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ENSAYO “El valor de la historia cultural para los estudios sociales en la

actualidad”
Juliana Chaparro
Teoría de la Historia II
El desarrollo de la Historia, como un oficio de investigación, ha implicado muchos
desvíos del objetivo de cualquier estudio investigativo: el aportar a la mejora de
la calidad de la vida humana. En este recorrido, la Historia ha pretendido
convertirse en discurso oficial univoco, ciencia del pasado o disciplina de la
verdad del hombre. Estas pretensiones, que nunca lograron su cometido
satisfactoriamente, llegaron a alejar al historiador de las pretensiones que debía
perseguir, para ser congruente con su interés por investigar e intentar entender
mejor al hombre a través del tiempo.
Desde la apertura que se da en los campos de la historiografía, con la aparición
de la llamada “Nueva Historia”, consolidada, aunque no ideada, en la Escuela de
los Anales, las pretensiones detrás del hacer historia también se vieron
amplificadas. La oportunidad, si así se le puede llamar, de hacer historia más allá
de lo que la tradicional concibió como “historificable”, trae consigo unos nuevos
intereses en el quehacer del historiador, quien ahora pretende responder a unas
necesidades más actuales y de naturaleza menos estatal.
La historia cultural, que abarca gran parte de lo que esta “Nueva Historia” intenta
ser, abre un mundo de posibilidades, pues son diversos los elementos que
logran componerla, no obstante, la oportunidad más significativa no está
propiamente en escribir una historia más diversa, si no en lo que la escritura de
una historia más diversa implica naturalmente. La historia cultural, en las muchas
formas que puede tomar y bajo los múltiples modelos a través de la cual se puede
desarrollar, se trata de una historia que captura la experiencia humana, la
experiencia que más allá del relativismo, se siente más real en la vivencia
cotidiana.
Bajo mi consideración, desde la temprana etapa de formación en la que me
encuentro, gran parte de los esfuerzos de los historiadores deberían estar
dirigidos a la difusión de lo que dentro de la academia se logra consolidar como
entendimiento histórico, dado que resulta obsoleto el acumular investigaciones
fructíferas en la esfera exclusiva de los académicos, y es en ese orden de ideas,
que mis intereses residen en realizar estudios que respondan a esa necesidad
de difundir el entendimiento que la historia puede aportar a una sociedad.
La historia cultural, ante todo, permite la realización de una Historia más apegada
a la complejidad de la experiencia humana, una Historia que no es indiferente a
nadie, porque todo individuo puede ver como esta hace parte de su presente, y
esto resulta indispensable para mi enfoque investigativo, puesto que no es
cohesivo el pretender difundir conocimientos históricos, para que la gente pueda
repetir hechos, fechas o datos de personas que no tienen nada o mucho que ver
con ellos en su vida diaria, cuando el aporte de la Historia, a la mejora de la
calidad de vida, realmente se haya en dotar a los individuos de conocimientos
que estimulen su entendimiento, su habilidad argumentativa y sus aptitudes
críticas y analíticas, lo que en última instancia, se debería ver reflejado en una
sociedad con una mejor capacidad para tomar las decisiones e idear los planes
que la lleven a construir una mejor vida en el presente.

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