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Importancia de la democracia y su aplicación en la sociedad

 Integrantes:

 María Alejandra Segura Serrano Cod 1821021245


 Diego Armando Rodriguez Fuya Cod 1611022220
 Leidy Daniela Rodriguez Rodriguez Cod 1821020681
 Yency Catalina Sánchez Galindo Cod 1821020505
 Mishel Alehandra Galván Hoyos Cod 1821025698

Institución universitaria Politécnico Gran Colombiano

Constitución E Instrucción Cívica

Bogotá

2019

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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo se busca argumentar la importancia de la democracia y su aplicación en la


sociedad, teniendo en cuenta que la democracia quiere decir “poder del pueblo”, pero estaremos
más enfocados con el pensamiento filosófico, ya que la democracia se torna más en un sistema
socio político y económico de hombres libres no solo ante la ley sino en la vida cotidiana.

En este ensayo también podremos encontrar los diferentes puntos de vista grandes pensadores
como lo son Didetrot, Montesquieu, Voltaire y Roisseau.

Palabras Claves:
Democracia, Pensadores, Pueblo

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 ORIGEN DE LA DEMOCRACIA:

El origen más popular y conocido, se remonta al año 1000 A.C en Atenas, Varios reyes gobernaban
armoniosamente, hasta que uno de ellos comenzó a codiciar más y más poder, llevándolo a cometer
graves injusticias. Este hecho causó que la gente se revolucionara y lo derrocara. Desde ese
momento la monarquía finalizó en Grecia y ciertas familias iniciaron a legislar.

Esas familias eran grupos de nobles o líderes de los clanes y tomaron los poderes militares, políticos
y religiosos, reunidos en consejos de arcontes, en el que sólo participaban los miembros de esas
familias particulares.

Todo esto creó problemas importantes para los pensadores serios y la reflexión inteligente, y en los
años 50 y 60 los politólogos desplegaron esfuerzos notables para reducir la confusión terminológica
y conceptual. Esos debates cristalizaron en tres enfoques acerca de la definición de la democracia.
En cuanto forma de gobierno, la democracia puede ser definida en términos de quién gobierna,
cuáles son sus fines y qué medios se empleen. Dicho de otro modo, la democracia puede ser
definida en términos de fuentes, propósitos o instituciones.

 LA DEMOCRACIA SEGÚN PERICLES

Pericles fue un importante político y orador ateniense, con una gran influencia. Tuvo tanta
influencia en la sociedad ateniense que Tucídices, un historiador, lo denominó “el primer
ciudadano de Atenas”. Fue un defensor de la democracia griega.

Pericles promocionó las artes y la literatura. Por esta razón Atenas tiene la reputación de haber sido
el centro educacional y cultural de la Antigua Grecia. Cuando murió Cimón, Pericles, jefe del
partido democrático, desterró a Tucídices (el político) de Atenas, porque veía que sería un gran
problema para él y empezó a quitarse competencia.

La actuación política de Pericles comenzó, como se ha dicho, el año 461 a. J. C. a raíz del
ostracismo de Cimón. Ya antes, aprovechando una ausencia de éste, y junto con Efialtes, había
reorganizado el gobierno de la ciudad en un sentido más democrático, debilitando el poder del
Areópago que pasó en parte a la Bulé, o asamblea de los quinientos, y en parte al mismo pueblo a

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través de un numerosísimo jurado sacado a suerte entre las listas de ciudadanos. Hizo posible el
acceso a los más altos cargos del Estado --los arcontes-- de la clase popular, hasta entonces
imposibilitada de llegar a ellos, mediante la remuneración oportuna, que permitía a los trabajadores
dedicarse a la política sin pensar en el trabajo necesario para subsistir. A pesar del asesinato de
Efialtes (461), Pericles continuó su obra demócrata, que cobró mayor intensidad a partir de 444 a.
J. C. Poseía este hombre genial algo que constituía principal motivo de admiración para los griegos:
una oratoria fácil y convincente que se apoyaba siempre en la verdad y no temió las críticas de
aquellos a quienes acusaba, incluso de sus propios conciudadanos. Por eso pudo regir la ciudad de
Atenas durante quince años y su actuación ha quedado como modelo de hombre de Estado
democrático.

 IMPORTANCIA DE LA DEMOCRACIA

La democracia tiene una importancia fundamental en la formación del ciudadano y del estado
democrático. Nos da la oportunidad de tener una vida digna, nos da el derecho al trabajo, a estudiar,
a votar, a protestar y exigir transparencia en los asuntos políticos de nuestros representantes en el
poder.

Cuando esta es auténtica, sigue siendo el mejor de los sistemas posibles, no porque sea un gobierno
de todos, por todos y para todos, sino porque es el único capaz de controlar el poder del Estado, de
los políticos y de sus partidos mediante una inteligente y eficaz red de cautelas, frenos, contrapesos
y contrapoderes.
El problema es que esa democracia verdadera ya no existe, ni siquiera en los Estados Unidos, que
es el país que la instauró por vez primera, ni en ningún otro país del mundo. Y no existe porque los
políticos la han asesinado y porque los ciudadanos no han sabido defenderla.

Para dar relación del por qué la importancia de la democracia y su aplicación en la sociedad,
quisimos abordar el tema de los eternos grupos guerrilleros que surgieron a raíz de lo que varios
académicos y políticos dieron como concepto a nuestra democracia colombiana, “la democracia
restringida” (Pizarro, 1989; Bejarano y Pizarro, 2002). Para el partido liberal y conservador, la
restricción en la participación política fue un factor fundamental para el surgimiento de grupos
armados al margen de la ley, especialmente del M-19, y la eterna presencia de las FARC y el
Ejército de Liberación Nacional. La Comisión De Estudios Sobre la Violencia en 1987, aseguraba,
“Las guerrillas de Colombia aparecían como uno de los instrumentos obligados y a veces
legitimados por unas capas de la población para expresar sus demandas y expectativas ante un
sistema cerrado”.

De este modo, desde la perspectiva de los investigadores, la violencia política alimentaba la


restricción a la participación política, también se nombraron varios aspectos relacionados como la
pobreza e inequidad de la población Colombiana, producto de la falta de respuestas y ayuda del
estado a las necesidades de un país que estaba modernizando y urbanizándose rápidamente.

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Con el paso de los años la violencia política se incrementó por el fortalecimiento de las guerrillas
colombianas y su desafío directo al estado colombiano, A partir de allí se dejó notar la incapacidad
del sistema político Colombiano de incluir nuevas fuerzas sociales y el clientelismo estaba
derrumbando la legitimidad del estado colombiano y sus instituciones. La Comisión de Estudios
sobre la Violencia en 1987 indico que bajo la recomendación de varios analistas que una de las
soluciones a la violencia política era “profundizar la democracia como antídoto de la violencia”

Los procesos de descentralización y la apertura democrática que se dieron con la reforma política
de 1986, y la constitución de 1991, intentaron seguir los análisis y diagnósticos que se habían
realizado para explicar el porqué del conflicto armado. Sabemos que se presentó la desmovilización
e inclusión en la política de diferentes grupos guerrilleros a la sociedad, más sin embargo, las FARC
y el ELN siguieron activos.

Para este entonces en la década de los 80`s las aperturas de la democracia hacia el régimen político
por el que atravesaba Colombia, dieron como resultado que no fuera considerado como un sistema
político “restringido”. De igual forma La apertura política, democrática y las reformas de
descentralización, no dieron fin a las violencia política todo lo contrario, incremento y el impacto
fue mucho mayor ya que afecto notablemente el sistema político Colombiano a tal punto de
considerarlo como una amenaza central para el funcionamiento de la democracia en Colombia.

Luego de esto, diferentes analistas como Harvey F. Kline, León Gómez Pizarro y Ana María
Bejarano, aseguraron que tantos factores como la acción de los derechos civiles, las amenazas a
los procesos electorales y las consolidaciones de ordenes sociales pusieron en vilo y en gran riesgo
la institucionalidad democrática, es decir la independencia de los poderes públicos, el respeto de
cada uno de ellos hacia las facultades y obligaciones de los otros, el no inmiscuirse ni presionar
decisiones de un órgano a otro. De tal forma que la mejor definición a este asedio era que la
democracia Colombiana estaba bajo asedio y ataque por parte de actores informales, a lo cual puso
en debate el daño enorme que estos grupos armados hicieron en nuestro sistema político y cambio
la forma de analizar el conflicto armado. De igual forma se afirma que la inequidad y la falta de
oportunidades en el territorio Colombiano fueron fundamentales para explicar la violencia y los
intereses económicos de muchos sectores sociales, configuraron distintos tipos de violencia política
para mantener sus privilegios sociales y sus posiciones en el estado Colombiano.

Con lo que ocurre en Venezuela es pertinente mirar qué pasa con la democracia en el mundo, que
según Churchill es el peor sistema de gobierno, para Lincoln es el gobierno del pueblo, por el
pueblo y para el pueblo. Un Estado es democrático cuando satisface estos requisitos: primacía del
pueblo, significativa competitividad por el poder entre partidos y entre individuos, participación
inclusiva en la selección de líderes y políticas por medio de elecciones libres, periódicas y justas,
libertades y derechos civiles y políticos suficientes para garantizar la integridad de la
competitividad y la participación políticas, forma de hacer política basada en la persuasión y el
diálogo, abandono pacífico del poder, respeto a la oposición, tripartición de poderes,
funcionamiento de frenos y contrapesos, y prensa libre. Es obvio que el gobierno de Maduro no
cumple estos requisitos.

Como Venezuela no es la única dictadura, nos hacemos la pregunta ¿cómo está la democracia en
el mundo? Para responder este interrogante acudimos a la investigación realizada todos los años
por la Unidad de Inteligencia de The Economist, que clasifica los países en democracias plenas,
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democracias imperfectas, democracias híbridas y regímenes autoritarios con base en la evaluación
de cinco factores: los procesos electorales y el pluralismo, el estado de las libertades civiles, el
funcionamiento del gobierno, la participación política y la cultura política por medio de sesenta
indicadores, que van de 1, para el autoritarismo total, a 10, la democracia perfecta.

El índice de 2018, que cubrió 167 países, muestra que son democracias plenas, es decir, que reúnen
todas las condiciones, solo 20 países, entre otros, Noruega, Suecia, Dinamarca, Uruguay y Costa
Rica, que representan el 12 % y en los que vive apenas el 4,5 % de la población mundial. Son
regímenes autoritarios, esto es, que desconocen totalmente los principios democráticos, 53 países,
que representan el 31,7 %, en los que reside el 35,6 % de los habitantes del mundo, que alcanzan a
cerca de 2.700 millones. A este grupo pertenecen Venezuela, Cuba, Nicaragua, Rusia, China, entre
otros.

Son democracias imperfectas Chile, Argentina, Brasil, Colombia (puesto 51 en el escalafón),


Estados Unidos, Francia, Italia y 48 países más, que representan 32,9 % y donde habita el 43,2 %
de la población. Son Estados donde los requisitos se cumplen a medias con elecciones libres y
justas, respeto a los derechos civiles y políticos y reconocimiento del pluralismo, pero arrojan bajos
niveles de participación, cultura política poco desarrollada y deficiencias en la gobernabilidad. Los
regímenes híbridos como El Salvador, Bolivia, Honduras, Guatemala, Turquía, son 39, representan
el 23,4 % y sirven de asiento al 16,7 % de la población, se caracterizan por la limitada
competitividad en la lucha por el poder, la existencia de más de un partido político, pero con uno
dominante, por lo que combinan requisitos democráticos con comportamientos autoritarios.

En conclusión, la democracia está mal en el mundo, pues entre autoritarias e híbridas hay 92 países,
que representan el 55 %, con el 52 % de la población mundial. El esfuerzo para recuperar la
democracia en Venezuela es plausible. Pero harán lo mismo en los demás países autoritarios. ¿O
será que el petróleo sirve de motivación al merecido embate contra Maduro?

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El estado democrático no necesariamente es un estado Efectivo, sino que implica competencia,
negociación con diferentes opiniones y consensos, los cuales pueden terminar en la “Dictadura de
la mayoría” haciendo ganar a solo una parte (Modelo de Westminster). También hay que mencionar
que no todas las democracias tienen una gobernabilidad o estado efectivo que garantice la vida
cotidiana en la que se puede confiar. Además, se puede presentar un déficit democrático sin
participación de la sociedad Civil y sin cultura política. Por su parte, Fareed Zkaria sabe que existe
dos tipos de democracia, la liberal y la iliberal.

Según Aristóteles estas dos democracias eran la Política, en donde hay un sistema de elección libre
como en Grecia; y la social, que es la igualdad de las personas.

La democracia directa del pueblo no es posible, pues el tamaño de nuestros Estados, el número de
ciudadanos que deben participar en la res publica, la dificultad de su convocatoria, la complejidad
para alcanzar acuerdos, hacen que no sea viable. De ahí que nuestra democracia lleve apellido y
sea así una democracia representativa, que solventa los problemas de número, espacio y tiempo
que sí plantea en su formulación primaria o asamblearia.

De forma imperfecta los atenienses crearon una democracia que se adaptaba a su modelo de Estado,
la ciudad. Pero la democracia como forma de gobierno no se impuso hasta muchos siglos más tarde.
Fue mucho más adelante cuando la democracia, en su formulación representativa, aparece como
forma de gobierno factible para el Estado-nación, y no hace tanto, en el siglo XIX. Posiblemente
la revolución industrial y las innovaciones tecnológicas tuvieran algo que ver en esto. De hecho,
nadie puede negar la influencia que en el debate político han tenido la imprenta y los medios de
comunicación. Quizá la modernidad nos aportó las mínimas soluciones imprescindibles para
sortear las dificultades que la democracia tenía para imponerse como forma de gobierno: el número,
el espacio y el tiempo.

UN SISTEMA DEMOCRÁTICO PARA EL SIGLO XXI

En fin, se eliminan intermediarios inútiles, se aproxima la representación, se aumenta la


participación, se mejora en definitiva la democracia representativa. Incorporar las nuevas
tecnologías (Internet y tecnologías asociadas) a los sistemas de participación ciudadana y a los
procesos de toma de decisiones (por ejemplo, a la actividad legislativa, a la de control de los
gobiernos o a la realización de consultas populares) es factible. La sociedad de la información es
una revolución en marcha que afecta a todos los ámbitos de convivencia, también a nuestro sistema
democrático, con la posibilidad de mejorarlo y de dar respuesta a demandas ya antiguas de los
ciudadanos. No se pueden aplicar viejos esquemas a nuevos problemas y demandas. En este
sentido, nuestro sistema democrático, que funciona con esquemas del siglo XIX, debe ponerse al
día para convivir en la sociedad de la información del siglo XXI.

Pero, tampoco nos engañemos, en el contexto del modelo actual, son muchas las posibles reformas
de nuestra democracia que no dependen de las nuevas tecnologías y sí pueden satisfacer demandas
de más y mejor representación y participación: listas abiertas, reducción del tamaño de las
circunscripciones. Aunque el modelo de toma de decisiones no cambiara explícitamente, las nuevas
tecnologías abren nuevas posibilidades; por ejemplo, que nazcan más grupos, más manifestaciones
de la sociedad civil, con más fuerza para hacer valer sus opiniones e intereses ante sus
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representantes, pues el trabajo y los medios necesarios para crearlos ahora resultan mucho más
accesibles y fáciles.

Para un ciudadano, la democracia significa igualdad de oportunidades. Sin esta premisa, la


democracia no sería más que un elemento formal que no se sustentaría en la realidad. En nuestro
caso, la igualdad de oportunidades implica la preparación del ciudadano —que no siempre es
usuario— para ser y estar en plenitud en la sociedad de la información.

Para ello hay todavía barreras que salvar. No podemos, hasta que estas barreras queden
suprimidas o minimizadas, implicar a la democracia en usos que dualicen la sociedad entre
conectados y no conectados.

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