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nombre distintas facetas que la amarran a las características con las cuales se ha
debería ser. Sin embargo, el tema de la violencia de género ha venido a ser un gran
sido un fenómeno el cual no tiene sus inicios en la actualidad, sino que si bien ha venido
sociedades, ni siquiera eran consideradas seres pensantes a tal punto que incluso, su
derecho a votar no era ni remotamente una opción. La violencia del sistema y de los
hombres contra las mujeres era un hecho de la vida cotidiana; nadie la denominaba
violencia aunque bajo ese perfil funcionaran las sociedades. La mujer hacía parte de las
propiedades del padre, para luego pasar a ser propiedad del esposo, no existía otra
opción, no era tan siquiera considerable, y en este punto, el marido bien podría hacer
con ella lo que quisiese, pero incluso a eso estaba acostumbrada la mujer, a responder
con la otra mejilla y a esperar paciente el siguiente arrebato de quien fuese su dueño de
turno.
Más adelante la violencia contra la mujer viene a tomar un rostro por fin. El rostro de
brujería siempre estuvo relacionada con la figura femenina, con sus encantos, con sus
raíces, con su ser en sí. Jamás se consideró a un hombre capaz de la barbarie provocada
por los encantamientos, los rezos o las pócimas. Millones de mujeres fueron quemadas
Y así, cientos de años han transcurrido bajo la influencia de un ente que siempre ha
estado a la par de la sombra del género femenino desde el principio de los tiempos. La
violencia.
también hacen parte de una cantidad aún más grande de modalidades de violencia
aplicables a la mujer por parte no sólo de su parejas sentimentales, sino que tristemente,
En Colombia, cifras nos revelan la gravedad de un asunto que parece no tener final y
que incluso cada día parece alimentar el monstruo de las muertes de mujeres por
el mes de marzo del presente año nos registran 3014 casos de violencia contra la mujer,
es decir alrededor de 50 casos cada día, todo esto teniendo en cuenta además, que de 10
prefijo re- nos indica una condición de repetición, es decir, la persona ya fue víctima de
una violación no debería recaer en los hombros de la víctima, sino de aquel victimario
Frases que fomentan la violencia de género son oídas a diario. Justifican una
intrafamiliar porque la mujer tiene amigos hombres. Justifican el asesinato a sangre fría
porque ese no era un lugar para que una jovencita caminara a esas horas de la noche. Lo
que no se permiten entender es que comentarios de este estilo sólo provocan más
violencia, a tal punto de que se le resta importancia a factores que no deberían ser
no lo es tratando así de borrar los rasgos tan marcados a este fenómeno que existe, que
está ahí presente, que roba vidas, que amarra mujeres, que cobra victimas pero del cual
nadie se atreve a aceptar que tiene un papel activo. La campaña desarrollada por redes
estigmatizadas y contaron sus experiencias, ¿lo aterrador? Todas tenían algo que contar.
decisión, de no creernos. BASTA YA. Somos millones y no mentimos. Entre otras cosas,
porque no lo necesitamos” Exclamaban distintas usuarias del hashtag, pidiendo que por
favor, algo se hiciera con respecto a la cantidad de víctimas que decidieron tomar la
unieron también al grupo de publicaciones que aún hoy se pueden leer y quiebran el
alma:
“Tengo 25 años, vine de Cajamarca para cumplir mis metas, estudio en el Loayza, seré
enfermera, pero desaparecí, me asesinó, escondió mi cuerpo en un cilindro, los vecinos
se dieron cuenta, me encontraron. Lo cuento yo porque Marisol Estela Alva ya no
puede. #Cuéntalo”
“Tenía 14. Estuve desaparecida 1 día. Iba rumbo a encontrarme con una amiga cerca
de un colegio. Nunca llegué. Mi novio, me asesinó a golpes, y me enterró en el patio de
la casa de sus abuelos. Estaba embarazada de 3 meses. Lo cuento yo porque Chiara
Páez no puede #Cuéntalo”
“Tenía 3 años, fui violada y golpeada brutalmente hasta la muerte por mi padrastro,
luego de esto él lavó mi cuerpo y lo dejo sobre la cama. Me asesino sólo porque yo no
dejaba de llorar. Lo cuento yo porque Silvina Núñez no puede #Cuéntalo”
en el alma de aquella mujer que la padece, que busca refugio en los medios legales y
muchas veces no lo encuentra, que la protección que les brindan después de una
Porque es un círculo vicioso, porque la sociedad no parece tener planes de hacer algo
para detenerlo, porque las mujeres están cansadas de velar a sus amigas, a sus madres, a