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El arte pobre (del italiano: arte povera) es un movimiento artístico surgido en Italia en la segunda

mitad de la década de 1960, al cual se adhirieron autores del ámbito predominantemente turinés.
Fue llamado así por Germano Celant, debido a que se utilizan para su creación materiales
humildes y pobres, generalmente no industriales (plantas, sacos de lona, grasas, cuerdas, tierra,
troncos). Estos materiales se valoran principalmente en sus cambios, ya que a medida que se van
deteriorando, transforman la obra.

Mario Merz (1925) destaca entre los artistas italianos que han practicado este arte. Sus obras
parten de una ley estructural muy elemental, la del matemático medieval Fibonacci, para quien el
desarrollo derivaba no de la simple sucesión de números, sino de la progresión en la cual cada
número resulta de la suma de los dos precedentes. Esta progresión matemática es la que publica
Merz en cualquiera de sus trabajos, ya sean objetos, espacios, vegetales, etc. Como por ejemplo,
la disposición de paquetes de periódicos en el suelo, con los números de Fibonacci realizados en
neón o grupo de frutas y verduras esparcidos por el suelo, que se van deteriorando como sucede
con otros fenómenos naturales, o la realización de un iglú recubierto por una estructura de neón,
donde aparece la serie de números Fibonacci, etc.

Destacan asimismo: Jannis Kounellis, Luciano Fabro, Richard Serra; y entre los alemanes Joseph
Beuys (1921-1985). El material preferido de este último era la grasa, con la cual realizaba
enigmáticos objetos o recubría otros, en los que destacaba principalmente, el valor expresivo del
propio material. En los años sesenta (1960), junto con otro artista alemán, Wolf Vostell, y los vie

MINIMALISMOComo movimiento artístico, se identifica con un desarrollo del arte occidental


posterior a la Segunda Guerra Mundial, iniciado en 1960.

Según la última versión del diccionario de la Real Academia Española (RAE), el minimalismo
es una corriente artística que utiliza elementos mínimos y básicos, como colores puros, formas
geométricas simples, tejidos naturales, etc.
Bajo la premisa «el objeto es el objeto», el minimalismo se vinculará a las corrientes
conceptuales que aparecerán inmediatamente después.1
La herencia del minimalismo deviene en una reducción de la actividad del artista y en un
aumento de la actividad del espectador, al que pretenden provocar un estímulo intelectual, y
es que otra de las características de esta tendencia es la importancia de los aspectos teóricos,
resaltados a fin de convertir el arte en herramienta de conocimiento. Este interés por la
participación activa del espectador termina derivando en la aparición del «happening», modo
representativo en el que el espectador era invitado a participar activamente en la acción
artística, quedando abolida la tradicional separación entre creador y receptor.1
Características

 Abstracción
 Concentración
 Desmaterialización
 Economía de lenguaje y medios
 Geometría elemental rectilínea
 Orden
 Purismo estructural y funcional
 Precisión en los acabados
 Reducción y síntesis
 Sencillez
El arte conceptual, conocido como idea art, información art o software art, es un
movimiento artístico en el que la conceptualización de la obra es más importante que el
objeto o su representación tangible. Las ideas acerca de la obra prevalecen sobre sus
aspectos formales o sensibles. Varios autores hablan del arte contemporáneo como un
arte post-conceptual, sugiriendo el gran impacto que el arte conceptual ha tenido en la
evolución general del arte.1

La práctica del arte conceptual emergió en los años sesenta y se hizo popular a través de
un grupo de artistas estadounidenses e ingleses2 entre los que se encontraban Art &
Language, Carl Andre, Robert Barry, Douglas Huebler, Joseph Kosuth y Lawrence Weiner.
A menudo suele explicarse el arte conceptual como una reacción al formalismo que había
sido articulado por el influyente crítico Clement Greenberg.3 Sin embargo, la variedad de
artistas que suscribieron simultáneamente y en diferentes contextos los fundamentos y
estilemas del arte conceptual, hace difícil atribuirlo a una sola causa. La oposición a la
Guerra de Vietnam, el feminismo, la instauración de una nueva economía del
conocimiento y la proliferación de las TIC,4 han sido citados por varios autores como
factores decisivos en el origen del arte conceptual.5 También es común relacionarlo con
los ready-mades que el artista francés Marcel Duchamp realizó en las décadas de 1910 y
1920, en los cuales la obra artística ya no es interpretada como un objeto de
contemplación fabricado por la mano de su creador, sino como un objeto de pura
especulación intelectual.

El contexto inmediato del arte conceptual proviene de los Estados Unidos y Europa tras la
Segunda Guerra mundial, al que hay que añadir artistas de otros países en Asia y
Sudamérica. Destacan el compositor estadounidense John Cage con sus obras
experimentales, y Robert Rauschenberg y Jasper Johns, que transformaron la pintura
incluyendo objetos cotidianos y eventos fortuitos. En Japón podemos mencionar las
acciones artísticas del grupo Gutai. En Francia e Italia, Yves Klein y Piero Manzoni
respectivamente desarrollaron prácticas artísticas que contribuyeron a sentar las bases
del arte conceptual.

Los medios más empleados en el arte conceptual son el texto, la fotografía, la


performance y el vídeo. En ocasiones se reduce a un conjunto de instrucciones indicando
cómo crear una obra o a la documentación de un evento; la idea tras el arte es más
importante que el artefacto en sí. De este concepto han surgido formas artísticas como
fluxus, (Joseph Beuys, Wolf Vostell, Nam June Paik) y el mail art.
Andy Warhol

(Andrew Warhola; Pittsburgh, Estados Unidos, 1928 - Nueva York, 1987) Artista plástico
estadounidense que llegó a ser el más conocido representante del pop art, corriente artística en
boga durante las décadas de 1950 y 1960 que se inspiró en la cultura de masas. Hijo de emigrantes
eslovacos, inició sus estudios de arte en el Instituto Carnegie de Tecnología, entre 1945 y 1949. En
este último año, ya establecido en Nueva York, comenzó su carrera como dibujante publicitario
para diversas revistas como Vogue, Harper's Bazaar, Seventeen y The New Yorker.

Andy Warhol

Al mismo tiempo pintó lienzos cuya temática se basaba en algún elemento o imagen del entorno
cotidiano, de la publicidad o el cómic. Pronto comenzó a exponer en diversas galerías. Eliminó
progresivamente de sus trabajos cualquier rasgo expresionista hasta reducir la obra a una
repetición seriada de un elemento popular procedente de la cultura de masas, el mundo del
consumo o los medios de comunicación.

Dicha evolución alcanzó su cota máxima de despersonalización en 1962, cuando pasó a utilizar
como método de trabajo un proceso mecánico de serigrafía, mediante el cual reproducía
sistemáticamente mitos de la sociedad contemporánea y cuyos ejemplos más representativos son
las series dedicadas a Marilyn Monroe, Elvis Presley, Elizabeth Taylor o Mao Tse-tung, así como su
célebre tratamiento de las latas de sopa Campbell, obras todas ellas realizadas durante la
fructífera década de 1960.

El uso de imágenes de difusión masiva, fácilmente reconocibles por todo tipo de públicos, como
las ya mencionadas latas de sopa o los botellines de Coca-Cola, se convirtió en uno de los rasgos
más interesantes y estables de toda su producción. En otras ocasiones plasmó crudamente
situaciones reales, como accidentes, luchas callejeras, funerales o suicidios; dentro de esta
temática, Electric chair es una de sus obras más significativas.

Este apropiacionismo, constante en los trabajos de los partidarios del pop art, se extendió a obras
de arte de carácter universal y de autores como Rafael Sanzio, Giorgio de Chirico, Edvard Munch o
Leonardo da Vinci. Se caracterizan las obras de esta época por su libérrima manipulación y la
polémica que suscitaron en su momento. Tanto por el uso del color, unas veces monocromo y
otras fuertemente contrastado, pero en todo caso vivo y brillante, como por la temática, su obra
resulta siempre provocadora y, a menudo, angustiosa. Mediante la reproducción masiva consiguió
despojar a los fetiches mediáticos que empleaba de sus referentes habituales, para convertirlos en
iconos estereotipados con mero sentido decorativo.

Otra faceta destacada de su obra es su potentísima fuerza visual, que en buena parte procede de
sus conocimientos sobre los mecanismos del medio publicitario. En 1963 creó la Factory, taller en
el que se reunieron en torno a él numerosos personajes de la cultura underground neoyorquina.
La frivolidad y la extravagancia que marcaron su modo de vida establecieron a la postre una línea
coherente entre obra y trayectoria vital; su peculiar aspecto, andrógino y permanentemente
tocado con un rubio flequillo característico, acabó por definir un nuevo icono: el artista mismo.

De hecho, fue uno de los primeros creadores en explotar conscientemente su imagen con
objetivos autopromocionales; de ese modo, y mediante un proceso de identificación, adquirió a
los ojos del público significaciones propias de un producto publicitario más. En 1963 inició una
carrera cinematográfica basada en los mismos principios que su obra plástica (como la reiteración
visual), en ocasiones de fuerte contenido sexual y erótico: Kiss (1963), Empire (1964), Chelsea girls
(1966). En una última etapa retornó a un formato más tradicional y rodó The loves of Ondine
(1967) y Women in revolt (1970).

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