en él se emplea la frase “tales son” reemplazable por “estas son” ,
además de esta razón el autor utiliza el artículo 2296 para reafirmar su opinión, la frase
contenida en el precepto “como las enumeradas en el artículo 1470” dejan en evidencia
que estas son las únicas obligaciones naturales y no hay otras.
A pesar de lo recién señalado la mayoría de la doctrina considera que la
enumeración del artículo 1470 no es taxativa, la discrepancia entonces radica en cuales
son los otros casos de obligaciones naturales que no comprende el precepto pero que de
igual forma producen los mismos efectos, es decir no dan acción para exigir su
cumplimiento pero una vez cumplidas autorizan para retener el pago.
50
RAMOS PAZOS, RENE, De las obligaciones, Ed. Lexisnexis, año 2004. Pág.31.
48
casos no hay obligación natural sino renuncia al respectivo beneficio, por lo que si el
deudor paga está pagando una obligación civil”.51
reglas generales cuando el fiador paga al acreedor se subroga a éste en todos sus
derechos y acciones y en este caso el acreedor no tiene acción para demandar el pago
del deudor por lo que tampoco el fiador que paga podrá tenerlo.
La sentencia que desecha la demanda contra el naturalmente obligado no
extingue la obligación, de acuerdo al Art. 1471 que señala “La sentencia judicial que
rechaza la acción intentada contra el naturalmente obligado, no extingue la obligación
natural”.
f. En cuanto a su autonomía
f.1. Obligaciones principales y accesorias
A pesar de que esta clasificación no está contemplada en el Código Civil, aparece
de modo implícito en algunos artículos del mismo, por ejemplo en aquellos que regulan
las diversas cauciones (1535 y sgts., 2335 y sgts., 2384 y sgts) y particularmente en el
artículo 1442 referido a los contratos.
52
Ob. cit. PEÑAILILLO ARÉVALO, D., Obligaciones, teoría general y clasificaciones, p. 181.
53
Este mismo autor agrega a las obligaciones principales y accesorias, una tercera clase: las
obligaciones dependientes. Estas no pueden subsitir sin una obligación principal, pero no tiene por
finalidad asegurar su cumplimiento. Ej. La que emana de las capitulaciones matrimoniales, art. 1715 del
CC.
50
plazo es la época que se fija para el cumplimiento de la obligación, y puede ser expreso
o tácito. Es tácito el indispensable para cumplirlo” art. 1494 inc° 1°.
54
A nuestro juicio ninguno de los dos casos constituye una condición. Desde luego, la existencia
del fideicomisario jamás puede faltar a la época de la restitución; mal cabe entonces hablar de condición
que, como toda modalidad, puede o no existir en un acto jurídico; en verdad, la existencia del
fideicomisario es un presupuesto del acto, o sea, un elemento que, si bien extrínseco a éste, lo integra y
debe estar presente en el momento en que el acto se cumple o tiene vigor; es indispensable para su
validez, como la capacidad del sujeto o la idoneidad del objeto. En cuanto a la llamada condición
resolutoria tácita, es un supuesto legal o un elemento natural de los contratos sinalagmáticos, que
lógicamente no requiere la mención de la ley ni de las partes. Sin embargo, trataremos la condición
resolutoria tácita como condición para seguir el pensamiento del Código aunque no responda a las ideas
jurídico-científicas de hoy.
52
En el caso de que la solidaridad sea activa, los efectos son los siguientes:
El acreedor que recibe el pago debe compartirlo con sus coacreedores y enterar a
cada cual la parte que le pertenezca (Art. 1668).
Ahora bien, si la solidaridad es pasiva los efectos serán distintos. Los
describimos a continuación.
Efectos entre los codeudores solidarios y el acreedor:
El acreedor puede demandar a cada deudor la totalidad de la deuda, así lo señala
el Art. 1514 "El acreedor podrá dirigirse contra todos los deudores solidarios
conjuntamente o contra cualquiera de ellos a su arbitrio, sin que por éste pueda
oponérsele el beneficio de división".
Así también el artículo 1515 señala que la demanda intentada por el acreedor
contra alguno de los deudores solidarios, no extingue la obligación solidaria de ninguno
de ellos, sino en la parte en que hubiere sido satisfecha por el demandado.
El pago hecho por un deudor extingue la obligación respecto de todos, lo mismo
se aplica a los demás modos de extinguir las obligaciones.
Remisión, si ella es total extingue la obligación, pero si es parcial no podrá
después el acreedor ejercer acción contra los deudores solidarios sino rebajando la cuota
que corresponda por la remisión art.1518.
Novación, -Art. 1519-, la novación entre el acreedor y uno cualquiera de los
deudores solidarios, libera a los otros, a menos que éstos accedan a la obligación
nuevamente constituida, asimismo el artículo 1645 señala que la novación libera a los
codeudores solidarios o subsidiarios que no han accedido a ella.
Compensación, la que interviene entre el acreedor y uno de varios codeudores
extingue la obligación con respecto a los demás, pero con la limitación que sólo puede
invocarla el deudor solidario que es acreedor del acreedor común.
Confusión, extingue la obligación con respecto a todos los deudores solidarios
(Artículo 1668).
Pérdida de la cosa debida, si es fortuita extingue la obligación respecto de todos
los deudores, si es culpable, subsiste la obligación, pero varía de objeto, que pasa a ser
el precio de la cosa, pero la obligación de indemnizar los perjuicios sólo puede
reclamarse del deudor culpable de la pérdida.
Interrupción de la prescripción, aquella que obra en perjuicio de uno de los
codeudores perjudica a los demás (art. 2519).
Excepciones que puede oponer el deudor solidario:
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Existen aquellas que pueden oponer todos los codeudores porque resultan de la
naturaleza de la obligación, llamadas reales, otras que sólo puede oponer cada uno de
los codeudores llamadas personales, y otras mixtas55
55
Son excepciones reales la nulidad absoluta, las modalidades que afectan a toda la obligación, las causas
de extinción de toda la obligación, como el pago, la dación en pago, la novación, la pérdida de la cosa
debida, la confusión, la prescripción. Son excepciones personales la nulidad relativa, las modalidades que
afectan sólo a algunos deudores, los privilegios concedidos a algunos deudores, como el beneficio de
competencia, la cesión de bienes y la transacción. Son excepciones mixtas la remisión, cuando es parcial
es personal, pero aún así, el acreedor debe descontar la parte o cuota de la deuda total, si es total extingue
la obligación y es real porque puede oponerla cualquiera de los codeudores. La compensación, es personal
en cuanto sólo puede alegarla el deudor que tiene un crédito en contra del acreedor común, pero beneficia
a todos los demás porque extingue la obligación respecto de ellos.
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Prácticamente la única excepción que se cita es la servidumbre de tránsito que suponga el paso por
varios predios de distinto dueño.
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