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LOS SENTIDOS

INDICE

Pág.

Introducción…………………………………………………………………….. 3

Receptores sensoriales……………………………………………………….. 4

El oído …………………………………………………………………………… 5

El tacto…………………………………………………………………………… 6

El olfato…………………………………………………………………………... 7

El gusto…………………………………………………………………………… 7-8

La vista……………………………………………………………………………. 8

Conclusión………………………………………………………………………… 9
INTRODUCCION

Todo conocimiento llega al ser humano a través de los sentidos. Se llama


sentido a la facultad que tiene el hombre de captar y percibir la impresión de los
objetos exteriores, por medio de los órganos corporales especializados llamados
Órganos de los Sentidos.

Los sentidos corporales básicos son cinco: La vista, el oído, el gusto, el olfato y
el tacto.

A cada uno de los sentidos corresponde un órgano y, todos y cada uno de estos
órganos están conectados al cerebro que recibe todas las sensaciones y
percepciones. Cada órgano es independiente de los demás y percibe una sola
sensación.

Los sentidos perciben cada uno, solamente ciertos fenómenos, un número


limitado (hay colores que no podemos ver, sonidos que no podemos oír, etc.)
RECEPTORES SENSORIALES

Los receptores sensoriales son las raíces de los nervios que se especializan en
brindarnos sensaciones, estos se localizan en distintas partes como la lengua, la
piel, la nariz, los ojos, el oído entre otros, también los encontramos en nuestro
organismo interno, los cuales nos capacitan para obtener estímulos tanto internos
como externos, y a la vez nos causan un efecto nervioso y sensorial, es decir de
sensaciones.

Estos actúan de manera directa en nuestro sistema nervioso central y se


manifiesta en diferentes áreas dentro de nuestro cerebro, los mismos emiten un
mensaje y nos causan una reacción favorable ante cualquier situación.

Por ejemplo, cuando comemos, cada comida suele tener un sabor diferente,
pues nuestros receptores que actúan en ese momento son las pupilas gustativas
que nos proveen el sabor adecuado. Nuestro cerebro dará una reacción a dicho
sabor, y ubicándolo a nuestro gusto especifico, es decir, a algunas personas no les
gusta el hígado y a otras si, esto lo indica nuestro cerebro, debido a experiencias
anteriores con este alimento.

Las funciones de los receptores sensoriales son muchísimos, gracias a estos


podemos entender, comprender y adaptarnos al mundo en general, son los
primordiales captadores de la información que nos rodea, de lo que podemos ver,
tocar, oír y cualquier otra tarea que realicemos como seres vivos.

El cuerpo humano es un cúmulo de sensaciones y sentimientos que pueden ser


percibidos gracias a estos, es decir todo lo que conocemos llega a nuestro almacén
de información el cual es el cerebro y coloca cada argumento en una zona mental.

Las funciones son hacernos sentir y percibir, englobando a todos los receptores,
pero cada uno de ellos de manera cualitativa nos hace reaccionar de maneras
distintas.

Al levantarnos, al dormir, en nuestro día a día, los mismos están presentes para
lograr ese equilibrio que percibimos, muchas veces nuestros sentidos no están en
orden y esto causa un descontrol en nuestro sistema nervioso general.
Por ello, cada uno de estos cuenta con un trabajo individual que al generalizarse,
trabajan en conjunto para una buena armonía corporal.

EL OIDO

El oído es el órgano responsable de la audición y el equilibrio, y está compuesto


por mecano receptores quienes captan las vibraciones y las transforman en
impulsos nerviosos que irán hasta el cerebro, donde los estímulos serán
interpretados. Se divide en tres zonas: externa, media e interna.

El oído externo es la parte del aparato auditivo que se encuentra en posición


lateral al tímpano o membrana timpánica. Comprende la oreja o pabellón auricular
(lóbulo externo del oído) y el conducto auditivo externo, que mide tres centímetros
de longitud.

El oído medio se encuentra situado en la cavidad timpánica llamada caja del


tímpano, cuya cara externa está formada por la membrana timpánica, o tímpano,
que lo separa del oído externo. Incluye el mecanismo responsable de la conducción
de las ondas sonoras hacia el oído interno. Es un conducto estrecho, que se
extiende unos quince milímetros en un recorrido vertical y otros quince en recorrido
horizontal. El oído medio está en comunicación directa con la nariz y la garganta a
través de la trompa de Eustaquio, que permite la entrada y la salida de aire del oído
medio para equilibrar las diferencias de presión entre éste y el exterior. Hay una
cadena formada por tres huesos pequeños y móviles (huesecillos) que atraviesa el
oído medio. Estos tres huesos reciben los nombres de martillo, yunque y estribo.
Los tres conectan acústicamente el tímpano con el oído interno, que contiene un
líquido.

El oído interno, o laberinto, se encuentra en el interior del hueso temporal que


contiene los órganos auditivos y del equilibrio, que están inervados por los
filamentos del nervio auditivo. Está separado del oído medio por la fenestra ovalis,
o ventana oval. El oído interno consiste en una serie de canales membranosos
alojados en una parte densa del hueso temporal, y está dividido en: cóclea (en
griego, ’caracol óseo’), vestíbulo y tres canales semicirculares. Estos tres canales
se comunican entre sí y contienen un fluido gelatinoso denominado endolinfa.
EL TACTO

El tacto, es otro de los cinco sentidos de los seres humanos y de otros animales.
A través del tacto, el cuerpo percibe el contacto con las distintas sustancias, objetos,
etcétera. Los seres humanos presentan terminaciones nerviosas especializadas y
localizadas en la piel, que se llaman receptores del tacto. Los receptores se
estimulan ante una deformación mecánica de la piel y transportan las sensaciones
hacia el cerebro a través de fibras nerviosas. Los receptores se encuentran en la
epidermis, que es la capa más externa de la piel, y están distribuidos por todo el
cuerpo de forma variable, por lo que aparecen zonas con distintos grados de
sensibilidad táctil en función de los números de receptores que contengan.

Los receptores del tacto están constituidos por los discos de Merkel. Este, a su
vez, está dividido en diferentes tipos de terminaciones encapsuladas, que serán
detalladas a continuación:

 Corpúsculo de Pacini: están situados en diferentes regiones del cuerpo, pero


predominan en los dedos de las manos y de los pies. Captan los estímulos
de presión, estiramientos rápidos o cualquier deformación de la piel. La señal
que transmiten solo dura una fracción de segundo. Esta es una forma
compleja de receptor del tacto en la cual los terminales forman nódulos
diminutos o bulbos terminales

 Corpúsculo de Meissner: se hallan en las puntas de los dedos, en los labios,


las plantas de los pies y las palmas de las manos. Están especializados en
el tacto fino: reconocen los detalles de los objetos que tocamos; también
intervienen cuando buscamos algo en el bolsillo y lo reconocemos, sin verlo,
por su forma y textura.

 Corpúsculo de Krause: se distribuyen en la lengua y en los órganos sexuales;


y se especializan en captar el frío.

 Corpúsculo de Rufini: se encuentran en las palmas de las manos, las plantas


de los pies y en las puntas de los dedos. Nos informan sobre el estiramiento
de los tejidos y la posición de las cápsulas articulares; y captan el calor.

El tacto es el menos especializado de los cinco sentidos, pero a base de usarlo se


puede aumentar su agudeza; los ciegos, por ejemplo, tienen un sentido táctil muy
delicado que les permite leer las letras del sistema Braille.
EL OLFATO

Este sentido permite percibir los olores. La nariz, equipada con nervios olfativos,
es el principal órgano del olfato. Los nervios olfativos son también importantes para
diferenciar el gusto de las sustancias que se encuentran dentro de la boca. Es decir,
muchas sensaciones que se perciben como sensaciones gustativas, tienen su
origen, en realidad, en el sentido del olfato.

Las sensaciones olfatorias son difíciles de describir y de clasificar. Sin embargo,


se han realizado clasificaciones fijándose en los elementos químicos asociados a
los olores de las sustancias. Ciertas investigaciones indican la existencia de siete
olores primarios: alcanfor, almizcle, flores, menta, éter (líquidos para limpieza en
seco, por ejemplo), acre (avinagrado) y podrido. Estos olores primarios
corresponden a siete tipos de receptores existentes en las células de la mucosa
olfatoria. Las investigaciones sobre el olfato señalan que las sustancias con olores
similares tienen moléculas del mismo tipo. Estudios recientes indican que la forma
de las moléculas que originan los olores determina la naturaleza del olor de esas
moléculas o sustancias. Se piensa que estas moléculas se combinan con células
específicas de la nariz, o con compuestos químicos que están dentro de esas
células. La captación de los olores es el primer paso de un proceso que continúa
con la transmisión del impulso a través del nervio olfativo y acaba con la percepción
del olor por el cerebro.

EL GUSTO

Esta facultad de los humanos, entre otros animales, actúa por contacto de
sustancias solubles con la lengua. El ser humano es capaz de percibir un abanico
amplio de sabores como respuesta a la combinación de varios estímulos, entre ellos
textura, temperatura, olor y gusto. Considerado de forma aislada, el sentido del
gusto sólo percibe cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo; cada uno
de ellos es detectado por un tipo especial de papilas gustativas.

La lengua posee casi 10.000 papilas gustativas que están distribuidas de forma
desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles a clases
determinadas de compuestos que inducen las sensaciones del gusto. Por lo
general, las papilas sensibles a los sabores dulce y salado se concentran en la punta
de la lengua, las sensibles al ácido ocupan los lados y las sensibles al amargo están
en la parte posterior.

Los compuestos químicos de los alimentos se disuelven en la humedad de la


boca y penetran en las papilas gustativas a través de los poros de la superficie de
la lengua, donde entran en contacto con células sensoriales. Cuando un receptor
es estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al
cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del sabor;
es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células que hayan
respondido al estímulo.

LA VISTA

La vista es el sentido que nos permite percibir la forma de los objetos a distancia,
y también su color. La luz que llega de ellos es captada por una capa sensible, la
retina, que manda la imagen al cerebro para ser interpretada. El funcionamiento del
ojo es análogo al de una cámara fotográfica.

 El globo ocular: Cada globo ocular se halla incluido en su órbita, y se


encuentra protegido y asistido por una serie de estructuras anexas.

Es un órgano casi esférico, de unos 24 mm de diámetro, que está dividido en


dos cámaras: la anterior o frontal, que es la menor, y la posterior, que constituye la
mayor parte del globo ocular. Existen dos capas que lo recubren en su totalidad: la
esclerótica y la coroides.

1. Esclerótica: Está formada por fibras de tejido colágeno entretejidas en todas


las direcciones del espacio, que constituyen una capa blanquecina que se
encarga de mantener la forma del ojo. Se halla por fuera de la coroides, y en
la parte anterior del ojo da lugar a la córnea.

2. Coroides: En ella hay gran cantidad de vasos sanguíneos y pigmentos, que


dan al globo ocular su color pardo. En la parte frontal da lugar a dos
estructuras, el iris y el cuerpo ciliar, que se hallan entre las cámaras anterior
y posterior del ojo.
CONCLUSIÓN

Los sentidos nos proporcionan la información vital que nos permite relacionarnos
con el mundo que nos rodea de manera segura e independiente.

El sentido de la vista es el que permite al hombre conocer el medio que lo rodea


y relacionarse con sus semejantes. El sentido del oído nos permite percibir los
sonidos, su volumen, tono, timbre y la dirección de la cual provienen. El olfato es el
más sensible de los sentidos, ya que unas cuantas moléculas, es decir, una mínima
cantidad de materia basta para estimular una célula olfativa. El gusto consiste en
registrar el sabor e identificar determinadas sustancias solubles en la saliva por
medio de algunas de sus cualidades químicas. El tacto es el encargado de la
percepción de los estímulos que incluyen el contacto y presión, los de temperatura
y los de dolor

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