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REDACCIÓN
Magdalena Cámpora
Luis Ángel Della Giovanna
Raúl Lavalle
Editor responsable: Raúl Lavalle
Dirección de correspondencia:
Paraguay 1327 3º G [1057] Buenos Aires, Argentina
tel. 4811-6998
raullavalle@fibertel.com.ar
nº 33 – 2019
Número especial: nuestro río
Nota: La Redacción no necesariamente comparte las opiniones aquí vertidas.
1
ÍNDICE
Presentación p. 3
Parva p. 34
2
PRESENTACIÓN
RADULFUS
3
EL ARROYO DE LA CRUZ
NICOLÁS DEMIO
4
PAÍS DE LAGUNAS
La laguna de Chascomús
Se sabía
que los ángeles andan por tus calles
–veredas de ladrillo, sombra y sol–
que blandas mueren al fulgor del agua.
5
Hoy quisiera
volver a ver la luna nemorosa
que pasea en la plaza en tiempos bellos.
Mañana cuando vuelva…
ALEJANDRO DE ISUSI1
1
El autor (1910-1961), poeta y escritor de Chascomús.
6
EL RÍO LUJÁN… UNA CINTA DE CIELO
EN LA POESÍA DE NILDA MILEO
LUIS ÁNGEL DELLA GIOVANNA
RÍO LUJÁN
Río Luján
cinta de cielo
en la cabellera verde de la mañana.
Cinta de cielo
atando campos…
Río Luján
solitario,
profundo.
El árbol poco acompaña tu andar…
Lento
sereno…
Aquí te cruza un bañado
con su pasto duro,
con sus puñados de sal.
(Con sus juncos altos,
con sus arañitas,
que cuelgan sus telas
para que los duendes
en las noches claras,
bajen a jugar…)
Río Luján,
para luego dejarte más allá
donde un sauce solitario espera
verte pasar.
Río Luján…
cinta de Cielo
bordeada con lunas y estrellas,
espesa
cabellera de la noche.
NILDA MILEO
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Información
Este río tiene un recorrido que nace en el partido de Suipacha,
Provincia de Buenos Aires, y recorre los partidos de Mercedes, Luján,
Pilar, Exaltación de la Cruz, Campana, Escobar, Tigre, San Fernando y
San Isidro, donde desemboca en el Río de la Plata (Norte bonaerense).
Su nombre se debe a que el Capitán Pedro de Luxán falleció a la
vera del este río durante un enfrentamiento contra quienes habitaban
estas pampas. De ahí que se lo fue reconociendo como el río de Luján.
Además, hay otro hecho histórico que cabe destacarse: el “milagro” de
Nuestra Señora de Luján, que en sus riberas decidió quedarse para
siempre, al realizar el “El milagro de la Carreta.”
La autora1
Ana Nilda Mileo nace en Capilla del Señor, partido de Exaltación
de la Cruz, Provincia de Buenos Aires, el 6 de agosto de 1923. La
familia Mileo en el año 1926 se radica en Los Cardales, lugar del mismo
distrito, que adoptan para vivir en forma definitiva.
La autora realiza sus estudios primarios en dicho distrito y los
secundarios en San Isidro. Su inclinación y el interés que despertaban en
ella las letras, y la cultura en general, fortalecen su vocación de escritora
y comienza a publicar sus primeros poemas en diferentes medios
gráficos de la época. Entre ellos, la revista del Círculo de Amigos de las
Letras, las Artes y las Ciencias, que dirigía el prestigioso escritor
argentino Fernán Félix de Amador, posteriormente en el periódico El
Pueblo de Capilla del Señor y en El Civismo de Luján, entre otros.
En el año 1952 publica su primer libro de poemas: Cielo azul…
Campo Dormido, que prologa Fernán Félix de Amador y edita el Círculo
de Amigos de las Letras, las Artes y las Ciencias de San Isidro. A este
texto pertenece el poema seleccionado “Río Luján”.
En 1955 se casa con el artista plástico Luis Gualchi, de cuyo
matrimonio nacen cuatro hijos. Nilda se dedica a la atención y cuidado
de la familia, colaborando con su marido en la elaboración de artesanías
muy recordadas por su valor artístico, delicadeza y buen gusto mientras
continúa con su obra de escritora, a la vez que genera, desde su propia
casa en Los Cardales, espacios culturales abiertos con la presencia de
destacadas personalidades de la literatura y el arte en general.
Otras obras publicadas:
Ensayo:
Fernán Félix de Amador, el poeta que conocí y cómo lo conocí. Editorial
Tiempo de Cultura, Buenos Aires, 1978.
1
Datos proporcionados por el escritor exaltacrucense Prof. Luis Julio Salom.
8
Poesía:
Che Buenos Aires, Imprenta Jáuregui, Capilla del Señor, 1982.
Pasó una paloma herida, Ediciones el Cardo, Capilla del Señor 1988.
Además…
Las letras de las canciones: “Ombú” y “Mi Canto”, musicalizadas por el
Maestro Carlos Guastavino y editadas por Ricordi.
Entre sus premios:
Luna. Mención especial Sociedad Argentina de Poetas (1956).
Pie Moreno. Tercer premio. Acupil (1976).
Primer Premio del Certamen Literario 250º Años de Exaltación de la
Cruz (1985).
Esta reconocida escritora exaltacrucense fallece el 17 de
noviembre de 2003, dejando una valiosa obra inédita compuesta por
cuentos, poesías e historias….
9
de la naturaleza (el aire, el agua, el fuego y la tierra) y se la utiliza en un
sentido ritual en diversas religiones y culturas. El agua limpia y purifica.
Nilda Mileo escribe en sus Coplas del agua esta estrofa que se
nutre con la frescura de trabalenguas y tradicionales canciones infantiles,
en las que el juego de ronda tiene un papel primordial. A su vez, el agua
fluyente en esa constante rueda de la vida invita a los mortales a hacer
uso de ella:
Si en un río me alejase,
puedo terminar en charco.
Hay quien vuelca sus desechos
viendo las aguas pasar,
haciendo secar juncales
y la vida de su lecho.
………………………………..
Si yo pudiera cambiar
el trayecto de este río,
10
volver el camino atrás,
sería muy divertido.
……………………….
11
de la vegetación. Pero es al llegar al diminutivo afectivo “arañita”
cuando la fantasía irrumpe en la descripción y aparecen los duendes que
sólo descienden a jugar cuando hay claridad en la noche.
La arañita es significativa en la obra de Nilda Mileo. En el mismo
texto escribe uno de los poemas que ha sido muy aprovechado en las
escuelas primarias del distrito, unas cuantas décadas atrás:
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INCORPORACIÓN POÉTICA
DEL DELTA DEL PARANÁ:
Mirada, homenaje y compromiso escriturario
MARÍA INÉS ALMAZÁN
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Literariamente se lo incluye como integrante de la generación del
cincuenta, acompañado por los poetas Joaquín Giannuzzi, Héctor
Yánover, Alfredo Veiravé y Horacio Armani, entre otros. Para Carlos
Enrique, el Delta ocupó un lugar primordial en su literatura. Con el paso
de los años se convirtió, como ningún otro, en el cantor de esa zona tan
cercana y tan extraña.
Entre sus libros de poesía se encuentran Ingreso en el hombre
(1959), Palabra de honor (1971), Sujeto y predicado (1974), Primavera
corregida, libro de las actas (1986), Cinco textos de amor y una canción
traspapelada (1987), Monograma, cuaderno contemporáneo (1987)
e Historia natural de la manzana (1993).
En cuanto a las islas y la zona del Delta: Amistad en las
islas (1957), La cimbra (1961), Rama negra (1971) y Sintaxis del
Ibicuy (póstumo, 2004). Ríos, lugares, costumbres y nombres de nuestro
delta aparecen en ellos convocados.
Estos últimos cuatro títulos forman parte de su obra La
islíada, publicada en el 2015, doce años después de su fallecimiento,
por Ediciones en Danza, que cuenta con un trabajo de selección de Javier
Cófreces y Marisa Negri.
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En síntesis, el llamado Delta del Paraná se ubica mayormente al
suroeste de la Provincia de Entre Ríos y noreste de la Provincia de
Buenos Aires. En Entre Ríos ocupa la porción suroeste. En Buenos Aires
ocupa la porción noreste de los partidos de San Pedro, Baradero, Zárate,
Campana, Escobar, Tigre y San Fernando. Desde lo literario recordemos,
entre otras, la obra de Marcos Sastre, El Tempe argentino. También el
poema de Manuel José de Lavardén, Oda al Paraná.
La Islíada
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Es pertinente mencionar que el río, uno de los cuatro elementos
vitales, ha sido trabajado a lo largo de la historia de la literatura como un
tópico clásico, por distintos autores y a través de distintas imágenes,
metáforas y valores simbólicos. Pero en este caso, como lo manifiesta el
autor, llevará adelante la empresa, su islíada, toda una epopeya de
escritura que navega con pluma maestra por ríos, lugares, costumbres y
nombres, iniciada allá por 1957.
proclamando
su furia y su amenaza
haciendo una pulsera en cada árbol
una pulsera de agua.
El río
invade
y va
y distribuye
su cuerpo de culebra exagerada
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visitando las tierras y los montes
actualizando zanjas
ha crecido
hasta el centro de las islas
y les moja la cara
trayendo su amistad hasta los pastos
muy cerca de las casas.
Y es la marea
un caracol gigante
ancho
lleno de patas
un ser nuevo en la boca del paisaje
un monstruo engrandecido
en el pulso de la ola y la resaca.
Marea
las islas se hundirán con sus memorias
si tú no las asustas y las cantas
las islas que te esperan tras las lunas
necesitan sus nalgas inundadas
por tu voz de pescado y caracoles
y tu espada de barro y caminata.
Las islas
para ellas tu familia
de palos y de ramas
tu beso hecho de río
tu cicatriz mojada.
Marea
mariposa de agua
posada en las caderas de las islas
enamoradas
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la amistad ha iniciado en tus canales
la invasión y la hazaña
y recorre la orilla con su grito
que es alegría y agua
como una fruta oscura
nacida en la raíz de las distancias
ofreces tus ciudades misteriosas
tus redes subterráneas
tu limón con su diámetro jugoso
tu barrosa casaca
e instalas
pisoteando entre los troncos
tu pie descalzo y húmedo en el alma
y yo te subo al canto
y te entrego las llaves de mi casa
porque te necesito
y porque quiero
que todo sea de agua.
Con un inicio ecfrástico el sujeto poético, a través de una mirada
con fuerte carga erótica y sensual, describirá un fenómeno diario que
hace subir las aguas centímetros y hasta metros en ciertas condiciones
climáticas. A manera de reminiscencia del Génesis y la pareja edénica, el
río y las islas (la tierra) aparecen presentados como hombre y mujer a
partir de su anatomía: pantorrillas, manos, voz, cara y nalgas, beso, pie,
cuerpo y alma.
En un primer galanteo, como cortejo de seducción, el río forma
alrededor de los árboles pulseras que engalanan los árboles, atributos de
las islas para luego, invadir, ir y distribuir su cuerpo-culebra, su masa de
agua, sobre las islas. En este apareamiento invade el centro de la tierra,
ese vientre en el que al retirarse el nivel de las aguas dejará sus
sedimentos:
Marea
las islas se hundirán con sus memorias
si tú no las asustas y las cantas.
Este fenómeno de colmatación, es decir, relleno con materiales
detríticos arrastrados y depositados por el agua, ha sido transpuesto
poéticamente e indica que de esa manera las islas sobreviven, conservan
su territorio, lo aumentan, generan otros núcleos y así permanecen, no se
van de la memoria, del paisaje. Los bancos de sedimento son
colonizados por juncos, ceibos, pajonales y otras especies que
contribuyen con sus raíces a consolidar las islas que posteriormente son
colonizadas por otras especies.
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Las islas
para ellas tu familia
de palos y de ramas
tu beso hecho de río
tu cicatriz mojada.
y yo te subo al canto
y te entrego las llaves de mi casa
porque te necesito
y porque quiero
que todo sea de agua.
La vida del isleño, del poblador de las islas de todos los tiempos,
siempre ha sido dura, sacrificada. Conoce su hábitat y sus leyes. Y de
acuerdo con ella vive. En lo que se conoce como el “Delta profundo”,
distante del turístico Puerto de Frutos o de los barrios privados ribereños,
familias enteras pasan días sin ver persona alguna, y el silencio de las
islas se corta de vez en cuando con el paso de una lancha que navega río
arriba.
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Infancia=pequeña oruga
Madurez=gran oruga
Vejez=crisálida
Tumba=lugar donde sale su alma que vuela como mariposa. Y la
puesta de esta mariposa un renacimiento.
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COMO EL RÍO QUE PASA BAJO EL PUENTE
1
Un comprovinciano salteño, Juan José Negri, me obsequia un recorte del diario La
Capital, de Rosario. Me parece bien que el soneto se tome alguna licencia, pues
también desigual es el curso de los ríos. [F.T.]
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EL VIEJO SAUCE
LEOPOLDO LUGONES
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En este número tenemos que hablar de ríos y arroyos; alguna vez, de
lagunas. Pero no quise excluir al sauce llorón, ese árbol tan virgiliano y amigo
de las aguas. De paso recordamos a dos grandes poetas de nuestra América.
Como leímos en la página anterior, primero a Lugones. El río Paraná besaba la
playa, en la conocida litoraleña del Cholo Aguirre; en los versos de Lugones, el
sauce reflexiona sobre lo fugitivo de nuestra vida y también besa a su maestra
el agua. Quizás el helenista Lugones pensaba en Filemón y Baucis, quienes,
transformados en árboles, daban cobijo a las aves del cielo. Pues bien, nuestro
sauce sabe cobijar a los enamorados y –agrego yo– a los derrotados del mundo
(yo soy uno de ellos), que encuentran en él refugio. ¿Y a qué otro gran vate
americano recordaremos aquí? Pues al oriental Fernán Silva Valdez. Germán
Berdiales, en una vieja antología llamada Maestros del idioma, me muestra “El
sauce”. Califica a Silva Valdez como “el mayor poeta de su tiempo en aquella
tierra de poetas magníficos.” [R.L.]
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ARROYITO
24
EL RÍO YÍ
GERARDO MOLINA
25
Y las coplas de nuestra cosecha no se hicieron esperar:
Tuvo un estremecimiento
en la espesura, la copla
y a los brazos del poeta
llegó vestida de novia.
GERARDO MOLINA
26
EL ARROYO
WILSON GONZÁLEZ ALFONZO
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–Voy a cazar aquel azul, mamá. Aquel que está posado en la hoja
del camalote.
1
Autor uruguayo actual. También es uruguayo Gerardo Molina, quien escribió los dos
artículos anteriores y a quien puede leerse también abajo, en la sección Parva.
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POETAS IMPROVISADORES VARIOS
LA PAYADA DEL RÍO
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En primer lugar tenemos a Olga Fernández Latour de Botas,
quien me ha honrado glosando mis líneas. Verás que aquí firma con su
nombre literario.
Arroyito de aguas suaves,
muy amigo de los sauces,
hacen eco a tu murmullo
los cánticos de las aves.
Por qué será que pareces
tener del vivir la clave
en tu correr inmutable,
arroyito de aguas suaves.
Tu canto es canto de amor
que va rodando en tu cauce
y sé que eres, como yo,
muy amigo de los sauces.
El brillo de tu agua clara
parece exhibir tu orgullo
y los pájaros del cielo
hacen eco a tu murmullo.
Porque te quiero, arroyito,
y bien sé que ya lo sabes,
uno mi trino al que elevan
los cánticos de las aves.
CLARA FLAMANTE
Payadora de Palermo
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La siguiente respuesta, de un poeta de obra acrisolada.
MAR DULCE
Es decir, te encontraría.
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Y Luciano Maia, gran poeta de Fortaleza, Brasil, dedica estos
versos a su Jaguaribe natal.
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Hablando de Brasil, Uruguay y Argentina, un río que de algún
modo vincula a las tres naciones es el Paraná. Y no me parece mal
celebrar Santos Vega, uno de los símbolos del arte de los payadores, con
el comienzo de “En la ribera”, de Rafael Obligado.
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PARVA
Paisajes
GERARDO MOLINA
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Leo en el papel y dice que está envasada en Los Cardales. Llego
al profesorado, me pongo un poco en capilla y escribo:
Aguas muy puras del campo,
que brotan de tierra gaucha:
son buenas al caminar
en este mar que es la pampa.
Eufrasio López
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En casa tengo varios libros de él; y justamente en una vieja
antología, hecha por Blanca de la Vega, encuentro sus “Coplas de los
ríos y de los lagos”, que transcribo.
Caudaloso Colorado
Río teñido de aurora,
oigo a tus aguas decir:
coplas-coplas, coplas-coplas…
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Golpeándose la boca
y a zancadas por el monte,
el Calabalumba baja
entre piedras de colores.
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