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Según el abogado y criminólogo Luis Izquiel, hay tres errores dentro de los organismos
de seguridad que toman el protagonismo en este “choque de funcionarios”.
Tal vez, la glock nueve milímetros que llevan colgada a su cintura les transmite un
poder del que se aprovechan para desatar una guerra entre ellos por la defensa de
negocios sucios. Es esta la segunda crítica que hace Izquiel.
“Para nadie es un secreto que muchas policías están penetradas por la delincuencia y
esto es parte de los choques que se presentan entre ellos, porque buscan defender
negocios que no deben defender, al contrario, deben atacarlos”, sentenció el
criminólogo.
La política, según el abogado, también entra en juego. “El policía es un servidor público
y su única labor es resguardar a la ciudadanía, pero hay muchos que se vinculan
políticamente y se enfocan en otras cosas”, advirtió.
El criminólogo Izquiel criticó: “Un funcionario que esté en un lugar ingiriendo bebidas
alcohólicas no puede estar armado. En cualquier momento por efectos del licor puede
cometer un delito. Estos funcionarios deben ser supervisados y es donde se debe
aplicar el proceso de depuración”.
La autoridad zuliana coincidió nuevamente con el criterio del abogado: “El problema
debe atacarse desde la raíz. Debe existir una buena selección de los funcionarios para
evitar polémicas en el camino. Todo el que quiera ser policía debe pasar por un
proceso de investigación para conocer sus raíces. Además, tienen que recibir una
formación estricta, en la que la ética y la moral sean fundamentales”.
La depuración de los organismos policiales debe ir de la mano con las funciones
policiales. La supervisión y el cumplimiento de las leyes policiales deben acatarse a
cabalidad. “Los funcionarios deben mantener una investigación permanente. La
depuración es clave para evitar estas confrontaciones”, sentenció Izquiel.
http://www.panorama.com.ve/sucesos/Policias-y-militares-choque-de-poder----
20150612-0033.html