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Textos de Referencia.
1. EDMUND HUSSERL.
1.1. Vida obra y contexto
. 1859 (8 de abril). Nace en Prostejov, Moravia, parte del Imperio 1867 Marx empieza publicar
de Berlín.
donde será profesor por 15 años. Publica “Sobre el concepto “Así habló Zaratrusta”
Mundial.
. 1933. Ya jubilado, se le despoja del título de profesor emérito 1933. Hitler es nombrado
1938. Fallece Husserl, el padre de esta tendencia epistemológica quien cambia radicalmente la
forma tradicional de hacer Filosofía con su método, la fenomenología, la que deviene con
Heidegger en hermenéutica, no como negación del método sino como superación, como se
asume en la negación dialéctica. Toda la filosofía de hoy es fenomenología o hermenéutica. La
primera la funda Husserl en 1900; la segunda Martin Heidegger en 1927 y el discípulo de éste,
H.G. Gadamer pone la hermenéutica en el primer plano en 1960. Lo que significó para el filosofar
este viraje coperniano, lo puntualiza Elizabeth Ortiz de manera sencilla, refiriéndose a una
materia de suyo complejo, dado el estilo farragoso y los neologismos frecuentes a los que recurre
Husserl.
La FENOMENOLOGIA, esta forma de hacer filosofía a la que invita Husserl es a su juicio el camino
correcto, el método acertado que conduce a la verdad (porque los 25 siglos que le antecedieron de
reflexión sobre el mundo y la vida no pasan de ser divagaciones, simple especulación bajo falsos
supuestos –algunos de los cuales las categorías y/o universales como se les denominaba en la
escolástica medieval - subsumida la filosofía en “un cuarto oscuro buscando un gato negro que
no está y lo encuentra”, en la acertada crítica que Kant le hace a la especulación metafísica), es al
mismo tiempo una concepción del conocimiento, una corriente epistemológica, que hunde sus
raíces en los griegos, en especial en el método socrático, en sus dos momentos, la ironía ( la
desconstrucción) y la mayéutica( la reconstrucción). Sócrates dialoga, indaga sobre la consistencia
o la esencia de las cosas: qué es la virtud?, o en qué consiste ser valiente en el arte militar?, demos
por caso, como en alguna ocasión se la planteara a un presumido sofista, y a la respuesta sobrada
de éste que “ser valiente consiste en enfrentarse al enemigo y no retroceder”…, le objetaba diciendo
que algunos estrategas recomiendan retroceder un paso para avanzar dos, ante lo cual el
interlocutor se veía obligado a rectificar y a ensayar otra respuesta… y nueva aguda observación
del maestro y nueva rectificación del necio humillado en su pedantería…y así sucesivamente hasta
llevarlo a la convicción que no sabía nada de nada. Este es el primer momento del método, la ironía,
una especie de “borrón y cuenta nueva” en la conciencia, un darse cuenta de “no saber nada”. “Sólo
sé que nada sé”, pregonaba, que complementaba con el “Conócete a ti mismo”, estampado en el
frontispicio del de Apolo Délfico, queriendo decir: “No caigas en la soberbia de creerte algo más
que una mera parte insignificante del Todo divino” . Y luego Sócrates pasaba al segundo momento,
el de la mayéutica propiamente dicha: también con preguntas inteligentes llevaba al atolondrado
sabihondo a sacar de su mente, a la manera de un deslumbrante parto, la verdad que afloraba de
su interior, el verdadero concepto que nacía a la luz. Por esa razón Sócrates equiparaba su oficio de
filosofar a la de una partera, como lo era Sofronisca su madre, ayudar a la mente a parir ideas. Eso
de hacer abstracción de lo que se presume cierto, de poner en entredicho o en paréntesis los
saberes previos, de ignorarlos, “el borrón y cuenta nueva” en el entendimiento, de volver a la
“tabula rasa”, a la pizarra en blanco, algo así como desaprender, es en Husserl el punto de partida
del auténtico filosofar que conduce a la aprehensión intuitiva de la esencia de las cosas que se
muestra desprovista de todo ropaje artificioso, a la verdad desnuda, al quid del asunto, al meollo
de la cuestión. Y también en Platón, en la Idea como fundamento último de lo real sensible, con
una salvedad, que Husserl está más cerca del Aristóteles que baja el cielo poblado de las ideas
(esencias de las cosas sensibles) donde las puso Platón, a la tierra y las refunde con las cosas
materiales, que luego el acto fenomenológico las intuye y traslada a la subjetividad. Y también la
fenomenología pasa por la lámpara de Diógenes en su ulterior desarrollo hermenéutico… y ya en la
modernidad, por la duda metódica cartesiana en la búsqueda de lo indubitable, como fundamento
del filosofar que encuentra en los principios de la lógica, base del pensamiento matemático, de tipo
tautológico, sin contradicción interna; en tanto que Husserl ubica en la inmediatez de la intuición a
priori, desprovista de todo ropaje ideológico o de prejuicios o preconceptos, desnuda ante la
conciencia, a la manera como las cosas del mundo exterior se ofrecen a un niño de pocos meses de
nacido. En cierta forma eso de poner en paréntesis, de prescindir de saberes previos, la abstención
filosófica para abordar la reflexión poniendo el dedo en la llaga de una realidad desnuda, recuerda
a Nietzsche y la muerte que decreta de Dios y de la metafísica como sostén de lo real y de las
categorías filosóficas como formas de existencia del mundo material; también este método supone
a Kant en la distinción que establece entre el fenómeno (la cosa tal como se da en los sentidos,
materia prima que proporciona el material sensible para hacer ciencia) y el noúmeno o “cosa en
si”, lo incognoscible) y que Husserl remite su misterio a la razón fundante, la res divina ( sería válido
referirnos a una abstracción llamada mónada universal, al Dios de Spinoza, el mismo de Einstein o
como lo asume Hawkins que ve la mente de Dios en las leyes que regulan el cosmos?).
En síntesis, y parafraseando a Elizabet Ortiz, Husserl hace una distinción en la evidencia que aparece
a nuestro espíritu, entre Evidencias acertóricas, que se refiere a una verdad que no da por supuesto
que su contrario no lo sea, y se encuentran en la cotidianidad, en los hechos que continuamente
palpamos. Y evidencias apodícticas, es superior a la anterior pues no solo son verdaderas sino
también necesarias (necesidad lógica y validez universal como los axiomas matemáticos o el
principio de identidad: una cosa es igual consigo misma), y por tanto es absurdo que su contrario
sea igualmente verdadero ( Siguiendo con el principio de identidad: Una cosa es igual consigo misma
((P=P), una tautología; y por tanto no puede ser igual a su contrario -(p.-p), no es cierto que se de
una cosa y su contrario al mismo tiempo, por cuanto “se es o no se es” (p v-p). He allí sintetizados
los tres principios lógicos sobre los cuales se levanta todo el edificio matemático: el principio de
Identidad, el principio de No contradicción y el principio de exclusión del término medio.
Pues bien, Husserl piensa que todas la ciencias se basan en verdades apodícticas, mientras que la
filosofía todavía no lo ha hecho, pues continúa enunciando proporciones que carecen de validez
universal, o sea, que no son válidas para todos los hombres en cualquier circunstancia de tiempo y
lugar, o sea, carecen de validez universal y necesidad lógica. Para resolver esta falencia, Husserl
propone para tal fin un método que él denomina fenomenológico, que consiste en remontarse por
intuición hasta las esencias que posibilitan las captaciones ordinarias .La fenomenología echa mano
de la descripción de lo que aparece (el fenómeno), pero de aquello que surge con evidencia
apodíctica. Deja entonces de lado la explicación de las cosas por los primeros principios y por las
causas, y establece que es la intuición intelectual el procedimiento propio de la filosofía, pues no se
puede aceptar nada con evidencia apodíctica si no se capta directamente en su manifestación donde
el objeto aparece.
Para entender este revolcón que Husserl opera en la forma de hacer filosofía, es preciso tener
comprensión de los conceptos que entroniza en el léxico de la ciencia magna, tomada del griego, a
saber:
. La abstención filosófica: olvidarse de todo lo que crea saber de filosofía: Es empezar a practicar la
filosofía de Edmund Husserl. Lo que distingue a la actividad filosófica de la actividad no filosófica es
la radicalidad, profundidad y extensión de este abstenerse de creer que ya sabemos la verdad.
. Distinción entre problemas y misterios. Lo primero es un obstáculo que hay que sortear conociendo
la causa que lo origina y generando la técnica para salvarlo. De esto se encarga la ciencia y la técnica.
Pero hay obstáculos insalvables, ya no son problemas sino aporías, que es como hallarse ante y en
el misterio, más sobrecogidos que angustiados, algo que hace enmudecer, que asombra. Esta
especie de vértigo es el origen vital del filosofar.
. Intuición. Aprehender la verdad que se ofrece al espíritu en la inmediatez de la percepción de la
cosas captadas por la mente desprovista de delas ideológicas o de preconceptos o prejuicios. Es ver
una verdad como verdad sin más.
.Teleología. Del griego telos, fin o meta. Es un factor de la experiencia de las cosas clave de toda
fenomenología. Sentir la realidad de un objeto que despierta nuestro interés y nos mueve a sentir
adecuadamente para sentirnos plenos o realizados, que es la meta a la que instintivamente se dirige
quien está inmerso en esa experiencia. La teleología es la aspiración natural a la aclaración de lo
oscuro, dar cuenta de la razón de lo existente. Razón es la realización progresiva del ideal de la
teleología en cada orden. El todo-mónada, el todo de las mónadas tiene un sentido teleológico de
que la razón se realice poco a poco hacia su plenitud definitiva. El Dios de Husserl es por tanto un
ideal moral, una exigencia hacia la plenitud de ser. Es aquí el entronque del fenomenalismo con el
Idealismo, pese a que el método pretenda exponer un peculiar realismo, porque admite la existencia
de las cosas reales independientes del sujeto: La vida y el mundo desplegando desde sí mismos y
en correlación una riqueza de sentido que está abierta a un futuro de crecida teleológica jamás
prevista, el entronque de la visión fenomenológica con la ontología y la teología.
. Reducción o Apojé. “Operación mental por la cual se pone entre paréntesis o se prescinde o se
deja por fuera de consideración, algún dato que ordinariamente se presenta perturbando la
atención y el rigor deseado”.
. Apojé filosófica. “Poner entre paréntesis toda teoría filosófica y todo presupuesto, con el fin de
enfocar la esencia de los objetos”.
Apojé fenomenológica. “Poner entre paréntesis todo lo accidental, fáctico y contingente, para
enfocar en el objeto lo esencial, lo necesario, lo a priori”.
. Apojé Eidética. “Poner entre paréntesis todos los elementos individuales y contingentes para llegar
a una fenomenología pura como intuición de las esencias, el aprehender la estructura esencial del
objeto”.
.Noesis. Aspecto subjetivo del acto de conocer. La noesis del sentimiento y la de la praxis
enriquecen el mundo de las cosas con valores, bienes, metas que perseguir y que rehuir.
. La Fenomenología. Consiste en pasar del Noema a la Noesis. Y en esta relación sujeto – objeto,
pareciera que el presumible ser de lo noemático deriva del ser de lo noético: la noesis presta sentido
y, de paso, ser – como momento del sentido –al noema. Lo subjetivo determina a lo objetivo, las
cosas serían a costa de la subjetividad, desde ella, por ella. Nos recuerda a Berkeley: Las cosas son
cuando son percibidas, deja de percibirse, dejan de ser. Pero la intersubjetividad salva a la
fenomenología de caer en el hueco del solipsismo, del idealismo subjetivista: De cómo mi vida vive
la vida de otras personas. Los objetos que caen bajo mi mundo experiencial, también las perciben
otra personas, si bien es cierto que el mundo no es como lo vemos porque el sujeto es quien pone
los colores, los olores, las formas tal como lo indica la física, también lo es que todos lo vemos
coloreado del mismo modo, porque de esa realidad objetiva, de esa estructura molecular que son
las cosas 3manan energías que impresionan por igual a los sentidos de los sujetos recibientes,
generando en las mentes similares efectos. De allí que nadie a voluntad puede cambiarle la
tonalidad a una orquídea o tomar a una banda rock con una sinfónica.
. Mónada. La mónada no soy yo, sino el todo de mi vida mas el sistema u horizonte del mundo tal
como es vivido por mi vida. Es una unidad singularísima que alude a una soledad radical: Yo soy yo,
yo propiamente no hay más que yo, y todo lo que mi vida termina siendo y todo el mundo que mi
vida vive, ese soy Yo; yo solo, los demás dentro de Mi. Solipcismo. Para librarse de este solipsismo
Husserl busca los fundamentos de la empatía ya que no estoy solo en el universo, de como mi cuerpo
se perfila con otros por asociación pasiva. Esa mónada está llena de ventanas que la comunican con
el mundo objetivo, con los demás y con la Mónada Divina.
2. MAX SCHELER
2.1. Vida y Obra.
Nació en Munich 1874 y murió en 1928 de una familia proveniente de Franconia. Su padre, un
campesino bárbaro, al casarse se convirtió al catolicismo, del lado materno desciende de una
familia judía. Cursó sus estudios medios en Luitpold y en Ludwig-Gymnasium de Munich.
Terminados estos estudia Filosofía y Ciencia y en 1901 inicia Scheler su actividad docente en la
Universidad de Jena y posteriormente en las Universidades de Munich y Colonia, es en este
mismo año cuando conoce a Husserl y se hace su discípulo.
Lo peculiar de este pensador es que hace suyo el método fenomenológico aplicándolo a esferas
que Husserl había dejado inéditas, como la ética, por ejemplo. A este propósito, es considerado
uno de los grandes exponentes de la Axiología o Teoría de los Valores.
Obras.
Es uno de los exponentes de la Axiología. "Max Scheler propugna una ética basada en los valores.
Estos valores, en cuanto a entidades ideales, se presentan como universales y necesarios. A través
de la intuición el ser humano descubre tales valores de un modo natural; el resultado de esta
intuición de los valores lo llama Scheler "Sentimiento de Valor". Los valores se nos presentanpues,
de un modo intuitivo, no racional y, además, de forma individual y colectiva". El ser humano asume
el sentimiento de un valor y ante ello, puede aceptarlo, criticarlo o realizarlo. Para él, hay en el
individuo un sentido dinámico de la persona, en tanto que lleva a cabo aquellos valores que cree
útil y necesario realizarlos. La función del valor reside, por tanto, en que da sentido a los actos del
ser humano.
Max Scheler propone una jerarquía de los valores, una especie de ética axiológica , en la que
distingue la esencia de lo tangible, de lo real, de lo existente, afirmando con ello la independencia
de los valores, que son algo así como entidades eternas e invariables, de los bienes en los que se
reflejan, que son sus portadores circunstanciales.
La palabra Axiología viene del griego axios, lo que es valioso o estimable, y logos: ciencia), teoría del
valor o de lo que se considera valioso. Estos valores son aprehendidos por el sujeto en la inmediatez
de la intuición fenoménica.
En su estructura, los valores destacan dos rasgos, a saber: a) la polaridad, todos se organizan como
siendo positivos o negativos, a diferencia de las cosas que solo son positivas; b) La jerarquía, unos
poseen más rango que otros, lo que da lugar a una escala de valores que Scheler ordena de
menor a mayor en cuatro grupos:
En 1905 regresó a Múnich para completar sus estudios de derecho y luego continuó en el
periodo 1906-1907 en la universidad de Tubinga. Asistió a varias conferencias y seminarios
sobre derecho penal del profesor Ernst Beling. En el verano de 1907 supera el primer examen
de Derecho, pasando más tarde a Gotinga para asistir a los círculos de discusión de Husserl.
Gracias al apoyo de Husserl obtiene en 1909 su habilitación para la docencia universitaria en
Gotinga. En este período, Husserl se embarcó en una revisión completa de su obra principal,
las Investigaciones lógicas, trabajo en el que colaboró Reinach. En 1912, junto con Moritz
Geiger y Alexander Pfänder fundó la revista Jahrbuch für Philosophie und Forschung
phänomenologische, siendo Husserl su editor principal.
Ahora, siguiendo a Elizabet Ortiz. Adolf Reinach y Las ontologías regionales. De entre el Círculo de
jóvenes fenomenólogos que se expandió desde Gotinga a la sombra de Husserl en las dos primeras
décadas del siglo XX, se destaca Reinaach, pese a su desaparición temprana, tal vez por su condición
de Privatdozent del maestro, y se mantuvo en el realismo fenomenológico iniciado por aquél en sus
Investigaciones lógicas, al que se adhirieron los demás fenomenólogos, que se apartan del maestro
en el giro que éste da hacia el Idealismo y la Fenomenología trascendental en 1913 con la
publicación de Ideas.
Es Reinach quien se atreve a explorar campos ingnorados por Husserl, a manera de esbozos que
otros profundizarían, así: R. Ingarden estudió el problema de la causalidad en el mundo efectivo, A.
Pfänder elaboró una Ética sobre base fenomenológica, la Axiología encontró expresión acabada en
M. Scheler, H. Reiner, N. Hartmann y D. Von Hildebrand, pero no parece fácil situarlos sin su primer
anuncio por Reinach.
Esta Introducción a Reinach se divide en los cuatro núcleos que vertebran la obra de este autor:
a) la causalidad y el movimiento;
b) la percepción y el juicio;
“Por su parte, el análisis fenomenológico del tránsito de la percepción al juicio anticipa el que
llevaría a cabo Husserl en Experiencia y juicio y en Lógica formal y trascendental, como paso del
recubrimiento por deslizamiento entre dos términos a la intencionalidad activa específica del juicio,
que transforma la identificación pasiva en una toma de posición afirmativa. Pero Reinach añade que
las divisiones clásicas entre los tipos de juicios (como personales e impersonales, apodícticos y
contingentes, o afirmativos y negativos) remiten a unas conexiones internas a los estados de cosas
reales sobre los que los juicios lógicos versan.”
Finalmente, “su obra más elaborada es Los fundamentos aprióricos del derecho civil. En ella hace
uso de dos modelos de análisis ya adoptados por Urbano FERRER: Adolf Reinach. Las Ontologías
regionales, Husserl: el de las partes no-independientes en los todos provistos de estructura y el
que se refiere a la relación entre actos fundantes y actos fundados, que permite a Husserl acceder
a los actos no objetivantes, como las tomas de posición valorativas, el preguntar o las voliciones.
Sin embargo, Reinach pone uno y otro esquema al servicio de la aclaración de aquellos actos cuya
peculiaridad está en crear un estado de cosas nuevo, constituido por la correlación entre
pretensión (Anspruch) y vinculación”
El mérito de Reinach es mantener el fenomenalismo en los causes del realismo, donde se incubo´
en sus orígenes, evitando el Idealismo y el fenomenalismo trascendental del Husserl de las
“Ideas”. Pero las críticas que hemos hecho a Husserl y a Scheler desde la dialéctica, también le
incumben. Es que el realismo que defiende en el fondo es empirismo, un visión que subestima a la
razón en la producción del conocimiento, y termina como Hume y Berkeley en el solipsismo, por
aquello que nada ha6 en el entendimiento que no haya pasado por los sentidos, excepto la
intuición misma como afirman.
A los Fenomenalistas en su conjunto, incluido Reinach, les caben dos críticas: 1. Que hacen
depender de un sexto sentido, la Intuición, la aprehensión de la esencia, de la verdad. No caen en
cuenta que el fenómeno es la misma esencia bajo otro ropaje y para distinguir la una del otro es
preciso el concurso de la razón. Solo la dialéctica al considerar que uno se divide en dod, que lo
singular esconde lo general a la manera de una gota de agua, por ser H2O, esconde la esencia de
toda el agua del universo, forma correcta de justificar el salto inductivo que está en la base de la
justificación de las leyes científicas, puede echar luces sobre esta complejidad. El problema de los
fenomenólogos es que divorcian lo sensorial de lo lógico, lo sensible de lo racional, subestimando
lo uno y basándose en lo otro. Y este divorcio conduce a los Idealismos, cuando nos quedamos con
la razón, hacia el Idealismo Objetivo, tipo Platón. Cuando nos quedamos con los sentidos, hacia el
Idealismo subjetivo, tipo Berkeley o Hume. Reinch advirtió el abismo y frenó la caída…pero se
quedó en un realismo a manera de un idealismo vergonzante. 2. La otra crítica es que conciben al
sujeto como una abstracción a-histórica. No caen en cuenta que el hombre es un ser social tanto
por necesidad, solo se muere de hambre, como por naturaleza, así lo indica el genoma humano.
Por tanto, el conocimiento es un constructo social, o historicamente condicionado, y es un
sinsentido prescindir del acumulado cultural en forma de ciencia y filosofía, para cimentar la
verdad.